Las Médulas

Las Médulas

Situadas en El Bierzo, al noroeste de los Montes Aquilanos y al lado del Valle del río Sil, Las Médulas son un impresionante entorno paisajístico español formado como resultado de las explotaciones auríferas romanas. Es considerada la mayor mina de oro a cielo abierto de todo el Imperio Romano, el trabajo de ingeniería que se realizó para extraer el oro alteró considerablemente el medio ambiente de la zona, dando como resultado un inusual paisaje de arenas rojizas cubierto de castaños y robles.

Los grandes movimientos de tierra que se sucedieron conformaron llanuras artificiales que sirven como vías de acceso a otras zonas como el Lago Carucedo, formado a su vez por el taponamiento de un valle con los residuos de la mina, y considerado humedal protegido.

Este entorno fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 1996 debido a su interés arqueológico. En el año 1997 la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad, en el año 2002 se le galardonó con el título de Monumento Natural y en el año 2010 Espacio Cultural.

Historia

Las Médulas fue en su origen una explotación romana de oro a cielo abierto, aunque los pueblos indígenas prerromanos ya habían explotado el yacimiento, bateando los placeres fluviales. Seguramente los romanos empezaron a trabajar en la zona en la época del emperador Octavio Augusto, quien dirigió personalmente la mayor parte de las acciones que entre los años 26 y 19 a. C. conquistaron definitivamente los pueblos del norte de la península ibérica.

No se debe confundir el topónimo actual con el monte Medulio, donde tuvo lugar el holocausto de los cántabros, que prefirieron darse muerte antes que entregarse. No obstante, la ubicación del monte Medulio es todavía objeto de discusión.

Plinio el Viejo, que en su juventud fue administrador de las minas, relata que se extraían al año 20.000 libras de oro,​ lo que, teniendo en cuenta los 250 años de explotación, daría 5.000.000 de libras de oro. Según los datos del profesor y arqueólogo Antonio García Bellido, las tierras removidas alcanzan los 500 millones de metros cúbicos, lo que, calculando un rendimiento medio de 3 gramos por tonelada de tierra, daría como resultado 1.635.000 kg. Sin embargo, otros estudios reducen considerablemente estas cifras, considerando que durante los 200 años en que se exploraron las minas, se obtuvo una producción media anual inferior a 25 kg, siendo por tanto la cifra final inferior a los 5000 kg.

En cuanto al número de trabajadores, Plinio habla de 60.000 obreros manumitidos. Estudios modernos, basados en la tierra removida, hablan de 10.000 o 20.000 hombres, contando con suministradores, guardianes, etc. Plinio comenta en sus escritos la dureza del trabajo: es menos temerario buscar perlas y púrpura en el fondo del mar que sacar oro de estas tierras.

Entre los expertos hay la teoría según la cual provendría de la denominación tradicional que se le daba a los amontonamientos de paja, muy comunes en la zona. En el habla tradicional de El Bierzo, aún en uso, existen palabras como meda, montón de forma cónica, y medar, amontonar la hierba, así como medeiro, que según el catedrático Jesús García y García son parientes del castellano médano (duna o montón de arena), proviniendo, según él, de la voz latina meta.​ Otros autores lo relacionan con la voz latina metalla. Aun así, la opinión de que el nombre proviene del Mons Medulius tiene muchos partidarios entre los expertos.

En el entorno que hoy conocemos como Las Médulas se daban una serie de circunstancias favorables para la extracción del oro: eran tierras de aluvión con polvo de oro; había abundante agua y la suficiente pendiente como para utilizarla como fuerza hidráulica; y existían suaves pendientes hacia el Sil para los desagües.

El sistema utilizado era el llamado ruina montium.​ El agua de los riachuelos de montaña se canalizaba y embalsaba en la parte superior de la explotación; la montaña se horadaba con una cuidadosa red de galerías muy pendientes, soltando el agua a través de ellas. La fuerza del agua deshacía la montaña y arrastraba las tierras auríferas hasta los lavaderos. El sistema hidráulico de las Médulas es el más espectacular de los conocidos, por la cantidad de agua utilizada y la longitud y el gran número de ramificaciones de sus canales. Actualmente se conoce todo este trazado, visitable en parte con la compañía de un guía.

Una de las muchas captaciones se hacía desde la falda noreste del monte Teleno. A una altitud de 2000 metros se acumulaba la nieve que más tarde, ya convertida en agua, llegaba al río Cabo (afluente del Cabrera), que a su vez alimentaba los siete canales que, bordeando la montaña, llegaban a los estanques de la explotación. Estos canales, cuya longitud total se estima en unos 300 kilómetros, tienen una pendiente de entre el 0.6 y el 1 %. El ancho es de 1.28 metros, excepto en las curvas, de 1.60, y su profundidad es de 90 centímetros. La construcción de estos canales, que en algunos tramos discurren bajo la roca en forma de túnel, fue, con diferencia, la obra más difícil y costosa de la explotación.

Posteriormente, el agua de los canales llegaba a unos depósitos construidos mediante el allanamiento y excavado del terreno. La tierra extraída se amontonaba alrededor, formando taludes. Estos depósitos disponían de compuertas para distribuir el agua.

Abandonada la explotación en el siglo III, la vegetación autóctona fue de nuevo adueñándose del lugar: robles, escobas, carquesa, encinas y carrascas. A la vez se expandió el cultivo del castaño, del que hoy pueden verse numerosos ejemplares en el parque, algunos de ellos catalogados como árboles centenarios. Todo esto dio como resultado el surgimiento de un entorno espectacular caracterizado por las caprichosas formas del terreno, formado por arenas rojizas perfectamente integradas con la vegetación.

Actualmente, en la fauna de la zona destacan el jabalí, el corzo, el gato montés, etc. En cuanto a la avifauna, existen más de cien especies, localizadas sobre todo en la vertiente del río Cabrera. En las proximidades del lago de Carucedo, del que la tradición cuenta que se formó por el estancamiento del agua empleada para la explotación, crece una variedad de orquídea cuya flor simula un abejorro para atraer de esta forma a los insectos y facilitar la polinización. En los bosques de ribera destacan las aves insectívoras.

En el año 1997 la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad Las Médulas, incluyendo la zona principal de la mina de oro y los Estériles de la Balouta, Valdebría y Yeres.

Visitando Las Médulas

El conjunto del yacimiento forma un fondo de saco al que se accede por una senda de unos cien metros de desnivel que parte de las inmediaciones de la Fuente de la Tía Bibiana.

Te recomendamos programar una visita guiada con el centro de recepción de visitantes de Las Médulas, en la que te explicarán con detalle cómo se formaron Las Médulas y cómo vivía la gente que trabajaba en esta explotación minera.

  • La Senda de las Valiñas (4 km) es la más utilizada por los visitantes al ser muy sencilla y conducir a puntos del interior de Las Médulas como La fuente de la tía Viviana, o las cuevas de La Cuevona y La Encantada. Es un itinerario circular que empieza en el pueblo de Las Médulas y cuyo camino discurre por el interior de uno de los sectores de explotación de la mina. El recorrido permite comprender los elementos del espacio-tiempo, desde las huellas de la actividad minera romana hasta el cultivo mantenimiento de los castaños.
  • La Cuevona y La Encantada son las dos cuevas más llamativas y visitadas del conjunto.
  • La Senda Reirigo (5,5 km).
  • La Senda perimetral (5,7 km). Es la ruta más larga y por tanto la más completa. Exige un mayor esfuerzo pero tampoco se trata de una distancia excesiva a recorrer. Esta senda ofrece información sobre todos los aspectos de la minería romana del oro. Es un recorrido con el que resulta más sencillo comprender la importancia del agua en el proceso minero, y también cómo se han formado los humedales y los lagos de la zona.
  • La Senda de los conventos(4,5 km). Se puede acceder desde la carretera o desde el pueblo de Orellán. Complementaria a la Senda Perimetral, la Senda de los Conventos permite conocer técnicas mineras romanas menos conocidas que la ruina montium como son los surcos convergentes. Se pueden también observar con mayor detalle elementos de la red hidráulica.
  • La Senda del Lago Sumido. Es un paseo sencillo y corto. Llega hasta el lago y también ofrece la posibilidad de llegar al Mirador de Chao de Maseiros, que cuenta con unas impresionantes vistas. A lo largo del recorrido se ven los lagos que se han ido formando gracias al drenaje natural del entorno, así como canales de evacuación y de lavado del conglomerado aurífero. El lago Somido fue durante un tiempo un canal de lavado.
  • La Ruta de los poblados. Esta ruta permite entender qué papel tuvo la explotación minera en la integración de las estructuras sociales y territoriales locales en el Imperio romano. Podrás visitar el Castro de Borrenes, el Poblado metalúrgico de Orellán y el Castrelín de San Juan de Paluezas.
  • El Mirador de Orellán, al cual se accede desde un sendero en la senda de la Valiñas o por la perimetral.
  • La Galería de Orellán. Galería de agua visitable, de unos 100 metros de longitud, horadada en las médulas. Se accede a ella desde el Mirador de Orellán.

Geología de Las Médulas

LIG

Código: CI027
Interés principal: Geomorfológico
Interés secundario: Estratigráfico. Tectónico.
Unidad geológica: Estructuras y formaciones geológicas de las cuencas cenozoicas continentales y marinas.
Provincia: León


Diferentes aspectos de las paredes verticales que resultan del proceso de explotación y que permiten observar la estructuras sedimentaria aquí, en bancos paralelos de conglomerados alternando con otros areno-arcillosos.
Las Médulas constituyen un complejo minero que incluye las médulas de Carucedo, Orellán y Yeres, Monumento Natural y Patrimonio de la Humanidad y, quizás, el ejemplo más representativo de minería romana a cielo abierto de sedimentos auríferos. Está enmarcado por la Sierra de los Ancares (Cordillera Cantábrica) al norte, Courel al Oeste, y Teleno-Cabrera al sur (Montañas Galaico-leonesas.

La extensión de la actividad minera, cambió totalmente el paisaje en algo menos de 200 años (la explotación tuvo lugar entre los años 30 o 40 después de Cristo hasta finales del siglo II o comienzos del III), y permite constatar la celeridad de los procesos geomórficos relacionados con la actividad humana. En este sentido, los sistemas de explotación empleados, arrugia y ruina montium, modificaron la topografía previa mediante un modelado de erosión en tres sectores de excavación (zonas de vaciado) y un modelado de acumulación de estériles asociados a los diversos sectores de explotación y ligados al proceso de extracción del oro.

El intrincado conjunto de cárcavas, pináculos, conos de deyección y murias, afecta a los depósitos detríticos continentales del sector meridional de la depresión del Bierzo cuyo relleno sedimentario se realiza mediante abanicos aluviales procedentes de los bordes montañosos. La división estratigráfica más ampliamente aceptada y difundida es la de Hérail (1984) que diferencia de techo a muro: la F. Orellán, cantos de pizarra y cuarzo de distribución discontinua; la Fm Santalla, formada por un conglomerado (con clastos de gran tamaño) de cuarcitas, esquistos y arenisca de color rojizo-anaranjado y la Fm Médulas, constituida por cantos y bloques de naturaleza heterolítica y color rojo anaranjado. La Fm Toral, la más antigua, no aparece en el borde sur de la cuenca. Otros autores reagrupan las formaciones Médulas y Santalla como Fm Médulas (Pagés et alt. 2001); una revisión posterior considera las formaciones Toral, Santalla y Médulas y las relaciona con la deposición de abanicos aluviales en la depresión (Martín González y Heredia, 2011a y b). Los sedimentos se encuentran en discordancia sobre el basamento paleozoico (calizas de la Aquiana y pizarras de Luarca) que aflora puntualmente entre los materiales rojos.

En la abundante literatura que ha generado la zona, la tendencia es a establecer una estrecha relación entre la tectónica alpina del NW peninsular, el relleno de la depresión y la disposición actual de los afloramientos afectados por fallas inversas que fragmentan y desplazan los depósitos en la vertical.

Los sedimentos explotados para la obtención de oro corresponden a las formaciones Santalla (la más rica en oro) y Las Médulas. Se trata de yacimientos tipo placer procedentes de la erosión de los diques de cuarzo que constituyen los yacimientos auríferos primarios, también intensamente explotados en la antigüedad. La mayor ley se encuentra en el tramo inferior de la Fm Santalla, con 60-300 mg/m3, bajando en la parte superior a 20-100 mg/m3: En la Fm Las Médulas, el contenido es mucho más bajo, de 10 a 20 100 mg/m3, según datos estimados (Sánchez-Palencia et al. 1999). Así mismo, se estima que se transformó una superficie de 542 ha, se removieron 93.550.000 de m3 y la producción habría sido de 4.677,500 kg de oro.

Interés geológico principal: geomorfológico


Las Médulas desde el mirador de Orellán. Imagen global del sector de Las Valiñas, el más amplio del territorio afectado por el modelado antrópico. En último término y en ambas fotos, aparecen las canteras de Peña del Rego (Caliza de La Aquiana, Ordovícico Superior). El bosque de castaños fue introducido en las zonas inferiores al ser abandonada la explotación.
Las Médulas, Monumento Natural y Patrimonio de la Humanidad, constituyen un ejemplo representativo de modelado antrópico ligado a la minería romana a cielo abierto, así como del singular relieve derivado de este tipo de explotación. Entre el punto más alto, Pico Placias 1022 m, y el más bajo, situado en el lago de Carucedo a 490 m., la explotación de los potentes niveles de la Fm Médulas, de baja ley, se realiza mediante cortes de minado o ruina montium capaz de desagregar importantes cantidades de conglomerado generando el gran frente minero del circo de Las Valiñas. En la zona inferior, con mayor contenido en oro, la técnica de surcos convergentes empleada imprime en el paisaje un conjunto de hendiduras más o menos afectado por erosión posterior al abandono de la explotación. Otras técnicas se adaptaban a desniveles topográficos, como en la Furnia, mediante zanjas-canal. En cualquier caso, se requería la recogida, conducción, almacenamiento y liberación del agua, procesos que también han dejado su impronta en el paisaje.

La relación entre la morfología original de los depósitos y la actual, presta gran interés al estudio geomorfológico con el hombre como agente. Las labores mineras se localizan en tres sectores que originan las tres áreas de cárcavas y pináculos y la acumulación de estériles, dio lugar a conos de deyección con planta de abanico (Chaos de Maseiros) o adaptada a pequeñas vagonadas (La Bouluta) (ver mapa de situación de sectores de explotación y acumulación).

Por otro lado, las características adquiridas por la topografía en el breve lapso de explotación (~200 años) condicionan el trazado del drenaje superficial formándose lagos por taponamiento de un antiguo valle (Carucedo) y lagunas y humedales, en los canales de lavado del sedimento o agoae (lago Somido, laguna Pinzais, laguna Larga).

Interés geológico secundario: estratigráfico, tectónico


Morfologías de grandes escarpes o farallones, pináculos y cárcavas constituyen los elementos geomorfológicos más característicos desarrollados en las formaciones Las Médulas y Santalla. La oquedad corresponde a la salida de una de las galerías que se practicaron en los sedimentos cenozoicos para conducir el agua que desagregaría el conglomerado.
La tectónica y estratigrafía de Las Médulas presentan un interés y complejidad interpretativa derivados de su posición en el borde sur de la depresión del Bierzo, donde los sedimentos, procedentes de la erosión de un zócalo alterado, están afectados por la dinámica del mismo

Recientemente se ha prestado atención a la depresión del Bierzo y de las pequeñas cuencas terciarias del NW peninsular, en el contexto de la deformación intraplaca de Iberia, causada por la convergencia de Eurasia y África y en estrecha relación con la dinámica de la cuenca del Duero y el orógeno Pirenaico-Cantábrico. Se admite que la deposición de los sedimentos se realiza mediante abanicos aluviales desde el norte (Fm Toral, con 200 m de potencia), desde el norte y el oeste (Fm Santalla, unos 300 m de potencia) y desde el sur (Fm Médulas que supone la fase final de la evolución de la cuenca) (Martín González y Heredia, 2011a y b). Los depósitos fueron fragmentados durante la elevación de las Montañas Galaico-leonesas y se les atribuye una edad comprendida entre el Mioceno y el Plioceno para las formaciones Santalla y Médulas.

En el borde meridional de la cuenca los sedimentos que contienen las pajuelas de oro, se presentan de manera escalonada hacia el norte. La interpretación de esta disposición, ha estado sujeta a controversia y va, desde la idea más aceptada, que los considera abanicos con carácter progradante, a la que los considera terrazas fluviales (Hacar et alt., 1999, Pagés et alt. 2001). Si se tiene en cuenta, además, la actividad de las fallas inversas alpinas que afecta a los sedimentos (Martín-González and Heredia, 2011), es posible el enfoque tectónico-estratigráfico del modelo evolutivo de la zona puede ofrecer un modelo evolutivo para el conjunto.

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