Catedral de Notre Dame de París

Catedral de Notre Dame de París

Dedicada a la Virgen María, la Catedral de Notre Dame es una de las catedrales góticas más antiguas del mundo. Sus torres ofrecen unas vistas increíbles de París. Es uno de los monumentos más populares de la capital francesa.

Su edificación comenzó en el año 1163 y, para 1260, ya estaba completada en su mayor parte, aunque se terminó en el año 1345 y se modificó de manera frecuente a lo largo de los siglos siguientes, debido a necesidades de renovación y también por la evolución del gusto dominante. En 1786 la aguja central, dañada por las inclemencias del tiempo, hubo de ser desmontada. Durante la década de 1790, tras la Revolución francesa, Notre Dame fue desacralizada y sufrió el robo y dispersión de muchos de sus bienes así como la profanación de parte de su imaginería religiosa, que quedó dañada y destruida. Tras ser empleada como almacén, en 1802, se devolvió su uso a la Iglesia católica gracias a Napoleón Bonaparte, quien se coronaría emperador en Notre Dame dos años después. Con todo, el templo subsistió en modestas condiciones hasta que la publicación en 1831 de Nuestra Señora de París, novela escrita por Victor Hugo y cuyo escenario principal era Notre Dame, reavivó el interés popular por la vieja catedral parisina. El arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, defensor del naciente estilo neogótico, encabezó un proyecto de restauración que comenzó en 1845 y se prolongó durante un cuarto de siglo; esta intervención, demasiado audaz según algunos historiadores, no solo reparó ornamentos dañados sino que también incorporó elementos enteramente nuevos, como una nueva aguja de 96 metros de altura y las hoy célebres Quimeras, y demolió los edificios circundantes. Ya en 1963 se procedió a limpiar de hollín la fachada, que así recuperó su color original. Entre 1991 y 2000 se llevó a cabo una nueva campaña de limpieza y restauración, pero el edificio seguía necesitando intervenciones en otras partes, como su aguja central, y (tras dificultades para reunir financiación) las reparaciones se reactivaron en 2019.

El 15 de abril de 2019 el edificio sufrió daños significativos a causa de un incendio; dos tercios de la techumbre fueron destruidos, la aguja central de Viollet-le-Duc cayó y los rosetones quedaron dañados. Las fotografías de este artículo corresponden a antes de este incendio.

Construcción

Pese a la poca calidad constructiva del subsuelo, esta ubicación posee un largo historial dedicado al culto religioso. Los celtas habían celebrado aquí sus ceremonias, donde, más tarde, los romanos erigirían un templo al dios Júpiter. También en este lugar existió la primera iglesia cristiana de París, la basílica de Saint-Etienne (San Esteban), proyectada por Childeberto I alrededor del año 528. En sustitución de esta obra surgió una iglesia románica que permanecerá hasta 1164, cuando comienza la construcción de la catedral actual.

Ya en 1160, y como resultado del ascenso centralizador de París, el obispo Maurice de Sully consideró la existente iglesia (la de San Esteban) poco digna de los nuevos valores. El gótico inicial, con sus innovaciones técnicas que permitían formas hasta entonces imposibles, es la respuesta a la demanda de un nuevo concepto de prestigio en el dominio ciudadano. Durante el reinado de Luis VII, y bajo su apoyo, este proyecto fue bendecido financieramente por todas las clases sociales. Así, y teniendo en cuenta la grandeza del proyecto, el programa siguió velozmente y sin interrupciones que pudieran ocurrir por falta de medios económicos (algo común, en la época, en construcciones de gran envergadura).

La construcción se inicia en 1163 reflejando influjos de la abadía de Saint Denis, subsistiendo aún dudas en cuanto a la identidad de quién habría colocado la primera piedra, el obispo Sully o el papa Alejandro III. A lo largo del proceso (la construcción, incluyendo modificaciones, duró hasta mediados del siglo XIV) fueron varios los arquitectos que participaron en el proyecto, esclareciendo este factor las diferencias estilísticas presentes en el edificio.

En 1182 el coro ya prestaba servicios religiosos y, durante la transición entre los siglos, se concluyó la nave. Al inicio del siglo XIII arrancan las obras de la fachada oeste con sus dos torres, extendiéndose a mediados del mismo siglo. Los brazos del transepto (de orientación norte-sur) fueron edificados de 1250 a 1267 bajo supervisión de Jean de Chelles y Pierre de Montreuil. Simultáneamente se levantan otras catedrales a su alrededor en un estilo más avanzado dentro del gótico; la catedral de Chartres, la catedral de Reims y la catedral de Amiens.

Los arbotantes de la catedral, construidos a principios del siglo XIII, son una solución estructural típica de la arquitectura gótica que deriva las presiones de las bóvedas hacia los contrafuertes adosados al exterior de los muros.

La catedral fue alterada sustancialmente a finales del siglo xvii, durante el reinado de Luis XIV, principalmente en la zona este, en la que fueron destruidos sepulcros y vidrieras para ser sustituidos por elementos más al gusto del estilo artístico de la época, el Barroco. Entre 1630 y 1707 el gremio de orfebres de París encargó un cuadro al año a artistas como Laurent de La Hyre o Sébastien Bourdon. El cuadro resultante se presentaba en el mes de mayo, razón por la cual esta serie de pinturas se conoce como los mayos. Eran 76 pinturas de gran formato, que tras la Revolución de 1789 se dispersaron. Subsisten actualmente algo más de 50, repartidas en su mayor parte por museos del país; en fechas recientes, regresó al templo una docena de dichas obras.

En 1786 la aguja central original, en condiciones inestables por siglos de inclemencias del tiempo, hubo de ser desmontada. Tras estallar la Revolución francesa, el edificio fue desacralizado y pasó a ser propiedad del Estado, y en 1793 fueron destruidos más elementos de la catedral y muchos de sus tesoros robados, acabando el espacio en sí por servir de almacén para alimentos. En 1802 Napoleón Bonaparte formalizó la devolución de Notre Dame a la Iglesia y la reanudación de su uso para el culto. Dos años después Napoleón se coronó a sí mismo emperador en la catedral ante la presencia del papa Pío VII. Tal como se ve en el famoso cuadro de Jacques-Louis David, el interior se decoró ex profeso con cortinajes y alfombras a la moda del momento, enmascarando el aspecto desangelado del templo en esos años.

Con el florecer de la época romántica y el éxito de Nuestra Señora de París, la novela de Víctor Hugo, la catedral se apreció con otros ojos. Bajo esta nueva luz del pensamiento se inicia un programa de restauración de la catedral en 1844, liderado por los arquitectos Eugène Viollet-le-Duc y Jean-Baptiste-Antoine Lassus, que se duró veintitrés años.

Entre las modificaciones que se hicieron están: la inserción de gabletes en las ventanas, la aguja central y el rosetón sur enteramente nuevos, el cambio de la piedra de los arbotantes por piedra nueva, la reconstrucción de todas las capillas interiores y altares, la colocación de estatuas en la Galería de los Reyes, parcialmente destruida durante la Revolución Francesa (incluso hay algunas que son retrato de Viollet); se añadieron a la catedral numerosas quimeras que configuran una de sus imágenes más características. Además, se despejaron los alrededores del solar para dar mayor protagonismo a Notre Dame y hacerla visible desde más lejos, lo cual implicó derribar todos los edificios cercanos y supuso la pérdida de la trama urbana medieval.

El 30 de enero de 1853, la catedral es escenario de otro acontecimiento histórico: la boda de Napoleon III con Eugenia de Montijo. Pero en 1871, con la corta duración de la Comuna de París, la catedral se vuelve nuevamente telón de fondo de las turbulencias sociales, durante las cuales casi fue incendiada.

En 1965, como consecuencia de las excavaciones para construir un aparcamiento subterráneo en la plaza de la catedral, se descubrieron catacumbas que revelaron ruinas romanas, de la catedral merovingia del siglo vi y de habitaciones medievales. Ya más próximo a la actualidad, en 1991 se inició otro proyecto de restauración y mantenimiento de la catedral con una duración prevista de diez años; se dio por concluido en 2000, pero el colosal edificio seguía requiriendo tareas de mantenimiento y en 2018, tras un llamamiento público para la captación de dinero, se decidió intervenir en la aguja central de Viollet-le-Duc, que se hallaba en condiciones inestables.

El edificio

Existe aún en esta catedral una dualidad de influencias estilísticas: por un lado, reminiscencias del románico normando, con su fuerte y compacta unidad, por otro lado, el ya innovador aprovechamiento de las evoluciones arquitectónicas del gótico, que confieren al edificio una ligereza y aparente facilidad en la construcción vertical y en el soporte del peso de su estructura (siendo el esqueleto de soporte estructural visible sólo desde el exterior).

La planta está marcada por la formación en cruz latina orientada a Occidente, de eje longitudinal acentuado, y no perceptible desde el exterior. La cruz está incrustada en el edificio, envuelta por un doble deambulatorio, que circula por el coro en la cabecera (al este) y se prolonga paralelamente a la nave, dando lugar, así, a cuatro naves laterales.

Fachada oeste

Es la fachada principal y la de mayor monumentalidad. Se puede establecer una afinidad en la composición y trazos generales con la fachada de Saint-Denis, una derivación de la fachada del románico normando.

La fachada presenta un conjunto proporcional, reduciendo sus elementos a lo esencial, aunque con gran riqueza de detalles. Se optó por una pared plástica que interconecta todos sus elementos y pasa a integrar también la escultura en lugares predefinidos, evitando que se disponga un tanto aleatoriamente como ocurría en el románico.

La fachada presenta tres niveles horizontales y está dividida en tres zonas verticales por los contrafuertes ligeramente prominentes que unen en verticalidad los dos pisos inferiores y refuerzan los picos de las dos torres. En la organización de la fachada, que sigue un patrón jerárquico y geométrico, se pueden distinguir la torre norte, la torre sur, la Galería de las quimeras, el rosetón occidental, la Galería de los reyes y las puertas de acceso: la puerta del lado norte o Ouerta de la Virgen, la puerta central o Puerta del Juicio Final y la puerta del lado sur o Puerta de Santa Ana.

Sobre las puertas de la fachada, se encuentra la Galería de los reyes, formada por 28 estatuas que representan a los reyes de Judea e Israel. Durante la Revolución francesa, dichas estatuas fueron destruidas en su mayor parte debido a que se creía que representaban a los reyes de Francia, por lo que las estatuas actuales son réplicas de las originales, parte de las cuales pueden verse en el Museo Cluny.

Las torres tienen 69 metros de altura. La torre sur contiene la famosa campana Emmanuel. Puede visitarse, pasando por la Galería de las quimeras. Accediendo a la parte superior de las torres, además de apreciar las fantásticas vistas, se puede visitar el campanario en el que vivió el mítico Jorobado de Notre Dame y ver de cerca las múltiples gárgolas. Para visitar las torres se accede a través de la entrada del lateral izquierdo de la catedral y se suben 387 empinados escalones a pie, ya que, obviamente, Notre Dame no dispone de ascensor.

Interior

El interior de la catedral destaca por su luminosidad, gracias a los amplios ventanales que se abren en la cabecera, el claristorio, el triforio y las naves laterales. Gran originalidad y audacia suponen los pilares cilíndricos que separan los espacios de las naves. En contra de lo que se hizo después en la mayoría de los edificios góticos, se diseñaron a modo de columnas gigantes, sin haces o columnillas adosadas. Las bóvedas y las tracerías de los ventanales muestran diseños simples, como corresponde a la fase inicial del gótico en que fueron proyectados. La decoración escultórica de capiteles, enjutas y demás espacios también responde a la sencillez heredera de la tradición cisterciense, y predominan en ellos los elementos vegetales.

En la cabecera, destaca la monumental Piedad, esculpida por Nicolas Coustou en el siglo XVIII, y que preside la catedral desde el centro del ábside. Rodean a la estatua sendas efigies del rey Luis XIII, obra de Guillaume Coustou, y Luis XIV, por Antoine Coysevox. Ambos monarcas aparecen arrodillados en actitud de súplica, y les rodean ángeles portando los Arma Christi.

El espacio del coro conserva parte de la sillería de madera que fue colocada en este espacio en el siglo XVIII. Presenta una decoración típicamente barroca, con abundancia de volutas y bajorrelieves tallados.

La mayor parte de las vidrieras fueron colocadas durante las sucesivas restauraciones que se realizaron desde el siglo XIX.

El tesoro de la catedral guarda algunas reliquias relacionadas con la Pasión de Cristo: la Corona de espinas, un fragmento de la Vera Cruz y uno de los clavos que sirvió para la crucifixión. Estas preseas sacras fueron compradas por el rey Luis IX al emperador de Constantinopla. El 19 de agosto de 1239, el rey en persona llevó las reliquias a Notre-Dame mientras se construía un edificio adecuado para ellas, lo que sería la Sainte Chapelle de París. Durante la Revolución Francesa, las reliquias fueron llevadas a la Biblioteca Nacional. Tras el Concordato de 1801, se entregaron a la custodia del arzobispo de París, que las depositó de nuevo en la catedral el 10 de agosto de 1806.

Las vidrieras de Notre Dame

En la Edad Media, todos los vanos de Notre-Dame tenían vidrieras magníficas. Todo fue destruido en el siglo XVIII, excepto tres grandes rosetones, de excepcional calidad. En el siglo XIX, Viollet-le-Duc y sus colaboradores crearon nuevas vidrieras en el estilo medieval para las capillas laterales y las de la girola. Por fin, en el siglo XX, en 1960, Jacques Le Chevallier hizo para las ventanas altas de la nave y para los vanos de las tribunas unas vidrieras no figurativas en los tonos de los tres rosetones de la Edad Media.

Estos tres rosetones son el del Oeste (1220), encima del órgano mayor que lo oculta a medias, y los dos rosetones simétricos de las naves Norte (1250) y Sur (1270) del crucero que, según la tradición, hubieran sido dados por San Luis. Los tres son en gran parte de origen, a pesar de las imprescindibles restauraciones y limpieza.

Está constituido el rosetón oeste de un medallón central que representa a la Virgen con el Niño, rodeado de tres grandes círculos concéntricos. En torno al hueco central está la serie de los doce profetas menores, que anunciaron la Encarnación de Jesús. Los otros dos círculos exteriores oponen en la parte alta doce virtudes y doce vicios y, en la parte baja, asocian las faenas del campo a los doce signos del zodíaco. El número de doce, producto de tres por cuarto (tres, símbolo de la Trinidad, cuatro, símbolo de lo terrestre) simboliza la Encarnación.

Está dedicado al Antiguo Testamento el rosetón Norte. Predomina el color morado, señal de espera y de esperanza de la venida del Mesías. En tres círculos, están representados ochenta personajes : profetas, reyes, jueces y sumos sacerdotes. En el centro, de nuevo se encuentra la Virgen con el Niño, realización de la promesa y, por eso, que une el Antiguo Testamento al Nuevo.

El rosetón Sur es el del Nuevo Testamento. Predomina el color rojo y su orientación lo hace mucho más luminoso. Lo constituyen veinticuatro medallones repartidos en cuatro círculos y que figuran apóstoles, mártires, obispos así como escenas del Evangelio. El medallón central, creación del taller de Viollet-le-Duc, representa a Cristo, el Cristo del Apocalipsis rodeado del tetramorfos.

Las vidrieras debajo de los dos rosetones representan, una los diez y ocho reyes de Judá, la otra, los diez y seis profetas, entre los cuales los cuatro del centro llevan a hombros a los cuatro evangelistas.

El órgano

El órgano principal de la catedral es un destacado instrumento, obra de Aristide Cavaillé-Coll en su mayor parte; posee una caja adornada con autómatas. La plaza de organista titular de Nôtre Dame es uno de los más altos honores a los que puede aspirar un músico. Entre los que la han ocupado destaca Louis Vierne, que fue organista entre los años 1900 y 1937.

Fotografías de Catedral de Notre Dame de París

Dispones de 142 fotografías de Catedral de Notre Dame de París

Glosario de términos

Altar
En el culto cristiano, especie de mesa consagrada donde el sacerdote celebra el sacrificio de la misa
Arbotante
Arco exterior que describe un cuarto de circunferencia y cuya misión es la de contrarrestar los empujes de las bóvedas de las naves de un edificio.
Bajorrelieve
Relieve que sobresale del fondo menos de la mitad del bulto
Barroco
Estilo artístico basado principalmente en el exceso de énfasis y abundancia de decoración, en contraposición al clasicismo renacentista. Se situa entre 1600 y 1750 y su nombre proviene de la palabra barrueco que significa perla irregular, ya que este estilo marcaba exageradamente las formas irregulares y onduladas
Cabecera
Testero de la iglesia o parte en que se halla el altar principal.
Capilla
Edificio contiguo a una iglesia o parte integrante de ella, con altar y advocación particular.
Capitel
Parte superior de una columna, compuesta de molduras y otros elementos decorativos. Elemento colocado sobre el fuste de una columna que sostiene directamente el arquitrabe, arco etc. Los capiteles pueden ser vegetales, historiados (con historias), figurados (con personajes), antropomorfos (se reconocen figuras humanas), zoomórficos (animales conocidos) y fantásticos (animales no existentes). La voz proviene del latín capitellum diminutivo de caput (cabeza)
Claristorio
Es el nombre que recibe el conjunto de ventanales que iluminan el interior de un templo, normalmente situado en los laterales de la nave central
Contrafuerte
Construcción destinada a contrarrestar el excesivo empuje sufrido por una pared.También llamada estribo.
Coro
Parte de la iglesia donde se situan los monjes o sacerdotes para cantar el oficio divino. A lo largo de la historia de la arquitectura su ubicación dentro del templo ha sufrido diversas variaciones, si se sitúa en la nave central se aísla mediante un cerramiento
Crucero
Espacio en que se cruzan la nave central de una iglesia y la que la atraviesa.
Deambulatorio
Ver girola.
Enjuta
Espacio que queda entre el arco y el dintel jpg
Gablete
Especie de frontón triangular con el vértice muy cerrado que se colocaba sobre las portadas góticas.
Girola
Pasillo que rodea por detrás el presbiterio o capilla mayor, prolongando las naves laterales. También se llama deambulatorio.
Nave
Cada uno de los espacios en que se divide longitudinalmente una iglesia.
Pilar
Pilastra exenta, suele tener más consistencia que la columna.
Planta
Plano de la sección horizontal de un edificio.
Sacra
O sacro, relativo al carácter sagrado o con carácter sagrado
Sepulcro
Es la obra que se construye para dar sepultura a una persona, generalmente en piedra y elevada respecto del suelo
Tetramorfos
Conjunto de los simbolos de los cuatro evangelistas según el Apocalipsis (hombre = San Mateo, buey = San Lucas, león = San Marcos y águila = San Juan)
Transepto
Espacio transversal que aísla el ábside y el coro del espacio de la nave. Sobre él se eleva generalmente el centro arquitectónico o eje vertical mayor del conjunto, cubierto con bóveda y flanqueado de vanos.
Tribuna
Galeria sobre la nave lateral de un templo donde pueden alojarse los fieles
Triforio
Galería que rodea el interior de una iglesia sobre los arcos de las naves y que suele tener ventanas de tres huecos.
Vano
Abertura o hueco abierto en un muro que realiza funciones de puerta, ventana, respiradero etc.
Voluta
Rollo en espiral que adorna los capiteles jónicos
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