Los insectos. Morfología interna; nutrición, respiración y circulación

Comparte en:

Nutrición

El sistema digestivo de los insectos consiste en una parte anterior formada por la boca con glándulas salivales, esófago, zona de almacenamiento y en algunos molleja, una zona media, formada por el estómago y los ciegos gástricos, y una posterior, donde aparecen los intestinos, recto y ano. Alguna parte de la digestión puede realizarse durante la recolecta del alimento al mezclarse la comida con enzimas de la saliva, pero no se realiza ningún tipo de absorción en este tipo. El principal lugar para la digestión y la absorción es la zona media del aparato digestivo, donde los ciegos aumentan el área de actuación. Apanas se realiza absorción o digestión en la zona posterior, aunque con algunas excepciones, como en el caso de las termitas que se alimentan de madera.

Muchos insectos se alimentan de los jugos de las plantas o de sus tejidos (fitófagos o herbívoros). Algunos se alimentan de plantas de forma específica, pudiendo causar graves daños si son plantas de cultivo, mientras que otros no muestran tal especificidad y son capaces de alimentarse de varios tipos de plantas, como los saltamontes. Las orugas de muchas mariposas se alimentan del follaje de muchos árboles o plantas. Es llamativo el caso de algunas terminas y hormigas que cultivan hongos en sus colonias para luego usarlos como alimento.

Sistema digestivo de un insecto
Sistema digestivo de un insecto modelo.



Otros insectos como los escarabajos y muchas larvas se alimentan de animales muertos (saprofagos); otros son predadores, cazando otros insectos o animales. Otros insectos son parásitos, ya sea de adulto o en su fase larvaria; por ejemplo, las pulgas se alimentan de la sangre de otros animales de adultas, pero sus larvas son carroñeras de vida libre; los piojos (Pediculus humanus), son parásitos durante toda la vida. Muchos insectos parásitos son a su vez parasitados por otros insectos, un fenómeno conocido como hiperparasitismo. Las larvas de algunas especies de avispas viven en el interior del cuerpo de arañas o de otros insectos, alimentándose de sus tejidos hasta que le causa la muerte; estas larvas son parasitoides, a diferencia de un parásito típico que no produce la muerte del animal parasitado.

Dada la enorme diversidad en la alimentación de los insectos se pueden observar adaptaciones ante la variada dieta. En el aparato bucal picador las piezas bucales aparecen modificadas para formar un tubo que puede ser más o menos agudo en su extremo para picar y luego absorber los jugos vegetales o animales. El sistema succionador es capaz de absorber líquidos superficiales sin necesidad de picar la presa o el vegetal que pueda servir de alimento.

Piezas bucales de un insecto
Piezas bucales de un insecto modelo.





Sistema circulatorio

El sistema circulatorio de los insectos consiste básicamente en un corazón tubular situado en la cavidad pericárdica, cuya función principal es mover la hemolinfa a través del único caso sanguíneo, la aorta dorsal. Existen organos accesorios que también mueven la hemolinfa en el interior de las alas y las patas. Esta hemolinfa está formada principalmente por plasma y células ameboides que aparentemente no participa mucho en el intercambio de oxígeno.

Sistema circulatorio de un insecto
Sistema circulatorio de un insecto modelo.



Intercambio gaseoso

Los animales terrestres necesitan un sistema respiratorio ficiente que permita el intercambio de dióxido de carbono por oxígeno pero que al mismo tiempo evite la pérdida de agua. En los insectos el sistema traqueal se encarga de este intercambio; consiste en una red de tubos de pared fina muy ramificada y extendida por todo el interior del cuerpo. Estos tubos traqueales se abren al exterior mediante unos orificios, los espiráculos, paredeados, normalmente dos torácicos y siete u ocho en el abdomen.

Sistema respiratorio de un insecto
Sistema respiratorio de un insecto modelo.



Un espiráculo puede ser un simple orificio en el intertegumento, como ocurre en los insectos más primitivos, o un sistema más perfeccionado con una válvula o similar que reduzca la pérdida de agua; puede incluso tener sedas para prevenir la entrada de parásitos o suciedad.

Las tráqueas están formadas por una capa sencilla de células; presentan engrosamientos (tenidios), de soporte, para evitar su colapso. Estas tráqueas se van ramificando y volviéndose cada vez más finas hasta convertirse en traqueolas. En los insectos más grandes las tráqueas pueden alcanzar varios milímetros de longitud y en su extremo alcanzar tan sólo una o dos micras de grosor, y las traqueolas hasta la décima parte de una micra.

Tráqueas en un insecto
Espiráculo en un insecto modelo.



El sistema traqueal puede incluso tener sacos aéreos, que son tráqueas dilatadas sin tenidios, flexibles, que aumentan el volumen de aire inspirado o expirado y que pueden tener funciones no relacionadas con la respiración; así, en algunos insectos, estos sacos pueden contribuir a disminir el volumen durante el crecimiento sin cambiar la forma del insecto, reduciendo el peso de los mismos.

Tráqueas en un insecto
Saco aéreo en un insecto modelo.



En algunos insectos muy pequeños, el transporte gaseoso se produce simplemente por dufisión.

El sistema traqueal no es más que una adaptación para respirar aire, pero muchos insectos, ya sean ninfas, larvas o incluso el adulto, tienen vida acuática. En estos casos el intercambio se produce por difusión o gracias a la presencia de unas branquias traqueales, unas finas extensiones del cuerpo que actúan a modo de branquias.
Aida Lorenzo Corchón

Comparte en:

Citar como

Aida Lorenzo Corchón. "Los insectos. Morfología interna; nutrición, respiración y circulación". asturnatura.com [en línea] Num. 377, 18/06/2012 [consultado el 3/4/2024]. Disponible en https://www.asturnatura.com/temarios/biologia/insectos/morfologia-interna-nutricion-respiracion-circulacion.
ISSN 1887-5068

Top