Cueva de Tito Bustillo

Cueva de Tito Bustillo

El entorno. El Macizo de Ardines. Descripción general

La Cueva de Tito Bustillo se encuentra en macizo de Ardines, una colina caliza situada en la orilla oeste del estuario que forma el río Sella en su desembocadura. Esta colina es en realidad un complejo kárstico de calizas carboníferas que está siendo excavado por el río San Miguel, responsable de las cavidades existentes en su interior, entre ellas Tito Bustillo, La Lloseta y La Cuevona. El río San Miguel es hoy día un pequeño curso de agua que penetra en la montaña por un sumidero conocido como La Gorgocera, para pasar después al nivel inferior del sistema, recorriéndolo en sentido contrario al de la visita turística, y sale al exterior por el mismo lugar que se encuentra la entrada artificial a la cueva. Este sistema kárstico tiene 3 niveles, excavados por el río en diferentes periodos; el superior corresponde a la Cueva de La Lloseta, el medio a Tito Bustillo, y el inferior es el curso actual del río, que actúa como controlador de la temperatura y humedad de la cueva. Al tratarse de un sistema kárstico, las cuevas anteriores se encuentran comunicadas entre sí por chimeneas y galerías, si bien es casi imposible el paso de una a otra por el interior.

La cueva de Tito Bustillo es una galería de unos 700 m de longitud, a la que en la actualidad se accede por una entrada artificial localizada en el extremo opuesto a la entrada prehistórica, ya que esta última entrada quedó cegada por un derrumbe, que selló la cavidad durante milenios y permitió la conservación de las pinturas. Inicialmente las visitas se realizaban por esta antigua entrada, en Ardines, donde en 1969 se abrió un pequeño acceso a través del derrumbe y que atravesaba la sala donde se encontraba el hábitat, lugar hoy de un importante yacimiento arqueológico. En 1970, sin estudios previos, se abrió un túnel, un pasadizo artificial de 165 m de longitud dividido en 4 sectores por sucesivas puertas y que desemboca en el extremo oriental de la galería principal, que fue bautizada por Magín Berenguer como Galería Larga. La visita turística actual entra en la cueva por esta zona, y tras recorrer 540 m se alcanza una sala en la que confluye por la derecha la galería que da acceso a la entrada original por Ardines y por la izquierda un corredor en el que se encuentra el Panel Principal de la cueva de Tito Bustillo.

En el macizo de Ardines existen al menos hasta 10 cuevas que fueron empleadas, en mayor o menor medida, por el hombre del Paleolítico, además de las anteriormente mencionadas; la Cueva de Les Pedroses, la Cueva de El Cierro y Cova Rosa son otras cuevas a tener en cuenta a la hora de comprender la importancia del macizo y de Tito Bustillo durante el Paleolítico.

Descubrimiento e historia de la investigación arqueológica


Entrada a Tito Bustillo por Ardines, donde se encuentra el yacimiento arqueológico. R. de Balbín
Si 1908 fue el punto de partida en lo que al descubrimiento del arte paleolítico asturiano se refiere, con los hallazgos de la Cueva del Pindal, la Cueva de La Loja y la Cueva de Mazaculos, el hallazgo casual de Tito Bustillo el 11 de abril de 1968 puede considerarse tardío; las primeras representaciones se descubrieron al día siguiente en el Camarín de las Vulvas y en el Panel Principal. Fue casual al ser el fruto de la actividad deportiva desarrollada por el Grupo Torreblanca, un club regional de espeleología al que pertenecía Celestino Fernández Bustillo, conocido como Tito Bustillo; él y otros miembros del club descendieron por el Pozu'l Ramu, una oquedad cercana a Ardines y al lado de otra llamada Pozu La Cerezal. Tras un descenso vertical de casi 100 m alcanzaron la cueva. Lamentablemente, Fernández Bustillo murió en un accidente de montaña apenas dos semanas del descubrimiento, lo que motivó al grupo Torreblanca a proponer, a modo de homenaje póstumo, bautizar a la cueva con el nombre de Tito Bustillo.


Material lítico y óseo encontrado en el yacimiento del panel principal
El estudio arqueológico de Tito Bustillo no es nada sencillo por la diversidad de yacimientos que se le pueden asociar y por las diversas vinculaciones que presenta su contenido artístico con las cuevas de los alrededores. Las primeras excavaciones arqueológicas de la zona se realizaron en la Cueva de La Cuevona a finales del s. XIX por Justo del Castillo y Quintana, que fueron continuadas posteriormente por Hernández - Pacheco, Paul Wernert, el conde de la Vega del Sella y H. Obermaier, cuyos estudios pusieron de manifiesto la existencia de restos asignables al Magdaleniense. La Cueva de La Lloseta, también perteneciente al complejo de Tito Bustillo, se estudió en la segunda década del s. XX por Hernández - Pacheco y Wernert y durante los años 50 por F. Jordá. Por su parte, la Cueva de El Tenis fue excavada también por Hernández - Pacheco y Wernert, y la Cueva de San Antonio aparece ya mencionada en las tempranas obras de H. Breuil y H. Obermaier. Otras cuevas, como la Cueva de Les Pedroses, la Cueva de El Cierro y la Cueva de Cova Rosa comenzaron a ser estudiadas durante los cincuenta por Jordá.

En Tito Bustillo se realizaron excavaciones de mayor o menor entidad en varios lugares, pero destacan las realizadas bajo el Panel Principal y en la boca de Ardines, lugar donde se abría la cueva antiguamente. Las primeras investigaciones las realizó en 1970 Miguel Ángel García Guinea, que realizó sondeos en los lugares comentados, pero fueron Alfonso Moure Romanillo y Rodrigo de Balbín Behrmann quienes dedicaron más tiempo, a partir de 1972, al estudio de la investigación arqueológica y al estudio del arte parietal.


Bastón de mando perforado encontrado en el yacimiento del panel principal
Los trabajos de García Guinea permitieron establecer unas relaciones cronológicas entre algunas representaciones parietales y materiales de las excavaciones, obteniendo además la primera datación directa de la cueva en el yacimiento que existe al pie del panel principal. Las campañas de Moure Romanillo en la entrada de la cueva por Ardines dejaron a la luz un importante yacimiento, afectado por el derrumbe que cerró la cueva, y que a pesar de ser excavado en sus niveles superficiales ya mostró una importante colección de restos de alimentación y útiles de arte mueble.

Entre los restos de alimentación se extrajeron animales de diferentes especies, siendo el ciervo el mayoritario, que junto con la cabra representaban el 90% de los restos. Por detrás, caballo, bóvidos, rebecos, más ocasionalmente renos, corzo, foca y algún micromamífero que, como el topillo nórdico, permiten darse cuenta del clima frío reinante en la época.

Entre los objetos útiles de arte mueble, ya sea en piedra o hueso, destacan buriles, raspadores, hojas (de borde rebajado o retocadas), denticulados, perforadores, alisadores, azagayas, arpones,... Entre los decorados se encontró una importante colección de colgantes realizados sobre dientes y conchas, además de plaquetas de arenisca y pizarra decoradas con caballos, bisontes, renos y ciervos; también ha aparecido un fragmento de bastón de mando perforado, además de los conocidos fragmentos recortados. De los últimos es muy conocida la figura de la cabeza de una cabra de bulto redondo, y los cuatro contornos recortados de cabeza de caballo que fueron encontrados juntos sobre una repisa cubiertos por una pequeña capa de colorante rojo.

Estos objetos decorados no sólo son importantes por sí mismo, sino también porque gracias a ellos, debido a la posición que ocupan en el yacimiento, es posible datar las representaciones parietales que presentan un estilo similar.

Contenido artístico

La cueva de Tito Bustillo es uno de los santuarios mundiales del arte paleolítico junto con Altamira y Lascaux. La gruta acoge algunas de las mejores pinturas y grabados rupestres de la Cornisa Cantábrica, y su importancia radica tanto en la cantidad como en la calidad de las representaciones que existen en sus paneles y que presentan la totalidad de técnicas empleadas por el hombre del Paleolítico.

Tras el descubrimiento se comenzó el estudio del arte parietal de la cueva y se publicaron numerosos trabajos entre los que deben destacarse los de Rodrigo de Balbín y Alfonso Moure, quienes, desde mediados de la década de los setenta, se dedicaron a investigar en gran profundidad las ilustraciones que los antiguos moradores de la cueva plasmaron en sus paredes. Ambos han insistido desde siempre, y es importante ponerlo de manifiesto, que la estructura antigua de la cueva, en la que vivió el hombre primitivo, no es la misma que la actual, ya que existía una conexión entre la Cueva de La Cuevona y Tito Bustillo; así, según Rodrigo de Balbín, habría varias entradas a Tito Bustillo, al menos una por Ardines y otra por La Cuevona.

Para la descripción del contenido artístico nos hemos ceñido a los trabajos de Balbín y Moure y a su clasificación de conjuntos, paneles y sectores. Es necesario indicar que la cueva de Tito Bustillo continúa siendo investigada y que aquí hacemos un resumen de los trabajos más conocidos de su arte; las últimas revisiones han aumentado sin duda alguna el catálogo de figuraciones de la cueva.


Plano de Tito Bustillo con la situación de los conjuntos artísticos, según Balbín y Moure



Conjunto I

Situado frente al acceso por el túnel artificial, en la pared izquierda de la Galería Larga; está formado por tres paneles con grabados, alguno asociado a pintura roja, y orientados al NE. Estilísticamente, este conjunto encaja en el estilo IV antiguo de Leroi - Gourhan, cuyos paralelos datados arqueológicamente apuntan al Magdaleniense Inferior - Medio, o quizás la fase arcaica del nivel 5 de Rascaño.

Panel A

Con una longitud de 240 cm, presenta cuatro ciervos y un uro; tres de los ciervos forman una escena por sus actitudes y dimensiones, delimitada inferiormente por un resalte de la roca. En su interior aparecen zonas sombreadas por raspado de la superficie.

Las figuras que aquí aparecen son:
  • Fig. 1. Cierva orientada a la derecha de 70 cm de longitud y 52 cm de altura hasta la cruz. Las patas delanteras y el pecho se realizaron en trazo estriado y el resto del cuerpo en simple repetido. Sus extremidades están incompletas y sólo en la posterior se representan los corvejones. La cabeza, muy mal conservada, no tiene línea de contorno y posiblemente se realizó con un raspado interior. En el muslo posterior presenta un trazo casi vertical.

  • Fig. 2. Ciervo orientado a la derecha, de 60 x 40 cm (60 x 69 cm con asta incluida). Tanto aspecto como técnica son similares a las de la figura anterior, pero presenta la cabeza indicada con una línea de raspado, sin indicación de contorno, y la pata delantera derecha presenta el casco. Sus cuartos traseros se superponen a la cabeza de la cierva anterior.

  • Fig. 3. Cierva orientada a la derecha, formando la escena junto a las dos figuras anteriores, de 64 x 41 cm. El cuerpo aparece realizado en trazo simple repetido, salvo la cabeza, con el raspado anteriormente comentado, y el el lomo que es estriado. Sólo la pata trasera izquierda presenta el casco.

  • Fig. 4. Es la cabeza y la tabla de una cierva orientada a la izquierda, algo inclinada respecto a las figuras anteriores; de oreja a hocico mide 41 cm. El perfil, completo, con dos orejas, frente, hocico y fauces, pero falta el ojo; el trazo es simple repetido en la cabeza y boca pero estriado en el cuello.

  • Fig. 5. Uro completo dispuesto de forma perpendicular a los tres primeros ciervos, mirando hacia arriba. Mide 41 cm de longitud y 24 cm de cruz. Su cornamenta está dirigida hacia arriba; pecho y vientre realizados en trazo simple repetido y el resto con una sóla incisión. No aparecen detalles como las pezuñas y las patas delanteras finalizan en dos líneas convergentes.


Figuras del panel A del conjunto I, según Balbín y Moure



Panel B

Este panel, de 120 cm de longitud, está formado por varias puntuaciones y dos signos con forma de H a los que se asocian dos pinturas rojas con grabado en un trazo simple único y estriado.

  • Fig. 6. Se trata de un signo con forma de H de 19 de longitud. Su parte central está pintada en ocre y el borde se destacó con un amplio trazo estriado, muy denso, por lo que podría considerarse incluso un raspado. El espacio bajo la parte horizontal de la H presenta trazos verticales simples, y el de la parte superior está dividido por una línea vertical, con trazo estriada, teniendo los espacios resultantes grupos de incisiones simples.

  • Fig. 7. Se trata de otro signo similar, de 17 cm, con el ocre más oscuro y los trazos verticales del sector inferior de la H realizados en trazo estriado.

  • Fig. 8. En esta figura se reúnen varias puntuaciones y manchas ocráceas que aparecen en varios puntos del panel. Aparecen en la parte superior de un accidente de la pared, con el límite inferior algo horizontal y el superior con la forma de pequeños arcos. Son puntuaciones comunes en el Paleolítico Cantábrico, que aparecen, entre otras, en la Cueva de La Riera, Cueva de Mazaculos II, y también en otros sectores de Tito Bustillo.


Figuras del panel B del conjunto I, según Balbín y Moure



Panel C

Este panel, de 160 cm de longitud, está formado por signos cuadrangulares, dos uros, un caballo y una cabra. Su estado de conservación es malo, ya que la en la parte superficial se han desprendido algunos fragmentos, mientras que la mitad inferior se cubre por el agua en las crecidas del río desde las obras de adecuación de la cueva. Las figuras de este panel son:

  • Fig. 9. Dos incisiones verticales en trazo simple, una finalizada en forma de V y situadas en la inflexión del muro que separa el panel B del C. La izquierda mide 24 cm y la derecha 20 cm.

  • Fig. 10 y fig. 11. Son dos signos cuadrangulares alineados y unidos por un mismo trazo vertical que atraviesa a ambos por el centro; el superior mide 11.5 x 11 cm y el inferior 9 x 6 cm. Están realizados con un trazo simple único repetido. El signo superior aparece en el interior del caballo 12, superponiéndose a su vientre y pata posterior.

  • Fig. 12. Caballo orientado a la derecha, incompleto, de 41 cm de longitud y 24 cm de cruz. Conserva la cabeza, línea dorsal, cola, anca, línea posterior de las patas traseras, vientre y patas delanteras. Los detalles hacen referencia a la cabeza, mientras que los trazos se interrumpen en el final de las patas, que no presentan cascos o pezuñas. Un poco por encima del anca presenta una mancha roja circular de pequeño tamaño. El signo 10 está superpuesto a la línea ventral.

  • Fig. 13. Grupo de líneas que forman una figura de aspecto fusiforme de 11 cm, finalizada en punta por la parte superior. El borde izquierdo se realizó con trazo estriado y el derecho con dos incisiones simples.

  • Fig. 14. Uro mirando a la derecha de 44 x 25 cm. Ocasionalmente se cubre por el agua, por lo que es difícil observar la técnica aplicada para su realización. El cuerpo es de trazo estriado y sólo tiene dos pequeñas cuernas en trazo simple; en la boca tiene un rayado que puede ser una extensión del trazo estriado del interior del cuerpo. Los detalles de la figura también se centran en la cabeza, si bien aparece claramente diferenciado el sexo.

  • Fig. 15. Otro uro, orientado a la izquierda, de 53 x 18 cm. Su cabeza y cuello están completos, pero carece de ojo y ollar; conserva todavía restos del vientre, anca y patas traseras. El perfil se realizó con un trazo simple, único y repetido en algunas zonas.

  • Fig. 16. Mal conservado, es un signo rectangular con aspecto de parrilla de 14 x 24 cm, que en ocasiones, dependiendo de la humedad, muestra un color rojizo, además del grabado simple, repetido en algunas partes.

  • Fig. 17. Grupo de incisiones entre las cuales aparece la cabeza y cuello de un cáprido mirando a la izquierda, realizadas con trazo simple, único y repetido. Mide 24 cm.

  • Fig. 18. Grupo de líneas que podrían representar la cabeza de un animal que mira a la izquierda, realizada con incisiones simples, únicas o repetidas, que se superponen a una mancha roja de pintura.

  • Fig. 19. Grupo de manchas coloreadas a la derecha de la figura anterior.

Conjunto II

Este conjunto aparece a unos 15 m del acceso por el túnel artificial, y se dispone en varios bloques situados en el centro de la Galería Larga que obstruyen parcialmente la boca de un sumidero. La circulación de agua subterránea ha erosionado algunas zonas bajas de los bloques, rellenando los espacios entre ellos con material arrastrado por el río. En la pared derecha de la Galería Larga aparecen pinturas en dos puntos, los paneles D y C, si bien se pueden considerar, al menos uno, como indicaciones pertenecientes al Camarín de las Vulvas (Conjunto III).

Panel A


Figuras del panel A del conjunto II. R. de Balbín
Uno de los bloques superiores presenta una superficie decorada de 2.88 m de longitud, orientada al S-SO, mirando al Panel C del conjunto anterior; sus representaciones consisten en signos lineales entre los que destacan dos líneas paralelas de 90 cm algo curvas, pintadas en rojo y que atraviesan verticalmente el bloque. En la parte superior de las líneas y entre ellas hay un punto y algo más abajo dos cortos trazos perpendiculares que salen de ellas. En el resto del bloque aparecen puntuaciones o trazos cortos; así, arriba y a la derecha de las líneas aparecen tres trazos cortos pareados, otros dos de tres, tres grupos de tres y otro aislado al a izquierda. En la cara O de este mismo bloque hay dos grupos de trazos pareados y otro con cuatro, dos de los cuales están formando una cruz.

Panel B


Bisonte del panel B del conjunto II. R. de Balbín
Justo bajo el bloque anterior aparece otro, cuya superficie ha sido muy erosionada y que el artista aprovechó para simular en ella la cabeza de un bisonte; esta superficie decorada está en orientación N-NE. El cuerno aprovecha una formación natural de la roca, el ojo y el hocico son puntuaciones rojas, y una línea roja de puntos borde la pata delantera y otras aparecen sobre el costado; el bloque además presenta la forma completa del bisonte, con la pata, cuarto trasero y sexo, coincidiendo la línea dorsal con el borde del bloque. Mide, entre el cuello y el ollar los 32 cm.

Panel C

Este panel aparece en otro bloque, con la superficie decorada orientada al S-SE, presenta varias puntuaciones rojas y un círculo grabado con trazo simple.

Panel D

Panel situado en la pared derecha de la Galería Larga y en las proximidades a la entrada del Camarín de las Vulvas. Se trata de un signo elíptico algo estrangulado en el centro pintado en rojo, que podría indicar la presencia del famoso Camarín.

Conjunto III. El Camarín de las Vulvas


Representaciones del Camarín de las Vulvas. R. de Balbín
Más conocido como el Camarín de las Vulvas, el conjunto II se encuentra al final de una galería ascendente de unos 15 m que comienza en la pared derecha de la Galería Larga, a unos 30 m del túnel artificial y a unos 55 m del derrumbe que corta la cueva. La zona decorada, de 4.25 m, aparece en un ensanchamiento de la misma, y a ella se puede sumar una pequeña cavidad con puntuaciones, ascendiendo la longitud del conjunto a los 6.75 m.

El Camarín de las Vulvas se descubrió el 12 de abril de 1968 y fue además el primero en localizarse. Desde entonces, en todos los trabajos sobre la cueva y muchos de prehistoria se hace referencia a las composiciones aquí representadas.

La entrada a la galería que conduce al Camarín está marcado con dos estalagmitas partidas cuya zona partida se pintó de rojo; sobre la primera aparece un trazo pareado y sobre la segunda uno corto; en la pared cercana de la Galería aparece un punto rojo similar a los de la parte oriental. Al otro lado del acceso, sobre una superficie de aproximadamente un metro cuadrado aparecen ocho signos, cuatro puntuaciones y otros tantos rectangulares, con el eje mayor orientado verticalmente; si bien el color de los trazos está algo difuminado, parecen estar formados por unas 3 o 4 líneas paralelas.

El propio Camarín está formado por 24 figuras, que pueden agruparse en puntos, genitales y barras o líneas. Todas aparecen coloreadas con pintura roja salvo la número 6.

  • Fig. 1. Círculo abierto con un trazo vertical en su interior. Es sin duda una representación vulvar esquematizada, situada a 1.90 m del suelo.

  • Fig. 2. Línea vertical continua de 62 cm situada a 1.90 m del suelo.

  • Fig. 3. Grupo de seis puntuaciones en dos líneas de tres, a la misma altura del suelo que las anteriores.

  • Fig. 4. Signo con forma de Y, con el brazo derecho cortado por una raya oblícua. Mide 30 cm y aparece a 2 m de altura.

  • Fig. 5. Grupo de diez puntuaciones repartidas en una hilera horizontal de 4 puntos, otra paralela de 5, y el punto restante aislado debajo. Aparece a 1.30 m del suelo en el fondo de una cavidad natural.

  • Fig. 6. Línea vertical de 21 cm en rojo, bajo la que aparecen 4 incisiones paralelas. A 2.25 m del suelo.

  • Fig. 7. Dos grupos pareados de trazos a 40 cm del suelo.

  • Fig. 8. Dos puntuaciones sobre una línea horizontal, a 81 cm del suelo.

  • Fig. 9. Al menos 14 puntuaciones ordenadas en dos filas divergentes. Aparecen en el techo sobre un fondo tenue de color rojo.

  • Fig. 10. Línea de 24 cm junto con un trazo pareado y dos líneas paralelas de 40 cm de longitud, situadas a 1.82 m del suelo.

  • Fig. 11. Dos líneas paralelas desiguales de 14 y 3 cm, a 94 cm del suelo.

  • Fig. 12. Dos puntuaciones rojas a 1.40 m del suelo.

  • Fig. 13. Representación vulvar. Aparece a 1.45 m del suelo.

    Fig. 14. Representación vulvar. A la derecha y misma altura que la anterior, su morfología es similar: forma ovalada con hendidura rodeada de una línea que en la parte superior presenta una serie de puntos que quizás sean pelosidad.

  • Fig. 15. Grupo de tres líneas verticales que miden 21, 23 y 20 cm, situadas a 1.60 m del suelo.

  • Fig. 16. Grupo de doce puntuaciones dispuestas en tres líneas horizontales de cinco, cuatro y tres puntos cada una, situadas a 1.90 m del suelo.

  • Fig. 17. Representación vulvar. Quizás la más importante de ellas, al tratarse de una representación femenina en perfil, sin cabeza ni extremidades; en su interior presenta una vulva en visión frontal, similar a las figuras 13 y 14.

  • Fig. 18. Representación vulvar. Presenta un mayor grado de esquematización que las anteriores y simila en cierto grado a la figura 1 del conjunto. Aparece a 1.90 m del suelo.

  • Fig. 19. Grupo de puntuaciones rojas que bordean una oquedad, en cuyo fondo aparece la figura 20. En el margen izquierdo presenta una triple línea punteada, que se traduce en el margen derecho en una línea simple. A esta composición se le da un significado vulvar, con parecidos en la Cueva de Mazaculos, la Cueva de La Riera, la Cueva de Chufín y otras. Aparece a 1.90 m del suelo.

  • Fig. 20. Signo circular abierto situado en el fondo de la cavidad anterior, una representación vulvar reducida, situada a 2 m de altura.

  • Fig. 21. Grupo de 10 puntuaciones a 2 m de altura.

  • Fig. 22. En el techo (como las siguientes), a 2.10 m del suelo, aparecen aquí un arco de círculo, un trazo vertical de 18 cm y una puntuación, todos frente a las vulvas.

  • Fig. 23. Grupo de tres líneas paralelas formadas cada una por tres puntuaciones, situadas a 2.70 cm del suelo.

  • Fig. 24. Grupo en el que aparece una puntuación, dos trazos pareados y una mancha roja difuminada, con el centro más intenso, y también una línea ancha; situadas en el techo a 2.45 m del suelo.

Conjunto IV

El conjunto aparece a los lados de la Galería Larga, a unos 135 m del túnel artificial de acceso. Esta formado por 3 paneles, los dos primeros que sólo presentan grabados y puntuaciones, en la pared izquierda, y el tercero, con figuras rojas, se sitúa en la pared derecha. El camino turístico discurre pegado a la pared izquierda, entre grandes coladas estalagmíticas.

Panel A

Situado en la parte más baja de la pared izquierda, consta de una única figura:

  • Fig. 1. Incisiones de trazo simple que configuran un haz de líneas oblicuas.

Panel B

  • Fig. 2. Conjunto de 9 puntuaciones rojas que se disponen en dos filas de verticales de 3 y las restantes algo separadas.

Panel C

Este panel, de 1.80 m, únicamente está formado por signos en color rojo y se localiza en una especie de covacha que está delimitada por la pared de la Galería Larga y una gran colada estalagmítica que hace las veces de suelo.

  • Fig. 3. Línea horizontal que cruza la parte superior izquierda de este panel, de 47 cm.

  • Fig. 4. Línea casi vertical que nace del extremo izquierdo de la anterior, de 33 cm.

  • Figs. 5 y 7. Se pueden interpretar como claviformes y engloban a la figura 6.

  • Fig. 6. De difícil interpretación, es un signo con forma de Y similar a la figura 4 del Camarín de las Vulvas, y que podría interpretarse como una representación sexual femenina.

  • Fig. 8. Trazo vertical paralelo al claviforme de la figura 7, de 10 cm de longitud.

  • Fig. 9. Signo escaleriforme o de composición en parrilla, formado por cuatro trazos verticales que se cierran por la parte superior con una línea horizontal; no cuenta con el límite inferior. Sus dimensiones son 57 x 17 cm.

  • Fig. 10. Grupo de cuatro líneas verticales paralelas, quizás realizadas con los dedos.

  • Figs. 11 y 12. Estos dos signos se pueden interpretar como laciformes. La primera es un signo de perfil ovalado y con un trazo que parte del extremo inferior; mide 25 cm y se realizó con trazo firme y del mismo color rojo que el resto del panel. La segunda, de mayor tamaño, con 41 cm, tiene un perfil más cerrado, con un pequeño entrante en la parte inferior y el trazo vertical adosado al margen derecho; su trazo es más irregular y mide 41 cm.


Figuras del panel C del conjunto IV, según Balbín y Moure



Entre los conjuntos IV y V existen dos espacios recientemente descritos conocidos como la Galería de los Bisontes y la Galería de los Antropomorfos, a los que se accede por dos galerías comunicadas entre sí que parten de la pared norte de la Galería Larga.

La Galería de los Bisontes

La Galería de los Bisontes tiene su entrada a unos 40 m al oeste del Conjunto IV, algo más al oriente que la Galería de los Antropomorfos. Se trata de un tubo con orientación NE que da a un pasillo de unos 5 m de longitud, muy relacionado con una compleja red de chimeneas de dimensiones variables, y a una sala al final, de tan sólo 2 m de anchura. Casi toda la galería está decorada con representaciones pintadas, muchas deterioradas, pero es posible aún así aislar dos ámbitos básicos de decoración.


Entrada a la galería de los bisontes de Tito Bustillo. R. de Balbín
El primero comprende la entrada al espacio que conecta con la Galería Larga. Esta entrada, que según Balbín y otros (2002) recuerda un sexo femenino, da paso a una estrecha galería que presenta en su pared izquierda la figura de un caballo realizado en tinta plana; además, las paredes de acceso se han pintado de rojo, algo común en el complejo de Tito Bustillo - La Lloseta, donde aparecen varias representaciones sexuales femeninas de este tipo. Tanto el estilo arcaico del caballo como el simbolismo femenino hacen pensar en una realización antigua de las representaciones de esta zona.

La segunda zona decorada comprende la parte final de la Galería y la Sala a la que da acceso al final. Aquí, todas las pinturas fueron realizadas en color rojo y están bastante más dañadas, posiblemente debido al roce de la pared al transitar por un sitio tan estrecho. En la zona de acceso a la sala existen dos figuras zoomorfas muy deterioradas, posiblemente de bisonte, un símbolo con forma de parrilla y un caballo a la izquierda. La decoración se completa con las figuras de la Sala, en la que aparecen cuatro figuras de dicho animal, siendo las más significativas dos que se realizaron sobre un promontorio rocoso; la topografía natural de la roca se empleó para representar la cabeza y algunos detalles como ojos y barba.

Las características estilísticas de las representaciones y el uso de relieves para realizarlas hace pensar que fueron realizadas durante el Magdaleniense, correspondiendo a un estilo IV de Leroi - Gourhan.

Un aspecto a tener en cuenta en la Galería de los Bisontes es la presencia de puntuaciones rojas en las chimeneas que comunican con galerías superiores y que dan acceso a la Galería de los Antropomorfos. Estas chimeneas son lo suficientemente estrechas para que por ellas no quepa una persona adulta, por lo que es más que posible que las representaciones que presentan fuesen realizadas por niños o jóvenes.

La galería de los antropomorfos

La Galería de los Antropomorfos se abre 4 m al oeste de la Galería de los Bisontes y, al igual que la anterior, forma parte de un complejo sistema de túneles, pozos y chimeneas de comunicación; su tamaño y complejidad es mayor todavía que la galería anteriormente descrita. Comienza con un tubo ascendente orientado al norte que salva un desnivel de 5 m con respecto a la Galería Larga; ésta zona, marcada con múltiples puntos rojos, comunica con una especie de gatera de 2 m de longitud orientada al NE; en su parte superior a la derecha presenta la representación de un bisonte pintado en rojo, mientras que al norte, a 3 m de altura, se abre una chimenea marcada por puntos rojos que conecta con la Galería de los Bisontes.

La parte superior de la Galería de los Antropomorfos es un área de aproximadamente 10 m de largo por 2 m de ancho de media: su parte meridional conecta con la parte superior Galería Larga, y la septentrional con la parte más profunda de la Galería; en su superficie aparecen una serie de bloques de piedra cubiertos por colorante rojo, que sin duda se emplearon en la decoración de la zona.

Es sin embargo más interesante la parte más profunda. Tras bajar por un pozo de unos 4 m de profundidad, se abre una galería de considerable tamaño (unos 25 m de largo) orientada al NNE, que se puede dividir en tres secciones:

  • La primera se localiza en el fondo del pozo, y es un pequeño espacio ovalado de unos 3 m de diámetro, separado del resto de la galería por un muro artificial de 1.5 m de altura; este muro está formado por la superposición de bloques clásticos, algunos de los cuales se cimentó por una concrección estalagmítica. Esta particular construcción se emplea para cerrar parcialmente el paso, pero sin llegar a impedirlo por completo; se trata de una estructura sin duda excepcional, similar a otras también documentadas en cuevas como Tuc de Audubert o Tres Hermanos. En esta zona aparecen además figuras pintadas en rojo, como el perfil cérvico - dorsal de un bisonte, situado en la pared izquierda. Además, en el propio suelo se realiza una excavación arqueológica, y en ella se han localizado grandes cantidades de colorante rojo.

  • Antropomorfo femenino de la Galería de los Antropomorfos. R. de Balbín.
    La segunda zona se encuentra entre el muro y el inicio de una galería de acceso más difícil. Es una zona que aparentemente es una vasto espacio vacío pero que contiene quizás las representaciones más singulares de todo Tito Bustillo. En particular, en la pared norte de la sala hay dos crestas estalagmíticas triangulares decoradas por las dos caras. Sobre una de ellas aparecen dos curiosas representaciones de antropomorfos pintados en rojo:

    - La que se localiza en la cara sur de la cresta está representado de forma más bien esquemática, con una cabeza ovalada con la boca abierta, pecho y pene de dimensiones notorias con el glande marcado. La cabeza está coronada por tres protuberancias cortas, dos de ellas curvadas a modo de cuernos; la parte posterior está muy marcada, posiblemente a fin de simular la piel de algún animal, como un bisonte. De la boca de la figura surge una línea curva, similar a una enorme lengua.
    - La figura de la parte norte muestra una figura femenina realizada con una técnica similar. Su cabeza es redondeada, con la boca y los ojos abiertos, el tronco con un brazo hacia adelante, pechos pequeños, vulva y piernas. Como en la anterior, una línea curva sale de la boca.

    Según la interpretación de Balbín y otros (2002), se trata de una escena de sexo, por su parecidos con las escenas de sexo en las que aparecen bisontes, que se representan con la boca abierta y la lengua fuera; a ello apuntaría también la presencia de cuernos en la figura masculina y la línea gruesa dorsal a modo de piel.

    Las representaciones de la segunda cresta son menos elaboradas; su cara norte presenta una línea de puntos rojos en vertical, mientras que en la parte sur aparece un peculiar patrón pintado también en rojo, que podría tratarse de un rostro humano.

    Como en la zona anterior se llevó a cabo un sondeo en una zona de 2 x 1 m en la parte delantera de la sala, en el que se localizó una placa de carbón que sería el vestigio de indencios ocasionales en el lugar o el resto de algún elemento de iluminación.

  • La última zona se encuentra en el fondo de la Galería y es un paso estrecho de 10 m de longitud y 1.5 m de anchura, con una serie de bloques en el interior que hacen difícil el paso por su interior. Esta parte no contiene restos arqueológicos, pero sí representaciones. Las más significativas están en una pequeña sala circular que se abre en la parte derecha de la galería; aquí aparece pintado en rojo, un símbolo formado por una línea vertical con dos engrosamientos angulosos, a modo de claviformes algo atípicos. Se completa esta zona con otra línea en rojo y un pequeño grabado que tal vez corresponda a un caballo.

Los contornos recortados

Contorno decorado nº4 de Tito Bustillo'/>Contorno recortado nº4 de Tito Bustillo
Durante 2001 se localizó una interesante zona a 40 m al oeste de la Galería de los Antropomorfos y en la parte superior de la pared norte de la Galería Larga. En este punto comienza una cornisa a lo largo de esa pared aislado del túnel principal por una serie de pilares de estalagmitas.

Aparecen aquí algunas representaciones pintadas en rojo, pero lo más interesante del lugar ha sido el hallazgo en él de una serie de cuatro contornos recortados con forma de cabezas de ciervas realizados sobre hueso hioides de caballo. Uno de ellos fue descubierto por un trabajador durante la adaptación de la cueva para su visita turística; tras una pequeña excavación se encontraron los restantes, intactos, que fueron depositados intencionadamente en una repisa; estaban cubiertos por colorante rojo y eran de diez centímetros de longitud cada uno, con dimensiones idénticas en todos los casos.

Conjunto V

Es de todos los conjuntos de la cueva de Tito Bustillo el más heterogéneo, ya que está organizado en torno a la Galería Larga, a los dos lados de la misma, en un tramo de unos 35 m de longitud. Comienza en una colada estalagmítica que aparece tras el Conjunto IV, cuyas columnas tienen un sonido entonado, y que se pintaron de rojo en parte del recorrido. En todo el ámbito de este conjunto aparece varios subconjuntos, dos de ellos, la Galería de los Bisontes y la Galería de los Antropomorfos, recientemente descubiertos.

Panel A

Este panel se trata de una superficie de un metro cuadrado entre los 2 y 2.50 m de altura, que presenta restos de pintura roja, dos manchas también rojas y algunas puntuaciones que podrían ser restos de figuras o indicaciones de comienzo o final de un santuario.

Panel B

Aparece en la pared derecha, a casi 10 m del panel anterior, y se formó a partir de una diaclasa en cuyas paredes se encuentra una costra estalagmítica colgada, que correspondía a un nivel antiguo del suelo. A unos 10 m de la Galería Larga se inicia un caos de bloques en el que se localizan las figuras y algunos restos de pinturas; desde aquí la galería se vuelve más ancha y continúa varios metros más.

  • Fig. 1. Situada en el conjunto de bloques, aparece una mancha pintada en rojo que podría tratarse de la cabeza de un bisonte con la cornamenta y la parte anterior del cuerpo; su cara forma la arista del bloque. Sobre la mancha aparece una línea de color que podría ser otra figura en dirección opuesta.

  • Fig. 2. Grupo de tres manchas rojizas situadas bajo el bloque anterior.

  • Fig. 3. Posible signo vulvar grabado en trazo simple, subtriangular, con el vértice dirigido hacia abajo, de 11 cm de eje mayor y 7 cm de base. Aparece en la vertical de la figura 1 de este panel, 2.18 m bajo ella.

Panel C

Situado en la pared derecha de la Galería Larga, a casi 10 m de la entrada de la galería del panel anterior, aparecen tres puntuaciones rojas que se podrían describir como un trazo corto o vírgula, un grupo de tres puntos y una mancha cuadrangular de 25 x 25 cm, situada en el extremo inferior de un bloque colgado, y a unos 2 m del suelo.

Panel D

En la misma pared, a 5.40 m, aparecen restos de pintura roja sobre un bloque próximo a la pared: dos trazos verticales en su cara sur y dos manchas en la cara oeste. En la pared aparece un signo rectangular de 13 x 4 cm, realizado aprovechando un accidente natural.

Panel E

Aparece en este panel la representación de una mano izquierda en negativo, realizada con una aerografía de pintura roja. Es la única representación de este tipo en Asturias, y está a 23.6 m del acceso a la galería del panel B de este conjunto. Fue localizada en octubre de 1980 y las representaciones más cercanas están en Altamira, a 73 km en línea recta.

Conjunto VI

Este conjunto aparece en la pared izquierda de la Galería Larga, a unos 210 - 225 m del túnel artificial de acceso. Tiene pocas representaciones, que se pueden agrupar en dos paneles.

Panel A

Se localiza en un tramo vertical de la pared, en una superficie de caliza muy erosionada pero que carece de neoformaciones calcáreas. Tan sólo tiene una figura, situada a unos 3 m del suelo, en una zona bastante inaccesible.

  • Fig. 1. Grupo de cuatro líneas verticales pintadas en rojo, cuyos límites están bastante difusos. Algo más a su izquierda aparece un pequeño trazo o puntuación roja, quizás un resto de otra línea similar.

Panel B

Este panel aparece a 15.70 m del anterior, en un ensanchamiento de la Galería. Sus cinco representaciones aparecen en una pequeña concavidad semioculta por estalagmitas que bajan hasta 1 m del suelo. Las cuatro primeras figuras aparecen grabadas y son signos cerrados con el interior dividido en varios compartimentos; el grabado se realizó con una trazo ancho, de casi 1 cm, y estriado, y recuerdan a los grabados en el Panel Principal.


Figuras grabadas del panel B del conjunto VI, según Balbín y Moure



  • Fig. 2. Signo trapezoidal incompleto, con el eje mayor paralelo al suelo. El eje inferior está bastante mal conservado. En su interior aparecen cuatro trazos verticales, tres de los cuales parten del trazo que cierra el signo por arriba. En el vértice superior derecho se unen dos trazos oblicuos algo curvados en su extremo más alto.

  • Fig. 3. Signo formado por dos figuras cuadrangulares desiguales, unidas por la prolongación de su base. La mayor, a la izquierda, se divide por tres trazos verticales, mientras que la menor, a la derecha, está vacío y enmarca el inicio de una estalagtita.

  • Fig. 4. Signo similar pero más complejo; se trata de un rectángulo en cuyo interior aparecen dos trazos verticales completos, uno incompleto apoyado en la base y dos rectángulos menores. Por el margen se unen otros compartimentos cerrados y líneas de difícil interpretación.

  • Fig. 5. Signo cuadrangular perfilado con doble línea y con las divisiones interiores dispuestas horizontalmente. El borde derecho se pierde en un saliente natural de la roca.

  • Fig. 6. Quizás un mano en positivo, realizada en pintura roja. Aparecen cuatro trazos verticales paralelos, con la separación que correspondería a los dedos menores, de 6 - 8 cm de longitud.

Conjunto VII

Este conjunto es el último de los situados antes de uno de los sumideros que actuaba como barrera entre la galería con acceso por la Cuevona y el sector en relación con el yacimiento de Ardines. Los conjuntos hasta aquí descritos configuran lo que Balbín y Moure definieron como el Sector Oriental, relacionado con el yacimiento de La Cuevona y que iconográficamente es independiente del resto de la cueva; en este sector se observan una mayoría de signos sobre el número total de representaciones de animales, y casi todos estos, grabados, aparecen en la pared izquierda, mientras que los segundos, generalmente pintados, aparecen en la pared derecha.

Unos pocos metros antes de este conjunto y en el techo de la Galería, desemboca la chimenea que comunica con el final de la Cueva de La Lloseta, situada en un nivel superior del complejo de Ardines. La comunicación de estas dos galerías es difícil, ya que desde Tito Bustillo es impracticable y desde La Lloseta es necesario salva una caída de 20 m. Aún así, aparecen en este lugar, en la galería más alta, representaciones de cabras y numerosos signos.

En la parte izquierda de la pared de la Galería Larga y en un bloque de unos 2 m de altura aparecen los típicos indicadores de la localización de una zona decorada, que en este caso tienen forma de puntuaciones rojas. El conjunto como tal se localiza en una covacha lateral cuya abertura se abre a un metro del suelo de la Galería. El suelo de esta covacha aparece cubierto por un mondmilch, y al fondo aparece un pozo vertical. En todas las paredes se aprecian trazos grabados que cruzan en direcciones múltiples, sin que se haya podido diferenciar en ellos alguna figura. Las cuatro figuras que aparecen mejor definidas se localizan en su pared izquierda, a algo más de un metro de su entrada.

  • Fig. 1. Cabeza incompleta de ciervo mirando a la derecha. Su mala conservación no permite definir la técnica con la que se realizó, pero es posible que sea la misma que la empleada en el Conjunto I; presenta la línea frontal, el ojo, hocico y línea de las fauces.

  • Fig. 2. Figura completa de una cabra grabada mirando a la derecha, oblicua y algo ascendente. En su cabeza se realizó el ojo y parte de la cornamenta, con uno de los cuernos algo curvado en forma de lira, y el otro no realizado o quizás resumido a un trazo recto. Tiene 24 cm de longitud y 15 cm de cruz; su perfil, especialmente la línea ventral, recuerda a las figura 5 del conjunto IA y la figura 13 del IC.

  • Fig. 3. Pez grabado de gran tamaño orientado a la derecha; su extremo anterior está parcialmente cubierto por una neoformación estalagmítica, pero se aprecian perfectamente la aleta dorsal, caudal y ventral. Se ejecuta con un trazo ancho estriado y en su interior presenta zonas modeladas en la parte superior de la cola y en la aleta caudal; entre la pectoral y el extremo de la cabeza el modelado interior se realiza con un rayado de líneas simples. La identificación de la especie no es sencilla, pero posiblemente se trate de algún odontoceto, quizás algún delfín, zifio u orca. La parte conservada mide 1.90 cm, y la estimada es de 30 cm más.


Figuras 2 y 3 del conjunto VII, según Balbín y Moure



Al final de la covacha recientemente se localizaron más representaciones, entre ellas un antropomorfo grabado de muy buena calidad; hay también pinturas e incluso grabados naturalistas de caballos realizados con el dedo sobre una superficie blanda de arcilla. Además, en la zona del cetáceo se representó también la cabeza de un bóvido y un animal hasta ahora indeterminado. Desde este conjunto hasta el Conjunto VIII aparecen otras representaciones en la Galería, como un caballo en vertical con la cabeza vuelta sobre el lomo, pintado en rojo con línea de contorno negra; en los estrechamientos y recovecos hay otros restos de pintura, roja o negra, en forma de ciervo y otros animales, además de estalagmitas pintadas en rojo.

Conjunto VIII. La Galería de los Caballos

La entrada a la Galería de los Caballos de Tito Bustillo se encuentra a 160 m de la entrada por Ardines y a unos 100 m del Conjunto X. Esta galería es una covacha de difícil acceso orientada al NO, cuya entrada está a nivel del suelo en la Galería Larga en una de las últimas curvas antes de alcanzar la bifurcación al Conjunto X. Tras pasar por una visera de roca, aparece otra a tan sólo 70 cm del suelo, que deja paso a una galería ascendente con forma de Y que tiene una anchura media de 3 m; es el brazo izquierdo de esta galería la que presenta las representaciones, en la zona más larga y estrecha. Los grabados se localizan en fragmentos de roca casi verticales que forman parte de las paredes o incluso en un laja en el centro de la sala; se aprovecha para su realización formas naturales lisas, limpias o con deposiciones de barro, que se emplean en ocasiones para resaltar algunas partes de las figuras.


Plano de la Galería de los Caballos, según Balbín y Moure



La galería posee cinco paneles decorados, desde la entrada en la pared norte hasta el final de la pared sur. Las figuras, numeradas independientemente en cada panel, se describen a continuación.

Panel 1

En este panel aparece tan sólo la figura incompleta de un caballo orientado a la izquierda y grabado con un trazo simple repetido; se representó el inicio de la pata delantera, cuello, cabeza y crinera apuntando hacia adelante. Para ejecutar el dorso se empleó un accidente natural de la superficie. Aparecen líneas dispersas, de las cuales alguna podría corresponder a las patas traseras. tiene 31 cm de cabeza al fin del lomo.

Panel 2

En este ya aparecen varias figuras:


Figuras del panel 2 de la Galería de los Caballos, según Balbín y Moure



  • Fig. 1. Caballo completo mirando a la derecha, con el interior raspado en cuartos traseros y parte ventral, donde se extendió y raspó el barro de la roca para acrecentar el efecto. La cabeza es pequeña, con algunas crines en el tupé y la cruz; tiene el vientre abultado en exceso y los cuartos delanteros y traseros abiertos en los cascos. El contorno se ejecutó en un trazo estriado. tiene 47 cm de longitud.

  • Fig. 2. Grupo de líneas en zigzag en la parte inferior izquierda de la losa basal, que finalizan en una línea simple única. Miden 12 cm.

  • Fig. 3. Cuadrúpedo con las patas extendidas, lomo abultado, cabeza incompleta; bajo su vientre aparecen una serie de líneas, y en la zona media del cuerpo, otras vericales, una de las cuales finaliza en ángulo a modo de flecha. Realizado en trazo simple único para el contorno de la figura pero pareado en los trazos del interior. Mide 21.5 cm, y puede ser atribuido a un bisonte, pero sin total seguridad.

  • Fig. 4. Grupo de líneas próximas a la figura anterior realizadas mediante una incisión simple. No se identifica figuración alguna en ellas.

  • Fig. 5. Una posible cabeza que mira a la izquierda con un ojo y morro que coincide con la oreja del caballo inferior; fue realizada con una incisión simple única. No es posible asignarla a una especie con seguridad.

  • Fig. 6. Representación con forma de caballo, con la cabeza a la izquierda y algunas pilosidades de la crin y entre las fauces; aparece también indicada la oreja, un ojo triangular y la línea del cuello que finaliza en unos descuidados cuartos delanteros, que tienen un trazo que indica el comienzo del vientre. El lomo está incompleto y por debajo de la crinera. Mide 56 cm y se realizó en trazo simple único.

  • Fig. 7. Uro bien ejecutado, con la cabeza a la izquierda y un único cuerno doblado hacia adelante, tras el cual aparecen dos pequeñas orejas y por debajo un ojo con el lacrimal representado. Su lomo es abultado, con una línea dorsal fuerte, que marca una desproporción con la cabeza; las patas terminan en dos líneas. Se realizó en un trazo simple, generalmente único. Mide 92.5 cm de longitud.

  • Fig .8. Caballo mirando a la izquierda, con la cabeza muy detallada, donde se aprecia el ojo, oreja, belfo y una línea que indica las fauces; su crinera se realiza con una incisión simple, estriada y raspado. El cuerpo, siguiendo la tónica del conjunto, es más descuidado, y excesivamente voluminoso para la cabeza que tiene; la cola está formada por un rayado múltiple. tiene 121 cm de longitud.

  • Fig. 9. Caballo orientado a la izquierda, entre la crinera del 8 y el borde de la roca sobre el propio panel. Destaca la parte inferior de la cabeza, donde el belfo se destaca en doble línea, como similando la actitud de relinchar; el ojo es una línea cerrada circular. El cuerpo, más descuidado, tiene la línea dorsal en el reborde del bloque, mientras que las patas se indican con líneas convergentes en forma de V que configuran un contorno incompleto. Toda la figura se realizó en línea simple, única en la mayor parte del cuerpo y repetida en patas, vientre y cola. Tiene 47 cm de longitud.

  • Fig. 10. Grupo de líneas de difícil interpretación, entre las que se puede deducir una cabeza de animal indeterminado, con el ojo típico del panel, línea de pecho finalizada en una pata y que bordea el mismo accidente natural que el uro número 7. Grabado en línea simple y con 21 cm de altura.

  • Fig. 11. Caballo mirando a la derecha en el que para representar la cabeza, cuello y crinera se aprovechó un accidente natural de la roca. La frente y la parte inferior de la cabeza están en parte grabadas y en parte empleando el relieve natural; se indican claramente la boca, el ojo y la pilosidad de las fauces. La crinera se realizó con líneas incisas hacia arriba y se separa del cuerpo por una línea de despiece cuyo extremo se levanta para rodear el ojo. El cuerpo y la cola están desproporcionados, pero no de forma tan clara como en las figuras anteriores. Se ejecutó en trazo simple, salvo el vientre y el ojo que están con una línea repetida. Tiene 78 cm de longitud.

  • Fig. 12. Figura incompleta de un posible caballo mirando parcialmente hacia arriba. Se conserva la línea cérvico - dorsal y la parte inferior del cuello hasta el pecho. Se realiza con trazo simple repetido y la máxima longitud, en el lomo, es de 42 cm.

  • Fig. 13. Caballo en vertical, con la cabeza mirando a la derecha y el cuerpo completo salvo el final de las patas. La cabeza, también muy detallada, tiene la frente con trazo profundo, el iris del ojo en posición inferior y el pelo de la crinera y parte inferior de la cabeza detallado e inhiesto; la boca y las orejas están muy cuidadas. El cuerpo, voluminoso, con un posible sexo y el arranque de las patas, carece de detalles. Se ejecutó con trazo estriado en la cabeza y ojos, pecho y parte del lomo, y trazo simple, único o repetido, en el resto, además de la línea de despiece que presenta en el interior. Mide 42 cm de longitud.

  • Fig. 14. Cabeza de caballo que aprovecha una formación natural en el extremo derecho del panel para representar la figura, ya que recuerda el perfil de dicha cabeza. Se le ha añadido tan sólo unas crines en la parte superior del cuello y una línea incisa en la parte inferior, siendo naturales la parte superior del cuello, cabeza y ojo. El grabado empleado es simple único. Tiene 28 cm desde la boca al extremo de la crin.

Panel 3


Caballo del Panel 3 de la Galería de los Caballos de Tito Bustillo. R. de Balbín
Emplazado enfrente del anterior, solamente alberga la figura de una caballo grabado mirando a la izquierda. Presenta cabeza, cuello, vientre, patas delanteras y traseras y parte de la cola, con algunas líneas a modo de crin; se realiza con un trazo simple, a veces repetido. El resto, cérvix, lomo y curva superior de los cuartos traseros, aprovecha el relieve de la roca, al igual que otro para ilustrar el ojo, parcialmente grabado. Mide 54 cm de longitud.

Panel 4

Situado a la izquierda del Panel 2, coincide con una inflexión horizontal de la pared. Tiene abundantes deposiciones de arcilla. La única figura grabada es un cérvido sin cabeza, que por su perfil dorsal y las patas bien podría ser un reno. El cuello es continuación en línea casi horizontal del lomo; presenta todos los detalles del cuerpo, como los dos pares de patas delanteras y traseras, pero sin pezuñas. Se realiza en línea simple y única y tiene 52 cm de longitud.

Panel 5

Situado en la pared izquierda de la galería, enfrente del núcleo principal del segundo panel. Aparecen aquí varias líneas grabadas, pero sólo la figura de un caballo mirando a la izquierda, del que se conserva la cabeza, crinera a base de trazos aislados hacia adelante, el cuello y el lomo; su ojo es idéntico al de restos de figuras del conjunto. La parte inferior del cuerpo y las patas están perdidas. Se realizó en trazo simple único y mide 75 de cabeza a cuartos traseros.

Conjunto IX

El recorrido por Tito Bustillo desde la antigua entrada de Ardines conduce, tras unos 40 m, a una enorme sala en la que confluyen la Galería Larga y la galería que se dirige hacia el Panel Principal. En la pared derecha es donde aparece el Conjunto IX, formado por dos figuras. La primera es un signo pintado en un intenso color rojo con forma rectangular. La segunda es un caballo de color rojo - violáceo cuya técnica es similar a la empleada en el Panel Principal; orientado a la derecha, a pocos centímetros del suelo, mide 1.65 m de longitud. En las últimas campañas se han localizado restos de figuras pintadas sobre el signo, en una gran roca vertical superior, además de otros restos de pinturas en las cercanías del caballo.

Conjunto X. El Panel Principal

El conjunto X de Tito Bustillo representa el Panel Principal de Tito Bustillo. Se encuentra en una sala que es un tramo que enlaza con la Galería Larga donde se encuentra en conjunto IX; en la parte derecha del comienzo de este tramo existe una comunicación con el nivel inferior por el que circula en la actualidad el río San Miguel. Las representaciones artísticas de este conjunto aparecen tanto en la pared izquierda (Panel A) como en la derecha (Paneles B a D). Los sectores B y C, por la cantidad y calidad de las figuras, tanto pintadas como grabadas, comprenden el lienzo principal, y aunque todos los sectores de esta pared pertenecen a un mismo conjunto, normalmente se considera Panel Principal al Panel C, el de los bícromos.


Sectores B y C del Conjunto X, Panel Principal de Tito Bustillo. Según Balbín y Moure.



Sector A


Representaciones del sector A del Conjunto X de Tito Bustillo, según Balbín y Moure
Localizado en la pared izquierda, justo antes de comenzar las formaciones estalagmíticas, presenta representaciones pertenecientes a los episodios más antiguos de la sala, como pinturas rojas, negras, grabados de trazo simple, algunos repetidos con modelado interno. Su estado de conservación es malo, ya que numerosas salpicaduras de barro impiden la correcta lectura de algunas figuras. Las siete figuras que aquí aparecen son:

  • Fig. 1. Animal indeterminable que mira a la izquierda de 80 x 50 cm. Su contorno y cola realizados en trazo negro continuo, con manchas rojas en el interior.

  • Fig. 2. Animal indeterminable grabado en trazo simple repetido. Por la librea del animal, representada por unos trazos verticales, es posible que se pueda clasificar como un ciervo o reno; está superpuesto a la pintura roja del animal anterior, pero sin entrar en contacto con él.

  • Fig. 3. Bisonte pintado en negro de 97 x 59 cm, mirando a la derecha y adaptado a la forma de la superficie: presenta cabeza, con hocico, ojo y dos cuernos, el lomo con la giba, rabo levantado, cuartos traseros con dos patas, vientre y una pata anterior. Aparece por encima de la pintura roja y bajo un ciervo grabado con zonas de modelado interior.

  • Fig. 4. Ciervo grabado de 33 x 26 cm, orientado a la derecha. El contorno está realizado con trazo simple repetido y aunque su cabeza está prácticamente perdida, se observan las dos ramas principales de las astas; en la parte anterior del cuello hay un sombreado obtenido con trazo estriado. Está superpuesto a la pintura roja y sus patas posteriores a la fig. 3.

  • Fig. 5. Caballo pintado en negro de 36 cm de altura. Se encuentra muy mal conservado y es muy difícil de ver. Se conserva sólo su parte anterior (cabeza, crinera y patas), con el contorno realizado en trazo grueso y el interior con restos de pintura que posiblemente fueran pertenecientes a un modelado.


  • Uro número 6 del Conjunto X de Tito Bustillo. R. de Balbín
    Fig. 6. Uro pintado en negro mirando a la derecha. Su contorno se realizó en trazo ancho y continuo y aparece modelado en el tren anterior y arranque de las patas traseras; la cola cuelga paralela a los cuartos traseros y los cuernos son cortos y algo dirigidos hacia arriba. Tal vez se trate de una hembra por la falta de sexo y el acentuado dimorfismo de Bos primigenius.

  • Fig. 7. Cérvido pintado en negro mirando a la izquierda, de 73 cm. Las salpicaduras de barro que tiene la representación y la pérdida de pintura lo hacen difícil de observar. Aparece, quizás, en posición de berrea, con la cabeza levantada; excepto en la parte anterior del cuello, está relleno de pintura.

Sector B

  • Parte de las ciervas del Sector B del Conjunto X de Tito Bustillo, segun Balbín y Moure
    Fig. 8. Cabeza de cierva grabada, mirando a la izquierda, en el extremo del panel, que fue realizada con trazo simple, repetido en el contorno y en el ojo; mide 24 cm. Conserva la línea frontal, el hocico y fauces y una parte del comienzo del cuello. Presenta una línea oblicua que cruza de izquierda a derecha la figura, atravesando la nuca y la parte posterior del masetero. El perfil de la mandíbula se ensancha en un modelado.

  • Fig. 9. Caballo grabado, orientado a la izquierda y hacia arriba, del que se conserva el contorno salvo las patas y los cuartos traseros. Se realizó en trazo simple, con dos líneas rectas para representar las orejas; mide 16 de cruz y 9 cm de longitud frontal. Está por encima de la mancha roja y restos de pintura negra, y aparece asociado a incisiones de la pared todavía no interpretadas.

  • Fig. 10. Figura elíptica con el contorno de color rojo más intenso y un punto en su interior; su eje mayor mide 56 cm y el menor 47 cm. Aparece entre restos de pintura y figuras rojas, y podría tratarse de alguna representación vulvar esquematizada.

  • Fig. 11. Cérvido grabado, incompleto, orientado oblicuamente a la izquierda. El contorno, realizado en trazo simple único y ancho, marca la cabeza, la línea superior del cuello y se une al lomo por un accidente de la roca; la parte inferior se une al pecho y éste al perfil de la pata delantera; el vientre carece de continuidad con la línea posterior de la pata delantera y no aparece la tonalidad del tren posterior. Mide 80 cm de cruz y 84 de longitud.

  • Fig. 12. Signo escutiforme negro, de 62 x 27 cm. Las líneas superiores y laterales son rectas y se cierra por abajo con trazo semicircular ligeramente apuntado. En su interior aparecen siete trazos verticales, continuos salvo los dos derechos, que posiblemente se interrumpen por una mala conservación.

  • Fig. 13. Cabeza incompleta de cierva que mira a la izquierda. De la oreja al hocico hay un único trazo raspado y en el masetero el contorno se realizó con estrías; la parte posterior de las fauces, hasta la línea anterior del cuello, es también estriada. Mide 40 cm desde orejas a morro. Está superpuesta a la frente de la cierva 14 y a una línea roja que quizás perteneció a otra figura.

  • Fig. 14. Cabeza de cierva mirando a la izquierda, que tiene representadas las dos líneas del cuello y orejas. Se realizó con un trazo simple único en la línea posterior del cuello y en las orejas, estriado en frente, hocico y fauces, y rayado en el contorno de la parte anterior del cuello, que se extiende hasta las líneas que sombrean la mandíbula.

  • Fig. 15. Cabeza de cierva mirando a la izquierda, algo inclinada, de 30 cm de longitud. Sólo presenta el contorno, en el que se representaron orejas, frente y hocico con trazo simple que se une al de la línea exterior del masetero, rayado; el ojo es pequeño, alargado, realizado con trazo simple. Por debajo del ojo una línea recta corta la cabeza. Se superpone a la mancha roja de fondo y por debajo de la línea que la corta, la cual, a su vez, aparece por debajo de la cierva 14.

  • Fig. 16. Cabeza de cierva incompleta que mira a la derecha y cuya representación aprovecha un accidente natural. Perfilada con trazo simple único, apreciable en la oreja, frente, hocico, ollar y ojo. En las restantes partes es difícil de apreciar del modelado interior, realizado con un estriado que forma un triángulo que parte de la parte superior del ojo. Está superpuesta a la mancha roja de fondo. Mide 21 cm de longitud frontal.

  • Fig. 17. Signo formado por dos trazos casi elípticos concéntricos, orientados verticalmente, en pintura roja; miden 64 x 41 cm y 31 - 25 cm, respectivamente. Superpuesto a las ciervas 18 y 19 del conjunto.

  • Fig. 18. Cabeza incompleta de cierva que mira a la izquierda y algo levantada respecto a la horizontal y otras ciervas próximas. El contorno se encuentra raspado, con la indicación del comienzo de la boca; las orejas, puntiagudas, separadas y algo inclinadas hacia adelante. Mide 28 cm de longitud frontal. Superpuesta al signo 7 y cierva 19.

  • Fig. 19. Cabeza de cierva grabada mirando a la izquierda, con restos de pintura negra. El contorno de orejas, frente, hocico y fauces está realizada en trazo fino raspado, la parte posterior del cuello estriada y luego repasada con pintura negra. El interior está modelado con un estriado no muy aparente. Mide 39 cm.

  • Fig. 20. Cabeza de cierva mirando a la izquierda, realizada con un trazo simple en perfil y ojo y raspado en la parte posterior del masetero.

  • Fig. 21. Cabeza de cérvido mirando a la izquierda, quizás un macho por los dos trazos que a modo de cornamenta, sin ramificar, parten de ella. Se realiza con trazo simple único salvo en el hocico, que es simple repetido; las fauces tienen un modelado simple en trazo único. Mide 10 de longitud frontal y se superpone a la mancha roja de fondo.


  • Representación de cabezas de ciervas en el Sector B del Conjunto X de Tito Bustillo. R. de Balbín
    Fig. 22. Cabeza de cierva que mira a la izquierda y presenta orejas, la cabeza completa y dos líneas de cuello realizadas en trazo único; también aparece ojo, oreja y dos líneas simples que atraviesan hocico y arranque del cuello. Mide 15 cm de longitud frontal.

  • Fig. 23. Cabeza parte del cuerpo de una cabra orientada a la izquierda, orientada algo descendente. Presenta el contorno de la cabeza, dos cuernos separados y los arranques del cuello, pecho y línea dorsal.

  • Fig. 24. Cabra incompleta, que presenta cabeza completa, lomo y cuello hasta el arranque de las patas anteriores. Mide 5 cm de longitud frontal.

  • Fig. 25. Cabeza de cabra mirando a la izquierda, cortada en la base del cuello por una línea oblicua que es probable que no forme parte de la figura. Presenta la cornamenta completa con los anillos y el ojo; tiene una línea de despiece frontal. Se realizó en trazo simple único y mide 5 cm de longitud frontal.

  • Fig. 26. Conjunto de seis trazos verticales en pintura negra quizás realizados con los dedos; miden de media 4 cm de longitud, pero el derecho parece continuar hacia abajo.

  • Fig. 27. Signo con forma de horquilla, de 15 cm de altura, realizado en trazo simple único.

  • Fig. 28. Signo grabado con forma de red, formado por siete trazos longitudinales cortados perpendicularmente por otros tres. Se realiza en trazo simple único y repetido; mide 15 x 12 cm.

  • Fig. 29. Cierva incompleta orientada a la izquierda; su cabeza, orejas y lomo se realizan en trazo simple único. La parte inferior de cabeza y la anterior del cuello presenta una un modelado rayado. Mide 15 cm de longitud.

  • Fig. 30. Signo trapezoidal con un reticulado interno irregular, realizado con estriado; la base tiene una ligera inflexión que la divide en dos tramos de 15 y 12 cm respectivamente, teniendo 17 cm de altura. Superpuesta a las figuras 31, 32 y 33.

  • Fig. 31. Signo dentado realizado con trazo único, formado por una hilera de cinco ángulos entrelazados cuyos vértices apuntan hacia arriba. Superpuesto al a figura 30 e infrapuesto a las 32 y 33.

  • Fig. 32. Signo pisciforme, cuyo perfil se ha obtenido por dos trazos simples, únicos y paralelos, separados unos 7 mm. Mide 22 cm de longitud y se superpone e inscribe a la figura 30; también superpuesto a las 30 y 31 y está por debajo de la 33.

  • Fig. 33. Ciervo incompleto que mira a la izquierda del que se representó la cabeza, cuello y astas; se realiza con trazo simple único y astas y ojo y simple repetido en cabeza y lomo. Tiene 17.5 cm de longitud frontal y se superpone a los signos 30 , 31 y 32. Es de destacar el aprovechamiento de un reborde natural de la pared en la parte superior de la cabeza.

  • Fig. 34. Signo grabado en trazo simple y único con forma de gota invertida.

Sector C

El sector C es, como se señaló anteriormente, el que alberga las mejores pinturas y grabados de Tito Bustillo, con abundancia de superposiciones y mayor cantidad de figuras.

  • Fig. 35. Caballo incompleto que mira a la derecha, realizado en trazo simple y único; la faltan las patas delanteras y posiblemente perdió el hocico. Su crinera aparece representada, como muchas otras de la cueva, mediante una línea que indica el borde del cuello y otra que indica el borde superior de la crin. su cuerpo mide 150 cm y el cuello 38 cm. Tiene superpuestas parte de la cabeza y la crin del caballo 40 y la parte anterior del caballo pintado 36.


  • Caballo 36 del Panel Principal, imagen de la cueva de Tito Bustillo. R. de Balbín
    Fig. 36. Caballo completo, el más representativo de Tito Bustillo. La cabeza, el pecho y la crinera aparecen realizados en pintura negra, mientras que el resto del cuerpo está grabado en trazo simple único, repetido en cuartos traseros y vientre. La cabeza es más grande de lo que le correspondería al cuerpo, por lo que se puede considerar que el cuerpo es un añadido posterior de la representación. La crinera, además de las dos líneas, presenta entre ellas una serie de trazos perpendiculares. La pintura se superpone al caballo anterior y las patas posteriores y el vientre al 40.

  • Fig. 37. Grupo de trazos simples y estriados de 40 cm de longitud que comienzan en el extremo de la crinera del caballo 36 y que, dirigidos hacia abajo, se abren al finalizar en una especie de cometa.

  • Fig. 38. Difícil de interpretar, es una mancha de pintura roja que mira a la izquierda, muy difuminada y parcialmente perdida, situada en el límite superior de la mancha roja y bajo el bícromo 39. Con dificultad, se pueden apreciar despieces que limitan el maxilar y el hocico, de forma similar al caballo 36, indicando ojos y orejas; el lomo es de perfil rectilíneo. Se le superponen el bícromo 39, el caballo 40 y el signo 41.


  • Caballo bícromo 39 de Tito Bustillo. R. de Balbín
    Fig. 39. Caballo bícromo que mira a la derecha con grabado, que ha sido interpretado como un tarpán. Tiene pintado el perfil y el interior del cuerpo, empleando pintura negra para el contorno y los detalles, como ojo y pezuñas; el relleno se realiza con una pintura pardo - grisácea que se reparte con intensidad variable y modelada con raspado en el arranque de las patas traseras, la mitad posterior y tal vez la anterior del vientre. El grabado, de trazo simple único y repetido, se realiza para señalar el hirsutismo de los cascos, repasándose además todo el contorno con una franja raspada que en algunos puntos alcanza los 10 cm de grosor; este contorno no es contemporáneo a la realización de la pintura, ya que entre ambas realizaciones aparece intercalado el caballo 40; quizás esta franja se realizó para darle contraste sobre la mancha roja de fondo. Mide 138 cm de longitud.

  • Fig. 40. Caballo grabado mirando a la izquierda, con el contorno realizado en trazo estriado y sólo con pintura negra indicando el ojo y el hocico. En la cabeza se despieza el hocico y los límites superior e inferior de la crin; en el masetero aparecen numerosos trazos cortos yuxtapuestos. Las patas no finalizan en pezuñas y el rabo se ejecuta con dos trazos convergentes separados de los cuartos traseros. Está superpuesta a las figuras 38 y 39 y bajo las 36, 41 y el raspado del caballo 39. Mide 108 cm de longitud.

  • Fig. 41. Signo subtriangular cerrado, similar a una campana, de 13 x 18 cm, realizado en trazo simple único en las líneas exteriores y en trazo simple repetido en el trazo interior. Se superpone a la figura 40 y a la 38.

  • Fig. 42. Signo compuesto por 15 ángulos entrelazados y alineados, realizados con un trazo simple único , que forman una fila de aspecto dentado similar a la figura 31. Aparece bajo la figura 43.

  • Fig. 43. Signo fusiforme formado por dos líneas convergentes en el extremo izquierdo y que están unidas por un trazo vertical en el derecho. Su interior está dividido por nueve tramos verticales formados por varios trazos simples repetidos que le da un aspecto reticular. Tiene 27 cm de longitud, y está por debajo de la segunda mancha roja.

  • Fig. 44. Caballo mirando a la derecha, ejecutado en grabado simple único en las fauces, lomo y crin, y repetido en vientre y patas; mide 55 cm de longitud. El maxilar y el borde anterior del cuello están despiezados. Sobre la línea dorsal aparecen las patas traseras del bisonte 45 y la pata de la figura 48.

  • Fig. 45. Figura mirando a la derecha, quizás de un bisonte, del que se conserva vientre, lomo, cuartos traseros con doble pata por par y cuartos delanteros con sólo una pata, no finalizadas en pezuñas. El lomo está grabado con un trazo simple único, que pasa a estriado a la altura del muslo y continúa hasta los cuartos traseros y el vientre. No se observa la cabeza. Mide 50 cm y se superpone al lomo de la figura 44 y está bajo la cabeza de la 47, la pata del caballo 39 y la mancha roja general.

  • Fig. 46. Signo reticular grabado, ejecutado en trazo simple único que está formado por la sucesión de varios ángulos encadenados. Se infrapone al bisonte 45 y superpone a la cabeza del ciervo 47.

  • Fig. 47. Parte anterior de un ciervo que mira a la izquierda y que presenta cabeza, cornamenta con tres astas, ojo, cuello y parte del pecho. El contorno de la cabeza y la rama superior incompleta de la cornamenta están ejecutadas con un trazo simple repetido y las otras dos partes en trazo simple único. El interior y exterior de la cara están cubiertos por la retícula de la figura anterior, mientras que la zona superior de la cabeza se superpone a la 45.

  • Fig. 48. Pata trasera de bisonte que mira a la derecha. Tiene marcada la unión entre pata y vientre, y está ejecutada con un trazo simple repetido que se superpone al caballo 44 y a la pata trasera del bisonte 45, infraponiéndose al caballo 39 y a la mancha roja de fondo.

  • Fig. 49. Cabeza de cáprido orientada a la parte inferior derecha, con una parte del arranque del cuello, grabada con trazo simple único, y con cuernos. El ojo aparece con un gran lagrimal, del que parte la línea de despiece que indica la mancha de la frente. Se superpone al ciervo 50 y se infrapone a la segunda mancha roja.

  • Fig. 50. Figura de ciervo orientado a la izquierda, con las astas provistas de dos ramas simples; presenta cabeza, ojo con lagrimal, cuello y cuerpo, pero carece de extremidades y cola. Está ejecutado con un trazo simple único y mide 18 cm de longitud corporal. Infrapuesto a la figura anterior y a la segunda mancha roja.


  • Renos afrontados, 51 y 52 del Panel Principal de Tito Bustillo. R. de Balbín
    Fig 51. Representación de un reno bícromo que tiene una línea negra atravesando las patas delanteras a la altura del codillo. Presenta cabeza, ojo, boca algo abierta y sombreada, cuerpo completa, cola levantada, patas sin finalizar en pezuña y astas, grabadas, largas y paralelas, que realizan en el cráneo una inflexión que los lleva curvados hacia el hocico del reno 52. El contorno se raspó en la parte externa del trazo negro de la silueta, y además presenta más raspados en zonas interiores, como el ojo, los cuartos traseros, el vientre y la cabeza, donde se lavó el color negro interno. Bajo sus patas hay abundantes restos de pintura roja, que destaca al no existir la mancha de fondo roja. Tiene 140 cm de longitud.

  • Fig. 52. Reno mirando a la izquierda, afrontando al 51. Su contorno está realizado en pintura negra, con un modelado concolor en la cabeza, patas delanteras y traseras y vientre, donde la línea de contorno es más clara. Tiene representada la cabeza con el ojo, sombreada en la parte superior y con el ojo raspado alrededor, al igual que parte del pecho, marcándose éste con una librea pintada en el extremo, formada por seis trazos paralelos negros. Presenta dos patas por par, y las traseras separadas por un saliente natural; el lomo presenta la cruz resaltada y los cuernos una fuerte pala delantera. Todo el contorno se raspó para resaltarlo del fondo rojo. Aparece superpuesto al caballo 54 y la cierva 53, además de a la mancha roja. Mide 146 cm de longitud, y la cornamenta 52 cm.

  • Fig. 53. Ciervo mirando a la derecha, con cabeza y cornamenta, oreja, ojo, hocico, vientre, cuartos traseros y delanteros con una pata por par. Está ejecutado con un grabado simple y único, repetido en el cuello, lomo y grupa. tiene 37 cm de longitud y se infrapone al caballo 54, reno 52 y mancha roja.


  • Caballo 54 del Conjunto X de Tito Bustillo. R. de Balbín
    Fig. 54. Caballo mirando a la derecha, pintado en negro, modelado en diversas zonas, como el vientre, lomo, cruz, patas delanteras e incluso en la boca. Por fuera de la línea de contorno también aparece el raspado típico de los bícromos. Se observan bien las orejas, las patas delanteras avanzadas y los cascos; el ojo es más claro al aprovecharse una mancha de calcita para indicarlo. Mide 140 cm de longitud, y está superpuesto a una gran cantidad de trazo lineales y otras manchas, que también se le superponen, al igual que el ciervo 53, y se infrapone al los renos 52 y 55. Como todas las figuras de esta zona, está sobre la mancha roja de fondo.


  • Reno 55 del Conjunto X de Tito Bustillo. R. de Balbín
    Fig. 55. Reno mirando a la izquierda, afrontando al caballo anterior. Su silueta se realizó en negro y el relleno de una tinta de homogeneidad variable, modelando con ella zonas como la cara, cuello, pecho y lomo. El contorno también presenta el raspado por el exterior, especial en las patas y contorno de ojos. Las cuernas presentan varias ramas. Sobre la cabeza y el cuerpo aparecen hasta ocho bandas negras que alternan con otras de color amarillento - rojizo; en el pecho la librea se indica con trazos negros. Las patas delanteras finalizan en cascos, mientras que en general en tren posterior se observa muy mal. Mide 109 cm y las cuernas 64 cm. Superpuesto al caballo 54.


  • Caballo 56 del Conjunto X de Tito Bustillo. R. de Balbín
    Fig. 56. Caballo mirando a la derecha, con el contorno pintado en negro, excepto la cabeza, y relleno de un color violáceo con un modelado por despiece en forma de M. Las patas presentan cascos, y la crinera se realiza mediante un despiece a base de líneas de color negro, sin relleno. Está raspado junto a las patas, el lomo, pecho y cola, y con un grabado estriado en la parte dorsal que no coincide con la línea de contorno pintada; en la parte posterior del vientre hay un raspado a modo de sombreado. Mide 112 cm de longitud, y se superpone a la segunda mancha roja de fondo.

  • Fig. 57. Signo grabado rectangular, abierto por uno de los lados menores, con dos líneas casi paralelas en el interior. Realizado con trazo simple y único.

  • Fig. 58. Caballo similar al 56, perfilado en negro y con el relleno violáceo, si bien esta figura está más perdida que la anterior. Las patas traseras, donde contactan con la mancha roja, están raspadas por el exterior, pero no el resto del cuerpo. Tiene orejas, cola apuntada, crinera con el despiece, ojo, boca y cascos redondeados y partidos. En la zona inferior del vientre destaca una mancha roja que se ha interpretado como una cabeza de caballo. Mide 144 cm de longitud y se superpone a la mancha roja de fondo.

  • Fig. 59. Posible figura de reno mirando a la derecha, identificable por su baja librea y por el candil posterior en la cuerna. El cuerpo está representado con una mancha negra de intensidad variable, modelado en el vientre, cuerpo, cuello y cuartos traseros, apreciándose sólo la línea negra de contorno en la parte superior del cuello; una concrección estalagmítica cubre la cabeza. Mide 163 cm de longitud y las astas tienen una altura de 54 cm. Aparece sobre la mancha roja del fondo y el signo 68.

  • Fig. 60. Caballo mirando a la izquierda, con la parte delantera cubierta por la misma concrección caliza que cubre parte de la figura anterior. El contorno está pintado en negro y el interior en un tono violáceo. Su cola es larga, los cuartos traseros tienen las patas separadas y finalizadas en cascos bien marcados. Mide 60 cm de altura de grupa.

  • Fig. 61. Cierva dispuesta en vertical con la cabeza hacia abajo. Tiene la cabeza, lomo y hasta el arranque de los cuartos traseros y pecho realizados en trazo negro sin relleno interior; para realizar la zona escapular se aprovechó un resalte de la roca. Tiene 100 cm de longitud desde la cola hasta el extremo posterior conservado.

  • Fig. 62. Representación de difícil interpretación, realizada en pintura negra que se extendió por el interior como un modelado de intensidad variable. Su perfil hace pensar en un bóvido, quizás un bisonte por la curvatura de la joroba; se puede observar la cola, patas anteriores y posteriores, cabeza y cuernos, pero sin una línea clara que indique el contorno. Mide 110 cm de longitud.

  • Fig. 63. Caballo bícromo mirando a la izquierda, con el contorno negro y el interior relleno de marrón - violáceo, con modelado en la cara y sectores de cuello y vientre. Tiene dos ojos y las orejas bien marcadas, aprovechando la forma de la superficie para destacar el lomo, cuello, pecho y sobre todo la cola. En la frente y crinera tiene un grabado simple repetido, raspado en el masetero. Toda la superficie es muy ondulada, por lo que para ver la figura correctamente ha de hacerse desde la perspectiva correcta para evitar su desfiguración. Mide 120 cm de longitud.

  • Fig. 64. Grupo formado por varias incisiones poco definibles que se sitúan tras el caballo anterior, realizadas en trazo simple, único y repetido; superpuesto a la mancha roja de fondo.

  • Fig. 65. Cuadrúpedo acéfalo representado por una mancha roja homogénea con líneas más intensas en la parte superior, con el contorno mal definido; el perfil de la parte superior está grabado por el exterior. Mide 58 cm de longitud.

  • Fig. 66. Posible caballo mirando a la derecha, realizado con un trazo estriado si bien hay algunos restos de pintura negra asociados. Conserva cola, patas traseras, vientre, lomo y patas delanteras, careciendo de cabeza y otros detalles que permitan establer con exactitud una especie. El interior del cuerpo está sombreado con trazos cortos, oblicuos, algo similares a los del caballo 54.

  • Fig. 67. Grupo de líneas rojas o negras, sin formar algo reconocible y difíciles de diferenciar del fondo rojizo general. Aparecen bajo el reno 52, y destaca una forma negra ovalada enmarcada por otras dos líneas del mismo color que no se llegan a cerrar.

  • Fig. 68. Signo rojo formado por una línea horizontal cortada por tres transversales, similar a una W. Aparece bajo los cuartos traseros del reno 59.

  • Fig. 69. Signo rectangular situado entre el pecho y librea del reno 59, abierto en la parte inferior, de la que únicamente se conserva el arranque lateral. Aparecen formas semejantes bajo los renos 51 y 52.

  • Fig. 70. A este número corresponde forma general la figura o restos de figuras que aparecen una pequeña galería o divertículo existente entre los sectores C y D. Finaliza en una chimenea y se continua lateralmente por una galería formada a partir de una diaclasa que continúa hacia la derecha; en su zona media hay restos de pintura roja o anaranjada, mal definible, de los que perdura una línea vertical en la parte inferior izquierda y líneas subparalelas y ángulos de lados curvos. En la galería derecha, a unos 5 m, hay una línea recta roja.

Sector D

Una fuerte inflexión de la pared desde el divertículo anterior conforma la separación entre los sectores C y D. Si bien las separaciones anteriores eran más o menos artificiales, aquí la separación es más evidente, ya que en este sector los temas, técnicas, la falta del repaso exterior y el tamaño de las representaciones marcan una notoria diferenciación con respecto al sector anterior.


Sector D del Conjunto X de Tito Bustillo. Según Balbín y Moure.



  • Fig. 71. Ciervo grabado mirando a la derecha, realizado con un trazo simple repetido salvo la cabeza, donde es simple único. Presenta sus dos patas traseras completas que finalizan en un casco rectangular, y un modelado en zig-zag en la parte inferior del costado, además de algunas indicaciones en el vientre, lomo y cuello. Mide 23 cm de altura hasta la parte superior del asta.

  • Fig. 72. Cabra orientada a la derecha, en la que aparece todo el cuerpo salvo la cabeza, una pata por par, pezuñas, y un modelado interno realizado por líneas verticales a modo de pelaje. Está grabada en un trazo simple, único o repetido en el contorno, y único en el modelado. Mide 45 cm de longitud.

  • Fig. 73. Cérvido incompleto orientado a la izquierda, realizado en un trazo continuo de pintura negra; tiene un relleno del mismo color en la parte interior del cuello y presenta unos posibles cuernos y orejas, además de una pata por par. Mide 20 cm de longitud.

  • Fig. 74. Resto de un cérvido mirando a la derecha, que carece de cabeza y una parte de los cuartos traseros. Aparece pintado en un trazo de color negro continuo y mide 20 cm de longitud.

  • Fig. 75. Cierva incompleta mirando hacia abajo, con el hocico abierto, cabeza, lomo, orejas y parte del vientre. Está ejecutada en un trazo negro continuo, en una concavidad de la pared, superpuesta a la mancha roja de fondo. Mide 27 cm de longitud.

  • Fig. 76. Cérvido orientado a la izquierda, que conserva su línea dorsal, ventral y el inicio de los cuartos traseros; esta silueta se representa en un trazo negro continuo que se superpone también a la mancha roja. Mide 26 cm.

  • Fig. 77. Quizás una figura de cierva con la representación del lomo, orejas y cabeza, ejecutada en trazo negro; la figura está invertida y se superpone a la mancha roja. Mide 17 cm de longitud.

  • Fig. 78. Cuello y línea dorsal de un posible cérvido pintado en trazo negro discontinuo.


  • Renos 79 y 80 del Conjunto X de Tito Bustillo. R. de Balbín
    Fig. 79. Reno orientado a la derecha, en el que se representó el cuerpo, patas, sexo y cuernas, pero en el que falta la mayor parte de la cabeza. Se realiza en trazo negro discontinuo y destaca sobre un fondo también negro. Mide 29 cm de longitud.

  • Fig. 80. Quizás otro reno mirando a la izquierda, con parte de cabeza, cuartos traseros y delanteros, cola, cornamenta y un trazo bajo el vientre que se podría interpretar como una lanza o una segunda línea ventral. Mide 31 cm de longitud y se superpone a la mancha roja de fondo.

  • Fig. 81. Forma incompleta, mal conservada por el descascarillado de la pared, en la que se pueden contemplar dos orejas y una línea dorsal que podría corresponder a la representación de una cierva orientada a la izquierda. Realizada en trazo negro continuo; mide 17 cm de longitud.

  • Fig. 82. Restos de un posible ciervo mirando a la izquierda, también mal conservada por el mismo problema que la figura anterior. tiene dos posibles cuernas y el lomo completo, realizados en un trazo negro algo deteriorado. Mide 51 cm de longitud y al igual que las anteriores se superpone a la mancha roja de fondo.

  • Fig. 83. Cabeza de ciervo con la silueta realizada en trazo rojo continuo, con un fino hocico, oreja y cuernas formadas por dos varas, posiblemente de un ejemplar joven. Mide 19 cm de longitud frontal.

  • Fig. 84. Trazo continuo que atraviesa el bisonte 85 por la cola de forma transversal. En la parte opuesta parece que se continúa en otras líneas negras y rojas indefinibles. Mide 25 cm de longitud.

  • Fig. 85. Figura de un bisonte compuesto por dos zonas diferenciadas y relacionadas por el aprovechamiento de un relieve de la roca raspado para componer la figura. La cabeza y la cola aparecen pintadas en negro mientras que el lomo, con su jiba, se indican con el reborde retocado de la roca; la cola se superpone a la línea roja anterior. En la cabeza se conservan cuernos, ojos y boca, además de indicaciones del modelado del pecho. Mide 104 cm de longitud.

  • Fig. 86. Posible cérvido orientado a la izquierda, en el que se aprecia la línea superior del cuello, dorso y vientre, con el inicio de las extremidades. Se ejecutó en trazo negro continuo superpuesto a la mancha roja. Mide 19 cm de longitud.

  • Fig. 87. Esta figura presenta dos fragmentos que podrían ser la cabeza y el lomo de una cierva que mira a la derecha; dos trazos perpendiculares en la parte final del lomo indicarían la cola. Tomados de forma independiente, estos fragmentos podrían ser incluso dos cabezas de cierva, una con orejas y lomo y otra con sólo cabeza. Está pintada en trazo negro continuo y se localiza dentro de una oquedad de la pared.

  • Fig. 88. Cérvido mirando a la derecha, con cabeza, orejas, lomo, cola, cuartos traseros, línea ventral, patas delanteras y pecho; desde aquí parte una línea hacia adelante, que podría ser una flecha. Posiblemente sea un reno, por el perfil del dorso, y aunque no conserve las astas. Está relleno de un color rojo que no pertenece al fondo. Mide 27 cm de longitud.

  • Fig. 89. Posible reno orientado a la derecha, con cabeza, dorso, cola y patas delanteras y las traseras abiertas; vientre y pecho están muy pronunciados y de sus cuartos traseros parte una línea que podría ser una flecha o venablo. El cuerpo, al igual que la figura anterior y con la que podría formar una escena de caza, está relleno de pintura roja que no es la del fondo. Mide 28 cm de longitud.

  • Fig. 90. Dos líneas rojas convergentes en sentido vertical sobre una concrección estalagmítica. Miden 31 y 24 cm de longitud.

  • Fig. 91. Trazo negro continuo con apariencia de S tumbada, con tres trazos que la cortan verticalmente.

  • Fig. 92. Grupo de trazos curvos en sepia entre las que destaca una figura ovalada partida en la parte inferior y que simila el lomo y orejas de una cierva en la parte superior. Quizás son los restos de una figura más compleja.

  • Fig. 93. Cierva mirando a la derecha, de cuerpo fusiforme en el que no aparecen las patas pero sí el inicio de la cola y dos orejas. Mide 27 cm de longitud.

  • Fig. 94. Trazo inmediato a la figura anterior, con un ángulo incurvado y concolor.

Sector E

El último sector del panel, que sólo presenta una figura, está separado del anterior por otra fuerte inflexión de la pared, que está más inclinada y próxima al suelo; a partir del siguiente recodo, la pared se acerca a una pronunciada caída al río San Miguel. En ella hay grandes manchas de color rojo muy intensificadas por la fuerte humedad de la roca en esta zona.

  • Fig. 95. Trazos negros sobre la mancha roja inferior derecha del panel, casi fundidos con el fondo, entre los que destaca un signo fungiforme continuado lateralmente en curva hasta finalizar en dos puntuaciones concolores sobre las que existe una forma ondulada con forma de Z, algo pintada en negro. Bajo el signo aparece una línea más fina con trazos cortos similar a un peine.


Conclusiones tras el estudio del conjunto

El estudio del Conjunto X realizado por Balbín y Moure arrojó a la luz una serie de datos que permitieron conocer con más profundidad cómo y cuando se realizaron sus representaciones, y también cómo se empleó la cueva durante ese tiempo. Las conclusiones más importantes son:

  1. Las representaciones de este conjunto no fueron realizadas a un mismo tiempo, sino en varios periodos; el estudio de las superposiciones existentes entre las figuras ha permitido conocer las fases en las que fue realizado. Se ha llegado a observar que fue realizado en las siguientes nueve etapas:

    1. Mancha de fondo y restos de pintura roja.

    2. Pinturas rojas, que principalmente representan signos.

    3. Pinturas negras.

    4. Grabados realizados en trazo simple (único o repetido) o estriado, que ocasionalmente presentan zonas de sombreado o modelado interior o repasados con pintura negra.

    5. Nueva mancha roja que se extiende por el sector C.

    6. Grabados similares a los de la fase IV y repaso en pintura negra del contorno de alguno de ellos.

    7. Caballos y renos bícromos.

    8. Grabados realizados en trazo simple único y raspado, con estilo y dimensiones similares a los bícromos.

    9. Raspado exterior del caballo bícromo 39.

    Estas fases son propias de la cueva de Tito Bustillo y no tienen porque extrapolarse al resto de representaciones paleolíticas, si bien llama la atención una ordenación similar de los temas en otros yacimientos, como ocurre en el gran techo de la Cueva de Altamira y en la Cueva de El Castillo.

  2. Las nueve fases anteriores pueden agruparse en dos series: I - III y IV - IX. Son las últimas las que ofrecen una mayor cantidad de recursos a la hora de valorarlas y datarlas, debido a que se repiten diversos rasgos y convenciones estilísticas en ellas; así, las fases IV, VII y VIII presentan paralelismos en objetos de arte mueble hallados en el yacimiento, más fáciles de datar.

  3. Existe una notable continuidad de técnicas, composiciones y conveccionalismos, especialmente en la serie IV - IX.

  4. Las series más antiguas, I - III, presentan paralelos con el Conjunto XI que se describe posteriormente.

  5. Se observa a lo largo de las superposicinoes una evolución desde los procedimientos más simples a los más complejos.

  6. En varias fases y sectores se observan composiciones intencionales, escénicas y estilísticas. Así, entre las primeras destacan los caballos bícromos 57 y 58, con rasgos y actitudes idénticas, al igual que los renos afrontados 51 y 52. Entre las segundas destacan la asociación de cabezas de ciervas 13 - 16 y 18 - 21.

  7. Se observa un aprovechamiento de los accidentes naturales para realizar las representaciones. El signo 17 y otras líneas rojas coinciden con rebordes o inflexiones de la pared, al igual que la cabeza del caballo 60 y la cola del 63, pero es todavía más llamativo el bisonte 85, del que sólo se pintaron cabeza y cuartos traseros, empleándose para el resto del cuerpo un resalte de la pared algo raspado.

  8. La correlación con el yacimiento existente bajo el panel principal y de éste con los niveles de la entrada prehistórica, además de la fauna representada y sus paralelismos con el arte mueble, permiten situar, al menos las fases IV a IX, en un Magdaleniense Superior antiguo (Magdaleniense X); esta serie de fases debió realizarse en un periodo relativamente corto. Las fases anteriores corresponderían a un periodo no mucho más antiguo.

Conjunto XI

Desde la bifurcación que lleva al conjunto anterior en la Galería Larga y al yacimiento de entrada debe considerarse el Conjunto XI. Al principio de los trabajos se consideró como una única unidad, pero posteriormente se consideró dividirlo en tres áreas muy específicas, que son las siguientes.


Plano del conjunto XI de Tito Bustillo, según R. de Balbín



El Taller de los colorantes


Entrada a Tito Bustillo por Ardines, donde se encuentra el yacimiento arqueológico. R. de Balbín
Esta zona es la más alejada de la zona arqueológica del yacimiento de entrada. Se trata de una superficie inclinada en cuya parte inferior (en el sur), aparece un montón de piedras que se comunican con el caos de la sala central, y entre las cuales, al menos tres, con la superficie plana, fueron empleadas para organizar, componer y moler unos grandes trozos de arcilla de color púrpura que forma parte del espectro tonal de las decoraciones de la cueva. Por encima de estas piedras se encuentra una superficie lisa inclinada, cubierta de forma aparentemente natural, por tonalidades rojas, púrpuras e incluso amarillas, algo totalmente inusual en los lugares paleolíticos conocidos.

El Divertículo Final

Se trata de una pequeña sala situada en la zona oeste del depósito de piedras, que fue descubierto el año 2000 pero no se estudió hasta el año siguiente por las dificultades de acceso al interior. En su entrada existía además un yacimiento, que se excavó también para facilitar el paso al interior. El divertículo es, en esencia, una habitación de techo muy bajo con dos cavidades, una principal hacia el oeste y otro más pequeño hacia el sur, ambas con representaciones. La primera muestra trazos no determinados de pintura , pero es la segunda la que presenta las más significativas; así, en su parte SO, por encima de la boca de unos pozos, se puede contemplar la figura de la cabeza de un caballo negro y dos signos pintados en rojo, uno de ellos medio tamponado, quizás del estilo III.

Sala de habitación

Al tratarse del yacimiento material principal se realizó en él la pertinente excavación. Se trata de un espacio con grandes bloques caídos por doquier, posiblemente en un episodio similar al que produjo el derrumbamiento de La Cuevona, antes de que el hombre entrara en Tito Bustillo. Estos bloques se aprovecharon para diversas cosas, entre otras para vivir entre ellos; sus paredes aparecen pintadas desde el interior; todas las paredes han sido pintadas y grabadas, en ocasiones hasta alturas considerables, si bien su conservación no es buena, pero su presencia se advierte hasta el derrumbe que cerró la entrada prehistórica.

La figura más importante es un gran caballo pintado en tinta plana roja afrontado a un gran bisonte bícromo en la pared sur.

Cronología

Hasta ahora no se ha dado una solución definitiva a la datación del arte rupestre de Tito Bustillo, pero las conclusiones obtenidas tras los estudios realizados han permitido establecer unas teorías bastante consensuadas. Los trabajos de Balbín y Moure sobre las superposiciones del Panel Principal y su relación con el depósito arqueológico han permitido establecer una cronología bastante breve, que supone la decoración de la cueva a lo largo de unos pocos milenios, desde el Magdaleniense Inferior avanzado al comienzo del Magdaleniense Superior, entre 14.500 y 12.500 años. Se han realizado dataciones directas, como las de García Guinea en 1975 en el yacimiento del panel, la de Moure en 1997 en el suelo de ocupación, la de Balbín en 2003 en las pinturas y el nivel arqueológico y la de Fortea en 2002 en las pinturas; todas ellas inciden en las fases magdalenienses.

Es importante indicar que las excavaciones realizadas por Moure sólo estudiaron los niveles superficiales magdalenienses sin llegar a profundizar en los niveles inferiores para establecer una secuencia de ocupación completa. Además, un estudio más actualizado de las representaciones y su comparación con otros conjuntos rupestres ha permitido establecer una cronología aún más larga, desde momentos anteriores a los 20.000 años hasta unos 12.700 años, poco antes de su colapso, siendo la actividad humana más intensa ente los 15.000 y 14.500 años.

Conservación

Si bien el contenido artístico de Tito Bustillo, su conservación hoy día deja mucho que desear. Ha sufrido, y sufre, una excesiva presión turística que debería ser revisada. Ya desde su descubrimiento, la amplia cobertura que tuvieron los medios de comunicación sobre la cueva, hizo que comenzaran las visitas masivas, para lo cual se abrió un discreto acceso a través del derrumbe de Ardines en el verano de 1969. Fue empleado hasta que en 1971 se abrió, sin estudio científico sobre su efecto, el túnel que todavía se emplea hoy; con este túnel las visitas masivas estaban garantizadas sin una adecuada gestión. A lo anterior sumó la adecuación de la galería con una iluminación no del todo adecuada y con el relleno de ciertas zonas para adecuar el paso.

Además de la excesiva tasa de visita que tiene la cueva, se suma el efecto de la actividad humana en el entorno, en especial en los alrededores de Ardines, donde las plantaciones de eucaliptos contribuyen a desecar la galería, los vertidos se infiltran en el interior y el río introduce contaminación en el interior. A este respecto, Fortea y Hoyos realizaron un estudio microambiental de la cueva en 1999, arrojando datos que es penoso incluso comentar:

  • Aparece una gran variedad de microorganismos, incluso hongos, en todo el panel principal.

  • Alto nivel de contaminación del agua, tanto del río como la infiltrada, éstas últimas de origen principalmente urbano, que introducian nitritos, amoniaco e incluso coliformes fecales en zonas pintadas de alto valor.

La gran cantidad de materiales que se acumulan en los sumideros del río San Miguel (ramas, animales muertos, basuras, restos de talas, ...), han hecho que en épocas de lluvias copiosas se rompa este tapón provocando la entrada brusca de agua en la cueva, no preparada para soportar dicho caudal, y por consiguiente originando inundaciones en el interior de la misma.

Es realmente lamentable que una obra de arte mundial existente desde hace 15.000 años o más se pueda perder en tan sólo 50 por una nefasta gestión en la que prima más la política que la cultura.

Visitas

La cueva de Tito Bustillo cierra durante el otoño e invierno. La visita a la cueva está restringida a un máximo de 360 personas por día, número puede limitarse aún más, sin previo aviso, por razones de seguridad.

Horario

Lunes y martes cerrado al igual que en la Fiesta de les Piragües. Miércoles día de visita gratuita. Horario de taquilla de 10.00 a 16,30 horas.

La duración de la visita es, aproximadamente de una hora. Se recomienda ropa y calzado adecuado para un terreno húmedo, resbaladizo y peligroso. Temperatura de 13 grados y humedad relativa del 98%. La visita es guiada en castellano.

Tarifas

La entrada está limitada a mayores de 7 años
- Adultos ( a partir de 13 años): 4 €
- Niños (de 7 a 12 años) y mayores de 65 años: 2 €
- Bonificación de 2 € con el carnet joven y el carnet estudiante internacional - exclusivamente -, debidamente actualizados y legalizados.
- Familia numerosa: 50% Bonificación.

Es necesaria la posesión de entrada, de cualquiera de los tipos antes indicados, para poder acceder a la cueva.

El personal de la cueva podrá solicitar la documentación necesaria para la comprobación de los datos referidos a la venta de entradas. La negativa u ocultación de estos datos, faculta al personal de la cueva para cobrar la entrada en el precio máximo establecido, o anular la visita.

Es imprescindible la reserva previa a través de Internet, en el teléfono 985.861.120, o en carta original dirigida a: Encargado de cuevas. Cueva de "Tito Bustillo". 33560 Ribadesella. Asturias. A través de carta obligatorio nombre, apellidos y D.N.I. de cada una de las personas y una dirección y teléfono donde se pueda confirmar la reserva , máximo 5 reservas por carta- excepto colegios y entidades docentes-. No se contestarán cartas que incumplan alguno de estos requisitos. Es imprescindible, cuando se realiza la reserva a través de carta, la previa confirmación de la misma.Las personas con reserva deberán estar, inexcusablemente, en la taquilla de la cueva 25 minutos antes de la entrada. El incumplimiento de este requisito anula la reserva. No serán aceptadas, ni modificadas reservas fuera de este plazo.

Bibliografía

  • Balbín Behrmann, R. de y Moure Romanillo, A. (1979). La Galería de los Caballos de la cueva de Tito Bustillo (Asturias). Altamira Symposium Pp. 85 - 117.
  • Balbín Behrmann, R. de y Moure Romanillo, A. (1980). Pinturas y grabados de la cueva de Tito Bustillo (Asturias): el conjunto I. Trabajos de Prehistoria, 37: 365-382. Madrid.
  • Balbín Behrmann, R. de y Moure Romanillo, A. (1981). Pinturas y grabados de la cueva de Tito Bustillo (Asturias): conjuntos II a VII. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, 47: 5-49
  • Balbín Behrmann, R. de y Moure Romanillo, A. (1982). El Panel Principal de la cueva de Tito Bustillo (Ribadesella, Asturias). Ars Praehistorica. I:47-97.
  • Balbín Behrmann, R. de, Alcolea González, J.J., Moure Romanillo, A. y González Pereda, M.A. (2000). Le Massif de Ardines (Ribadesella, Les Asturies). Nouveaux travaux de prospection archéologique et de documentation artistique. L'Anthropologie, 104: 383-414.
  • Balbín Behrmann, R. de, Alcolea González, J.J., Moure Romanillo, A. y González Pereda, M.A. (2002). Recherches dans le massif d'Ardines: nouvelles galeries ornées de la grotte de Tito Bustillo. L'Anthropologie, 106: 565-602.
  • Balbín Behrmann, R. de, Alcolea González, J.J. y González Pereda, M.A. (2003). El macizo de Ardines, un lugar mayor del arte paleolítico europeo. El Arte Prehistórico desde los inicios del siglo XXI. Primer Symposium Internacional de Arte Prehístorico de Ribadesella 91-151.
Fuente y bibliografía:
Wikipedia

Fotografías de Cueva de Tito Bustillo

Dispones de 50 fotografías de Cueva de Tito Bustillo

Top