Camino de Santiago. Bilbao - Portugalete

Camino de Santiago. Bilbao - Portugalete

El itinerario

Una etapa que se interna en un camino paralelo a los nudos de carreteras, descubriendo las poblaciones de la margen izquierda de la ría, hasta llegar al Puente Colgante

Nos enfrentamos a una etapa relativamente corta. Es una etapa extraña pero muy interesante. En todo momento se es consciente de la cercanía al corazón industrial del País Vasco, sin embargo, hay lugares de paz y calma.

Salimos del albergue y seguimos la ruta que se señala en su entrada. Lo primero que haremos será llegar al puente del Diablo, un histórico vado sobre el río Cadagua. La ruta que seguimos es el llamado Camino Real que unía Bilbao con Balmaseda, y a ésta con Burgos. No la vamos a seguir, sólo nos sirve al inicio para llegar a la ermita de Santa Águeda.

Desde ahí, tomando un respiro después de la fuerte subida, nos encaminamos a Cruces. No tiene pérdida, se trata de seguir el camino de Basatxo. Cuidado en Cruces, no nos despistemos. Hemos de llegar al campo de fútbol donde usamos un carril que tiene también espacio para bicis. Llegamos con él hasta Barakaldo. Lo primero que vemos es la iglesia del Sagrado Corazón. Barakaldo es seguramente una de las ciudades españolas que más cambios ha sufrido en los últimos años. Antes, y no hace mucho, era una gris ciudad industrial en la que sus calles eran coronadas por grandes cables de luz y gas. No en vano es la sede de los Altos Hornos de Vizcaya. Hoy, zonas verdes destacan entre la industria.

Seguimos, paralelos a la nacional 634 hasta casi llegar al Bilbao Exhibition Center. Poco antes de su entrada se ve un carril bici, hacia el cual nos dirigimos. Lo abandonamos cuando a unos 800 metros descubrimos una senda de gravilla a la izquierda que circula paralela al río Galindo. Cruzamos el puente al que se dirige y llegamos a Sestao. Lo mejor es seguir las indicaciones hasta el Ayuntamiento. Salimos dirección Portugalete. Por el camino encontraremos vistas industriales, pero un paseo peatonal nos conduce al Puente Colgante, una magnífica obra de ingeniería que ofrece unas vistas de la ría que merecen la pena. El albergue está cerca: solo hay que llegar al Ayuntamiento, desde donde se vislumbra la iglesia y el monumento al pescador, y girar la derecha hasta alcanzar una calle que sube. Hay rampas mecánicas. A la mitad, a la derecha, veremos una iglesia y enfrente un edificio de piedra con pórtico y un pequeño jardín delante. Hay dos placas que señalan que se trata de un colegio. Es el albergue.

Dificultades

Sestao. Esta ciudad, gran ciudad industrial, es un complejo de polígonos industriales. Lo mejor es buscar el Ayuntamiento para encaminar los pasos a Portugalete.

Observaciones

El albergue de Portugalete sólo abre en verano. La alternativa que se puede hacer es suprimir esta etapa. Es fácil. Desde Bilbao se coge el metro y se llega a las Arenas. De ahí, se cruza el Puente Colgante y se comienza la etapa siguiente, que termina en Pobeña, donde el albergue abre todo el año.

Qué ver y qué hacer

Portugalete está situado en la desembocadura del Nervión, en la margen izquierda de la ría, lindando al norte con Santurtzi y la mar, al sur con Sestao, al este con Getxo y Leioa y al oeste con Ortuella y Trapagaran. Se asienta en una colina, una de cuyas laderas desciende hacia la Ría y la otra hacia el río Ballonti, sirviéndole de límites ambas vías de agua. Incluida en la comarca del Gran Bilbao, dista 13 Km. de dicha capital.

Portugalete posee uno de los 39 bienes declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en España.

El Puente Colgante. El puente, inaugurado en 1893, fue construido por el ingeniero vizcaíno Alberto Palacio y Elissague, un discípulo del creador de la Torre Eiffel. Se trata de un elemento estructural puro, desprovisto de cualquier revestimiento decorativo, compuesto por dos pilas dobles, una en cada margen, que elevan unos cables hasta los 61 metros de altura que se anclan en ambos extremos en macizos de cimentación situados a unos 110 metros de las citadas torres. Entre las dos torres los cables forman una parábola, de la que cuelga el travesaño superior de 160 metros de luz, situado a 45 metros de altura. Sobre el travesaño se desliza un carretón del que cuelga un sistema de cables cruzados que sujeta la barquilla que traslada a pasajeros y vehículos de una localidad a otra.

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