Conjunto Histórico de la Ciudad de Lerma

Lerma, también conocida como Villa Ducal de Lerma, es una villa burgalesa situada en la ribera del río Arlanza. Su historia y desarrollo están irrevocablemente unidos al mecenazgo de Francisco de Sandoval y Rojas, primer duque de Lerma, valido y favorito del rey Felipe III, y por extensión al Ducado de Lerma.
Conjunto Histórico de la Ciudad de Lerma

Historia

Lerma es una villa de fundación prerromana, de tribus celtibéricas (vacceos). Tierra de paso, situada en lugar estratégico que domina el río Arlanza, vivió diferentes culturas: romanos, suevos, visigodos, árabes... Desde el año 900, el avance cristiano sitúa su frontera en el río Arlanza, iniciándose su repoblación, e instalando a lo largo del río una serie de posiciones fuertes y castillos, entre los que se encontraba el de Lerma.El lugar elegido para emplazar Lerma no pudo ser más adecuado, encrucijada de caminos y con unas inmejorables condiciones físicas y topográficas.Muy pronto el pequeño caserío se amuralla, disponiendo de cuatro puertas de entrada, de las que se conserva el llamado "Arco de la Cárcel", puerta principal de la antigua muralla medieval.

Cerca de Lerma, Almanzor vence al Conde Sancho García en las peñas de Cervera, momento en que Lerma sufre por última vez los efectos del castigo musulmán.

En el siglo XI empieza a vivir los tiempos de los señoríos, pasando a formar parte de los reinos leonés y aragonés. Tienen lugar las luchas entre los Castro y los Lara, nobles belicosos, que se enfrentarán en repetidas ocasiones a los reyes castellanos en sus luchas dinásticas (Fernando III "El Santo" y Alfonso XI sitiaron en varias ocasiones la villa de Lerma).

Extinguido el linaje de los Lara, la villa pasó a formar parte de las propiedades del Rey, continuando como realenga hasta 1414, en que Fernando de Antequera hizo donación de la villa y sus propiedades con todos sus términos a Diego Gómez de Sandoval y Rojas por su apoyo en la batalla de Antequera y las luchas contra el Conde de Urgel.

Poco a poco Lerma abandona el espíritu guerrero y la vida turbulenta y agitada de sus antecesores, convirtiéndose en fiel servidora de la familia real.

En 1574 Don Francisco Gómez de Sandoval y Rojas recibió el mayorazgo de la Casa, como IV Conde de Lerma y V Marqués de Denia. El primer paso fue convertir en ducado el título de Conde, llevando a segundo término el marquesado de Denia y fijando en Lerma la cabeza de sus estados.

El traslado de la Corte española a Valladolid en enero de 1601 fue decisivo para que el Duque de Lerma concibiera la idea de crear una corte propia en su villa, para restringir aún más el núcleo cortesano alrededor de Felipe III, que mostraba escaso interés y poca capacidad por los asuntos políticos y de gobierno.

Veinte años se mantuvo el Duque de Lerma como privado del rey. Durante este período Lerma se vio engrandecida y favorecida. Bajo su patrocinio, entre 1600 y 1617, se erigió uno de los conjuntos Histórico-Artísticos mejor conservados de España, de estilo Herreriano. En él intervinieron los mejores arquitectos reales de la época, Francisco de Mora, Juan Gómez de Mora y Fray Alberto de la Madre de Dios.

Lerma se convirtió en Corte de Recreo, adonde acudían personajes relevantes y artistas (Góngora, Lope de Vega ... ), y se celebraban fiestas y banquetes en honor de los Reyes de España. En Lerma nació el séptimo hijo de Felipe III, la Infanta Margarita, que fue bautizada con toda pompa y solemnidad en el Convento de las Clarisas.

Obtuvo el Duque exorbitantes concesiones reales, en títulos y riquezas. El ducado de Lerma comprendía 40 villas y lugares de señorío y seis de behetría, que con sus impuestos engrosaron las arcas ducales. Parte de ellos los invirtió Don Francisco en la construcción de edificios en su villa: el Palacio Ducal, la Plaza Mayor de Armas con sus edificaciones, seis monasterios y una Iglesia Colegial, aparte de reparaciones en otros edificios; también estableció una industria de paños y tintes, una imprenta con licencia real, y un hospital. Antes de su precipitada caída del poder, se acogió a la dignidad cardenalicia, para escapar a las iras y a las amenazas de sus numerosos enemigos. Alejado de la Corte en 1620, los últimos días de su vida transcurrieron entre Lerma y Valladolid, obligado a devolver las enormes sumas que había defraudado. Murió en Valladolid el 18 de mayo de 1625. Sus sucesores, entre pleitos y devoluciones, hicieron que aquel conato de vida cortesana se fuera apagando, y quedara olvidada la villa en lo restante del siglo XVII.

Patrimonio histórico-artístico

Junto con las vecinas localidades de la Villa de Covarrubias y la Villa de Santo Domingo de Silos forma el llamado Triángulo del Arlanza. A pesar de las guerras, desamortizaciones... Lerma presume de su rico Patrimonio.

  • Palacio Ducal de Lerma. Realzado según las trazas de Francisco de Mora, absorbiendo el primitivo castillo medieval. Es de estilo herreriano, como todo el conjunto histórico de la villa. Estaba concebido como residencia ducal y aposentos para la corte en el siglo XVII. En la actualidad es Parador Nacional de Turismo.

  • Plaza Mayor. En origen porticada, la parte norte constituía el pasadizo ducal hasta la colegiata. El resto se cerraba con casas de nobles cercanos al duque de Lerma, toda siguiendo el mismo esquema. Fue lugar de celebración de solemnes fiestas cortesanes en el siglo XVII.

  • Monasterio de la Ascensión de Nuestro Señor. Es el más antiguo de los monasterios de Lerma. Fue fundado por el hijo del Duque, D. Cristóbal y su esposa Mariana de Padilla; encargándose de las obras el maestro Pedro de Pedrosa. La Iglesia de gran sencillez, con planta de cruz latina, sencillo retablo destacando en el centro del mismo el detalle de la Ascensión. El crucero tiene bóveda rebajada, adornada con los escudos de los fundadores. De admirar son los grandiosos cuadros de Bartolomé Carducho. Posee una cripta, que sirvió de enterramiento hasta 1891.En la parte baja del coro destaca un magnífico relicario, con esculturas realizadas por Lesmes Fernández del Moral, con un bello Cristo Yacente de Gregorio Fernández, uno de los mejores imagineros de la Escuela Castellana. En 1650 se le añadió la fachada en la que se dan barroquismos que no se ven en ningún edificio de Lerma. El 10 de Junio de 1610 fue bautizada en el monasterio la Infanta Margarita Francisca, hija del Rey Felipe III. Hasta finales de 2010 lo han habitado MM. Franciscanas Clarisas. Desde esa fecha se denominan: "IESU COMMUNIO", nuevo Instituto religioso bajo el amparo del Papa Benedicto XVI, manteniendo la vida contemplativa. En su nuevo carisma, ocupa lugar principal la evangelización de los jóvenes.

  • Plaza de Santa Clara y Mirador de los Arcos. Plaza recoleta, entre el monasterio de Sta. Teresa y Sta. Clara. En el centro de la misma, se encuentran los restos del famoso héroe y guerrillero durante la Guerra de la Independencia, D. Jerónimo Merino Cob: "El Cura Merino". En 1808 los ejércitos franceses saqueaban los pueblos de la comarca para aprovisionarse de víveres; él, perfecto conocedor de toda la zona, les hizo frente con una partida de 2.000 hombres, controlando el Camino Real, apresando convoyes y correos de los franceses. Por sus acciones victoriosas fue nombrado Capitán y Teniente Coronel sucesivamente. Ganó 58 batallas a las tropas franceses destacando la toma de Roa, el rescate de Burgos, Ezcaray, Hontoria del Pinar, Quintana del Puente y la brillantísima intervención en la batalla de Vitoria. De él dijo Napoleón que "prefería la cabeza de ese cura a la conquista de cinco ciudades españolas". Fue nombrado Mariscal de Campo por Fernando VII. Posteriormente luchó al lado del bando carlista al mando de 11.000 hombres. Falleció exiliado en Alençon (Francia) en 1844; y desde mayo de 1968 descansan sus restos junto al "Balcón de Arlanza". El Mirador de los Arcos, recias arcadas que se levantaron como apoyo del pasadizo ducal; se proyectó por Juan Gómez de Mora y que comunicaba el Palacio con la Iglesia Colegial. En el S. XVIII fue restaurado por el Duque del Infantado, Don Pedro de Alcántara y de Toledo, cuyo escudo en piedra aparece en el centro. Estos arcos abren una magnífica perspectiva visual hacia la vega del río Arlanza.

  • Iglesia Colegial de San Pedro (1613 - 1617). El Arzobispo de Sevilla, Don Cristóbal de Rojas y Sandoval, tío del Duque, concibió el proyecto de dotar a Lerma de una Iglesia de grandes dimensiones y eligió la existente de San Pedro para ampliación y reforma. A petición del Duque, la parroquia de S. Pedro había sido convertida en Colegiata en 1606 por el Papa Paulo V. El 3 de Agosto del propio año dio Su Santidad una Bula designando a la Abadía “ nullius diócesis” con dependencia directa de la Santa Sede e independencia total del Arzobispado de Burgos. El Duque continuó la obra emprendida, dotándole de mayor amplitud, altitud y conservando las bóvedas de estilo gótico. Los planos son obra del arquitecto carmelita Fray Alberto de la Madre de Dios, que en 1613 inició la reforma. De planta de salón con tres naves, dispone de girola y capillas laterales, coro, trascoro, contaduría y baptisterio. Mide 222 pies de largo, 77 de ancho y 51 de alto; costó la fábrica unos 80.000 ducados. La fachada típica herreriana destaca por la monumental portada principal, con dos columnas dóricas sujetando un entablamento decorado con los escudos ducales en las metopas, coronado por cornisa rematada por bolas. En el centro, una hornacina con frontón semicircular y la imagen de S. Pedro. Como curiosidad, destaca la puerta que es la original de 1616 de madera de pino y con clavos de bronce. El bello retablo mayor es de estilo barroco, con abundante decoración, toda ella dorada, columnas salomónicas, decoración vegetal, estípites, amorcillos. En el interior destaca por su belleza y solemnidad la estatua orante del tío del Duque, Don Cristóbal de Rojas y Sandoval realizada en bronce por Juan de Arfe y finalizada por Lesmes Fernández del Moral. También destacan los famosos órganos de 1615-16, construidos por Diego de Quijano, Organero mayor de Felipe III. En la sacristía retratos del Duque, de Juan Pantoja de la Cruz pintor de cámara de Felipe III, la cajonería de madera de nogal, cantorales, calvario y sobretodo, la preciosa mesa taraceada regalo de Papa Paulo V realizada con gusto oriental y técnica italiana. (Detalles del Sagrario, Mesa Taraceada y Estatua Orante).

  • Monasterio de Santo Domingo. También el Duque decidió construir un convento para sus protegidos frailes dominicos, encargando las trazas a Fray Alberto de la Madre de Dios. Destaca la fachada principal de la Iglesia con elementos barroquizantes; aparecen los escudos de los Duques de Lerma y la imagen del Santo fundador de la Orden de Predicadores. Corona una magnífica espadaña, que soporta el nido de la cigüeña. A finales del verano de 1617 se acabó de construir la fábrica del convento de Sto. Domingo, que costó 20.000 ducados, y los frailes dominicos se trasladaron a su nueva residencia. Juan Gómez de Mora proyectó el retablo mayor; el obispo de Cuenca regaló los cuerpos primero y tercero, ya hechos, y el carpintero de Lerma, Pedro García tuvo que acoplarlos y adaptarlos al proyecto de Mora. Felipe III lo visitó por primera vez acompañado de sus hijos, la tarde del lunes 16 de octubre de 1617. Posteriormente se cercó la valiosa huerta y el Duque de Lerma donó a la comunidad valiosos ornamentos y ropas. Después de la invasión napoleónica y tras sufrir un gravísimo incendio en el S.XX, fue deshabitado por parte de los frailes; utilizado como cuartel y muchos años Instituto de BUP y Enseñanza Secundaria y Bachillerato para Lerma y su comarca hasta diciembre de 2009. En la actualidad, es complejo de usos múltiples del Ayuntamiento de Lerma.

  • Monasterio de Santa Teresa. Construido para los frailes carmelitas, fue inaugurado el 27 de octubre de 1617, asistiendo Felipe III con toda su Corte. Destaca la Iglesia de planta de cruz latina, con fachada de piedra de sillería, con dos pilastras dóricas arquitrabadas, que tienen un frontón triangular. En el centro, una hornacina con frontispicio semicircular rematado por bolas, con la imagen de la Doctora de la Iglesia. Encima se abre una ventana para dar luminosidad al coro alto de la Iglesia; a ambos lados, cuatro carteles rehundidos y los Escudos de los Duques y de la Orden Carmelita. La traslación del Santísimo Sacramento al Convento de Santa Teresa tuvo lugar el 28 de Octubre de 1618; entregando el Duque a la Comunidad los ornamentos necesarios para el culto.

  • Convento de San Blas. Unido al Palacio Ducal por un pasadizo volado de tres arcos hasta el S. XIX. La fundación del monasterio dominico de San Blas fue la que proporcionó mayor orgullo de cuantas edificaciones religiosas levantó el Duque en Lerma. Al ostentar el patronazgo de la Orden y según las disposiciones del Concilio de Trento, trasladó en 1612 la Comunidad que habitaba en el Tovar (Cifuentes) a su villa. Fray Alberto de la Madre de Dios realizó las trazas del convento y el retablo mayor es obra de Juan Gómez de Mora, que aprovechó algunas piezas de un antiguo retablo. Se distribuye en cuatro cuerpos de arquitectura, con columnas, pilastras, nichos todo él dorado. Los lienzos son del pintor del duque Pedro Antonio Vidal. En el centro, una hornacina con una talla del siglo XVII de San Blas con las reliquias del Santo en el pecho; muy veneradas el día 3 de febrero con la bendición de las roscas típicas de dulce o de pan. En el crucero destaca el Cristo Crucificado, de la Escuela Castellana de Gregorio Fernández del S. XVII, y la Virgen del Rosario de gran belleza y calidad artística. La cúpula de media naranja y linterna, cuyos pilares duplicados levantan cuatro arcos torales con sus pechinas y con franjas entre recuadros y triángulos. La amplia pieza abovedada que se encuentra detrás de la Iglesia del monasterio acoge un valioso relicario donado por el Duque.

  • Monasterio de la Madre de Dios. Situado en el extraradio, junto a la antigua N-I; fundado por motivos de carácter familiar por el Duque de Lerma, ya que como priora de su fundación entró la suegra de su primogénito, el Duque de Uceda, la condesa de Santa Gadea, doña Luisa de Padilla y Acuña. Las obras se iniciaron en 1608 con la intervención personal del arquitecto Francisco de Mora, aunque las trazas definitivas fueron aprovechadas por Fray Alberto de la Madre de Dios. El convento es austero, clásico, monótono, sin casi elementos decorativos, como era norma en las obras del fraile carmelita. La Iglesia es de sencilla planta de cruz latina, con coro a los pies, y un retablo de orden clasicista, con columnas de estilo corintio. Destaca la talla de Santa Teresa del S. XVII, y la Virgen del Carmen existentes en La Iglesia del Monasterio. Sorprende la altura y sobriedad de los muros del monasterio.

  • Núcleo Medieval.

    • Arco medieval. La puerta principal de entrada de la antigua muralla medieva, llamada hoy Arco de la Cárcel, se compone de un arco torreado flanqueado por dos cubos defensivos con sus saeteras. El cuerpo superior de ladrillo es una ampliación realizada por el Duque de Lerma en 1610 para utilizarlo como cárcel. Atravesando el arco se encuentra la antigua plaza medieval de la villa, con típicos soportales junto a calles con encanto, como la de la Paloma, Santa Caliopa o la de José Zorrilla. El finalizar el siglo XIX Lerma se encontraba amurallada y en el centro del caserío se encontraba la primitiva iglesia de San Juan Bautista, hoy llamada Ermita de la Piedad y utilizada como sala de exposiciones.

    • Casas medievales. Pasando el arco de entrada, llegamos al casco urbano medieval; la antigua plaza de la villa con sus típicos soportales, calle del Reventón, la Paloma, de Santa Caliopa o de José Zorrilla, donde poseía éste una casa que aún hoy se conserva. Al finalizar el S. IX Lerma se encontraba amurallada; y en el centro del caserío se levantaba la primitiva Iglesia de San Juan, hoy llamada Ermita de la Piedad, utilizada hoy como Museo.

    • Puente y ermita del humilladero. Con toda seguridad existió un primitivo puente, en el camino de Lerma a Burgos, que salvara el paso del río Arlanza. El nuevo puente no se levantó hasta la fortificación de la villa lermeña y una vez asegurada su firme posición amurallada. Se construyó con recios sillares de piedra y estaba provisto de sus correspondientes pilares tajamares y estribos. El Duque creó en la vega del río un precioso jardín, con huerta y coto privado de caza. Los jardines lo componían estanques con cisnes, cenadores, fuentes de alabastro, paseos cubiertos... Además el Duque construyó 7 ermitas que añadían devoción a la hermosura del parque. El Papa Paulo V en 1609 concedió a los fieles que orasen en cada una de estas ermitas, las mismas indulgencias que gozaban los que visitaban las siete Iglesias de Roma. En la actualidad podemos contemplar la del Humilladero, como único vestigio de la fastuosidad de los jardines.
Fuente y bibliografía:
Wikipedia

Fotografías de Conjunto Histórico de la Ciudad de Lerma

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