Catedral de Valladolid

Catedral de Valladolid

Introducción

El origen de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Nuestra Señora de la Asunción de Valladolid está ligado al de la ciudad. Concebida en el siglo XVI y diseñada por el arquitecto Juan de Herrera, es un edificio de estilo herreriano con añadidos barrocos, actualmente se encuentra construida en un 40-45%,1 debido a la falta de recursos y a los gastos provocados por la difícil cimentación del templo, situado en una zona con un gran desnivel en el terreno. En el interior se encuentra el Museo diocesano y catedralicio de Valladolid.

Historia

La primera colegiata

El conde Ansúrez recibe en 1074 de Alfonso XII el señorío de la villa y manda construir en ella una iglesia mayor dedicada a Santa María. El templo se convierte en Colegiata dependiente de los monjes cluniacenses de Carrión de los Condes (Palencia). Nada queda de esa primitiva colegiata, sólo los restos de la torre románica de principios del siglo XII, de los tiempos del conde Ansúrez, construida a los pies y con la función de torre-pórtico.

Poco antes el conde había edificado en el entorno su casa-palacio en la que iba incluida una pequeña iglesia o capilla palaciega. Como dicha iglesia ya había tomado como titular a Santa María, se le añadió el apelativo de la Antigua, mientras que la nueva colegiata fue conocida como Santa María la Mayor. Hoy día puede contemplarse la impresionante torre románica de esa pequeña capilla palaciega, es la torre de la Iglesia de Nuestra Señora de la Antigua de Valladolid.

La segunda colegiata

Entre los años 1219 y 1230, reinando Fernando III el Santo y siendo canciller Juan Domínguez, debido a las pequeñas dimensiones del templo, se llevó a cabo la construcción de la segunda colegiata sobre el solar de la primera, respetándose tan solo la torre románica de la antigua iglesia que dejó de ser torre-pórtico en 1333 cuando construyeron delante una serie de capillas destinadas a enterramientos. Son las capillas que han resistido el paso del tiempo y que forman parte desde el año 1965 del Museo Diocesano y Catedralicio. En esa serie de recintos se celebraron consejos, cortes, tratados,...

La tercera colegiata

En 1527 se decide construir una nueva colegiata, de la que se encarga Diego de Riaño, con diferente orientación de la primitiva y de estilo renacentista. Al fallecer le sucede Rodrigo Gil de Hontañón, que tras su muerte la fábrica apenas había avanzado y se abandona el proyecto por falta de interés y dinero. Se echaron los cimientos ese mismo año de 1527, comenzando la construcción por los pies, para poder hacer uso de la antigua colegiata mientras duraban las obras. La idea era llegar al crucero, que caería en la zona del antiguo claustro, y empezar entonces la demolición total. Pero al avanzar tan lentamente, el propio Gil de Hontañón se vio obligado a hacer reformas en la colegiata vieja para seguir el uso litúrgico sin problemas. Gil de Hontañón murió en 1577 y las obras seguían prácticamente como al principio. Habían pasado 50 años y la moda y las técnicas en el arte de construir habían cambiado.

La cuarta colegiata-catedral

Aprovechando que Juan de Herrera se encontraba en la ciudad de visita, se le encarga los planos para la nueva colegiata, respetando la planta y orientación que había planteado Riaño.

Al poco tiempo, en 1595, el Papa Clemente VII, por petición de Felipe II, erige a Valladolid en Diócesis y convierte así su colegiata en catedral.

Diego de Praves se encargó de dirigir las obras según los planos de Herrera, ya que este nunca estuvo a pie de obra. A su muerte le sucedió su hijo Francisco de Praves. Pero debido a la escasez de fondos se paralizaron las obras a la altura del crucero. Más tarde, Alberto de Churriguera construye el hastial superior de la fachada, modificando así el plan de Herrera. De las torres proyectadas solo se construyó una, la Buena Moza, de unos 75 m, la de la izquierda de la fachada, pero en 1841, a consecuencia del terremoto de Lisboa de 1755 se derrumbó. En 1880 comenzaron las obras de la torre de la derecha, de cuerpo ochavado.

Los rasgos del nuevo templo son clasicistas, basados en las construcciones de la Antigua Roma que habían inspirado a la arquitectura del Renacimiento y a teóricos como Vitruvio, con su obra De Architectura.10 También se nota influencia manierista, sobre todo a través de los escritos de Sebastiano Serlio. La línea es pura, sin concesiones al adorno de ninguna clase. La única decoración del edificio es la puramente arquitectónica: cornisas, capiteles, pilastras o barandas.

El proyecto tiene como referencia la nueva ideología que había inspirado el Concilio de Trento, que defendía el acercamiento de la Eucaristía al pueblo. Así, Herrera traslada el coro –que tradicionalmente se había colocado en frente del altar mayor bloqueando su visión– a la cabecera del templo, dejando un amplio espacio entre el crucero y la puerta sur de entrada por los pies. El coro, que rodearía el altar, estaría abierto a la nave del templo, con lo cual ambos serían perfectamente visibles por los fieles.

En resumen, el edificio de Herrera sería una gran iglesia de tres naves, con capillas entre los contrafuertes, siguiendo la disposición general y las proporciones de la planta de la colegiata trazada en 1527, cuyos cimientos pisaba, si bien la cabecera del edificio de Herrera sería recta.

El edificio actual

El edificio está sólo construido desde los pies hasta el crucero. De la otra parte, desde el crucero a la cabecera, sólo está realizada una capilla hornacina del lado del Evangelio y las cimentaciones de su simétrica del lado de la Epístola. Por ello, el edificio presenta hoy en día tres naves, separadas con grandes pilares de planta cuadrada que sujetan grandes arcos de medio punto, presentando sólo cuatro tramos cada una y rematándose en tres ábsides provisionales construidos en el siglo XVII, usando ladrillo, en el lugar donde debería haber estado el crucero. A los lados del conjunto de las tres naves existen ocho capillas hornacinas (cuatro a cada lado) cerradas con rejas, que guardan retablos barrocos, rococós y neoclásicos, además de alguna muestra de escultura funeraria.

En el exterior, el edificio también sólo está concluido hasta el crucero, si bien falta una torre de la fachada principal, que se hundió en 1841, y la que actualmente se conserva, fue construida entre 1880 y 1890 y no es fiel en absoluto a las trazas de Juan de Herrera. Tampoco el cuerpo alto de la fachada principal (orientada al sur) es fiel a los planos herrerianos, pues fue diseñado por Alberto de Churriguera a principios del siglo XVIII.

En el exterior destaca la portada de la fachada principal, que estaría situada entre las dos torres, de las cuales sólo existe hoy una, levantada en el siglo XIX sin seguir los planos de Herrera. Está resuelta como un colosal arco de triunfo de orden dórico y distribuida en tres cuerpos centrales bien definidos:

El primer cuerpo, presenta cuatro columnas y dos imágenes de San Pedro y San Pablo situadas en dos hornacinas excavadas en los intercolumnios. En el centro y enmarcando la puerta de entrada hay un arco formado por dos pares de columnas que soportan la cornisa con metopas y que flanquean un arco de medio punto, dentro del cual se abre la puerta adintelada. No está bien ejecutada por los canteros que materializaron los planos de Herrera, pues, aparte de no adelantarse tanto el cuerpo central respecto al resto de la fachada como está reflejado en los planos del cántabro, el gran arco tiende a ser apuntado, habiendo sido diseñado como de medio punto. En el tímpano del arco se halla una imagen de la Virgen de la Asunción, titular de la catedral. Las esculturas de San Pedro, San Pablo y la de la Virgen fueron realizadas por Pedro Baamonde en el siglo XVIII cuando se edificó el segundo cuerpo de la fachada. Sobre los capiteles de las cuatro columnas, separando los dos primeros cuerpos, se asienta un arquitrabe con friso y cornisa.

El segundo cuerpo, edificado según las trazas de Alberto Churriguera en el siglo XVIII, presenta, en altura, las mismas dimensiones que el primero. Posee una gran ventana rectangular y adintelada, flanqueada por pilastras que continúan las columnas dóricas del cuerpo bajo, con los símbolos del Sol y la Luna entre ellas, temas marianos, realizados por el escultor salmantino Juan García Espinosa. Sobre la ventana se sitúa una cornisa que sirve de separación con el tercer cuerpo. Presenta una balaustrada interrumpida lateralmente por cuatro pedestales, perpendiculares a las columnas del primer piso, sobre los cuales se ubican las estatuas en piedra de los cuatro doctores de la Iglesia latina: San Ambrosio, San Agustín, obras del escultor Pedro Baamonde, San Gregorio y San Jerónimo, obras del escultor Antonio de Gautúa.

El último cuerpo se remata con un triángulo concebido a modo de frontón en cuyo centro se ubica un escudo sostenido por dos ángeles que cobijan las iniciales de María. El tejadillo del frontón presenta cuatro pilastras barrocas, dos a cada lado, y otra de mayor tamaño en el vértice rematada con una cruz de hierro forjado.

La fachada este, semejante al cuerpo bajo de la fachada sur, presenta cuatro gruesas columnas, arco de medio punto que cobija la puerta de entrada y un entablamento con cornisa. Sobre este cuerpo existiría otro, que no está realizado, con una gran ventana flanqueada por dos pares de pilastras y coronado con frontón con bolas a modo de acroteras.

El estilo del interior de la catedral de Valladolid es purista y sobrio y se corresponde con el más típico clasicismo herreriano, lo cual se demuestra tanto en su arquitectura como en la decoración. La catedral presenta actualmente tres naves de cuatro tramos rematadas con ábsides en el lugar donde hubiese estado el crucero. En el interior, filas de pilares con pilastras adosadas de orden corintio sujetan hileras de arcos de medio punto.16 Las naves están cubiertas por bóvedas de arista.

El crucero ideado por Herrera no existe como tal porque fue convertido en espacio para la capilla mayor y dos laterales. Solamente del crucero quedan construidos algunos muros y el cuerpo bajo de su fachada del lado de la Epístola, al Este; en la estancia llamada Vestíbulo del museo catedralicio puede verse el arranque de uno de los arcos torales que se iban a construir. El espacio de lo que pudo ser este crucero tiene la misma longitud que el ancho de las tres naves, por lo que no sobresale a los lados del templo. En sus extremos desemboca en dos portales pero sólo está realizado, con puerta de acceso y gran portada, el cuerpo bajo del correspondiente al lado este, como ya se ha dicho. Entre los contrafuertes de cada nave del templo se encuentran emplazadas cuatro capillas.

Destaca en ella el retablo, una obra maestra de Juan de Juni. Las medidas y estructura del retablo se adaptaban perfectamente al ábside de Santa María de la Antigua para quien fue pensado y proyectado; en la catedral resulta ligeramente disminuido. Está considerado como una gran obra de Juan de Juni que expresó en él todo su saber clasicista, huyendo del encasillamiento convencional renacentista. Por eso puede verse como novedad cómo están divididos los compartimentos para las figuras aisladas y cómo los tableros de composición no se repiten simétricamente de arriba abajo sino que están intercalados en los distintos cuerpos. El retablo está dedicado a Santa María, por lo que presenta escenas de la vida de la Virgen y de Cristo. Está dividido en predela y tres cuerpos más el ático. En los dos primeros cuerpos las columnas de orden compuesto sirven de separación (o de marco) para las distintas figuras de santos esculpidas en busto redondo. Los fustes no presentan ninguna ornamentación de grutescos, como todavía se venía haciendo, siendo este detalle bastante criticado por algunos personajes de la época. El tercer cuerpo no tiene esculturas enteras sino relieves que sobresalen bastante, contrastando con los relieves del segundo cuerpo que están alrededor de las figuras y que sobresalen muy poco. En los intercolumnios se hallan las figuras de San Andrés, San José, San Joaquín y San Agustín. Tienen la originalidad de que la cruz de San Andrés se asoma por detrás de la columna, en el hueco siguiente y lo mismo ocurre con el báculo de San Agustín.

Entre las numerosas capillas destacan las siguientes:

  • Capilla de San Pedro Regalado. Con un retablo con un lienzo del siglo XVIII de Plácido Constanci. Representa uno de los milagros del patrono pucelano en que un mendigo va a llorar a su tumba después de que en el convento no le pudieran dar de comer. Al instante se abrió el sepulcro y salió la mano del santo con un trozo de pan. En la izquierda, un lienzo de la Asunción, obra de Zacarías González, que anteriormente estaba en el altar mayor, en el derecho otro lienzo de Alonso del Arco.

  • Capilla de San José. Con esculturas funerarias de alabastro de la familia Venero y Leyva, que proceden del desaparecido convento de San Francisco. El retablo barroco acoge a un San José con el Niño de Pedro de Ávila.

  • Capilla del Sagrario. Su retablo, de estilo neoclásico, marmolado, está presidido por la Virgen del Sagrario, patrona del Cabildo Catedralicio. Escultura de piedra policromada del siglo XV que apareció tras un muro durante unas obras de la antigua colegiata.

  • Baptisterio. Capilla con patronazgo de la familia de los Velarde. El fundador se encuentra enterrado en el muro izquierdo.

  • Sepulcro del Conde Ansúrez. En la pared oeste, y justo detrás del mostrador, está el humilde sarcófago del conde Ansúrez, rodeado de una sencilla reja de hierro que tiene en su centro un pequeño escudo con las armas del conde. Sobre la lápida se encuentra una tosca escultura de madera representando al conde en posición supino-horizontal, con casco y armadura. El conde fue enterrado, según sus deseos, en la antigua colegiata fundada por él, y sus restos fueron trasladados a este lugar en 1674. En el hueco del nicho se puede ver una tabla del siglo XVI pintada con el tema de San Miguel, que recuerda la cofradía de Escuderos fundada por el conde Ansúrez. En los costados se repiten los escudos y debajo están colocadas dos tablas procedentes del primitivo enterramiento de la colegiata pintadas de blanco y escritas con unos versos que elogian las buenas cualidades de Ansúrez. El historiador Juan Antolínez de Burgos, en su Historia de Valladolid, cuenta que en el año 1556, al abrir el sepulcro para reparar el arco, se halló su cuerpo armado con su espada y espuelas, tal y como se ve en su escultura.

Fuente y bibliografía:
Wikipedia

Fotografías de Catedral de Valladolid

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Glosario de términos

Altar
En el culto cristiano, especie de mesa consagrada donde el sacerdote celebra el sacrificio de la misa
Arco
Elemento sustentante, que descarga los empujes, desviándolos lateralmente, y que está destinado a franquear un espacio por medio de un trayecto generalmente curvo.
Armadura
En arquitectura, cubierta de madera que cubre el techo
Arquitrabe
Parte baja del entablamento que apoya directamente en las columnas. Su función estructural es servir de dintel, para transmitir el peso de la cubierta a las columnas
Balaustrada
Cada una de las columnas pequeñas que con los barandales forman las barandillas o antepechos de balcones, azoteas, corredores y escaleras. Guarda cuerpo que se coloca a lo largo de una galería, balcón, tribuna, terraza, escalera, etc., por razones de seguridad y estéticas. Está formada por la sucesión de pequeños pilares unidos por un pasamanos.
Barroco
Estilo artístico basado principalmente en el exceso de énfasis y abundancia de decoración, en contraposición al clasicismo renacentista. Se situa entre 1600 y 1750 y su nombre proviene de la palabra barrueco que significa perla irregular, ya que este estilo marcaba exageradamente las formas irregulares y onduladas
Basa
Pieza inferior de la columna que sirve de apoyo al resto
Cabecera
Testero de la iglesia o parte en que se halla el altar principal.
Cabildo
Órgano ejecutivo eclesiástico encargado del cuidado y gobierno de las iglesias mayores de la misma en sus aspectos litúrgicos y organizativos
Capilla
Edificio contiguo a una iglesia o parte integrante de ella, con altar y advocación particular.
Capitel
Parte superior de una columna, compuesta de molduras y otros elementos decorativos. Elemento colocado sobre el fuste de una columna que sostiene directamente el arquitrabe, arco etc. Los capiteles pueden ser vegetales, historiados (con historias), figurados (con personajes), antropomorfos (se reconocen figuras humanas), zoomórficos (animales conocidos) y fantásticos (animales no existentes). La voz proviene del latín capitellum diminutivo de caput (cabeza)
Claustro
Galeria cubierta alrededor de un patio generalmente cuadrangular y separada de él por columnas o arquerias. Suele estar adyacente a la iglesia y formando parte de un complejo mayor (catedral, monasterio etc.). Su etimologia procede de claustrum = cerrado.
Contrafuerte
Construcción destinada a contrarrestar el excesivo empuje sufrido por una pared.También llamada estribo.
Convento
Del latín conventus (asamblea o congregación) derivado de conveniere (juntarse). Edificio donde habita una conjunto de religiosos.
Cornisa
1. Coronamiento compuesto de molduras, o cuerpo voladizo con molduras, que sirve de remate a otro. 2. Parte superior del cornisamento de un pedestal, edificio o habitación.
Coro
Parte de la iglesia donde se situan los monjes o sacerdotes para cantar el oficio divino. A lo largo de la historia de la arquitectura su ubicación dentro del templo ha sufrido diversas variaciones, si se sitúa en la nave central se aísla mediante un cerramiento
Crucero
Espacio en que se cruzan la nave central de una iglesia y la que la atraviesa.
Cubierta
En general, sistema de cierre de la parte superior de una construcción.
Friso
Faja decorativa de desarrollo horizontal y especificamente la parte entre el arquitrabe y la cornisa en los ordenes clásicos.
Fuste
Parte de la columna situada entre la basa y el capitel
Grutesco
Decoración de animales fantásticos, vegetales, bichas, sabandijas, quimeras o humanos entrelazados. Es típica del arte renacentista
Hastial
Triangulo superior de un muro enmarcado por las vertientes del tejado.
Hornacina
Hueco coronado por un cuarto de esfera, generalmente practicado en un muro y destinado a recibir una estatua, jarrón, tumba u otro objeto decorativo.
Intercolumnio
Espacio entre dos columnas
Metopa
En el friso dórico, espacio que media entre triglifo y triglifo
Monje
Persona que perteneciendo a una orden religiosa vive en comunidad en un monasterio. La voz proviene del occitano monge, que a su vez procede del latín monicus que a su vez procede del griego monachus.
Nave
Cada uno de los espacios en que se divide longitudinalmente una iglesia.
Ochavado
En forma de octógono, que tiene sus ocho lados iguales
Pilar
Pilastra exenta, suele tener más consistencia que la columna.
Pilastra
Pilar de planta rectangular adosado a un muro.
Planta
Plano de la sección horizontal de un edificio.
Portada
Puerta ornamentada o decorada.
Predela
Banco o banca de retablo, parte inferior horizontal de este
Retablo
Obra formada por un conjunto de tablas de escultura o pintura religiosa para ser colocada detrás de un altar. Se divide verticalmente en calles, la central más ancha se llama espiga, y horizontalmente en pisos, el inferior se llama predela. El retablo está protegido por el guardapolvo o polsera. La palabra procede del latin retaulus y este a su vez de retro (detras) y tabula (tabla).
Sepulcro
Es la obra que se construye para dar sepultura a una persona, generalmente en piedra y elevada respecto del suelo
Tumba
La tumba es una pequeña edificación o cámara para depositar a los difuntos, con muros, tejado y si se usa para más de un cuerpo, con puerta
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