Restos del Convento de San Antonio El Real de Salamanca

Restos del Convento de San Antonio El Real de Salamanca Sus ruinas, consolidadas, albergan en la actualidad una firma comercial, de la que constituyen un nada desdeñable atractivo, lo que demuestra hasta qué punto el patrimonio arquitectónico puede tener un valor añadido. Otra parte de menor interés se conservan dentro del Teatro Liceo. Antes de ser dignificadas, y ocultas por entonces a la vista del público, albergaron un teatro, una oficina bancaria y viviendas. El teatro fue inaugurado en 2002 y la tienda en 2005.

El primer intento de fundar este convento franciscano, levantado en el centro de la ciudad a escasos metros de la Plaza Mayor, tuvo lugar en 1732 cuando el marqués de la Compuesta comunicaba al Ayuntamiento de Salamanca que el Rey había autorizado a los religiosos de la Provincia de San Miguel a construir en esta ciudad un hospicio que sirviera de asilo a los viejos frailes. En 1733 se les adjudica el lugar del Monte Olivete, pero la cesión del conde de las Amayuelas de su palacio sito en el enclave citado haría que se decantaran por esta céntrica ubicación.

Las obras comenzarían, no sin la oposición de otros conventos que veían mermados sus ingresos, en 1736, de hecho en ese año el Consistorio da permiso a los frailes para que saquen piedra de las canteras próximas al matadero. A raíz de las protestas se insistió en el hecho de que sólo se podía construir enfermería que cubriera los fines fundacionales. El hilo constructivo arranca con la iglesia, ya que se servirían en un primer momento de las propias habitaciones del palacio del aristócrata. En 1745 ya se había construido la cabecera, el crucero, gran parte de la nave, la sacristía y una capilla, todo ello proyectado por fray Francisco de la Visitación, perteneciente a la propia comunidad religiosa; sobre el proyecto emitió un dictamen Manuel de Larra Churriguera. Un año después las obras estaban muy avanzadas y se había volteado la cúpula. En 1746 las obras continuaban, pero al parecer no llegarían nunca a ser finalizadas.

Jerónimo García de Quiñones fue el proyectista del claustro en 1756. De esa obra no quedan restos importantes, pero por la documentación se sabe que tenía dos pisos y que llevarían bóvedas de aristas en las galerías bajas. También entonces se construyeron las celdas. Las relaciones entre el arquitecto y el convento no marcharon bien a juzgar por los largos pleitos en que se vieron envueltos, que demoraron las obras e incluso impidieron la terminación del convento, que al igual que la iglesia nunca contó con una fachada monumental. Juan de Sagarbinaga intervino como perito.

La parte más importante conservada se corresponde con la capilla mayor, crucero, nave y muros perimetrales con restos de las capillas colaterales. En los muros conservados destaca un entablamento cuyo friso se decora con rosetas y una cornisa muy saliente sobre mútulos, sostenido todo por pilastras estriadas con capiteles corintios. Todo el espacio se cubría con bóvedas de medio cañón con lunetos con profusas decoraciones, excepto el crucero, en el que se levantaba la cúpula octogonal sin trasdosar; en el intradós luce decoraciones radiales con franjas pétreas; tiene la peculiaridad de abrir ventanas en las pechinas, lo cual repercutiría favorablemente en la iluminación del crucero. Destacan por su buena calidad de labra los escudos reales.

Bastante menos queda del convento levantado al norte y "fagocitado" por el Teatro Liceo primitivo. La construcción del nuevo teatro ha permitido un mejor conocimiento de las ruinas del convento. Particular relevancia tiene la sacristía, de dos tramos con bóvedas de arista sobre un entablamento con triglifos y metopas circulares. Tiene dos arcos en esviaje, uno de ellos la comunicaba con la iglesia, puertas con dinteles y otras con arcos semicirculares además de dos huecos para cajoneras y uno para un posible aguamanil. A esta dependencia se accedía por una puerta adintelada con un marco dotado con grandes orejeras.
Fuente y bibliografía:
Junta de Castilla y León. Portal de Patrimonio Cultural de Castilla y León. José Ramón Nieto González.

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Glosario de términos

Aguamanil
Jarro con pico para echar agua en la palangana o pila donde se lavan las manos, y para dar aguamanos
Arco
Elemento sustentante, que descarga los empujes, desviándolos lateralmente, y que está destinado a franquear un espacio por medio de un trayecto generalmente curvo.
Cabecera
Testero de la iglesia o parte en que se halla el altar principal.
Capilla
Edificio contiguo a una iglesia o parte integrante de ella, con altar y advocación particular.
Capitel
Parte superior de una columna, compuesta de molduras y otros elementos decorativos. Elemento colocado sobre el fuste de una columna que sostiene directamente el arquitrabe, arco etc. Los capiteles pueden ser vegetales, historiados (con historias), figurados (con personajes), antropomorfos (se reconocen figuras humanas), zoomórficos (animales conocidos) y fantásticos (animales no existentes). La voz proviene del latín capitellum diminutivo de caput (cabeza)
Claustro
Galeria cubierta alrededor de un patio generalmente cuadrangular y separada de él por columnas o arquerias. Suele estar adyacente a la iglesia y formando parte de un complejo mayor (catedral, monasterio etc.). Su etimologia procede de claustrum = cerrado.
Convento
Del latín conventus (asamblea o congregación) derivado de conveniere (juntarse). Edificio donde habita una conjunto de religiosos.
Cornisa
1. Coronamiento compuesto de molduras, o cuerpo voladizo con molduras, que sirve de remate a otro. 2. Parte superior del cornisamento de un pedestal, edificio o habitación.
Crucero
Espacio en que se cruzan la nave central de una iglesia y la que la atraviesa.
Dintel
Elemento horizontal que soporta un carga, apoyando sus extremos en las jambas o pies derechos de una vano.
Friso
Faja decorativa de desarrollo horizontal y especificamente la parte entre el arquitrabe y la cornisa en los ordenes clásicos.
Luneto
Bovedilla en forma de media luna abierta en la bóveda principal para dar luz a esta
Metopa
En el friso dórico, espacio que media entre triglifo y triglifo
Nave
Cada uno de los espacios en que se divide longitudinalmente una iglesia.
Pechina
Cada uno de los cuatro triangulos curvilineos sobre los que se sustenta una cúpula. Sirven para pasar de la planta cuadrada a la circular.
Pilastra
Pilar de planta rectangular adosado a un muro.
Trasdos
Superficie que delimita la parte superior de un arco.
Triglifo
Adorno del friso dórico que tiene forma de rectángulo saliente y está surcado por tres canales
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