Poliquetos. La locomoción

La gran diversidad de poliquetos puede observarse en sus formas de vida, muy relacionadas con sus mecanismos de locomoción.

Los poliquetos excavadores sedentarios viven en galerías que ellos excaban y que tienen forma de U o verticales. Carecen de parapodios bien desarrollados así como órganos de los sentidos desarrollados. Quizás el más conocido de estos sea el gusano Arenicola marina, que vive enterrado en sustratos fangosos (fig. 1). Su medio de locomoción dentro de la galería es mediante su faringe, que evierte y ancla en el sustrato, desplazando el cuerpo mientras la retrae. En algunos gusanos terebélidos los pequeños parapodios tienen unas sedas con forma de gancho, uncinos, dispuestas en sentido opuesto las de los lados anterior o posterior para oponerse al movimiento del animal en la galería.

Los excavadores errantes se desplazan por el sedimento mediante movimientos peristálticos o incluso algunos nadan en la arena suelta buscando alimento.

Los gusanos tubícolas errantes emplean sus tubos como refugio o lugar desde donde acechar sus presas. Estos gusanos tienen unos órganos de los sentidos bien desarrollados y en cierto modo son semejantes a los gusanos reptantes.

Son más conocidos los tubícolas sedentarios, que muestran unas adaptaciones muy variadas para su vida en el interior del tubo; los órganos de los sentidos están poco desarrollados y sus parapodios lo mismo, ya que tan sólo presentan unas sedas ganchudas para ayudarse a desplazarse por el interior del tubo mediante movimientos peristálticos. La parte anterior está modificada; es frecuente que los palpos tentaculares estén modificados y formen un abanico de salientes pinnados llamados radiolas que en conjunto forman una especie de embudo que emplean para su alimentación. Estas radiolas pueden replegarse en el tubo al retraerse el animal en su interior. El tubo puede estar construido de arena y moco o de carbonato cálcico, y en algunas familias como los serpúlidos, una de las radiolas puede haberse modificado para formar un opérculo que cierra el tubo. En estos gusanos el peristomio también se ha modificado para ayudar en la construcción del tubo; se encuentra plegado hacia atrás formando una especie de collar que moldea el tubo.

• En los serpúlidos, con tubo duro, en la base del mismo desembocan dos glándulas secretoras de carbonato cálcico que el collar moldea a medida que endurecen y las acoplan al tubo.
  
  
• En los sabélidos, que tienen el tubo formado por una mezcla de arena y mucus, unas radiolas seleccionan el sedimento y lo trasladan a un par de sacos ventrales situados bajo la boca. El mucus procede del epitelio glanduloso del saco ventral o de la parte ventral de los segmentos; así se forma un cordón mucoso mezclado con los granos de arena que alcanza el collar, dividido en dos lóbulos, y al girar el animal en el tubo va moldeando el tubo poco a poco (fig. 2).
  
  

Existen grupos de poliquetos horadadores, que perforan las conchas de bivalvos o incluso los esqueletos de los corales, como el "arbol de navidad".

Los poliquetos de superficie son epibentónicos y se alojan en rocas, arrecifes y grietas. Todos son errantes. Destacan los gusanos escamosos, cortos, cuyo notopodio forma un élitro que permite que se introduzcan en las grietas en las que viven. Su tegumento es ciliado y se encarga de la respiración. Los ratones de mar (Aphrodita), también viven en la superficie y tienen el cuerpo cubierto de élitros provistos de densas sedas que les permiten vivir semienterrados.

Los pelágicos son también errantes. Tienen parópodos extendidos y de forma plana, a modo de remo, que les permiten flotar y nadar. Suelen ser transparentes y tienen ojos bastante desarrollados.