Iglesia de San Severino de Balmaseda
La iglesia es fruto de una sociedad afanada en auxiliar a los trajinantes en el camino comercial de Burgos a la costa, en la industria, la artesanía y los servicios, en general. Una sociedad vertebrada en gremios y cofradías, que tiene a San Severino como escenario de representación. Esa dinámica sociedad medieval balmasedana es la que logra este edificio de porte monumental que recientemente se ha restaurado.
Edificio gótico puro en origen, la iglesia de San Severino tiene, sin embargo, dos lecturas distintas, una exterior y otra interior. Aquélla presenta un registro en sus muros -toda la parte alta- que modifica notablemente el espíritu original. Es fruto de una intervención barroca del siglo XVIII, en la que interviene en trazas y dictámenes el carmelita navarro Fray Marcos de Santa Teresa. Cornisamiento sinuoso, frontones, volutas, pináculos y ángeles son barrocos y modifican el aspecto original, que aquí fuera se refugia en el nivel bajo, donde aparecen las dos portadas y el fenestraje, elementos góticos muy correctos.
Por el interior sí se aprecia bien el espíritu gótico, que permite una lectura correcta de un templo de tres naves escalonadas con cuatro tramos, el segundo de ellos un crucero transversal que alcanza en altura el nivel de la nave mayor. La nave central se remata con una profunda cabecera poligonal, en cuyos lienzos se rasgan amplios ventanales, respondiendo al espíritu de diafanidad propio del estilo.
Los pilares con núcleo redondo de nervios simples en las laterales y octopartitas -de ocho cascos o campos-, las columnillas adosadas que sostienen las nerviaciones de las bóvedas y el propio diseño de éstas, responden muy bien a los planteamientos genuinos del estilo Gótico, así como los ventanales, de tipo muy variado, que se reparten por los muros perimetrales del edificio.
Este núcleo descrito es el original, de un gótico maduro del segundo cuarto del siglo XV, propuesta que en el entorno no encuentra otra afinidad, más o menos próxima, que en la iglesia de Santa María de Orduña. San Severino de Balmaseda no se encuadra, pues, en la familia de iglesias góticas litorales vascas, que es la de más personalidad en el territorio, sino en otra, genéricamente castellana y derivada de la catedral de Burgos, a cuya diócesis ha pertenecido durante muchos siglos. Nada se ha podido documentar debido a que, como es sabido, la villa ha conservado muy mal su documentación antigua.
La torre, añadida al flanco izquierdo por los pies, tiene un campanario que recoge los mismos planteamientos que los remates de los muros por el exterior. Pertenece al mismo plan de hermoseamiento barroco del edificio. Lázaro de la Incera corrió a cargo del campanario (1726) y los arcángeles de los dos hastiales sobre las portadas son tallas en piedra de los escultores Joaquín de Liermo y Andrés de Monasterio (1734).
Hacia el lado norte, ocupando un espacio por donde hasta entonces corría la muralla, se levantan dos capillas; la más importante de ellas, la del Santo Cristo, o de Urrutia, es una de las más bellas del Renacimiento regional. El suyo es un planteamiento codificado dentro de lo que se conoce en la historia de la arquitectura como capillas ochavadas burgalesas, que se caracterizan por la manera de pasar de la planta cuadrada a la ochavada mediante trompas y por el sistema decorativo, cairelado, de la bóveda estrellada. Se debe esta joya arquitectónica a un solvente cantero montañés, Juan de Rasines, maestro de amplia trayectoria en Castilla, La Rioja y Bizkaia. Estaba ocupado en ella en torno a los años 1541-1545 y por iniciativa del comerciante balamasedano radicado en Sevilla, D. Juan de Urrutia.
La capilla contigua, de los Quadra-Mollinedo, ha sido devuelta al culto en la restauración reciente.
Apenas guarda San Severino muebles completos de importancia, pero se puede citar el órgano Cavaille-Coll del coro y, en la capilla de Urrutia, el retablo del Santo Cristo, de lo mejor, por su calidad expresiva y dinámica, que saliera de la gubia de los Beaugrant, escultores franco flamencos renacentistas, radicados en Bilbao desde 1533.
Hay también imágenes sueltas en la capilla de los San Pelayo, un ambiente neorrománico, que ocupa el hueco de la torre, obra del arquitecto Manuel María Smith (1928). Además hay sepulcros góticos, con bultos o sin ellos, acogidos en los muros, dos en la cabecera por la parte derecha, reaprovechados por la familia Bermejillo, que encarga a los escultores de Barcelona Querol (1906) y Quintana (1910), su reambientación, sus relieves y cartelas metálicas modernistas, etc.
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Fotografías de Iglesia de San Severino de Balmaseda
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Glosario de términos
- Barroco
- Estilo artístico basado principalmente en el exceso de énfasis y abundancia de decoración, en contraposición al clasicismo renacentista. Se situa entre 1600 y 1750 y su nombre proviene de la palabra barrueco que significa perla irregular, ya que este estilo marcaba exageradamente las formas irregulares y onduladas
- Cabecera
- Testero de la iglesia o parte en que se halla el altar principal.
- Calle
- Franja vertical del ábside formado entre columnas o contrafuertes
- Capilla
- Edificio contiguo a una iglesia o parte integrante de ella, con altar y advocación particular.
- Cartela
- Decoración enmarcando a modo de orla una parte central destinada a recibir emblemas, leyendas etc. Tabla o escudo sobre el que se coloca un emblema o leyenda
- Cornisa
- 1. Coronamiento compuesto de molduras, o cuerpo voladizo con molduras, que sirve de remate a otro. 2. Parte superior del cornisamento de un pedestal, edificio o habitación.
- Coro
- Parte de la iglesia donde se situan los monjes o sacerdotes para cantar el oficio divino. A lo largo de la historia de la arquitectura su ubicación dentro del templo ha sufrido diversas variaciones, si se sitúa en la nave central se aísla mediante un cerramiento
- Crucero
- Espacio en que se cruzan la nave central de una iglesia y la que la atraviesa.
- Hastial
- Triangulo superior de un muro enmarcado por las vertientes del tejado.
- Monasterio
- Conjunto de edificios donde se agrupan los monjes para vivir en comunidad. Voz proveniente del latín monasterium y este a su vez del griego monastérion
- Nave
- Cada uno de los espacios en que se divide longitudinalmente una iglesia.
- Pilar
- Pilastra exenta, suele tener más consistencia que la columna.
- Planta
- Plano de la sección horizontal de un edificio.
- Portada
- Puerta ornamentada o decorada.
- Retablo
- Obra formada por un conjunto de tablas de escultura o pintura religiosa para ser colocada detrás de un altar. Se divide verticalmente en calles, la central más ancha se llama espiga, y horizontalmente en pisos, el inferior se llama predela. El retablo está protegido por el guardapolvo o polsera. La palabra procede del latin retaulus y este a su vez de retro (detras) y tabula (tabla).
- Sepulcro
- Es la obra que se construye para dar sepultura a una persona, generalmente en piedra y elevada respecto del suelo
- Trompa
- Elementos que sirven para hacer la transición de una base poligonal a otra circular u octogonal. Se usa preferentemente en los cimborrios.