Ex Monasterio de Benedictinos de San Pedro de Villanueva

Ex Monasterio de Benedictinos de San Pedro de Villanueva

La construcción

El monasterio benedictino y la ermita de San Pedro están considerados como uno de los ejemplos más importantes del denominado románico asturiano. La primera construcción eclesiástica se atribuye a la época de Alfonso I el Católico, yerno de don Pelayo y esposo de la reina Ermensinda, cuando ceden éstas y otras tierras a la iglesia. La leyenda cuenta que en este mismo lugar murió el rey Favila, hermano de Ermensinda, en una cacería a consecuencia del ataque de un oso. En su memoria se contruyó este monasterio y la ermita. Es difícil asegurar con exactitud cuándo se originó la construcción por la falta de documentación, pero consta que en el s. VIII, en este lugar se levantó un panteón real y una basílica en memoria del rey Favila. De esta construcción prerrománica no queda ningún tipo de vestigio, tan sólo se conserva la parte románica y la barroca.

Los lugares donde se levantan estos edificios siempre aportan una leyenda que justifica su construcción. Pero lo que sí es cierto es que estos lugares suelen haber sido utilizados anteriormente por otras culturas y sociedades para realizar sus ceremonias y cultos. Son pues lugares privilegiados. La cercanía del río, canteras cercanas donde obtener la piedra,... y misteriosas energías telúricas que propician la oración, son algunas de las condiciones buscadas para la construcción de los monasterios.

No sería hasta el s. XII cuando el monasterio y la ermita reciben el nombre con el que hoy los conocemos. Fueron monjes benedictinos quienes impregnaron en la ermita el estilo románico. Estos monjes, tras la reforma cistersiense que exhortaba a los religiosos a huir de la opulencia y refugiarse en la tranquila oración, buscaban lugares apartados. Normalmente el rey feudal les cedía las tierras, estableciendo allí su pequeño reino feudal, el abadengo, cuyo centro neurálgico eran el monasterio y la ermita.

No podemos comprender la ermita sin el monasterio y sin el abadengo. Según la mentalidad románica, una ermita no es un templo en sí, se considera como tal cuando el hombre está en su interior. El abadengo y el monasterio son los lugares de trabajo y descanso, la ermita es el lugar de oración. Servía también el conjunto para dar cobijo al peregrino y para ofrecer a los habitantes del abadengo, los vasallos, un lugar de oración. Con la oración los fieles salvaban sus almas cuando morían.

El paso del tiempo

Los años no pasan en balde. Desde la construcción de la ermita y el monasterio en el s. XII, donde estaba la antigua basílica, los cambios han sido constantes. Sólo la ermita conserva las formas y figuras significativas del arte románico.

Elementos como la torre del campanario no son los originales, la antigua torre fue derribada en 1686 y tuvo que esperar hasta 1699 para volver a ser levantada. La iglesia conserva tres ábsides románicos construidos en sillar y a sus pies perviven los restos del claustro románico primitivo, de finales del s. XII. El actual claustro barroco fue construido en la reforma acontecida en los años 1674 - 1694. Otra reforma significativa la sufrió la nave principal en el s. XIII, que pasó de estar dividida en tres naves longitudinales a una única, tal y como la podemos ver hoy. Cada época aportó su reforma, adecuando la ermita y el monasterio a los nuevos tiempos.

El monasterio fue abandonado en 1835 tras la desamortización de Mendizabal, quedando sólo la ermita activa como iglesia parroquial. El conjunto fue declarado monumento nacional en 1907.

Y la última gran remodelación se realizó a finales del s. XX para convertir el antiguo convento benedictino en el actual Parador Nacional. Al viejo convento se le añadió un ala de edificio de características arquitectónicas y materiales constructivos perfectamente consonantes. Las obras de esta joya engarzada en las verdes orillas del Sella, donde se refleja, se inauguraron el 1998.

Significado de las formas

Miremos donde miremoes, la ermita nos da información sobre la época en la que construida y la forma de pensar de las gentes que lo hicieron. En primer lugar, el material de construcción, la piedra, simboliza lo eterno, lo inalterable. La ermita, como la vida de los creyentes, nunca termina. La muerte no es el fin, es un trámite hacia otra vida eterna. La piedra de la ermita es realmente tan antigua que si nos fijamos bien en la fachada podemos observar pequeños fósiles marinos como conchas. Es un hecho común en las rocas de la zona.

El elemento arquitectónico más representativo del románico es el arco de medio punto. Cualquier portal, puerta, ventana... está formada por arcos de medio punto. Las bóvedas del interior se forman gracias a la acción combinada de varios de estos arcos; son las bóvedas de horno. Este arco, ya usado por la cultura romana, es de fácil elaboración, adaptado a la escasa tecnología constructiva medieval.

Las ermitas románicas no tienen la grandiosidad de las góticas. Su escala es humana. El hombre es parte fundamental en ellas. Sus formas son modestas. No es importante la forma sino el contenido. Mientras que en los alrededores de las ermitas románicas se fundaban aldeas y pueblos, las iglesias góticas surgen en ciudades y muestran con sus impresionantes formas la grandeza de Dios.

Otro punto importante de la ermita románica es la simbología de las figuras esculpidas en sus capiteles. En la portada principal observamos figuras que esquemáticamente nos narran la historia del rey Favila. En otros capiteles vemos escenas donde se representaban animales, plantas, figuras humanas y extrañas criaturas. Nosotros no sabemos interpretarlas, pero las personas de esa época veían en ellas las imágenes de leyendas y mitos conocidas en aquellos tiempos, que les advertía de posibles peligros. Eran advertencias gráficas, ya que la mayoría de la población era analfabeta. Son unas señales de tráfico de la Edad Media que enseñaban a conducir vidas evitando los peligros.

Fuente y bibliografía:
Wikipedia

Fotografías de Ex Monasterio de Benedictinos de San Pedro de Villanueva

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Iconografía y bestiario románico

Una de las principales misiones que tiene la escultura del románico es la de transmitir y comunicar mediante unos programas iconográficos muy detallados una serie de ideas simbólicas o descriptivas de numerosos episodios de la Biblia, pero también de la vida cotidiana y como no los animales tanto reales como fantásticos, cada uno con claros significados para el hombre medieval.

La Ex Monasterio de Benedictinos de San Pedro de Villanueva presenta los siguientes programas iconográficos:

Bestiario románico:
Iconografía románica:

Glosario de términos

Arco
Elemento sustentante, que descarga los empujes, desviándolos lateralmente, y que está destinado a franquear un espacio por medio de un trayecto generalmente curvo.
Barroco
Estilo artístico basado principalmente en el exceso de énfasis y abundancia de decoración, en contraposición al clasicismo renacentista. Se situa entre 1600 y 1750 y su nombre proviene de la palabra barrueco que significa perla irregular, ya que este estilo marcaba exageradamente las formas irregulares y onduladas
Capitel
Parte superior de una columna, compuesta de molduras y otros elementos decorativos. Elemento colocado sobre el fuste de una columna que sostiene directamente el arquitrabe, arco etc. Los capiteles pueden ser vegetales, historiados (con historias), figurados (con personajes), antropomorfos (se reconocen figuras humanas), zoomórficos (animales conocidos) y fantásticos (animales no existentes). La voz proviene del latín capitellum diminutivo de caput (cabeza)
Claustro
Galeria cubierta alrededor de un patio generalmente cuadrangular y separada de él por columnas o arquerias. Suele estar adyacente a la iglesia y formando parte de un complejo mayor (catedral, monasterio etc.). Su etimologia procede de claustrum = cerrado.
Convento
Del latín conventus (asamblea o congregación) derivado de conveniere (juntarse). Edificio donde habita una conjunto de religiosos.
Ermita
De eremita. Capilla o santuario, generalmente pequeño, situado por lo común en despoblado y que no suele tener culto permanente.
Monasterio
Conjunto de edificios donde se agrupan los monjes para vivir en comunidad. Voz proveniente del latín monasterium y este a su vez del griego monastérion
Monje
Persona que perteneciendo a una orden religiosa vive en comunidad en un monasterio. La voz proviene del occitano monge, que a su vez procede del latín monicus que a su vez procede del griego monachus.
Nave
Cada uno de los espacios en que se divide longitudinalmente una iglesia.
Planta
Plano de la sección horizontal de un edificio.
Portada
Puerta ornamentada o decorada.
Sillar
Bloque de piedra labrado y asentado en hiladas, con forma, dotado de seis caras.
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