Puerta de San Andrés de Villalpando

Puerta de San Andrés de Villalpando Prescindiendo de restos prehistóricos, Villalpando aparece ya citado como Alpando en documentación de Sahagún del año 998, pero su despegue le llegó con la repoblación de Fernando II hacia 1170. Fue villa de los Templarios. Enrique II la entregó a Arnao de Solier, mercenario francés, a través del matrimonio de cuya hija María pasó a los Velasco, Condestables de Castilla. De su palacio, construido por Micer Benedito en 1427, apenas quedan unos muros y la base de un torreón, reutilizada para sostener un depósito de agua.

De sus murallas se conservan algunos restos, desgraciadamente no muchos, construidos de cal y canto rodado de cuarcita, de distinta altura dependiendo de su grado de degradación. Entre los autores que las han estudiado no hay acuerdo sobre su trazado y en particular su cronología, lo que sí parece cierto es que en absoluto se debieron a una sola campaña constructiva, sino que por el contrario se levantarían en gran parte a lo largo de los siglos XII y XIII. En origen tuvieron cuatro puertas; perdidas las de Santa María y San Lorenzo, sólo conserva las de Santiago y San Andrés. Para algunos investigadores existió una muralla anterior a 1163, sin embargo para otros la villa sería fortificada a finales del siglo XII con Fernando II, y desde luego, bien van con ese momento los arcos apuntados y bóvedas de cañón que cierran las susodichas puertas y así se organiza un espacio abierto en ésta de San Andrés, entre dos fuertes cubos circulares, hechos con sillares de tosca labra por fuera y canto rodado al interior; también es de sillería el lienzo que va entre ellos, con almenas que coronan asimismo las torres.

El arco, por la parte exterior del recinto, adorna su rosca apuntada con pomas, flores, aspas y molduras; sobre él se labró un espacio rectangular organizado por el cordón franciscano inscrito en un alfiz; ese espacio se subdivide en dos por una moldura, con bolas que aparecen también cerrando por abajo el mentado rectángulo; el sector inferior acoge los escudos de la villa, con saeteras al lado, y el superior los muy erosionados de los Velasco, señores del lugar, y entre ellos una pequeña hornacina, hoy vacía, con rosca y jambas pometeadas. Todo parece obra de comienzos del siglo XVI. Por el interior de la cerca el arco es asimismo apuntado, resuelto con pequeñas dovelas y sin nada que lo ennoblezca.
Fuente y bibliografía:
Junta de Castilla y León. Portal de Patrimonio Cultural de Castilla y León. José Ramón Nieto González.

Fotografías de Puerta de San Andrés de Villalpando

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Glosario de términos

Alfiz
De origen árabe, moldura que enmarca un arco de herradura. Se suele utilizar tanto en puertas como en ventanas.
Almena
Cada uno de los prismas que coronan los muros de las antiguas fortalezas para resguardarse en ellas los defensores.
Arco
Elemento sustentante, que descarga los empujes, desviándolos lateralmente, y que está destinado a franquear un espacio por medio de un trayecto generalmente curvo.
Coro
Parte de la iglesia donde se situan los monjes o sacerdotes para cantar el oficio divino. A lo largo de la historia de la arquitectura su ubicación dentro del templo ha sufrido diversas variaciones, si se sitúa en la nave central se aísla mediante un cerramiento
Dovela
Cada una de las piedras labradas en forma de cuña y que forman un arco.
Hornacina
Hueco coronado por un cuarto de esfera, generalmente practicado en un muro y destinado a recibir una estatua, jarrón, tumba u otro objeto decorativo.
Jamba
Elemento vertical que no es una columna y que sostiene con su pareja un dintel de una ventana o puerta.
Moldura
Elemento corrido que se coloca sobre una superficie para decorarla y que se clasifica según su perfil, siendo normalmente de poca anchura.
Saetera
Aspillera para disparar saetas.
Sillar
Bloque de piedra labrado y asentado en hiladas, con forma, dotado de seis caras.
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