Castillo de Monfragüe

Situado en el extremo más occidental de la Sierra de las Corchuelas y en el corazón del Parque Nacional del Monfragüe, las ruinas del castillo se corresponden con una sucesión de fortificaciones erigidas desde la antigüedad por diferentes pueblos que habitaron y defendieron el territorio donde se encuentra.

Inicialmente el lugar, un imponente crestón de cuarcita armoricana, estuvo ocupado por algún tipo de torreón, levantado por pueblos prerromanos. Dicho torreón fue reutilizado y reconstruido por los romanos, pero fueron los árabes los que en el año 811 decidieron ampliarlo y dotar al lugar de un mejor equipamiento, como así lo demuestra el aljibe situado en el extremo sur.

Posteriormente y tras la definitiva ocupación cristiana del baluarte, se ejecutan nuevas modificaciones en la estructura, desarrollándose un recinto principal con cinco torres (cuatro en los extremos de la muralla y un central, la torre del homenaje), un edificio para el culto donde se alojó la talla de la Virgen de Monfragüe (talla bizantina traída en el siglo XII desde las puertas de Jerusalén, en Palestina, por los caballeros cruzados de la Orden de Monte Gaudio, fundadores de la Orden de Monsfrag), e incluso una segunda muralla.

En la Guerra de la Independencia sufrió importantes destrozos y tras ésta, se aban donó casi por completo. Aunque se ha constatado su ocupación esporádica en la segunda mitad del siglo XIX, el hallazgo de un par de monedas de esta época en los sustratos superiores de la torre redonda lo confirman.

Una parte importante de estos elementos aún son apreciables hoy. Así, dos de las cinco torres (una cilíndrica del siglo XII y otra pentagonal cuyo origen está en el siglo XV), el aljibe, restos de ambas murallas y la ermita con la talla en su interior aún se conservan, aunque lamentablemente han perdido parte de su nobleza original. En la actualidad el castillo es utilizado por los numerosos visitantes del Parque. Las panorámicas que se pueden disfrutar desde lo alto de la torre pentagonal hacen de él un lugar de obligada visita.