
Los lisosomas
Los lisosomas son vesículas rodeadas de membrana que contienen enzimas hidrolíticas encargadas de las digestiones intracelulares. Metchnikoff y sus colaboradores articularon a finales del siglo XIX la idea de que el material fagocitado era digerido en compartimentos intracelulares acidificados. Estos compartimentos fueron denominados lisosomas y aparecen en todas las células eucariotas.
Son orgánulos muy heterogéneos en cuanto a su forma y tamaño. Su diversidad refleja la amplia variedad de materiales que están digiriendo.
Se han encontrado aproximadamente 40 tipos de enzimas lisosomales, todas ellas ellas hidrolasas ácidas, cuyo pH óptimo es próximo a 5. Entre ellas hay proteasas, nucleasas, glicosidasas, lipasas, fosfatasas, sulfatasas y fosfolipasas. No todos los lisosomas son iguales y pueden contener juegos diferentes de enzimas.La membrana de los lisosomas protege al resto de la célula de esta actividad destructora, pero si ésta se rompiese el pH citoplasmático, próximo a 7.2, sería un obstáculo para la actividad de estas enzimas; esta membrana es por tanto resistente a la acción de las enzimas hidrolíticas debido a que la mayoría de sus proteínas están muy glicosiladas. Dicha membrana contiene una bomba de protones que mantiene el pH ácido en el interior del lisosoma y proteínas de transporte que permiten que los productos resultantes de la digestión pasen al citosol.
Los lisosomas se forman a partir de vesísulas que se desprenden del aparato de Golgi y reciben distintos nombres según el estado de degradación de las moléculas que contienen: primarios, secundarios y cuerpos residuales. Los cuerpos residuales contienen material que ya no puede ser degradado y quedan almacenados en el interior celular o, como veremos más adelante, se fusionan con la membrana plasmática expulsando dicho material el medio extracelular.
Funciones de los lisosomas

en las cercanías del aparato de Golgi.
Dependiendo de la procedencia del material implicado en la digestión se pueden distinguir tres procesos diferentes:
- Los lisosomas son considerados como la estación final de la vía endocítica. La mayoría de las moléculas que van a ser degradadas por esta vía tienen que pasar previamente por los endosomas. Las proteínas que no se reciclan de nuevo a la membrana plasmática o al TGN del aparato de Golgi desde los compartimentos endosomales son degradas en los lisosomas. La formación de los lisosomas es un asunto controvertido. Unos autores proponen que se forman por gemación o maduración a partir de los endosomas tardíos que ya contienen todas las enzimas degradativas necesarias así como las moléculas a degradar.Otros autores proponen que los lisosomas son orgánulos independientes de los endosomas y que reciben vesículas desde los endosomas o se producen fusiones entre endosomas tardíos y lisosomas.
Para que las proteínas integrales de la membrana plasmática sean dirigidas a los lisosomas se ha de producir una ubiquitinación de su parte citosólica, es decir, la adición de una molécula denominada ubiquitina. Ello es necesario para que las proteínas de membrana interaccionen con la maquinaria de reparto que se encuentran en los endosomas y no vuelvan a la membrana citoplasmática en vesículas de reciclado. Las interacciones con diversos complejos proteicos mantienen a las proteínas ubiquitinadas en zonas limitadas de la membrana endosomal, que poseen una cubierta en la que está presente la clatrina. Todo ello hace que sean retenidas en los endosomas tempranos y depués transportadas a los cuerpos multivesiculares, a los endosomas tardíos, y de ahí a los lisosomas, donde se degradan. Este mecanismo afecta a receptores, transportadores, canales, etcétera. Los receptores que no son ubiquitinados pero sí endocitados, cuando llegan a los endosomas tempranos suelen reciclarse hacia la membrana celular. - Las partículas obtenidas por fagocitosis siguen una vía propia. Las partículas como bacterias o restos celulares quedan en el interior celular englobadas por membrana formando un compartimento que madurará y se convertirá en el denominado fagosoma. La degradación de estas partículas se produce cuando se fusionan los fagosomas con los lisosomas.
- Una tercera vía de llegada de moléculas a los lisosomas es la autofagia. Consise en la digestión de material de origen endógeno, es decir, de partes de la propia célula. Para ello, un orgánulo defectuoso se rodea de membranas procedentes del retículo endoplasmático, formándose un autofagosoma, el cual se fusiona con un lisosoma y se inicia la digestión.
La autofagia está relacionada con el recambio de los componentes celulares: destruye los componentes celulares defectuosos o que ya no son necesarios para la célula; interviene en la destrucción de los tejidos y orgánulos durante la metamorfosis de los insectos y anfibios. Asegura la nutrición en condiciones desfavorables (ayuno), viviendo la célula de sus propios materiales.
Vías de entrada de material a digerir al lisosoma
Esquema de la formación de un lisosoma. Se muestra desde el empaquetamiento de las hidrolasas ácidas en el aparago de Golgi, la adición de manosa-6-fosfato y su reconocimiento por un receptor que es reconocido por la cubierta de clatrina y permite así englobar las hidrolasas en vesículas, los lisosomas primarios. Se muestra también como la bomba de membrana mantiene el pH interior ácido.

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Citar como
Aida Lorenzo Corchón. "Los lisosomas". asturnatura.com [en línea] Num. 502, 10/11/2014 [consultado el 15/4/2025]. Disponible en https://www.asturnatura.com.
ISSN 1887-5068