Petroglifos de La Xorenga

Petroglifos de La Xorenga En Asturias existen al menos 40 estaciones con grabados rupestres en los que se encuentran presentes elementos tradicionalmente asignados a la Edad del Bronce. Son motivos muy sencillos, por lo general simples vaciados lineales o de tendencia circular --canalillos y cazoletas--, que excepcionalmente pueden ir acompañados de otro tipo de representaciones más elaboradas. La razón por la que estas figuras fueron talladas continúa hoy siendo un misterio.

En Asturias, un número importante de estos yacimientos se distribuye sobre el tercio occidental de la región en parajes con una densa implantación del fenómeno megalítico. Sin embargo, a pesar del incremento de estaciones conocidas, el esquematismo de los rasgos representados y la ausencia de contextos arqueológicos significativos dificulta enormemente la determinación de su origen y función.

En Grandas de Salime, concejo asturiano limítrofe con la provincia de Lugo, se localiza uno de los conjuntos rupestres más interesantes de cuantos en esta región han sido tradicionalmente asignados a la Edad del Bronce.

Muy próximos a la localidad de Xestoselo, los grabados se distribuyen sobre varios afloramientos pizarrosos de modesta envergadura en el paraje denominado La Xorenga. Se trata de elementos muy simples, semejantes a otras manifestaciones artísticas prehistóricas en Asturias que, sin embargo, ofrecen algunos motivos que los singularizan respecto a aquéllas.

El descubrimiento de los grabados se debe, como buena parte del repertorio arqueológico asturiano, a la infatigable y desprendida labor de D. José Manuel González y Fernández-Valles, que desde 1970, fecha en la que se produce el hallazgo, realiza sucesivas visitas al emplazamiento de petroglifos hasta su parcial publicación en 1975, donde, junto con otras estaciones rupestres también atribuidas a la Edad del Bronce, se realiza una descripción muy general de los elementos observados.

La estación rupestre de La Xorenga está constituida por varios conjuntos de cazoletas, canalillos y figuras en forma de lazo que fueron grabados sobre los afloramientos sucesivos de pizarra que se extienden a lo largo de unos 500 metros, entre las poblaciones de Xestoselo y Llan de Carballo.

  • Conjunto I: se sitúa sobre el cruce de caminos de Xestoselo a Llan de Carballo con el de Padraira. El afloramiento alcanza una altura máxima sobre el suelo de unos 70 cm, sobre el cual han sido reconocidas más de 50 cazoletas, varios canalillos y 10 laciformes en los que se ha querido ver la representación esquemática de figuras humanas.

  • Conjunto II: se localiza en el encuentro de los caminos de Nogueirou y Llan de Carballo, sobre un crestón que no alcanza 1 metro de altura. Aunque el afloramiento es más amplio, los grabados se extienden a lo largo de unos 14 metros. Sobre la superficie se distribuyen más de 50 cazoletas comunicadas en muchos casos por canalillos. Además, han podido ser identificados 9 laciformes semejantes a los del conjunto I.

  • Conjunto III: se alza unos 60 metros al S.O. del anterior, al otro lado de la pista entre Xestoselo y Nogueirou. Este tercer peñascal presenta una altura aproximada de 0,70 metros y los grabados se extienden por una superficie de unos 3,50 m. Aquí se reocnocen, al menos, unas 40 cazoletas, canalillos y 1 laciforme.

Los petroglifos de La Xorenga se distribuyen sobre un paisaje caracterizado, en términos arqueológicos, por la presencia de abundantes monumentos tumulares que, al igual que los grabados rupestres, deben las primeras noticias de su existencia al profesor González, quien identificó en 1970 un primer grupo de 3 estructuras en torno a la población de Xestoselo. Desde entonces se han descubierto otros 6 túmulos que se extienden entre dicha localidad y las proximidades de los afloramientos rocosos. Bajo la masa de tierra y piedras que conforma su volumen depositaban los primitivos habitantes de estas comarcas los despojos de sus parientes difuntos. Alguno de estos monumentos estaba ya construido hace 6.000 años.

Sin embargo, a pesar de su proximidad, no existen pruebas que permitan establecer la familiaridad de estas tumbas prehistóricas con los grabados de La Xorenga, entre los que, por otra parte, se reúnen motivos probablemente de diferentes épocas. Así, frente a la mayor antigüedad de los más sencillos --canales y cazoletas--, insculpidos en tiempos prehistóricos, las figuras sobre lazo podrían corresponder a periodos no demasiado alejados en el tiempo. Cada día son más frecuentes los estudios que revelan cómo los signos de base cruciforme, asociadoso no a estaciones prehistóricas, son producto de épocas plenamente históricas. Los datos procedentes del Libro del Prior, redactado a finales del siglo XV, en el que se hace referencia a los apeos o límites territoriales de cada población, señala de manera reiterada los afloramientos de peñas, penedos, penas o finxos como puntos de referencia para las demarcaciones, con mención especial a las cruces (Cruzes de Benade). Así pues, no se descarta que estos signos pudiesen haber sido grabados sobre los lugares que por su antigüedad y posible contenido simbólico fueron objeto de veneración hasta tiempos relativamente recientes. De la vigencia de estas tradiciones paganas dan testimonoio las reiteradas reprobaciones de las autoridades eclesiásticas durante la Edad Media.
Fuente y bibliografía:
Petroglifos y túmulos prehistóricos entre el Neolítico y la Edad de Bronce. La Xorenga, folleto con texto y fotos de Ángel Villa Valdés, edit. Ayuntamiento de Grandas de Salime, Consejería de Industria, Comercio y Turismo del Principado de Asturias y Parque Histórico del Navia.

Fotografías de Petroglifos de La Xorenga

Dispones de 2 fotografías de Petroglifos de La Xorenga

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