Casa Fuerte de los Altamirano de Trujillo

Casa Fuerte de los Altamirano de Trujillo Adosadas a la Muralla de Trujillo fueron levantadas tras la reconquista definitiva de Trujillo en 1232, una serie de residencias fortificadas que pertenecieron a la nobleza que protagonizó aquella hazaña. Los principales linajes de la entonces villa de Truxillo: Altamirano, Añasco y Bejarano, y las ramas nacidas de estos troncos, como los Chaves, Pizarro, Torres, Escobar o Vargas fueron honrados por disposición real con este derecho, que, sumado a otros privilegios como la ostentación de los cargos del Concejo, procuró a estas familias un poder y un control absoluto sobre las amplias tierras que comprendían el Alfoz trujillano. Un control no sólo económico y temporal, sino especialmente militar, que facilitó la fragmentación en bandos y la zonificación militar de la villa, rodeada de torres, casas-fuertes y un estrecho y peligroso parcelario urbano.

La levantisca nobleza extremeña, luego pacificada por los Reyes Católicos, y condenada en 1480 a desmochar los tercios superiores de las torres que jalonaban sus grandes residencias fortificadas, habitó durante siglos en construcciones como ésta: Edificios situados en zonas escarpadas, fácilmente defendibles, y ciertamente herméticos e incómodos.

Fotografías de Casa Fuerte de los Altamirano de Trujillo

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Glosario de términos

Alfoz
Arrabal, término o pago de algún distrito, o que depende de él.
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