Conjunto histórico de Villafranca del Bierzo

Conjunto histórico de Villafranca del Bierzo

Villafranca del Bierzo es un núcleo que surge en el borde occidental de la hoya berciana, con una morfología que responde al trazado del Camino de Santiago conocido como Camino Francés.

El núcleo inicial surgiría por la parte baja de la ladera hacia el puente que cruza el río Burbia, sin invadir las tierras de cultivo de la terraza fluvial, dando lugar a la conocida calle del Agua. Este primer núcleo, junto al que se instalan además los monjes negros para atender a los francos y algunos hospitales de peregrinos, sería el más estable y elaborado a lo largo del tiempo, como demuestra cierta densificación del espacio y la calidad de las edificaciones que se irán sustituyendo a lo largo del tiempo, en función de la capacidad de sus propietarios, hasta convertirse en el centro aristocrático. En el lado oriental, el núcleo crece remontando la ladera, con espacios de mercado y la travesía de San Nicolás, unidos con la primera calle mediante callejones transversales de fuerte pendiente, a veces resueltos mediante esccalinatas.

En esta nueva vía alta se sitúan la nueva Colegiata de Santa María de Villafranca del Bierzo, el convento de San Francisco (Iglesia de San Francisco de Villafranca del Bierzo), el colegio de San Nicolás (Iglesia de San Nicolás de Villafranca del Bierzo), el convento de la Divina Pastora donde hubo otro hospital, o el Palacio de Arganza.

El Castillo de Villafranca del Bierzo, cerca de la románica Iglesia de Santiago de Villafranca del Bierzo, donde también hubo hospital, y levantando para defensa en el acceso desde Galicia, será otra referencia urbana y hacia sus lienzos se acercará la edificación y se reservará un espacio para la feria de Santiago, al igual que ocurrirá en otros puntos como la Plaza Mayor, donde se impondrán los soportales de carácter propiamente urbano, o el mercado de Campairo del Grano que enlaza las dos vías principales, la baja y la de media ladera antes citadas: calles del Agua y del Puentecillo.

Las edificaciones residenciales de los trabajadores manuales, labradores, etc., se sitúan cerca de las huertas junto a la Anunciada o se encaraman hacia el convento de franciscanos y hasta el Castillo o, cruzando el río y a lo largo del Camino, surgirá el barrio de los Tejedores (gremio obligado a alejarse por el ruido que producían día y noche los mazos de los batanes), el de «entre puentes» en el angosto espacio entre el Burbia y el Valcarce con el convento de la Concepción, y seguirán las demás hasta ajustarse al perfil de los ríos en el estrecho espacio a pie de ladera o continuando al borde del camino hacia Corullón formando el barrio del Salvador donde aún se conserva un molino sobre el cuérnago.

Además de la cerca en las traseras de la calle del Agua, se conserva parte de la que bajaba desde el Castillo.

En cuanto a tipos arquitectónicos, las casa corredor con cuerpos volados serán el tipo más característico aunque aquí evolucione hacia la calle solariega con sus signos exteriores de nobleza, y después en este siglo hacia la casa urbana más alta, funcional y con revocos en sus fachadas.

Casa popular rural

En esta zona de relieve complicado y clima duro, la casa rural ha tenido que desarrollarse contando con la piedra, la pizarra y la madera, para satisfacer unas necesidades donde el medio de subsistencia se basa en la agricultura y especialmente en la ganadería. Este modelo sería habitual en los barrios más humildes fuera del centro aristocrático y comercial.

La orientación predominante de la casa suele ser hacia el Sur, con la puerta abierta al lado opuesto de los vientos dominantes. Las viviendas más antiguas serían de una planta, rectangular o cuadrada, aunque no es raro encontrar fachadas que se curvan para adaptarse al relieve. Tiene muros de piedra sin labrar y con techo muy bajo y cubierta de paja, que más tarde se sustituirá por pizarra y una única estancia para personas y animales, separados por un tabique.

En el tipo habitual de dos plantas, la planta baja es la destinada a cuadra de ganado y aperos de labranza y la planta superior para vivienda y el bajocubierta para almacenaje. La escalera de acceso a la vivienda suele ser exterior, adosada a la fachada, desembocando en el corredor y ejecutada también con grandes lajas de pizarra, aunque algunas veces es interior.

Los huecos son escasos y de reducidas dimensiones. Las barandillas y cierres de galerías suelen ser con barrotes verticales de diseños variadísimos, es frecuente colocar tablas en vertical, cerrando todo el frente hasta media altura o hasta el alero.

La casa urbana

Predominan los edificios del Siglo XIX y primera mitad del XX, aunque en la zona de la calle del Agua se mantienen importantes edificios del XVI al XVIII.

En los edificios de menor importancia se mantiene la estructura básica de madera, en poste y carrera con relleno de pequeños cantos de pizarra y mortero de barro o cal en vez de ladrillo, se utiliza el muro de mampostería en las zonas de muro de carga y para aquéllos de más entidad y altura. El paramento visto se revoca. En las zonas de tradición comercial –Plaza Mayor– aparece un ancho soportal en planta baja.

Los huecos son de composición vertical, a veces balcón con barandilla de madera y los vuelos se limitan a los miradores de madera y cristal o galerías corridas ocupando todo el frente de la fachada principal o del patio. En la zona más céntrica, casi todos los huecos son balcones, en la planta primera algún balcón corrido, barandillas ornamentadas con remates de bolas.

Las cubiertas mantienen el material de pizarra y las chimeneas suelen ser voluminosas.

La casa solariega

Predomina en el casco histórico de Villafranca. Similar a la casa urbana, suele diferenciarse en el mayor tamaño y altura de sus plantas, en la mejor calidad de los materiales y en la incorporación en fachada de elementos cultos. Las fachadas llegan a utilizar sillería, los dinteles se decoran con formas clasicistas, las embocaduras de la ventana incorporan diseños clásicos, las barandillas son de hierro forjado y los aleros adquieren mayor importancia por el tamaño y la decoración tallada. Los escudos de la familia se incorporan a la fachada.

Además presentan patio delantero o interior y una gran huerta-jardín.

Fotografías de Conjunto histórico de Villafranca del Bierzo

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