Real Monasterio de Santa María de Guadalupe

Real Monasterio de Santa María de Guadalupe El Real Monasterio de Santa María de Guadalupe es un edificio religioso único, mezcla de estilos gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico, cuya construcción se ha desarrollado entre los siglos XIII y XVIII que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993.

La leyenda

La existencia de este Monasterio y Santuario está estrechamente ligados al origen de la imagen de Santa María de Guadalupe, y por tanto es esta el motivo de su construcción y de su expansión por todo el mundo. Algunos códices antiguos sitúan el origen de la imagen de la Virgen de Guadalupe en el siglo I del cristianismo y a su autor al mismísimo San Lucas, aunque la imagen que hoy se venera en este lugar es una talla románica, en cedro, del siglo XII.

Cuenta la leyenda que muerto San Lucas, la imagen fue enterrada junto a él y trasladada junto a sus restos desde Acaya (Asía Menor) hasta Constantinopla en el siglo IV. Desde allí el cardenal Gregorio la llevó a Roma (582) , siendo elegido papa en el año 590 con el nombre de Gregorio Magno. Se convierte este papa en el principal devoto de la imagen y el primer artífice de la expansión de la misma en Roma. La imagen se trasladó desde Roma a Sevilla, pues el papa se la regaló al arzobispo de la ciudad hispalense, San Leandro, en cuya iglesia principal comenzó a venerarse hasta el comienzo de la invasión árabe (711).

Hacia el año 714 huyendo de esta invasión unos clérigos que huían de Sevilla de la llevaron consigo y algunas reliquias de santos, escondiéndolos en los márgenes del río Guadalupe, cerca de la falda sur de la sierra de Altamira, donde fue hallada por un pastor llamado Gil Cordero.

Andaba el pastor varios días buscando una vaca extraviada hasta dar con ella y hallarla muerta. Al tratar de aprovechar la piel y hacerle en el pecho la señal de la cruz el animal se levantó y en ese momento se le apareció la Virgen que le habló, acomendándole la tarea de excavar en aquel mismo lugar para encontrar su imagen y posteriormente edificar una ermita que a la postre se convertiría en Monasterio y Santuario.

Historia

El Santuario comenzó su andadura a finales del siglo XIII, siendo inicialmente una pequeña ermita, pobre y humilde, custodiada en sus primeros años por el sacerdote Pedro García (1330), a la que sustituyó la denominada segunda iglesia a finales del siglo XIV. Alfonso XI, que gustaba cazar por estas sierras, visitó Guadalupe en el año 1335, contemplando el estado ruinoso de la primitiva ermita y comenzando las gestiones para proceder a su restauración.

Se designó al cardenal Pedro Gómez Barroso como custodio, ocupándose de tal cometido desde 1335 hasta 1341. En este tiempo se fundó en 1337 la Puebla y por orden de Alfonso XI comenzaron a construir el Monasterio (1340) solicitando y obteniendo para este lugar la creación de un priorato secular y lo declaró de su real patronato. El priorato secular, dotado con el señorío civil del prior sobre la Puebla, estuvo dirigido por cuatro priores entre los años 1341 y 1389, finalizando este con la entrega del santuario a la Orden de San Jerónimo, que se mantuvieron en este lugar cuatro siglos, hasta que la desamortización de 1835 puso fin a este periplo, pasando a ser parroquia secular de la archidiócesis de Toledo, que regentaban sacerdotes.

Como distinciones destacables la concesión del distintivo "Real" por concesión de Alfonso XI en 1340, "Pontificio" por concesión de Pío XII en 1955, "Monumento Nacional" en 1879 y "Patrimonio de la Humanidad" por la UNESCO en 1993. Además la imagen de Santa María de Guadalupe ostenta el título de "Reina de las Españas o de la Hispanidad" otorgado por Alfonso XIII en 1928 y Patrona de Extremadura" en 1907.

Tiene este enclave una historia de Fe y Cultura de más de siete siglos, manifestadas en su majestuosa biblioteca y librería y capillas musicales, en su Scriptorium o Escribanía de libros miniados o "iluminados", en sus talleres de bordados, de orfebrería, en sus reales hospitales, farmacia y en todo sus obras artísticas.

El Monasterio de Guadalupe es y fue un monumento de notable importancia: fue el principal Monasterio de la Orden Jerónima, es un exponente excepcional de la arquitectura por su diversidad y variedad de estilos (destacan el Templo, Claustro Mudéjar y templete, este último único en el mundo), vinculado a la historia media y moderna de España por su relación con los reyes Católicos, protagonismo de excepción con la evangelización y conquista de América, centro de cultural de primer nivel, centro de investigación y enseñanza (escuela de medicina, botica, scriptorium,...), talleres de diversa índole (bordados, orfebrería, miniados), biblioteca con un fondo extenso y rico, centro de peregrinación y hospedería.

Peregrinos ilustres

Desde que fundase la Puebla y monasterio, Alfonso XI, la práctica totalidad de los reyes de Castilla tenían por tradición acudir a este lugar, la cual también se extendió a la casa de Austria y se perdió, entre los siglos XVIII y XIX con la llegada de los Borbones, siendo recuperada la misma por Alfonso XIII (abuelo del actual Juan Carlos I).

Comienzan las peregrinaciones reales a este santuario con Alfonso XI, quien tras la batalla del Salado viene a Guadalupe el 25 de diciembre de 1340 para dar gracias a la Virgen.

Juan II de Castilla hace lo propio en el año 1430, acompañado de su privado Álvaro de Luna y de Juan II de Aragón y I de Navarra, grandes devotos de la imagen de Las Villuercas. En 1464 Enrique IV, su hermana Isabel y Alfonso V de Portugal se encontraron en el Monasterio, para intentar casar a la futura reina, Doña Isabel, que entonces contaba con 13 años y posiblemente fue la primera vez que se encontró en este lugar. Los restos de Enrique IV (muerto en 1474) y de su madre, la reina Doña María de Aragón reposan entre estos muros, indicativo del apego real con este santuario.

La mayor vinculación real, por el número de veces que vinieron hasta Guadalupe y por su apego, fue precisamente la de los Reyes Católicos, don Fernando y Doña Isabel. Esta última incluso ordenó que su testamento se custodiase por los monjes, como así fue. Aquí en Guadalupe, también se dispusieron las órdenes que Cristóbal Colón necesitaba para emprender el viaje hacia la conquista de América. Como fecha importante, la presencia de esta y su esposo, don Fernando, el 20 de junio de 1492 para firmar las cartas a los alcaldes de Palos y Moguer para ayudar a Cristóbal Colón en el aprovisionamiento y preparación de sus carabelas para el viaje.

El emperador Carlos V pasó también por Guadalupe la semana Santa de 1525, acompañado de su hermana, la reina de Francia doña Leonor, Infanta de Castilla y otros altos personajes de la Corte Imperial.

Felipe II, estuvo en Guadalupe por primera vez el 18 de enero de 1570, cuando iba camino de Córdoba y acompañado por sus sobrinos hijos de su hermana. El rey de Portugal, don Sebastián y su tío Felipe II también se encontraron en Guadalupe en las navidades de 1576. Felipe III hizo lo propio en cuatro ocasiones (1605, 1618 y doblemente en 1619) y Felipe IV y su hijo natural, Juan José de Austria, también contemplaron las maravillas artísticas de este lugar.

Los borbones Felipe V, Luis I, Fernando VI, Carlos III, Carlos IV, Fernando VI, Isabel II y Alfonso XII no consta que peregrinasen hasta este Santuario. Sin embargo, si lo hizo Alfonso XIII que estuvo por primera vez en Guadalupe en diciembre de 1926 siendo el primer Borbón en visitar el monasterio. También fue, junto con el Cardenal Segura, el encargado de coronar a la Virgen de Guadalupe como reina de la Hispanidad, el 12 de octubre de 1928.

Después de este, su nieto don Juan Carlos I, ha visitado varias veces Guadalupe: Como príncipe en 1961 y 1965; como rey en 1977 (con la reina Doña Sofía de Grecia), en 1978 (con su esposa y sus hijos, el príncipe don Felipe y las Infantas Elena y Cristina) y en 1990. El 19 de junio de 1992, doña Sofía vino para presidir la Conferencia de Ministros Iberoamericanos de Educación, visita que también hizo en solitario en el año 2003. En el año 1994 son los Reyes de Bélgica, don Alberto II y su esposa doña Paola hacen lo propio acompañando a los monarcas. Los príncipes de Asturias, Felipe y Leticia también estuvieron en diciembre de 2004.

Miguel de Cervantes, tras su liberación del cautiverio de Argel quiso acercarse a este santo lugar para ofrecer a la Virgen las cadenas del cautiverio. Lo hizo en el año 1580, época en la que la basílica contaba con un espacio reservado para los grilletes de liberados.

Cronistas y viajeros como el Barón de Romithal, cuñado del rey de Bohemia, o el médico alemán Jerónimo Münzer pasaron por este monasterio. Entre los cronistas, se destacan los relatos de los viajes del portugués Gaspar Barreiros, que estuvo en el santuario en 1536, o las crónicas del historiador sevillano Pedro de Medina (1549), junto a las referencias a este lugar en el Viaje de España de Antonio Ponz, o las del valenciano Bartolomé de Villalba y Estaña, que en 1577 escribió el libro Los veinte libros del peregrino curioso. Otros como el francés A. Jouvín, el agregado de la embajada francesa Laborde, el famoso Pascual Madoz para recabar datos para su diccionario y Víctor Balaguer que en su libro Los frailes y sus conventos da cuenta de este cenobio.

Existen testimonios de las dos visitas del capitán inglés Samuel Edward C. Widdrington, la segunda vez acompañado por el doctor Daubeny, profesor de Química y Botánica de la Universidad de Oxford.

Miguel de Unamuno llega a Guadalupe en junio de 1908, publicando tres años más tarde los recuerdos del viaje en su libro Por Tierras de España y Portugal.

También hay documentación que acredita que también estuvieron en Guadalupe Iñigo López de Mendoza, (Marqués de Santillana), Luis de Góngora, Félix Lope de Vega Carpio, Vicente Barrantes Moreno, Antonio Reyes Huertas, Rafael Alberti, José María Pemán y muchos/as otros.

El almirante Cristóbal Colón estuvo muy ligado a los Reyes Católicos y por ello, tuvo presencia en Guadalupe en cuatro ocasiones con motivo de su empresa de la conquista de América: El 21 de abril de 1486; los días 5 y 6 de abril de 1486; en 1493 tras su logro del primer viaje, y en 1496 tras su segundo viaje trayendo consigo dos indios, Cristóbal y Pedro, que fueron bautizados en la pila que hoy se encuentra en la fuente de la plaza de Santa María.

Hernán Cortes, también pasó por Guadalupe en 1528, dando gracias a la Virgen por salvarle la vida ante la picadura de un alacrán, tal y como nos relata Bernal Díaz del Castillo.

Arquitectura

Exterior

La fachada principal se sitúa en la zona sur del monasterio, frente a la principal de la Puebla, la plaza de Santa María de Guadalupe, protegida por un atrio de granito. Se extiende entre el espacio ocupado por las torres de Santa Ana y de la Portería, construcciones sólidas del siglo XV. De estilo gótico español, con materiales y elementos mudéjares, este elemento arquitectónico del monasterio fue construido por el primer prior del monasterio fray Fernando Yáñez de Figueroa, muerto en 1412, aunque sufrió posteriormente muchas aberraciones e incorporaciones poco estéticas hasta que finalmente, Luis Menéndez Pidal, entre 1951 y 1963, le otorga la grandiosidad original, tal y como hoy la contemplamos.

Consta de dos cuerpos: la doble entrada del templo con réplica de las puertas de bronce originales (estas se encuentran en el Auditorio) que Pablo de Colonia repujase en el siglo XIV sobre las que se elevan dos arcos adornados con elementos góticos; el segundo cuerpo, con dos grandes ventanales góticos con arcos apuntados y vidrieras sobre un zócalo adornado con arquería. Recorre toda la fachada un friso coronado por una elegante crestería.

Digno es de destacar también en el muro sur del recinto del templo, visible desde al atrio y la plaza, un rosetón gótico-mudéjar enmarcado en un cuadrado con las armas reales de Castilla y de León, defendido por dos pilastras-contrafuertes y adornado con otros dos pilares.

La Torre de la portería fue construida en los siglos XIV-XV La torre de la portería se sitúa a la izquierda de la fachada. Ofrece en su frente un matacán y tres arcos apuntados, y está rematada con un tejado a cuatro aguas con frisos de molduras de ladrillos. En el muro de esta torre en su parte baja, todavía se conservan un arco gótico de medio punto y una columna (vestigios del antiguo pórtico de la portería).

La Torre de Santa Ana es de la misma época que la anterior ( Siglos XIV-XV) y estrechamente relacionada a aquella y a la fachada principal del monasterio esta torre presenta en su frente dos vanos con arcos góticos apuntados y otro adintelado con balconaje. Remata con una serie de almenas por sus cuatro lados que le imprimen un recio carácter de fortaleza. Sobre esta torre se encuentra "La Campana del rey Don Pedro" fabricada por los maestros broncistas Bernal Pérez y Alfonso Domínguez de Sevilla sobre 1364. También aloja la capilla de Santa Ana y el reloj actual. La torre está coronada por almenas.

La Torre de las campanas fue levantada en 1363, consta de cuatro cuerpos de mampostería con sillares en las esquinas. El cuerpo que aloja el campanario tiene tres ventanas con arco apuntado encuadradas en alfiz de ladrillo en cada lado. En el cuerpo superior se alojaba el relojero y el reloj. La rematan unas almenas y un pequeña espadaña. Se sitúa en la zona este del monasterio.

La Torre de San Gregorio se encuentra cerca de la torre de las campanas con la que se conecta mediante un arco puente. En la primera planta se aloja la capilla de San Gregorio próxima al claustro mudéjar; el segundo cuerpo forma parte del claustro alto.

Construidas en los Siglos XIV-XV son torres que se sitúan en los lados norte y oeste. Una de ellas, llamada del "Chapitel bonito" está en el ángulo noreste del claustro mudéjar; la de "Las Palomas" se sitúa en el ángulo noroeste y en el entreclaustro dos torreones semicirculares, el del Norte y el del Poniente.

El interior

La Iglesia de Guadalupe ha sido edificada tres veces a lo largo de su historia, lo que dificulta enormemente poder detallar su origen constructivo, en cuya investigación se han centrado muchos de los estudios realizados en el Monasterio. Considerada más una ermita, la primitiva iglesia (extinguida en su totalidad) se hizo a finales del siglo XIII . La segunda de estilo mudéjar se estima fue edificada a principios del XIV (aún subsiste un ábside) y la última (la actual) fue finalizada en torno a 1403.

Se compone de tres naves, crucero y cabecera, de cruz latina y ábside poligonal. Destacan sus bóvedas de crucería. La nave central queda iluminada por los grandes ventanales góticos con bellas lacerías, con luz hacia un pasadizo situado en el grueso del muro, en cuyo lateral había un nuevo ventanal, con toda probabilidad muy semejante. Elementos muy característicos del gótico español y de las escuelas inglesa y francesa, se conjugan en este espacio, dándole una autenticidad y originalidad de excepción.

El Retablo mayor del templo es una obra extraordianaria,trazado por Juan Gómez de Mora y ejecutada por Juan Bautista Montenegro, con esculturas de Giraldo de Merlo, Jorge Manuel Theotocópuli y Juan Muñoz. Los lienzos son de Vicente Carducho y Eugenio Cajés, con dorados de Gaspar Cerezo y Gonzalo Marín. El sagrario, situado en la parte inferior del retablo, fue escritorio del rey Felipe II, realizado en madera de cedro con aplicaciones de bronce.

El Coro alto de la Iglesia dispuesto a los pies destaca por su sillería coral de estilo barroco con una interesante iconografía con 96 relieves. En el mismo coro se destaca la existencia de un gran atril o facistol barroco, labrado en bronce, dos retablos adosados a los pilares inmediatos al templo con dos lienzos grandes atribuidos a Zurbarán y otros más pequeños de autor desconocido.

El Claustro mudéjar de Guadalupe es uno de los mejores de su estilo, construido entre 1389 y 1405. Se compone de dos plantas de forma rectangular, con unos 40 metros de lado y doble número de arcos en el cuerpo alto con respecto al bajo.

Destaca en el claustro el templete realizado con barro cocido y ladrillo aplantillado, decorado con azulejos y yeserías. Corona su arquitectura una flecha con corchetes de cerámica blanca y verde, que se prolonga en un cruz de hierro. Su autoría es de Fray Juan de Sevilla, que probablemente fuera también del propio claustro. Otro templete, más recoleto se localiza frente a la puerta que conecta la actual Hospedería con el claustro, el que existe una réplica de la fuente del lavabo o Lavatorium, realizada en 1402 por Juan Francés y que en la actualidad se sitúa en la Capilla de Santa Ana. Este templete es de planta cuadrada con cuatro arcos de herradura.

Cabe remarcar en este claustro la presencia de unos lienzos de gran tamaño que nos muestran los numerosos milagros en los que ha intervenido la Virgen, de ahí que a este claustro también se le llama "de los milagros". Son obra de fray Juan de Santa María, que los pintó entre 1621 y 1623. En este espacio se encuentran también un buen número de sepulcros, donde destaca el realizado entre 1458 y 1460 por Egas Cueman para fray Gonzalo de Illescas, Obispo de Córdoba y Prior del Monasterio; también el del último Prior secular, Don Juan Serrano.

El Claustro Gótico, denominado también claustro de la enfermería o de la botica, actualmente utilizado dentro de las instalaciones de la Hospedería del Monasterio, es una obra mixta, de estilo mudéjar, gótico y clásico. Planta rectangular y fábrica de ladrillo, con seis arcos en los lados este y oeste, y cinco en el lado norte. Se compone de tres pisos. Los arcos son de medio punto (piso bajo), apuntados de tracería gótica de ladrillo aplantillado y pretil calado con rosetones y nervaturas (segunda planta) y arcos escarzanos sobre pilares octogonales los de la tercera planta. El claustro tiene un cerramiento exterior a base de mampostería, coronados en los ángulos por torreones cilíndricos rematados por chapiteles con tejas policromas de cerámica vidriada. Destacándose cuatro ventanales con motivos mudéjares y elementos decorativos de influjo islámico y gótico.

La capilla de Santa Ana es la capilla que se encuentra a la entrada del templo, construida en los primeros años del siglo XV, adornada con pinturas murales gótica-flamencas de la misma época. Destaca el Sepulcro de los Velasco de estilo gótico realizada por el escultor Egas Cueman. Desde esta capilla, en el cuerpo inferior de la torre de la portería (a la parte izquierda de la entrada) existe una fuente de bronce o lavatorio de 1402. En esta misma capilla sorprende un relieve gótico de la Anunciación tallado en alabastro y atribuido al mismo autor Egas Cueman. El retablo existente posee un retablo barroco con lienzos de Pablo de Céspedes.

La Nave de Santa Paula es la nave que comunica la Basílica con el templo, donde destacan en su parte superior unas pinturas murales de estilo mudéjar y una inscripción latina en letras góticas. Destacan dos lienzos: "La Aparición de Nuestra Señora al Pastor Gil Cordero", barroco de Pedro José de Uceda (1737) y "Aparición de fray Fernando Yáñez a fray Juan de Carrión", del pintor guadalupense fray Juan de Santa María.

La Real Capilla de Santa Catalina fue construida a mediados del siglo XV, de planta cuadrada cubierta con bóveda de crucería en la que se ubican dos retablos barrocos de Santa Catalina y Santa Paula, de Giraldo de Merlo (Siglo XVII), además de otras esculturas y una rica colección de siete lienzos, de tamaño mediano, barrocas de la escuela sevillana atribuidas a fray Juan de Santa María, pintor jerónimo del siglo XVII.

La Capilla de San Gregorio ocupa la parte baja de la Torre del mismo nombre y en el pasadizo que comunica el claustro mudéjar con la Capilla de Santa Catalina, después de la Capilla de Santa Cecilia. Destaca en este espacio el sepulcro del Prior Juan Serrano y el retablo en honor a San Gregorio que es un conjunto de clasicismo barroco, con dos lienzos de Pedro de Villafranca, San Gregorio Magno y Inmaculada Concepción de María.

El Relicario o Capilla de San José es una de las construcciones más importantes de fines del siglo XVI. Concebida para albergar las numerosas reliquias que el monasterio poseía, este espacio se compone de una planta octogonal, cubierta con cúpula iluminada con linterna y ornamentación a base de flores, ángeles e hipogrifos al temple, de estilo barroco y escuela sevillana. En cada casquete hay cuatro escenas de la vida de San José, que alternan con cuatro escudos. En las ocho ventanas, ángeles e hipogrifos, de autor desconocido. La Boveda del Relicario actualmente alberga una de las estancias museísticas del monasterio, en la que se exponen joyas, orfebrería de mucha calidad y valor, como la Arqueta de los Esmaltes de Juan de Segovia "El Platero" de segunda mitad del siglo XV y la Cruz relicario atribuida al mismo autor, entre otros.

El Camarín de la Virgen es una construcción barroca, denominada por algunos como "la antesala del cielo" este espacio se configura como un espacio íntimo de estilo rococó, de planta octogonal con dos cuerpos: el camarín propiamente dicho, de planta central de líneas mixtas, con cúpula semiesférica abierta con linterna y cupulín superior; y una estancia inferior denominada "Panteón" o "Capilla de los Siete Altares" del siglo XVII. El Camarín fue obra del maestro Francisco Rodríguez Romero, la cual finalizó en 1696. Pinturas murales, esculturas y lienzos de una gran calidad y valor artístico se dan cita en este espacio. Destacan los lienzos de Luca Giordano, las pinturas murales de Francesco Leonardoni, las pinturas al temple de Pedro José de Uceda, la esculturas de las ocho mujeres fuertes de la Biblia, atribuidas a Marcelino Roldán.

La imagen de Santa María de Guadalupe y su devoción son la razón de ser de este monasterio y santuario. Se trata de una imagen protogótica, fechada en el siglo XII, que sigue el tipo mariano de "Kiriptissa", es decir Virgen como trono del Señor. Realizada en madera de cedro, ennegrecida. Se sienta sobre un simple bancal, en posición frontal y sirve de trono al Niño, también en actitud hierática, ligeramente inclinado.

El Pabellón del capítulo y antigua librería son dos elementos constructivos del siglo XV ubicados en ella lado suroeste del monasterio, a los pies del templo. La primer planta fue sala capitular, dedicándose actualmente a sala de congresos y seminarios. El piso superior, con bóvedas de crucería fue la antigua librería. El acceso a la sala capitular se realiza por un patio pequeño (desde donde se comienza la visita al monasterio) que se llama de la mayordomía. De la sala capitular destaca la pintura al fresco, gótica, con una excelente conservación, especialmente en la bóveda de crucería, con motivos florales y el emblema del monasterio (jarrón de azucenas).

La Iglesia de la Santísima Trinidad, actualmente llamada Auditorio o "Iglesia Nueva", es una construcción de influencia americana, levantada por un descendiente directo de Colón, el duque de Veragua y almirante de las Indias, Don Pedro Nuño Florentín Colón, que finalizó la obra en 1736, según planos de Manuel Lara y Churriguera. De planta rectangular, con tres naves (la central más elevada). En la intersección del crucero se alza una cúpula, mientras el resto es de medio cañón con lunetos, y los laterales de aristas.En la actualidad se usa como espacio cultural.

Museos

Museo de bordados

Se ubica en el antiguo refectorio del monasterio, frente al templete del lavatorium y ha sido recientemente reformado para mostrar al visitante la gran calidad de sus bordados, realizados en el taller del monasterio que comienza su andadura a partir del año 1415. Capas, capillos, tocas, mantos y un buen número de objetos estrechamente con la liturgia o los oficios propios del monasterio, realizadas por artesanos en los talleres del monasterio, confeccionados con telas ricas y variadas, y con las técnicas más depuradas de la época, diversidad y estilo, además de la inclusión de metales preciosos en su realización, destacan las piezas de este museo.

Museo de libros miniados

Se sitúa en el claustro mudéjar, y alberga una de las mejores colecciones de libros miniados o iluminados realizados en el scriptorium del monasterio durante más de 300 años. La colección de miniados de Guadalupe consta de ciento siete códices, de los cuales 97 son cantorales de gran tamaño, destacándose por su calidad artística los realizados en la segunda mitad del siglo XV y primer tercio del siglo XVI.

Museo de pinturas y esculturas

Se sitúa también en uno de los laterales del claustro en lo que fue la antigua repostería del monasterio. Consta de un interesante fondo de pinturas y esculturas del monasterio, donde destacan lienzos del Greco, de Zurbarán, de Goya o Juan de Flandes, entre otros.

Sacristía

Es una de las joyas arquitectónicas y artísticas del monasterio. Construida entre 1638 y 1647, con mucha probabilidad por el arquitecto fray Alonso de San José, con planta amplia y rectangular de 17,65 metros de longitud por 7,70 metros de anchura, cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos dividida en cinco tramos por arcos fajones. El conjunto de la sacristía se divide a su vez en tres elementos: antesala o pórtico, de estilo gótico del siglo XV y bóvedas de crucería, donde se ubica una hermosa fuente de mármol que sirve de aguamanil y suministro de aguas para la basílica; la nave de la sacristía se concibe como una iglesia con cinco bóvedas de medio punto, con ornamentación pictórica al temple en muros y bóvedas, con la presencia de los ocho afamados lienzos del extremeño Francisco de Zurbarán; Cierra el conjunto la capilla de San Jerónimo que se compone de dos tramos, uno cuadrado con bóveda semiesférica, y otro cubierto por una pequeña bóveda de cañón. En ella existe un hermoso retablo en honor al santo que le da nombre, con interesantes pinturas al temple y otros 3 cuadros del pintor de Fuente de Cantos, entre los cuales se encuentra el denominado "Perla de Zurbarán" que se refiere al lienzo La Apoteosis de San Jerónimo que corona el retablo.
Fuente y bibliografía:
Web del Monasterio de Guadalupe

Fotografías de Real Monasterio de Santa María de Guadalupe

Dispones de 124 fotografías de Real Monasterio de Santa María de Guadalupe

Glosario de términos

Aguamanil
Jarro con pico para echar agua en la palangana o pila donde se lavan las manos, y para dar aguamanos
Alfiz
De origen árabe, moldura que enmarca un arco de herradura. Se suele utilizar tanto en puertas como en ventanas.
Almena
Cada uno de los prismas que coronan los muros de las antiguas fortalezas para resguardarse en ellas los defensores.
Altar
En el culto cristiano, especie de mesa consagrada donde el sacerdote celebra el sacrificio de la misa
Arco
Elemento sustentante, que descarga los empujes, desviándolos lateralmente, y que está destinado a franquear un espacio por medio de un trayecto generalmente curvo.
Atrio
Recinto cerrado, y generalmente porticado que precede a la entrada de un edificio.
Barroco
Estilo artístico basado principalmente en el exceso de énfasis y abundancia de decoración, en contraposición al clasicismo renacentista. Se situa entre 1600 y 1750 y su nombre proviene de la palabra barrueco que significa perla irregular, ya que este estilo marcaba exageradamente las formas irregulares y onduladas
Cabecera
Testero de la iglesia o parte en que se halla el altar principal.
Capilla
Edificio contiguo a una iglesia o parte integrante de ella, con altar y advocación particular.
Cenobio
Sinonimo de monasterio. Casa o convento, ordinariamente fuera de poblado, donde viven en comunidad los monjes
Chapitel
Remate apuntado de una torre generalmente bulboso, cónico o piramidal.
Claustro
Galeria cubierta alrededor de un patio generalmente cuadrangular y separada de él por columnas o arquerias. Suele estar adyacente a la iglesia y formando parte de un complejo mayor (catedral, monasterio etc.). Su etimologia procede de claustrum = cerrado.
Convento
Del latín conventus (asamblea o congregación) derivado de conveniere (juntarse). Edificio donde habita una conjunto de religiosos.
Cora
Provincia de un reino musulmán
Coro
Parte de la iglesia donde se situan los monjes o sacerdotes para cantar el oficio divino. A lo largo de la historia de la arquitectura su ubicación dentro del templo ha sufrido diversas variaciones, si se sitúa en la nave central se aísla mediante un cerramiento
Crucero
Espacio en que se cruzan la nave central de una iglesia y la que la atraviesa.
Cubierta
En general, sistema de cierre de la parte superior de una construcción.
Ermita
De eremita. Capilla o santuario, generalmente pequeño, situado por lo común en despoblado y que no suele tener culto permanente.
Fresco
Técnica pictórica que utiliza pigmentos disueltos en agua que se aplican sobre una superficie previamente cubierta de una capa de yeso. Seca muy rápido y apenas permite hacer rectificaciones, al contrario que el óleo
Friso
Faja decorativa de desarrollo horizontal y especificamente la parte entre el arquitrabe y la cornisa en los ordenes clásicos.
Icono
1. Representación religiosa de pincel o relieve, usada en las iglesias cristianas orientales. 2. Tabla pintada con técnica bizantina
Linterna
Torre pequeña más alta que ancha y con ventanas, que se pone como remate en las cúpulas de algunos edificios y sobre las medias naranjas de las cúpulas de las iglesias con el objeto de iluminar su interior. También por extensión se suele denominar linterna al cimborrio de una iglesia
Luneto
Bovedilla en forma de media luna abierta en la bóveda principal para dar luz a esta
Medina
Nucleo urbano de una ciudad musulmana, en ella se encontraba la mezquita, la madraza, la alcaicería y la zona comercial
Moldura
Elemento corrido que se coloca sobre una superficie para decorarla y que se clasifica según su perfil, siendo normalmente de poca anchura.
Monasterio
Conjunto de edificios donde se agrupan los monjes para vivir en comunidad. Voz proveniente del latín monasterium y este a su vez del griego monastérion
Monje
Persona que perteneciendo a una orden religiosa vive en comunidad en un monasterio. La voz proviene del occitano monge, que a su vez procede del latín monicus que a su vez procede del griego monachus.
Nave
Cada uno de los espacios en que se divide longitudinalmente una iglesia.
Pilar
Pilastra exenta, suele tener más consistencia que la columna.
Pilastra
Pilar de planta rectangular adosado a un muro.
Planta
Plano de la sección horizontal de un edificio.
Priorato
A/ Distrito o territorio en que tiene jurisdicción el prior. b/ Establecimiento monástico que dependía de una abadía. El superior recibía el nombre de prior.
Refectorio
Comedor común en un convento. Voz proveniente del latín refectorium de refectus, refección o alimento.
Retablo
Obra formada por un conjunto de tablas de escultura o pintura religiosa para ser colocada detrás de un altar. Se divide verticalmente en calles, la central más ancha se llama espiga, y horizontalmente en pisos, el inferior se llama predela. El retablo está protegido por el guardapolvo o polsera. La palabra procede del latin retaulus y este a su vez de retro (detras) y tabula (tabla).
Sepulcro
Es la obra que se construye para dar sepultura a una persona, generalmente en piedra y elevada respecto del suelo
Sillar
Bloque de piedra labrado y asentado en hiladas, con forma, dotado de seis caras.
Templete
Armazón pequeña, en forma de templo, que sirve para cobijar una imagen, o forma parte de un mueble o alhaja
Vano
Abertura o hueco abierto en un muro que realiza funciones de puerta, ventana, respiradero etc.
Venera
Motivo decorativo en forma de concha marina, similar a las conchas de peregrinos
Top