Villa de Calatañazor

Villa de Calatañazor Calatañazor es conocido casi únicamente por la derrota que allí sufriera Almanzor de las tropas castellanas y leonesas en 1002. Aunque algunos historiadores difieren en cuanto a este hecho, el episodio es conocido como la Batalla de Calatañazor, en la que los cristianos derrotaron al célebre caudillo árabe Almanzor y según la tradición murió en Bordecorex y fue enterrado en Medinaceli.

Pero su historia se remonta a diez siglos atras a época ibérica, aunque en otra ubicación situada a 1 kilómetro al suroeste en el Cerro de los Castejones, sitio arqueológico poblado desde el II a.C. hasta el V d.C y que se corresponde con la ciudad arévaca de Voluce.

Es probable que con la invasión visigoda la población se asentara ya en el cerro que corresponde a la actual Calatañazor y que las tumbas antropomorfas de su entorno correspondan a este periodo histórico.

Durante la Edad Media, estuvo vinculado al linaje de los Padilla, señores de Calatañazor.

En el siglo XVII pasó a la casa de los duques de Medinaceli y posteriormente al Marqués de Feria.

Calatañazor está rodeado de dos murallas que se conservan casi intactas y que sólo permiten dos entradas de subida a la ciudad.

Entre sus principales monumentos destacan:
  • Al lado Sur se alza el Castillo de Calatañazor, situado en lo alto de un peñasco. Perteneciente al siglo XIV y XV conserva parte de la torre del homenaje y gran parte de sus murallas; también conserva un ventanal gótico. En tiempos había tres puertas, hoy solo puede verse la más pequeña. Debajo del castillo y correspondiente al siglo X hay una necrópolis medieval excavada en roca con tres tumbas antropomorfas.
  • La Iglesia de Nuestra Señora del Castillo de Calatañazor es una mezcla de estilos gótico y románico como la portada y un tramo que hace de ábside gótico. Posee una pila bautismal en piedra del siglo XII. Se conserva también una imagen La Virgen de Fuentemayuel que data del siglo XIII que pertenece a un despoblado en 1590. En el altar mayor con un retablo del siglo XVI y XVII se encuentra una talla románica de Santa María del Castillo. En la sacristía se conserva una custodia de plata muy valiosa del siglo XVII. También conserva una tabla que representa el martirio de San Sebastián y documentos sobre la historia de la villa; cuatro tablas del siglo XV que parece ser formaron parte de un retablo que guardaban en la ermita de La Soledad situada fuera del recinto amurallado de estilo románico. Aquí se celebran las jornadas de música medieval.
  • La Ermita de Santa Ana, en ruinas y de San Juan Bautista de la que solo queda la puerta y los muros. De esta última pequeña iglesia-ermita de una sola nave, presbiterio y ábside, no quedan sino algunos despojos que aún quieren dejarse ver entre la vegetación. Se conserva la portada en regular estado ostentando una sencilla decoración a base de bifolias.
  • Junto al río pueden apreciarse restos de un poblado que conserva parte de una calzada romana "Las Ruinas de Voluce".
  • El Rollo de justicia, que es del siglo XV, cuenta con una leyenda de brujería. Debajo de él se divisa un impresionante paisaje castellano.
  • En uno de los cerros se han encontrado sepulcros y trozos de vasijas celtíberas y muy cerca de allí se encuentran fósiles.

Hay documentos de gran importancia para la historia de Calatañazor que se encuentran en el Ayuntamiento.

Cuenta además con un interesante sabinar, que ocupa una superficie de aproximadamente 30 hectáreas y en él crecen ejemplares notables de hasta 14 m de altura y 4 m de perímetro, dimensiones que pueden incrementarse con la edad, pues Juniperus thurifera o sabina albar puede alcanzar los 20 m de altura y 8 m de ruedo troncal. Su madera es sumamente dura y resistente, y al quemarse desprende un olor que recuerda al incienso, cualidad que le ha valido el apellido de thurifera.

Fotografías de Villa de Calatañazor

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