El «Moyón de la Corralá», es un bloque de arenisca cuya litología presenta características comunes con las de otros materiales pétreos empleados en distintos edificios y muros del pueblo, lo que indica el aprovechamiento sistemático de algúna afloración
rocosa próxima.
Los estudios realizados no han logrado determinar su verdadero origen: que sea un menhir de época prehistórica (y de ser así sería uno de los más destacados del norte de España) o un mojón de los existentes en los caminos medievales.
El mojón se encuentra hincado verticalmente en el suelo con gran firmeza, circunstancia que denota que una parte importante de su cuerpo es probable que permanezca enterrada. Actualmente la parte visible alcanza unas dimensiones considerables: 1,95 metros de altura. La sección media de forma cuadrangular es de unos
0,55 por 0,50 metros por término medio.
Morfológicamente el monolito podría definirse como un bloque
prismático bien regularizado y de aristas redondeadas que en
su cuarto superior va engrosándose lateralmente adquiriendo un
desarrollo curvo para finalizar en un vértice convexo ligeramente
apuntado. Es un hecho, evidente para el espectador que examina
el bloque can detenimiento, que la forma final recuerda, visto en
conjunto, a un «phallus», sobre lo que volveremos más adelante.
El proceso de confección pasó por dos etapas sucesivas; una
talla preliminar que conformó su forma básica y después una intensa
labor de abrasión sobre gran parte de la superficie de tallado.
En la actualidad está intensamente erosionado mostrando numerosos
repicados y saltaduras.
El que a grandes rasgos el monolito sea un prisma cuadrangular
nos permite, al hacer el análisis de los grabados, hablar de
cuatro caras que denominaremos A, B, C y D. La primera de ellas
es la más visible dando frente al camino y orientada al Oeste. Su
opuesta, B, mira al Este, siendo la C la orientada al Sur y la D
al Norte. El ángulo que forman los planos A y C, a partir de la mitad
inferior (la inmediata al suelo), se encuentra desgastado nor
numerosas rozaduras debidas seguramente al paso de carros.
Cara A. En el frente Oeste del monolito es la más visible
dada la disposición del mismo. Los motivos figurados que en
ella se registran aparecen repartidos desde las proximidades del
extremo superior hasta unos 40 centímetros del suelo en la inferior.
Se anotan solamente seis cruces de formas y tamaños diferentes. La más alta, de tipo latino aunque algo desproporcionada
presenta un engrosamiento terminal en los brazos (230 x 150 milímetros).
Bajo ella se localizan otras dos de menores proporciones
(130 x 98 y 135 x 25 mm.) y también latinas aunque de brazos más
regulares. A continuacón una zona de piqueteado que pudo haber
sido otro cruciforme (125 x 150 mm.). Finalmente dos cruces más,
incisas, una de ellas de trazo simple (74 x 60 y 98 x 100 mm.), quedan
distanciadas del conjunto superior por algunos repicados en
vírgula y por dos cazoletas piqueteadas (40 Y 45 mm. de diámetro).
Cara B (Fig. 3). Por quedar dispuesta paralelamente a la casa
de Toña y en zona de' sombra aparece totalmente recubierta de
formaciones de hongos. Sobre la parte alta y al lado izquierdo a
1,37 metros del suelo aparece piqueteado un tema antropomorfo
único.
Se trata de un personaje con los brazos dispuestos horizontalmente
que se apoya en dos piernas rectas y bien diferenciadas.
Los pies, mirando a la derecha, pudieran señalar la progresión
en ese sentido. La cabeza, cuadrangular y unida al tronco por un
cuello claramente señalado, muestra superiormente una prolongación
fusiforme que interpretamos como el tocado o un elemento
del sombrero que portara el individuo representado.
Bajo el pie derecho aparece una cazoleta de piquetado circular.
Por último hay que señalar cinco trazos lineales incisos a la altura
de la cabeza.
Cara C (Fig. 3). La concentración de temas insculpídos se produce
en la parte superior donde se observan cuatro cruces; la más
alta, de trazo desigual, es latina. El surco de grabado es de una
anchura que va de los 18 a los 23 mm Casi inmediatamente debajo
aparece piqueteado un conjunto formado por una cruz potenzada
que en su extremo inferior se ensancha en un amplio desarrollo
triangular que debe ser interpretado como una peana o base
de sustentación. Sobre el lado derecho de la misma arranca una
cruz grabada sólo parcialmente con las mismas peculiaridades
formales que la primera. El conjunto alcanza unas proporciones
de 220 mm. de altura por 150 de anchura máxima.
Una cuarta crucecita entre griega y bizantina de pequeño tamaño
(50 x 50 mm.) aparece a la derecha del conjunto anterior. Bajo
ella y junto a la peana se anotan un desconchado y una cazoleta
excavada de forma cruciforme que, en principio, pudo ser una
cruz desfigurada posteriormente.
Bajo la peana se anotan dos excavaciones u hoyuelos de desarrollo
circular (25 y 42 mm. de diámetro).
En la mitad inferior de la superficie existen además, a 105 centímetros
de altura sobre el suelo y limitando can el borde izquierdo,
una cazoleta circular bien visible encima de una pequeña cruz
griega incisa. A la misma altura y en el lado derecho hay otra cruz
realizada también con un trazo inciso y fino, y otra serie de grabados
lineales. Un último cruciforme dispuesto oblícuamente con
respecto al eje longitudinal aparece a ras del suelo.
Cara D. En ésta se anota únicamente una figuración de
interés aparte de algún trazo inciso y disperso en distintas zonas
de la misma. El tema al que nos referimos es un signo, con técnica
de piqueteado, de desarrollo laciforme en dos bucles. Pudiera
tratarse de un alfabetiforme. Son sus dimensiones: altura, 220 mm;
anchura, 120 mm., el surco piqueteado alcanza una anchura que
oscila entre 17 y 28 mm.
Sobre el borde izquierdo de la cara y en su mitad se localizan
trazos sueltos, no significativos, hechos a percusión.