Liocarcinus navigator (antes Liocarcinus arcuatus) (3 de 3)

Descripción

Toda la vida llamándole Liocarcinus arcuatus y cuando voy a verificar en WORMS la nomenclatura correcta antes de subir las fotos resulta que ahora se llama Liocarcinus navigator. ¡Estos taxónomos...!.

Juan Luis, habrá que cambiar el nombre a la ficha de la especie, supongo.

Pues un poco por variar de tantos gusanos y nudibranquios, hoy subo tres fotos de este ejemplar de cangrejito que cogí el 25 de agosto de 2013 en el interior de un estípite de laminaria que crecía sobre una cuerda de una batea.

Como en la ficha de la web aún no había fotos asociadas de esta especie, así queda documentada.

En la foto 1 se ve al cangrejo completo en vista dorsal. La foto 2 es un detalle del lado anterior izquierdo del caparazón, en la que se aprecia el diferente tamaño de los dientes laterales, que se van turnando en importancia, siendo siempre el menor el que hace el número 4 empezando a contar desde delante. Por último, la foto 3 es un detalle del espacio interocular, o borde frontal del caparazón, que en esta especie se caracteriza por la ausencia de dientes sobresalientes, siendo sustituidos por esa pilosidad tan llamativa que se ve.

Un saludo.

Etiquetas

#invertebrados #naturaleza #fotografía

Datos de la fotografía

Autor: Marcos Fernández Iglesias

Fecha de realización: 25/08/2013

Fecha de publicación: 23/04/2014

Visitas: 2078

Comentarios: 4

Localización

Pontevedra, Cangas, Zona externa de la Ría de Vigo (42.24687,-8.84462)

Registro

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Comentarios

¡Crueles taxónomos! Por cierto, ya estás descubriéndome en foto bichos que había visto en guías y nunca había visto in vivo... ¡Que envidia! Me encanta esta foto, por cierto. ¡Fuerte abrazo!

¡Ja, ja, ja...!. ¿Crueles?, ¡no, para nada!, indecisos quizás sí, un poquito. Y lo más chocante de todo es que cuando se modifica un taxón se hace desde una posición que muchas veces adquiere connotaciones de dogma de fe, por lo que resulta aún más desconcertante que al cabo de cierto tiempo dicha clasificación no sólo sea contradicha por una nueva, sino que la antigua (tenida y defendida hasta entonces como dogma de fe, ya digo) acabe convirtiéndose en anatema y su mera invocación en pecado (casi).

Eso es lo que me desconcierta, Fernando. No tanto la capacidad/necesidad de rectificar y modificar lo sabido (por más que nos cause bastantes trastornos a los vulgares aficionados como yo seguiros el ritmo), cuanto esa pretensión de verdad absoluta que destilan algunos colegas tuyos (¡no tú!) a la hora de decir que lo que hasta ayer era blanco, hoy es negro y mañana naranja. ¡Y quedarse tan panchos!.

En el mundo jurídico, quizás porque se parte de concepciones radicalmente diferentes (en derecho todo es opinable), la forma tradicional de concluir un informe o dictamen es afirmar que aunque ése sea el informe o dictamen del que lo suscribe, lo somete a cualquier otro mejor fundado en derecho. Es decir: se abre la posibilidad de que no sea "el mejor informe posible" ni una verdad absoluta.

Por eso me choca y me seguirá chocando tanto esa rotundidad de los taxónomos (de muchos de ellos) a la hora de defender sus tesis como si fuesen verdades incontestables (en todo caso, lo que está muy clarito para mí es que no son verdades eternas, je, je...).

Muchas gracias por tu comentario, Fernando. Me encanta que te guste la foto :D. Un abrazo muy fuerte.

¡Hola de nuevo! Excelente reflexión y comparto de sobra todas tus observaciones (máxime porque algunas de esas actitudes que comentas uno las sufre en sus propias carnes, ya te contaré un día que nos veamos ;) ). ¡Fuerte abrazo!

Bueno, la ficha ya está cambiada gracias a la oportuna observación de Marcos.

Juan Luis Menéndez

Juan Luis Menéndez

24-04-2014
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