Real Monasterio de San Zoilo de Carrión de los Condes

Real Monasterio de San Zoilo de Carrión de los Condes

El Real Monasterio de San Zoilo fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el 11 de julio de 2002 según la disposición adicional primera de la Ley 12/2002 de Patrimonio Cultural de Castilla y León.

En el año 948 el abad Teodomiro, que vivía en el actual emplazamiento con una pequeña comunidad de monjes, concluye la redacción del libro del Becerro o de fundación de cenobio que recibe el nombre de San Juan Bautista o San Juan tras el Puente.

Este monasterio cambió de advocación en el siglo XI con la llegada desde Córdoba de las reliquias del mártir San Zoilo por los Condes de Carrión, Don Gómez Díaz y su mujer la infanta de León Doña Teresa Peláez, los cuales promueven la construcción del monasterio, que en 1076 ceden a la orden de Cluny.

El monasterio fue centro religioso y político de 1º orden donde se celebraron concilios y Cortes. También sirvió como residencia de reyes, incluso algunos fueron armados allí caballeros. Ya en la Edad Media fue centro de peregrinación.

A partir de mediados del s. XIII y durante dos centurias, diversas circunstancias provocaron su declive económico y espiritual. A partir de mediados del s. XV, el Monasterio de San Zoilo se independiza de Cluny y se integra en la congregación Benedictina de San Benito el Real de Valladolid. Por aquella época se destruye el claustro antiguo y se construye el actual con la pretensión de grabar en la piedra el transcurso y la importancia de los Benedictinos a través de los siglos y de la historia. A comienzos del s. XIX, sufrió los procesos de desamortización y exclaustración, aunque el edificio siguió siendo propiedad del obispado de Palencia quien lo cedió en 1854 a la Compañía de Jesús que construyó un colegio. Tras la partida de los Jesuitas en 1954 fue transformado en Seminario Menor Diocesano hasta 1986. La Diócesis vendió el inmueble en 1992 reservándose la propiedad de la parte monumental, aunque cediendo su uso y albergando desde entonces un espléndido complejo hotelero con un estilo muy característico.

Durante las obras realizadas en el edificio en 1993 debido al mal estado del monasterio, se descubre en la sala galilea una portada románica de los siglos XI y XII, que había permanecido emparedada desde la construcción de la actual iglesia en el siglo XVI y XVII, por ello su estado de conservación es excelente. La portada consta de cinco arquivoltas en degradación de las cuales la segunda y cuarta se decoran con baquetón y las otras tres son de bisel liso. Los ábacos de los capiteles forman un friso continuo decorado con palmetas. Los capiteles están labrados por tres de sus caras, datan del año 1100 y destaca la cuidada realización de sus vestiduras. El capitel exterior de la izquierda representa según las teorías o el traslado del alma de un difunto protegiéndolo de una bestia, o la llegada de las reliquias de San Zoilo al monasterio. En el capitel interior están esculpidos monstruos serpentiformes simbolizando el demonio y el pecado. A la derecha en el capitel interior se representa a Balaam, enviado por el rey de Moad para maldecir al pueblo de Israel montado en su burra, a quien bloquea el paso el ángel enviado por Dios y una sugerente escena de viñadores en el capitel exterior. Los fustes de las columnas son de época romana del siglo II, reutilizados por los artistas medievales.

La iglesia actual del siglo XVII, consta de una sola nave, con un crucero apenas visible pero con cimborrio y una capilla mayor sin ábside.

A los pies de la iglesia hay una colección de sarcófagos pertenecientes a la familia de los Beni Gómez. Podemos dividirles en dos grupos de los cuales los primeros, más antiguos, corresponden a la familia condal. Son sepulcros lisos de finales del s. XI y comienzos del XII, en los que las inscripciones prácticamente se han perdido. El resto de los sepulcros de mediados del siglo XIII tienen ya una mayor decoración. Las urnas sobre las que descansan las tapas con personajes yacentes están labradas con escenas del Calvario, Pantocrátor, La Anunciación y Epifanía.

Se pueden apreciar vestigios de la antigua iglesia románica en el muro de la actual iglesia, con restos de pinturas, ajedrezado jaques, marcas de cantería y capiteles a ambos lados uno de los cuales representa la lucha de Sansón contra el león con una esmerada iluminación que sorprende al visitante.

El coro alto destaca por su sillería de dos pisos en nogal con columnas y frente a él encontramos un coro más pequeño, denominado de los enfermos, para que estos pudieran asistir a los oficios litúrgicos. Colgado sobre el arco de la puerta principal, destaca el órgano castellano de estilo barroco que data de 1716 y es uno de los pocos que conservan la cadeneta (tubos rodeando el asiento del organista para que éste se pudiera escuchar mejor).

El retablo mayor, atribuido a un seguidor de Gregorio Fernández, pertenece a la iglesia de Santa María de Arvís en Baquerín de Campos y está dedicado a Nuestra Señora de la Asunción. El retablo es de mediados del siglo XVI, dorado a fuego, con tallas y altorrelieves y coronado por el Calvario realizado por Antonio Ribera. Se representan cuatro escenas de la vida de la Virgen: la adoración de los Magos, el nacimiento de María, la visita de María a su prima Isabel y el nacimiento de Jesús con la adoración de los pastores. También están representados los cuatro Padres de la Iglesia realizados por Tomás de Sierra.

En lo alto del presbiterio, a ambos lados se colocaron sendos arcosolios con los restos de la condesa Doña Teresa, fallecida en el año 1092 y frente a ella una urna plateada del s. XVIII con las reliquias de S. Zoilo.

Cuadro San-Zoilo, Carrión de los CondesEn la sacristía se conserva un cuadro que representa el Martirio de San Zoilo, además de sencilla cajonería y una mesa de piedra de mármol, de varios colores.

En el centro se exhiben las telas islámicas, conocidas como Manto del Conde y de la Condesa, dentro de una estructura de alta seguridad que las protege de la luz directa y de posibles robos. Los dos tejidos del siglo XI, según estudios históricos e iconográficos, uno de fondo azul y otro de fondo rojo, se extrajeron en el año 2003 del interior de la arqueta funerarias del siglo XVIII, situada en uno de los laterales del Retablo Mayor de la iglesia que, según la tradición, alojaba las reliquias del mártir cristiano San Zoilo. La arqueta Fatimí que pertenece a San Zoilo se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional y es una pieza de marfil policromada fechada entre los años 951 y 975. Estas telas han sido declaradas Bien de Interés Cultural con categoría de Bien Mueble en el año 2012, junto con el Monasterio de San Zoilo. Se llevaron a restaurar a la localidad vallisoletana de Simancas, al Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales y actualmente se encuentran en la sacristía de la iglesia del monasterio, climatizadas y protegidas por una cámara. Estas telas se denominan samitos.

Durante los siglos XI, XII y XIII predominaba la técnica de influencia persa sasánida, el samito. Este ligamento se caracteriza por presentar dos urdimbres, una principal de base o fondo, y otra suplementaria de ligamento o efecto, con diferente función en el telar, y al menos dos tramas, apareciendo por el anverso el color que requiere el motivo decorativo, mientras que el resto de las tramas se mantienen por el reverso. También se las denomina Manto del conde y de la condesa. Los tejidos llegaron de Córdoba con las reliquias de San Zoilo, junto a las de San Félix y San Agapito, en los años setenta de siglo XI como presente de los reyes árabes a los condes de Carrión. Probablemente se utilizaron los mejores tejidos que adornaban alguno de sus palacios para proteger aquellas reliquias sagradas para los cristianos. Su magnífico estado de conservación se atribuye a que se utilizaron no para envolver un cadáver, sino los restos del santo protegidos dentro de la urna que los contiene. Esa circunstancia ha sido garantía de preservación a lo largo de los siglos. La rareza del motivo que de modo repetido adorna la tela azul, una magnífica águila bicéfala, aparece como un inigualable símbolo para ser utilizado como emblema del monasterio o -por qué no- como bandera de la localidad. Historia, singularidad y belleza no le faltan.

El tejido de fondo azul, color bastante excepcional en tejidos andalusíes, se conserva íntegramente en todo su largo y ancho, pudiendo tratarse, por sus dimensiones (2,75 x 2,08 m) y repertorio decorativo de una colgadura mural ornamental. En su iconografía combina elementos sasánidas y bizantinos. Ofrece una serie de 36 criaturas bicéfalas que representan una variante de animal fantástico alado con garras de león y cabeza y alas de águila. Ocupando únicamente el cuello de los animales que se sitúan en el friso superior de la tela, muestra una banda epigráfica doblemente simétrica en disposición de espejo horizontal y vertical. La caligrafía, que es cúfico simple, recorre íntegramente el tejido repitiéndose nueve veces. De difícil lectura e interpretación, parece contener una frase piadosa similar a las que están presentes en textiles, madera, marfiles o metales producidos entre los siglos X y XI. Además, en tres de los ángulos de este paño, aparecen unos signos o letras pintados sobre la tela, que podrían estar relacionados con marchamos de los tejedores o de los mercaderes y con su proceso de fabricación o comercialización.

El tejido de fondo rojo presenta series de medallones u óvalos perlados donde se localizan hileras de aves enfrentadas de espaldas. De dimensiones más reducidas que el tejido azul (2,36 x 1,42), es también una pieza completa de telar, cuyo buen estado de conservación lleva a pensar que pudo ser un cortinaje que posteriormente envolvió reliquias. La composición que presenta es común en el arte sasánida (persa pre-islámico) y en sus zonas de influencia en el periodo islámico. Entre las parejas de aves se encuentra, a modo de eje de simetría, una representación muy estilizada del árbol de la vida. Como aspecto particular, conserva los dos orillos o remates originales con sus cordelillos, lo cual permite conocer la anchura exacta de tejido en el telar. Estas últimas servían para mantener la anchura constante mientras se tejía la pieza, impidiendo que encogiese progresivamente. Posiblemente realizado en el s. XI, muestra características técnicas más antiguas propias de regiones como Irán o Asia Central vinculadas con el comercio de la seda.

El claustro principal, de estilo Plateresco, constituye el elemento de mayor interés artístico y presenta dos plantas. La inferior sigue el trazado original de Juan de Badajoz, el Mozo, que continuó el arquitecto Pedro de Castrillejo. Entre 1537 y 1577 se levantaron los lados Este y Sur y se comenzaron los otros dos, que fueron acabados por Juan de Celaya; a destacar la labor escultórica de Miguel de Espinosa y Antonio Morante. Se continuó con el piso superior rematando la obra en 1604.

La planta baja comprende 230 medallones con retratos de personajes clasificados en dos grupos: La genealogía de Cristo y la Orden Benedictina. La estructura de las bóvedas divide el cuadrado porticado en dos mitades. La primera, está dedicada a la genealogía de Jesucristo según el Evangelio de San Mateo, la opuesta está dedicada a la descendencia espiritual de San Benito como transmisora de la Revelación. Aquí se representan emperadores, reyes y reinas que han pertenecido o tenido relación con la orden. Cuando el espacio no lo permite, unos tarjetones nos informan de ese protagonismo de los benedictinos y en las cuales podemos leer el número de doctores, emperatrices, papas, reyes, cardenales, ... En total, las esculturas principales del claustro correspondientes a bustos son 269; y las esculturas secundarias de jarrones y ángeles, más de 120.

El paseo por el Claustro es una lección de historia que presenta cincelados a personajes del Nuevo y Viejo Testamento además de los de la Orden Benedictina. La portada de la iglesia hacia el claustro plasma la celebración de la Eucaristía, pues en el frontón hallamos el nido del pelícano alimentando a sus crías con su propia carne y sobre él la figura de Cristo crucificado. Algo más abajo hay un medallón a la izquierda del profeta Daniel; y a la derecha, de la Sibila Europa. La bóveda de esta zona está dedicada a los condes e infantes de Carrión, que favorecieron grandemente al monasterio siendo considerados sus fundadores. Junto a esta entrada se encuentra una escultura que representa a un cristo galileo, atado a una columna, que anteriormente estaba situado en la sala Galilea y de ahí ésta recibió el nombre.

En el claustro se encuentra la entrada a la sala capitular hoy día renovada. En el centro del jardín del claustro se encuentra un pozo con lavamanos al que se accede por la apertura del muro frente al refectorio, el comedor de los monjes.

Desde el año 1996 La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Palencia ha fijado en este edificio una oficina de atención a los peregrinos en su tránsito hacia Santiago. También se encuentra el Centro de Estudios y Documentación del Camino de Santiago y su Biblioteca Jacobea, que ocupan varias salas. En su Biblioteca, que tiene más de 5.000 libros, se custodian más de 3.000 títulos relacionados con los más diversos aspectos del Camino de Santiago y sus salas acogen charlas, conferencias, coloquios, proyecciones, etc.

La sala llamada Galilea con puertas de acceso al claustro y a la iglesia acoge exposiciones organizadas por el CIT (Centro de iniciativas turísticas) del Camino de Santiago y de manera permanente acoge los capiteles del claustro románico del primigenio Monasterio de San Zoilo.

Desde 1992 el Monasterio alberga un complejo hotelero Hospedería San Zoilo que comparte parte de las instalaciones para uso y disfrute de sus clientes.

En el año 2014 el Monasterio de San Zoilo, la iglesia de San Martín de Frómista y la casi desaparecida iglesia de San Pedro en Villalcázar de Sirga, han pasado a integrarse en la Fédération Europpéenne des Sites Clunisiens con sede en Francia.. Esta iniciativa persigue digitalizar los edificiosy monumentos del románico cluniacense tanto aquellos que se encuentran en buen estado como los que están deteriorados, que serán reconstruidos de forma digital. Forman parte de la Fédération Européenne des Sites Clunisiens Francia, Alemania y España, que hasta ahora estaba representada únicamente por en Monasterio San Zoilo. Existen monumentos cluniacenses en otros puntos de la comunidad como en la localidad palentina de Dueñas y en la leonesa de Sahagún.

Fotografías de Real Monasterio de San Zoilo de Carrión de los Condes

Dispones de 20 fotografías de Real Monasterio de San Zoilo de Carrión de los Condes

Glosario de términos

Ajedrezado
Decoración de cuadrados alternativamente en sobrerrelieve y bajorrelieve.
Altorrelieve
Relieve que sobresale más de la mitad del bulto que sobresale del plano.
Arco
Elemento sustentante, que descarga los empujes, desviándolos lateralmente, y que está destinado a franquear un espacio por medio de un trayecto generalmente curvo.
Arcosolio
Arco que, a manera de nicho, alberga un sepulcro generalmente incrustado en la pared. Su uso aparece en la época imperial romana
Barroco
Estilo artístico basado principalmente en el exceso de énfasis y abundancia de decoración, en contraposición al clasicismo renacentista. Se situa entre 1600 y 1750 y su nombre proviene de la palabra barrueco que significa perla irregular, ya que este estilo marcaba exageradamente las formas irregulares y onduladas
Capilla
Edificio contiguo a una iglesia o parte integrante de ella, con altar y advocación particular.
Capitel
Parte superior de una columna, compuesta de molduras y otros elementos decorativos. Elemento colocado sobre el fuste de una columna que sostiene directamente el arquitrabe, arco etc. Los capiteles pueden ser vegetales, historiados (con historias), figurados (con personajes), antropomorfos (se reconocen figuras humanas), zoomórficos (animales conocidos) y fantásticos (animales no existentes). La voz proviene del latín capitellum diminutivo de caput (cabeza)
Cenobio
Sinonimo de monasterio. Casa o convento, ordinariamente fuera de poblado, donde viven en comunidad los monjes
Cimborrio
Torre normalmente cilindrica que sirve de base a la cúpula y descansa inmediatamente sobre los arcos torales. Construcción elevada sobre el crucero de las iglesias que tiene forma de torre cuadrada o poligonal
Claustro
Galeria cubierta alrededor de un patio generalmente cuadrangular y separada de él por columnas o arquerias. Suele estar adyacente a la iglesia y formando parte de un complejo mayor (catedral, monasterio etc.). Su etimologia procede de claustrum = cerrado.
Coro
Parte de la iglesia donde se situan los monjes o sacerdotes para cantar el oficio divino. A lo largo de la historia de la arquitectura su ubicación dentro del templo ha sufrido diversas variaciones, si se sitúa en la nave central se aísla mediante un cerramiento
Crucero
Espacio en que se cruzan la nave central de una iglesia y la que la atraviesa.
Friso
Faja decorativa de desarrollo horizontal y especificamente la parte entre el arquitrabe y la cornisa en los ordenes clásicos.
Fuste
Parte de la columna situada entre la basa y el capitel
Icono
1. Representación religiosa de pincel o relieve, usada en las iglesias cristianas orientales. 2. Tabla pintada con técnica bizantina
Monasterio
Conjunto de edificios donde se agrupan los monjes para vivir en comunidad. Voz proveniente del latín monasterium y este a su vez del griego monastérion
Monje
Persona que perteneciendo a una orden religiosa vive en comunidad en un monasterio. La voz proviene del occitano monge, que a su vez procede del latín monicus que a su vez procede del griego monachus.
Nave
Cada uno de los espacios en que se divide longitudinalmente una iglesia.
Planta
Plano de la sección horizontal de un edificio.
Plateresco
Estilo español de ornamentación empleado por los plateros del siglo XVI, aprovechando elementos de las arquitecturas clásica y ojival.
Portada
Puerta ornamentada o decorada.
Presbiterio
Zona elevada del templo cristiano en torno al altar.
Refectorio
Comedor común en un convento. Voz proveniente del latín refectorium de refectus, refección o alimento.
Retablo
Obra formada por un conjunto de tablas de escultura o pintura religiosa para ser colocada detrás de un altar. Se divide verticalmente en calles, la central más ancha se llama espiga, y horizontalmente en pisos, el inferior se llama predela. El retablo está protegido por el guardapolvo o polsera. La palabra procede del latin retaulus y este a su vez de retro (detras) y tabula (tabla).
Sepulcro
Es la obra que se construye para dar sepultura a una persona, generalmente en piedra y elevada respecto del suelo
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