Castillo de Peñafiel

Castillo de Peñafiel Sobre un alto cerro oblongo a cuyos pies discurren el Duratón y el Duero se eleva este magnífico castillo adaptado a las formas topográficas que tantas metáforas provoca, desde la de barco a la de sierpe, con su imponente silueta dominando la población y el territorio, que dio nombre a la localidad de Peñafideli o Peñafalcón. La meseta que ocupa debió estar habitada desde tiempos prehistóricos, pero su papel más destacado fue cuando musulmanes y cristianos se disputaban el Duero (Siglos X-XI); en el X lo destruyó Almanzor y en el XI fue conquistado por el Conde Sancho García. Alfonso X lo donó a su hermano, el infante don Juan Manuel, que lo reconstruyó a partir de 1307. La Torre del homenaje fue reconstruido en época de Juan II. Entre los siglos XIII y XV Peñafiel y su castillo fueron señorío de los Manuel. En 1406 lo restaura el infante don Fernando. El infante don Juan Manuel redactó en él muchas de sus obras literarias y lo reconstruye en el XIV. Durante las guerras civiles fue enemigo de Juan II, que ordenó su demolición, realizada por los vecinos del pueblo. Fue levantado de nuevo hacia 1456 por don Pedro Girón, señor de Peñafiel y Maestre de Calatrava, con permiso de Enrique IV. Después pasó al Duque de Osuna, fue abandonado y comenzó su ruina hasta que se reparó en tiempos de Felipe III. En 1755 sufrió un incendio y en 1814 se arrancaban sus sillares por los vecinos.

Se llega a él a través de una tortuosa senda y de fuerte inclinación. De planta de triángulo muy agudo con el eje longitudinal ligeramente desplazado para adaptarse a la meseta. Está construido con grandes sillares de piedra blanca de Campaspero. Posee un primer recinto no muy alto y al oriente una puerta de arco de medio punto protegida por dos cubos redondos con matacanes. El recinto interior mide 210 por 20-30 metros; un muro rematado por almenas en el que alternan torres circulares sobresalientes en altura de dos tamaños, las grandes con matacanes; se accede a ellas por escalinatas de piedra y algunas se cubren con bóvedas esféricas.

La torre del homenaje, de planta rectangular, 35 metros de altura y 3,50 de espesor, tiene dos plantas abovedadas, y se corona por ocho garitas en los ángulos y centros, almenas y matacanes; ostenta escudos de los Girones. Se dispone en medio del castillo y divide el patio de armas en dos; tuvo su propia muralla para independizarse del resto de la fortaleza a la que se unía por puente levadizo. En estos se conservan restos de dependencias, subterráneos con pasadizos hacia el exterior y el aljibe que almacenaba agua para los defensores.
Fuente y bibliografía:
Junta de Castilla y León. Portal de Patrimonio Cultural de Castilla y León. Javier Rivera Blanco.

Fotografías de Castillo de Peñafiel

Dispones de 21 fotografías de Castillo de Peñafiel

Glosario de términos

Aljibe
Deposito subterráneo de agua
Almena
Cada uno de los prismas que coronan los muros de las antiguas fortalezas para resguardarse en ellas los defensores.
Arco
Elemento sustentante, que descarga los empujes, desviándolos lateralmente, y que está destinado a franquear un espacio por medio de un trayecto generalmente curvo.
Coro
Parte de la iglesia donde se situan los monjes o sacerdotes para cantar el oficio divino. A lo largo de la historia de la arquitectura su ubicación dentro del templo ha sufrido diversas variaciones, si se sitúa en la nave central se aísla mediante un cerramiento
Garita
Casilla pequeña, para abrigo y comodidad de centinelas.
Matacan
Obra voladiza en lo alto de un muro, de una torre o de una puerta fortificada, con parapeto y con suelo aspillerado, para observar y hostilizar al enemigo.
Planta
Plano de la sección horizontal de un edificio.
Sillar
Bloque de piedra labrado y asentado en hiladas, con forma, dotado de seis caras.
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