Los Anfibios. Defensa y territorialidad

Pudiera parecer que los anfibios son una presa fácil para sus depredadores, con cuerpo blando, bastante lentos y generalmente de pequeño tamaño. Sin embargo sus métodos de defensa son muy eficaces.

Muchos de ellos poseen glándulas venenosas como método de protección. Los anuros producen las toxinas a partir de alcaloides que toman de su alimento; muchas plantas y animales presentan estos compuestos y una vez digerida la presa las toxinas pasan a la piel,donde se acumulan en glándulas venenosas.

Piel de anfibios mostrando glándula venenosa - Clase Amphibia

Otros utilizan el colorido como defensa, en unos casos como advertencia de la presencia de sustancias tóxicas, en otros simulando tener las glándulas que secretan esas toxinas, y en otros casos se trata de una coloración críptica que les permite pasar inadvertidos. Otro método de defensa es el hincharse, aumentando así su tamaño.

En cuanto al territorialismo, como ya se ha comentado, se produce entre individuos de una misma especie y suele responder a la competencia por el alimento o por una pareja reproductora. La territorialidad está mucho más marcada en los machos.

Otra característica importante es la capacidad de orientación de estos animales. Para la época de reproducción volverán al lugar donde ellos se desarrollaron, aunque para ello deban recorrer varios kilómetros. Se cree que para orientarse utilizan patrones visuales y olfativos, e incluso pueden guiarse por las estrellas. Se ha demostrado también que animales ciegos vuelven a su área de desove, lo cual se atribuye a la presencia de fotorreceptores situados en la glándula pineal y en los músculos que sostienen a la retina.

A pesar de esa afinidad por volver a su “hogar” se observa que también presentan una alta capacidad para colonizar nuevas áreas para la reproducción tras inundaciones o cuando sus charcas se secan y desaparecen.