Palacio de Isla de Burgos

Palacio de Isla de Burgos A finales del siglo XIX, la pujante aristocracia madrileña inició la moda del veraneo: la costa cantábrica o las ciudades mesetarias, pequeñas y de clima más fresco que el de Madrid, se convirtieron en sus destinos. Varias familias lo hicieron en Burgos. Una de ellas, la de los Muguiro, adquirió una huerta en el conocido como Paseo de la Isla. Lo hizo Juan Muguiro y Casi, abogado y banquero de ascendencia navarra, en 1881. En sólo dos años se llevó a cabo la edificación del palacio de acuerdo a los cánones estéticos de la época: romántico, historicista, ecléctico y con influencias neogóticas. La trascendencia histórica de este inmueble comenzó a fraguarse bien pronto. El motivo, un suceso terrible: el choque de dos trenes en la localidad de Quintanilleja que se saldó con quince muertos en 1891. El accidente conmocionó de tal manera a la sociedad que la reina regente, María Cristina y sus hijos, entre los que se encontraba el futuro monarca, Alfonso XIII, se desplazaron a Burgos para asistir a una misa de Réquiem en la catedral por las víctimas del siniestro. Y se alojaron en sus dependencias.

Los Muguiro utilizaban su residencia burgalesa en los largos estíos castellanos, y así lo hicieron en años sucesivos. Recién inaugurado el siglo XX, en 1905, con motivo de la visita del, ya entonces sí, rey de España, que asistió en Burgos a la contemplación del famoso eclipse total de sol, los Muguiro se convirtieron en invitados de honor a las celebraciones. Al reclamo del Palacio de la Isla y del de Liniers, en los años posteriores un constructor llamado Emilio Navascués propuso edificar varios chalés de similar estilo entre el puente de Castilla y el de Malatos, pero sus intenciones urbanísticas fueron desestimadas por el Consistorio. En 1917 falleció Juan Muguiro. Esto no impidió que su viuda, hijos y nietos continuaran pasando largas temporadas.

La sublevación militar de julio de 1936 convirtió Burgos en capital de los insurgentes. Sin embargo, Franco tardó un año en instalarse allí. La fecha de su llegada a esta mansión es el 10 de agosto de 1937 por gentileza de la viuda de Muguiro. «En su residencia burgalesa, los Franco comparten la vivienda con la familia de su cuñado, Ramón Serrano Súñer, casado con Zita Polo Martínez-Valdés, a quienes se han asignado algunas habitaciones en el extremo norte de la planta primera del Palacio y donde Súñer habitaba con su mujer, con la hermana de ésta, Isabel, y los cuatro hijos que tenía el matrimonio, entonces muy pequeños. Allí siguieron ambas familias un régimen muy austero, por lo general, que no presagiaba la pompa y ostentación de los años posteriores», escribe Isaac Rilova.

El futuro dictador, apunta el historiador burgalés, utilizó la planta baja del inmueble como lugar de trabajo, destinando la primera para la familia. Hay instantáneas que avalan aquella convivencia, sobre todo en los jardines, con el Caudillo rodeado de su gente en algunos ratos de descanso. Los Franco habitaron el Palacio de la Isla hasta el 18 de octubre de 1939, meses después de concluida la contienda.

La mansión de los Muguiro acogió la histórica firma y posterior retransmisión por radio del parte que ponía fin a la misma y que Franco firmó en su habitación con pulso tembloroso, ya que estaba aquejado de gripe aquel 1 de abril de 1939. Cautivo y desarmado el ejército rojo...

Poco después de aquella histórica fecha, en junio, el Ayuntamiento y la Diputación habían adquirido el palacio a la familia Muguiro por algo más de 800.000 pesetas y decidiendo que la finca sirviera de residencia para el jefe del Estado durante sus estancias en Burgos y para altas personalidades que se hallaran de paso por la ciudad. Sin embargo, Franco renunció a la donación aunque mantuvo siempre la voluntad de utilizarlo cada vez que visitara Burgos. Pero este edificio estaba llamado a convertirse en algo más que residencia: en un museo, el "Museo de la Victoria" o "Museo de la Cruzada", para el que se solicita «de los alcaldes de lugares donde se produjeron relevantes hechos relacionados con la guerra, el envío de sillares, piedras, restos de columnas u otros objetos: de Toledo, se solicita algún resto del Alcázar; de Madrid, de los cuarteles de la Montaña; de Gijón, del cuartel de Simancas; de Córdoba, de Santa María de la Cabeza; además de Brunete, Belchite, Huesca, Seminario de Teruel, Somosierra, Alto de León...». Aunque muchas de estas piezas fueron enviadas, el proyecto no acabó llegando a buen puerto.

No cesaron, eso sí, las visitas insignes al Palacio de la Isla. En 1940, el Reichfürer Heinrich Himmler, la siniestra mano derecha de Hitler, fue allí agasajado con una cena durante su visita a Burgos. Franco continuó haciéndolo en años sucesivos. En 1942, el edificio fue declarado Bien de Interés Cultural. Al año siguiente, coincidiendo con el Milenario de Castilla, el Palacio de la Isla volvió a vestirse de gala; no en vano, la hija del Caudillo ejerció como reina de aquellos fastos. En 1947 el palacete acogió un Consejo de Ministros. Las visitas se sucedieron, casi anualmente, hasta la década de los 70.

En diciembre de 1979 tanto el Consistorio como la Diputación trataron de recuperar el inmueble. Tardaron en conseguirlo, pero lo hicieron. En 1981 se autoriza al Consejo de Administración del Patrimonio Nacional para otorgar escritura pública de reversión del edificio a favor de ambas instituciones. Acostumbrado a acoger acontecimientos históricos, el Palacio de la Isla se convirtió ese mismo año en sede provisional del gobierno regional, donde recibió visitas como las de Jordi Pujol, presidente de la Generalitat. En 1983 tomó allí posesión de su cargo como presidente de la Junta de Castilla y León Demetrio Madrid, acto al que asistió el rey don Juan Carlos como en su día hiciera su abuelo, Alfonso XIII.

Tras moverse la sede del gobierno regional de Burgos a Valladolid, el Palacio de la Isla vivió años de olvido, del que fue rescatado a la fuerza: el atentado de ETA contra la Comisaría de la Policía Nacional en el verano de 1990 obligó a abrir las puertas de la mansión para que ésta hiciera las veces de sede policial. En los últimos años, además de ese cometido, tuvo otros, como actos protocolarios con motivo de las fiestas o sede del Grupo Espeleológico Edelweiss. Tras ser sometido a una rehabilitación integral, desde el año 2007 el Palacio de la Isla es la sede del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua.
Fuente y bibliografía:
Wikipedia

Fotografías de Palacio de Isla de Burgos

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Glosario de términos

Fresco
Técnica pictórica que utiliza pigmentos disueltos en agua que se aplican sobre una superficie previamente cubierta de una capa de yeso. Seca muy rápido y apenas permite hacer rectificaciones, al contrario que el óleo
Planta
Plano de la sección horizontal de un edificio.
Sillar
Bloque de piedra labrado y asentado en hiladas, con forma, dotado de seis caras.
Vano
Abertura o hueco abierto en un muro que realiza funciones de puerta, ventana, respiradero etc.
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