Museo de Zamora - Palacio del Cordón
Dos grandes secciones -de Arqueología y Bellas Artes- componen el grueso de sus fondos. La primera representa las distintas culturas que tuvieron asiento en la provincia; de Belver de los Montes y Burganes de Valverde proceden los útiles del paleolítico; Casaseca de las Chanas ha proporcionado fondos calcolíticos; los ajuares campaniformes fueron hallados en Villanueva del Puente y en la propia ciudad de Zamora. La orfebrería celtibérica está magníficamente representada por el Tesoro de Arrabalde, formado por joyas de oro y plata pertenecientes a los siglos finales de la Segunda Edad del Hierro; dicho tesoro se compone de un amplio lote de torques, brazaletes, pulseras, anillos y pendientes. Los fondos de época romana son relativamente numerosos y están compuestos por inscripciones, verracos, cerámicas, mosaicos y capiteles. Particular importancia tienen los objetos visigodos, como las cruces de lámina de oro de Villafáfila y otras de bronce. Tampoco falta la cerámica de la propia provincia, que tradicionalmente ha contado con muchos y buenos alfares. Importante es la larga serie de capiteles románicos llegados de excavaciones y de derribos de edificios.
El origen de los fondos de Bellas Artes es cuando menos doble, pues reúne los que proceden de la misma provincia zamorana y los que están allí depositados provenientes de otros museos, como el Prado o el de Arte Moderno. Entre los fondos pictóricos abundan los anónimos de los siglos XVII al XIX, aunque no faltan obras anteriores de gran calidad, como la Sagrada Familia, tabla rafaelesca que Gómez Moreno adscribió a Julio Romano cuando la vio en la iglesia de Tábara, de donde pasó al Museo, o la atribuida a Gaspar Palencia y Jerónimo Vázquez, o la Lapidación de San Esteban de Correa de Vivar, etc. Entre las pinturas decimonónicas destacan las debidas a Madrazo y Esquivel. Otros pintores representados son Segundo, Echevarría, Verger, Zaragoza, Acosta, Maeztu, Marquina, etc., etc.
El capítulo escultórico lo forman tallas, tanto en madera como en piedra, provenientes de iglesias y conventos. Puestos a destacar algunas, hay que citar la de San Lucas, en alabastro del siglo XVI, un obispo y la Magdalena, que estuvieron en la iglesia de Tábara. Particular interés tienen los bocetos de Eduardo Barrón, nacido en Moraleja del Vino, Quintín de la Torre y Mariano Benlliure.
Portal de Patrimonio Cultural de Castilla y León. José Ramón Nieto González
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