Villa de Covarrubias

Covarrubias es una villa medieval de gran interés. Su ubicación, a orillas del Arlanza, ha facilitado su poblamiento desde época prerromana, pero es en la Alta Edad Media cuando adquiere las señas de identidad que hoy la distinguen como una de las villas con más carisma dentro de la provincia de Burgos, en buena medida debido a que fue plaza de avanzada de la vanguardia castellana frente al dominio califal y a su vinculación con el conde castellano Fernán González (siglo X). Por este motivo esta población es conocida como «La cuna de Castilla».
Villa de Covarrubias

Introducción

La villa de Covarrubias, que junto con las vecinas localidades de la Villa de Lerma (ver Conjunto Histórico de la Ciudad de Lerma) y la Villa de Santo Domingo de Silos forma el llamado Triángulo del Arlanza, es una pequeña localidad burgalesa que aún conserva reminiscencias medievales, como es su trazado urbano, el estrechamiento de sus calles o las pequeñas plazas soportaladas, que hacían las veces de mercado y foro popular. Su nombre se debe a las numerosas cuevas de color rojizo, cuevas-rojas, que se hallan cerca del casco urbano, mirando al río Arlanza, en la carretera que conduce a Salas de los Infantes, pasando por el derrumbado Monasterio de San Pedro de Arlanza.

Historia

Numerosas culturas —paleolítica, celtibérica, romana...— se han asentado en el fértil valle en el que se encuentra Covarrubias, y de todas se han encontrado vestigios. Pero los primeros pobladores conocidos de Covarrubias fueron los turmódigos, tribu ibérica prerromana extendida por gran parte de la provincia de Burgos. Pero el origen de esta villa es medieval, fue fundada por el rey visigodo Chindasvinto en el siglo VII sobre los restos de un castro romano, aunque las murallas que construyó fueron destruidas hacia el año 737.

Tras el paso de los Visigodos, la primitiva villa recibió a los árabes. Y con los últimos días de éstos, aparece la figura de primer conde independiente de Castilla, Fernán González, quien unificó Castilla. Al conde le gustaba descansar en esta villa, en el palacio que tenía su madre Muniadona.

A García Fernández, su hijo, se debe el engrandecimiento de Covarrubias. Dos años después de la muerte de Fernán, compra la villa de Covarrubias a los monjes de Valeránica, y funda el Infantado de Covarrubias el 24 de noviembre de 978, con lo que la villa se convierte en capital de un extenso territorio independiente, con jurisdicción propia en lo eclesiástico como en lo civil y penal gozando a su vez de exenciones tributarias privilegiadas. En un principio, sería disfrutado por su hija Urraca, la única con poder pleno sobre todo lo ubicado en tal demarcación: anulando la autoridad del Conde Soberano de Castilla o del mismo rey.

Como los dominios del Infantado se dispersaban por un área muy amplia (gran parte de las provincias actuales de Burgos, Santander, Álava, Logroño y Palencia) sus habitantes podían circular por toda Castilla con entera libertad. En sus comienzos, el infantado de Covarrubias comprendería setenta villas e iglesias, veinte monasterios, infinidad de caseríos, quintas, montes, prados, pozos de sal, etc.

El infantado atravesó una grave crisis a la muerte de doña Sancha, infanta de Covarrubias, y del rey de Castilla Sancho III. La vacante quedó vacía y Alfonso VIII confió al Arzobispo de Toledo la célebre institución. Pero Fernando III el Santo —nieto de Alfonso VIII— consumó la restauración a instancias de su madre doña Berenguela. Este soberano reunió los miembros separados, devolvió su autonomía primitiva y no habiendo en Castilla infanta, instauró en su gobierno al infante Felipe de Castilla.

Pero la aparición de la princesa Cristina de Noruega, hija del rey Haakon IV de Noruega, acabó con la vida religiosa de Felipe. Kristina, se supone había venido para casarse con el rey Alfonso X el Sabio —que no tenía descendencia con su esposa doña Violante, y ardía en deseos de repudiarla y tener un heredero—, pero a su llegada, la reina doña Violante iba a ser madre. ¿Qué hacer con la infanta noruega y con el pacto con el rey Haakon? Rápida y astutamente la dieron a elegir entre los hermanos del rey Alfonso, eligiendo ella —guiada por el propio rey— al infante Felipe, con quien se casa el día 31 de marzo de 1258 en Valladolid. Pero la dulce princesa nórdica, muere de melancolía en Sevilla, tras cuatro años de matrimonio, encerrada en su palacio, añorando los fiordos noruegos, y su vida en Tönsberg. Fue enterrada en la colegiata de Covarrubias, en un sepulcro gótico de piedra labrada con una arquería de 10 vanos y un friso superior de roleos.

A partir de 1759, y con la desaparición de la abadía, los privilegios quedaron anulados, y si alguno de carácter civil logró subsistir, solamente alcanzó al reinado de Isabel II, durante el que fueron abolidos todos definitivamente.

Plan urbano

El entramado de madera domina en el área, aunque siempre acompañado por algunas casas de piedra o barro. Sigue asentándose sobre una planta baja compuesta por fábrica de mampostería de pequeños tamaños y de factura muy tosca, empleando pies derechos de madera para conformarla y facilitar el apoyo del entramado superior. Esta solución aquí se hace muy frecuente facilitando la constitución y protección de esquinas y huecos, que de otra manera hubiera necesitado piezas de sillería o ladrillo para constituirlas, empleando para su formación la imperecedera y olorosa madera de sabina. La solución de vuelos pequeños y sucesivos es también frecuente, apreciándose en ellos que a menudo se arriostran, al haberse desprendido el revoco que los protegía.

Generalmente, cuando en el entramado se emplea la sabina, ésta no requiere cubrición, aunque a veces se haga al estar rehundida respecto al paño de la fachada. Al contrario, cuando la madera es de menor calidad y durabilidad se recubre con el mismo revoco. Se cubrían de mortero de barrio los adobes o pequeños tapiales para igualarlos con las piezas de entramado, como el revestimiento más tradicional. A éste se le añadía, a veces, un revoco de yeso o cal, que podría incluso tapar ya el entramado, necesitando para que agarre o bien que la madera no estuviera escuadrada, con una superficie irregular, o bien si estaba cortada y escuadrada se picaba con la azuela. En Covarrubias también son bastante abundantes tanto los balcones volados y protegidos por el vuelo de la cubierta, como las solanas rehundidas que no llegan a alcanzar toda la fachada. El ejemplo de la casa del Obispo Peña, a pesar de su imagen singular como casa de época, incorpora la solana ligeramente volada de la fachada y a la vez claramente rehundida, acompañando al cuerpo volado cerrado, como elementos plenamente insertos en las tipologías tradicionales, ofreciendo un rico y variado trabajo de las cabezas de vigas y aleros o incluso de las carreras, en un ejemplo de virtuosismo carpintero que es extraño a la tosquedad de las construcciones más populares.

Patrimonio y monumentos

Toda la Villa de Covarrubias fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico el 28 de octubre de 1965. Entre su patrimonio merecen especial mención:

  • Torreón de Fernán González o de Doña Urraca. Es una torre defensiva del siglo X, considerada como obra mozárabe, que enlazaría con la muralla que rodeaba la población. El recinto amurallado que rodea la torre albergó el Palacio del Abad de Covarrubias, que hoy es una propiedad privada. Su forma es piramidal truncada y su planta rectangular. Sus medidas son: 10 x 14 m de lado el rectángulo de la base y 7,5 x 11 m en su parte superior. La sensación de solidez que nos transmite no es sólo apariencia ya que se sustenta sobre muros de hasta cuatro metros de grosor en su base.

  • Colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias. La Colegiata, es del siglo XV, posee tres naves y cuatro capillas, un bello claustro del siglo XVI, un órgano del siglo XVII —el más antiguo de Castilla que sigue sonando—, magníficos altares barrocos del siglo XVIII y un museo parroquial. El museo acoge capiteles románicos, tablas de Berruguete y Van Eyck, y el extraordinario Tríptico de la Adoración de los Reyes Magos, del siglo XV, atribuido a un discípulo de Gil de Siloé.

  • Muralla. Hasta la segunda mitad del siglo XVI Covarrubias estuvo totalmente amurallada. Fue entonces cuando, a fin de combatir una peste que asolaba la Villa, el divino Valles, médico personal de Felipe II, y oriundo de Covarrubias, ordenó derribar las murallas para que el viento sanease las calles. La muralla debió tener tres puertas, la correspondiente a la entrada por el puente perduró hasta 1888, y está representada en el escudo de la villa. De todas formas, aún conserva Covarrubias buena muestra de aquellas tremendas murallas, tanto en el lado del río (el paseo de la Solana), como en el interior del pueblo, junto a la Iglesia de Santo Tomás.

  • Iglesia Parroquial de Santo Tomás. Esta iglesia fue construida en el siglo XII, pero de la original no queda apenas nada. La que hoy podemos observar es del siglo XV, aunque conserva algún resto de la original en la nave derecha. En el templo de Santo Tomás se conserva el órgano que, aunque menos antiguo que el de la Colegiata, ya que este data del siglo XVIII, sigue sonando increíblemente, sobre todo los clarines que son dignos de oír. El edificio tiene muchos componentes interesantes como son su colección de retablos, la vidriera renacentista que representa la natividad, la hermosa pila bautismal, que es la original y por lo tanto románica, y por supuesto la escalera plateresca, «joya» de la iglesia. Los retablos originales fueron sustituidos en época barroca. El principal, neoclásico del siglo XVIII, muestra la Asunción de la Virgen. Otro retablo interesante es el dedicado a San José, que enmarca tres tablas hispanoflamencas del siglo XV.

  • Archivo del Adelantamiento de Castilla. Construido en la segunda mitad del siglo XVI por mandato de Felipe II, es de estilo herreriano con decoración renacentista, consiste en un gigantesco prisma pétreo con base rectangular, sostenido con ocho contrafuertes. Asemeja a un hórreo gallego de grandes dimensiones, pero en el que se ha excluido, por completo, la madera, con el fin de evitar posibles incendios. Este edificio fue un centro de documentación de todas las escrituras que emanaban del Adelantamiento de Castilla, cuyo tribunal y sede estaba en Burgos, pero en el siglo XVIII perdió su función, ya que todo lo que en él había fue trasladado al actual Archivo General de Simancas. La entrada de este archivo es conocida como Puerta Real, por ser la entrada principal a la Villa. Encima de ella, se puede ver el escudo de Felipe II, en el que destaca, por su gracia y rareza, el toisón de oro y se le considera el más perfecto y completo, que conservamos del mismo; en él están representados todos sus estados. Las rejas de hierro de las ventanas y contraventanas son todavía las originales. Fue utilizado como Ayuntamiento, y hoy en día acoge la oficina de Información y Turismo, la Biblioteca municipal y una sala de Exposiciones.

  • Rollo jurisdiccional. En el barrio del Arrabal podemos ver el Rollo jurisdiccional. Data del siglo XVI. Los rollos de justicia o jurisdiccionales son una muestra de que la localidad tenía jurisdicción propia, siendo el lugar público donde se ejercía la justicia.

  • Casa de doña Sancha. Es el máximo exponente de la arquitectura tradicional de la villa. Data del siglo XV. Su fachada es de adobe y el clásico entramado de madera. El amplio soportal y su balconada son increíbles aprovechamientos climáticos, el uno para protegerse del sol y el otro para disfrutar de él.

  • Cruceros. En la villa encontramos dos bellos cruceros del siglo XVI: uno situado frente al Torreón de Fernán González, y el otro, frente al Archivo del Adelantamiento de Castilla.

  • Palacio de Fernán González, que hoy acoge el Ayuntamiento de la villa, y tiene una sala de exposiciones habilitada en la bodega, dice la tradición que fue habitado por el conde. De esa época solo queda un arco románico del siglo XII.

Fuente y bibliografía:
Wikipedia

Fotografías de Villa de Covarrubias

Dispones de 20 fotografías de Villa de Covarrubias

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