Parque Natural de las Bardenas Reales

Parque Natural de las Bardenas Reales
El 6 de abril de 1999 se declara mediante la Ley Foral 10/1999, aprobada por el Parlamento Foral Navarro, a las Bardenas Reales como Parque Natural. De toda la extensión de las mismas quedan excluidas las siguientes áreas; Hondo de Espartosa, con 272 ha; Bandera, con 43 ha; Cinco Villas, con 13 ha y Polígono de Tiro, con 2244 ha. Ya en 1987 se había aprobado la Ley Foral 6/1987 dio comienzo a la creación de la Red de Espacios Naturales de Navarra entre los que se encuadra las Bardenas Reales.

Las especiales características de las Bardenas, atendiendo a la singularidad de su paisaje, sus ecosistemas y a su riqueza natural, son las que propician la declaración como Parque Natural aun cuando la intervención humana es muy alta.

Las finalidades que justifican la declaración de las Bardenas Reales como Parque Natural son las siguientes:

Conservación y protección de los valores propios del área.
Ordenación de los recursos y de su explotación.
Mantenimiento y gestión de los bosques y montes por las Entidades Tradicionales, con primacía del interés público.
Difusión del conocimiento de la naturaleza y de la necesidad de su preservación.
Desarrollo armónico e integrado con el área de los núcleos de población próximos.
Ordenación y control de las actividades recreativas y su integración en el medio.

Los importantes hábitats de aves que existen en las Bardenas han dado lugar, siguiendo la directiva europea, a crear varias zonas especiales de protección, las llamadas ZEPA. Se han creado dos ZEPAs diferenciadas, una está formada por el Plano y la Bardena Blanca Alta y la otra por Rincón del Bú, La Nasa y Tripa Azul.

Zonas de protección

El Parque Natural de las Bardenas Reales está estructurado en diversas zonas de protección fruto de un estudio sobre sus elementos naturales y de los diferentes usos y aprovechamientos que se dan en él. Se han realizado nueve zonas atendiendo a objetivos, criterios orientadores y tratamientos normativos diferentes. Estas zonas son:

Zona de Reserva Natural

La zona de Reserva Natural está compuesta por el Rincón del Bú, marcada como RN-36, y las Caídas de la Negra, marcada como RN-37. Estas zonas fueron declaradas Reserva Natural por la Ley Foral 6/1.987.

La superficie protegida por esta figura es de 1917 ha (un 4,6 % de la superficie total) de esa superficie 460 ha son del Rincón del Bú y 1470 ha de Caídas de la Negra.

La Reserva Natural de Caída de la Negra se extiende por las laderas de la Plana de la Negra. La vegetación más relevante es la compuesta por pinares con coscoja y corcojales densos. Dentro de la misma hay una zona dedicada a labores agrícolas de secano. Su fauna es la propia de los ecosistemas mediterráneos. La altitud está comprendida entre los 370 y 640 m s. n. m.

El Rincón del Bú, situado en el borde sur de la Blanca, tiene una relevancia especial en cuanto a la riqueza de aves rapaces, en especial el búho real. La vegetación está compuesta por sisallares, ontinares, romerales y tomillares.

Aunque legalmente no se incluya en las zonas de Reserva Natural de las Bardenas al ser término municipal de Valtierra, el Vedado de Eguarás, marcado como RN-31, es una Reserva Natural.

Zona Periférica de Protección de Reserva Natural

Los terrenos circundantes a las Reservas Naturales constituyen las Zonas Periféricas de Protección. En estas zonas se da un aprovechamiento tradicional basado en la agricultura de secano, la explotación ganadera y la caza.

La superficie de estas zonas suma 1074 ha (que viene a ser un 2,6 % del total) y está constituida por las 257 ha del Rincón del Bú, 660 de las Caídas de la Negra; y 157 ha del Vedado de Eguarás.

Zona de explotación agrícola extensiva

Está compuesta por terrenos dedicados a las labores agrícolas de secano y a pastos cuando están en barbecho y rastrojo. Están distribuidas por todas la Bardenas.

Zona agrícola extensiva especial

Son zonas que, aun teniendo una dedicación a la explotación agrícola, están incluidas en las Zonas de Especial Protección para las Aves, ZEPA. Están compuestas por parcelas de secano que, al igual que el anterior, se utilizan para el pasto del ganado en los periodos en los cuales no hay producción. Debido a su singularidad ambiental precisan ser preservadas de otros usos.

Zona agrícola intensiva

Son zonas que se dedican a la agricultura de regadío. Suponen un 3,5 % de la superficie total de las Bardenas, 1460 ha y se ubican en los siguientes espacios; Val del Rey, con 6 ha; Landazuría, con 510 ha; Barranco de Agua Salada, con 220 ha; Espartosa, con 273 ha; Cruceta, Belcho, Raso de Javielo, con 262 ha; Bardenilla, con 53 ha y las inmediaciones del Canal de Tauste, con 136 ha.

Zona ganadero-forestal

Está compuesta por las áreas cubiertas de vegetación natural o desprovista de ella. Distribuidas por todas las Bardenas de una forma heterogénea, ocupan una superficie de 17 287 ha, lo que representa un 41,3 % de la superficie total. Su vegetación está compuesta de matorrales y arbustos, de zonas húmedas, comunidades salinas y suelo sin cubierta.

Zona de usos especiales

Estas zonas están excluidas de la demarcación del Parque Natural al no tener relevancia significativa. Son terrenos usados para el aprovechamiento agrícola y ganadero que ocupan una superficie de 328 ha, lo que representa el 0,8 % del total. Están compuestas por las siguiente zonas; Hondo de Espartosa, con 272 ha; Bandera, con 43 ha y Cinco Villas, con 13 ha.

Zona de acondicionamiento turístico y recreativo

Compuestas por terrenos de uso agrícola que han sido destinados a la creación de infraestructura lúdica para servicios turísticos y recreativos. Estos terrenos fueron desafectados para la construcción del embalse del Ferial. Tienen una superficie de 5 ha, lo que es un 0,01 % del total y se sitúan en torno al embalse del Ferial.

Zona de uso militar

La zona de uso militar incluye el polígono de tiro del Ejército del Aire, sus instalaciones y la balsa de Zapata. Está excluida del Parque Natural y destinada a la práctica de ejercicios de tiro aéreo. Supone una superficie de 2244 ha, un 5,4 % del total. Ocasionalmente se aprovechan los extremos de la zona para aprovechamiento ganadero.

Espacios

Entre las diversas riquezas que guarda el parque, la paisajística es una de las más relevantes, aun cuando no está considerado como monumento natural, el Castildetierra cumple plenamente la Ley Foral que regula dicha materia al ser «formación geológica única en Navarra, singular y de interés especial por sus valores paisajísticos y educativos, al servir de modelo para explicar y razonar los altos procesos erosivos existentes en Bardenas». No sólo es este cabezo el que destaca en el árido paisaje bardense, hay otros lugares que tienen una especial relevancia. Se estima que con las condiciones meteorológicas normales (las que se producen habitualmente) el Castildetierra tiene una vida de unos cuarenta años.

Los cabezos y cortados son los elementos paisajísticos más llamativos de todo el Parque Natural. Se hallan por toda la Bardena, a excepción del Plano, pero destacan en la Blanca. Los cabezos más importantes son; Chirimendía, Alto de las Cañas, Punta del Cuervo, Puy Águila y La Gorra y los cortados de Cornialto y La Estroza, en la Blanca Alta y Pisquerra, Angarillones, Rallón, Sanchicorrota, La Junta, Tres Hermanos, Cortinas y Mesalobar en la Blanca Baja. Entre la Blanca y la Negra están; Portal, Chimorra, Cabezo Hermoso, La Nasa, Tres Montes, Cabezo Gancho, San Antón y Monte Olivete. En la zona sur tenemos El Aguilar y el Fraile.

Los cortados relevantes son; Cornialto y La Estroza en la Blanca Alta, La Ralla en la Baja; Rincón del Bú y el Balcón de Pilatos en la Negra.

Estos elementos tienen interés paisajístico y ecológico, ya que es un biótopo que utilizan muchas especies, especialmente rapaces, para nidificar.

Los barrancos son otro de los elementos relevantes del paisaje bardense. Son grandes surcos excavados por las aguas de escorrentía que forman una extensa red por todas la Bardenas. Constituyen el elemento natural de drenaje. Son refugio para muchas especies y albergan gran cantidad de biótopos. Tienen una biodiversidad muy elevada y en ellos podemos encontrar desde medios acuáticos con vegetación palustre hasta espartales, ontinares, romerales, saladares y tamarizales.

El Plano no está afectado por este elemento fruto de la erosión, por lo demás, las otras zonas de las Bardenas no se libran de ellos. Los más relevantes son, Agua Salada que atraviesa los parajes de Landazuría y Espartosa; las Cuevas, Bodegas, Morico Judío, del Águila y el del Caldero que son tributarios del barranco Grande o de Limas, el más importante del parque, en la Bardena Blanca que también es cruzada por los del Vedado, Cortinas, Andarraguía, Valfondo, el del Bú y el de Tripa Azul. Al sur tenemos los de Tudela y sus tributarios de la Val de Santa Catalina, de la Tejera, Alfarillo y La Junquilla. Y al sur de la Negra están los de Valdenovillas, Torres de Leoz y Modorra.

Reserva de la biosfera

Las Bardenas Reales fueron declaradas Reserva de la Biosfera el 7 de noviembre de 2000 por la Unesco. El territorio de la Reserva coincide con el del Parque Natural que guarda en su interior dos Zonas Especial Protección para las Aves y tres Reservas Naturales (incluyendo el Vedado de Eguarás).

Las Bardenas Reales de Navarra es la decimoséptima Reserva de la Biosfera que se reconoció en España y la primera de Navarra. La superficie reconocida es de 39 273 ha.

Erosión

El paisaje de las Bardenas está marcado por la erosión, la cual crea un paisaje que es uno de sus principales atractivos. La propia naturaleza del terreno, materiales blandos como arcillas y yesos, la característica torrencial de la precipitaciones y el cierzo, viento característico y propio del lugar que sopla en dirección noroeste-nornoroeste a velocidades de entre 20 y 30 km/h, la intervención humana con una presión muy grande sobre el terreno y la vegetación con una importantísima disminución de la cubierta vegetal son las causas principales de la erosión. La afectación es muy grave en más de un tercio de la superficie de las Bardenas que, en algunos lugares, llega a alcanzar la tasa de 91,9 t/ha/año.

Se pueden distinguir tres tipos de paisajes dependiendo de la incidencia de la erosión. En el Plano la erosión es escasa, en la Bardena Negra, donde se encuentra la zona de mayor cobertura vegetal, la erosión es moderada, de carácter laminar y en surcos que corren paralelos. En la Bardena Blanca la erosión es importante. La estructura de este terreno, margas limosas con discontinuos paleocanales de arenisca, ha originado un relieve característico muy llamativo, sobre la superficie plana sobresalen los cabezos que se alzan con sus laderas erosionadas, la existencia de algún resto de estrato de glacis o de algo más resistente ha producido que se mantenga cierta superficie sin erosionar mientras que los bordes van desapareciendo. Son llamativos los casos del Rallón o el Castildetierra. En la parte alta de los cabezos la erosión es de forma laminar, en la laderas se aprecia el efecto de solana y umbría. En las solanas hay pendientes más fuertes y erosionadas donde se originan cárcavas que forman bad-lands y escapes mientras que en las umbrías hay una mayor vegetación que hace que la erosión sea menor. Los materiales erosionados se van depositando a los pies de los cabezos formando, entre estos y el fondo de valle, laderas de acumulación de suave pendiente, que también sufren una erosión laminar suave.

Los fondos de valle son la parte más extensa. Están constituidos por una estructura laminar realizada por la acumulación de capas finas de materiales limosos que están cruzados por barrancos que se van ramificando. Estos barrancos son muy activos en cuanto a la erosión, avanzando año tras año.

La mayor erosión se da, según el Instituto Navarro del Suelo, en las siguientes zonas: en la Blanca, la más afectada, tiene una gran gravedad en 683 ha de sus 8000 donde se localizan los badlands que ocupan las transiciones entre los distintos niveles y entre estos y los barrancos. Los barrancos son los elementos erosivos más activos. Aumentan en longitud y en anchura a medida que se van derrumbando sus paredes. Se da el fenómeno de la creación de varios agujeros verticales alineados con el barranco y cerca de él que van creciendo hasta unirse y formar un nuevo barranco, este fenómeno recibe el nombre de piping. En las laderas los niveles de afectación de la erosión depende de la vegetación, en más de 5024 ha es muy alta al no existir vegetación suficiente para poder frenarla. Hay 4344 ha donde ya ha desaparecido el suelo y se está dando la erosión sobre el material geológico.

Vegetación

La situación de las Bardenas ha propiciado la actuación del hombre sobre el territorio para su aprovechamiento. La agricultura se ha desarrollado en todos los sitios donde tenía posibilidades, por lo que son pocas las zonas donde la vegetación autóctona se mantiene, laderas y zonas difíciles de cultivar. La mayor parte de la masa forestal está representada por coscojares y pinares.

La situación, en la gran unidad geomorfológica del Valle del Ebro, le proporciona un clima mediterráneo y una gran aridez que condiciona la vegetación y flora. La mayor parte tiene un carácter estepario y mediterráneo donde predominan los elementos típicos del levante español.

Ambos elementos, la intervención humana y la climatología, han proporcionado la actual vegetación del territorio bardanero. Está cubierta está formada por una vegetación natural, los pastos, los matorrales y algunos de los bosques, y por una de origen antrópico, los cultivos y las repoblaciones.

Las diferentes Bardenas tienen diferente vegetación. La Bardena Negra tiene bosquejos de coscojares, pinares y bastante cultivo cerealista. La Blanca tiene grandes superficies desnudas, su vegetación es casi nula. El conjunto del Plano con las caídas hacia el Vedado de Eguaras y la Bardena Alta está formada por los campos de cereales del Plano y los bosques de coscojares, romerales, pinos y ontinares en la laderas.

La variedad de las especies es amplia y está adaptada a las circunstancias. Muchas son temporales, aprovechando las lluvias otras tienen tallos carnosos que acumulan agua.

Si cesara la influencia humana en buena parte de las Bardenas, se desarrollaría un matorral alto y otras comunidades subseriales. Como en los Monegros es un espacio singular respecto a la ubicación que tiene en el norte de la península Ibérica. En estas condiciones, sin intervención humana, se darían tres tipos de vegetación dependiendo del suelo y del clima: carrascales, coscojales, sabinares y pinares mesomediterráneos y Geoserie halohigrófila de saladares, a la que habría que añadir la vegetación que crecería en torno a las charcas de agua dulce. De esta vegetación potencial sólo se conserva algunas carrascas aisladas del Plano y la Plana de la Negra. También hay algunos ejemplares de quejigo en las umbrías. Los coscojares están extendidos y se dan tres especies pino carrasco, coscoja y sabina negral. Los bosques de carrascas no pueden desarrollarse al faltarle recursos hidrológicos por lo que el máximo estructural que alcanzan estas poblaciones son los matorrales altos. Esta vegetación se encuentra en las laderas del Plano, La Negra y de los cabezos de la Blanca. En los barrancos se acumulan las sales de los materiales sedimentarios circundantes que se distribuyen en gradientes de humedad y salinidad. En estas áreas se da una vegetación conformada por tamarices.

La vegetación existente, fuertemente condicionada por la intervención humana, es una mezcla de la natural y la procedente de esa intervención. La práctica totalidad de las tierras cultivables han sido utilizadas para ese fin y se han realizado algunas reforestaciones a las que hay que añadir la presión de la ganadería.

Fauna

Los diferentes ecosistemas que tienen lugar en el territorio que ocupan las Bardenas Reales albergan una rica fauna entre la que destacan las aves. Sólo las aves que nidifican en el territorio de las Bardenas superan el centenar de especies. Las comunidades de aves rapaces y esteparias de las Bardenas están entre las más ricas de todo el continente europeo.

Las rapaces están representadas por veinticuatro especies, de las que veinte se reproducen en el área. Se distinguen tres grupos, dependiendo de donde nidifiquen y del uso del hábitat. Tenemos:
Rapaces forestales, diez especies, cinco de ellas son migratorias.
Rapaces rupícolas, ocho especies, todas migratorias.
Rapaces esteparias, seis especies.

Las aves esteparias están representadas por una colonia muy diversa, entre las que destacan las siguientes especies: la avutarda, casi desaparecida; sisón, en las Bardenas hay unas veinte parejas; alcaraván, muy abundante; alondra de Dupont, hay unas 250 parejas; terrera marismeña; la alondra común; Collalba gris; Cogujada montesina, Curruca tomillera, Collalba rubia, terrera común, cogujada común, bisbita campestre y collalba negra. No se puede olvidar la reserva de búho real que hay en el Rincón del Bú.

Luego hay reptiles, y se han detectado once especies diferentes, aunque podrían ser trece las que hay, como el quelonio, el galápago leproso, el lagarto ocelado, la lagartija ibérica, la lagartija colilarga, la lagartija cenicienta, el eslizón tridáctilo y el eslizón ibérico (sin confirmar). Entre los ofidios destaca la culebra de escalera, culebra lisa meridional, culebra bastarda, culebra viperina y la víbora hocicuda (sin confirmar).

Entre los anfibios se encuentran unas ocho especies. Están el tritón jaspeado, tritón palmeado, sapo común, sapo corredor, sapo de espuelas, sapillo moteado, sapillo pintojo común y rana verde.

Hay ocho especies de peces, son la anguila, la trucha, el barbo de Graells, el carpín, la madrilla, la tenca y la perca americana. Solo son autóctonas el barbo, la madrilla y la anguila.

Hay doce especies de caracoles y dos de cangrejos, el rojo y el señal.
Fuente y bibliografía:
Wikipedia

Fotografías de Parque Natural de las Bardenas Reales

Dispones de 6 fotografías de Parque Natural de las Bardenas Reales

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