Camino de Santiago. Abadín - Villalba

Camino de Santiago. Abadín - Villalba

El itinerario

Entre los 400 metros y los 500 metros de altitud, ya sin desniveles, vamos a disfrutar durante dos jornadas (hasta Baamonde) de la Terra Chá.

Entramos en la Terra Chá, una comarca lucense que, como su nombre gallego bien indica, se caracteriza por un trazado llano repleto de prados y pastizales. Abadín se abandona junto a la oficina de correos y continuamos por una pista, bastante ancha, hasta coger un camino a mano derecha que se interna entre robles y cruza un puente de madera. Una pequeña subida nos devuelve a una pista asfaltada con largas rectas que alternaremos con algún camino más sombrío hasta llegar a Martiñán, donde cruzaremos la N-634. Más adelante pasaremos por Pontevella de Martiñan, el primero de los puentes característicos de la Terra Chá.

Salva el río Batán gracias a dos grandes arcos desiguales y otro más pequeño que sirve para aliviar el cauce en épocas de mucha pluviosidad. Un merendero con apetitosas sombras junto al río invita, cuando menos, a tomarse un descanso. El trayecto (se agradece no ir por la nacional) va trenzando largas rectas paralelas a la 634 por caminos con buen piso y pistas asfaltadas. Llegaremos de nuevo a la nacional en Goiriz, junto a la iglesia de Santiago y su característico cementerio. Tras 100 metros por la carretera surge un camino a mano derecha y en menos de una hora estaremos disfrutando del moderno albergue de Vilalba, situado en el polígono de entrada a la localidad.

Dificultades

No hay ninguna dificultad importante. El trayecto es llano y sólo hay que cruzar la N-634 en dos ocasiones. Una en Martiñán y otra en Goiriz.

Observaciones

Sólo hay albergue de peregrinos al final de la etapa. Se encuentra a la entrada de Vilalba, alejado algo más de un kilómetro de la localidad. Junto al albergue hay un bar que da comidas y cenas. Además, abre pronto y se puede desayunar al día siguiente.

Qué ver y qué hacer

Importante núcleo urbano de la Terra Chá, la conocida penillanura gallega. El monumento más emblemático de Vilalba es la:

Torre de los Andrade. Fue reconstruida en el siglo XV y se conserva la torre del homenaje, de planta octogonal y realizada en mampostería pizarrosa con almenaje voladizo.

También merece una visita el Museo de Arqueología y Prehistoria. Contiene muestras de la cultura material del Neolítico, el Megalítico, restos de la Edad de Bronce y de la etapa castreña y la llegada de los romanos a Galicia.

La Iglesia de Santa María. En su interior guarda hermosas tallas, como la del Cristo del Santo Enterro. Se encuentra en una plaza llena de balcones típicos y forma junto a estos un destacado conjunto.

Para degustar, es característico en Vilalba el queso de San Simón, elaborado con leche de vaca, de color marfil y en forma de gota. También son famosos los capones. El 21 de diciembre tiene lugar una feria donde se exponen estas aves, criadas con mimo para degustarlas en la cena de Nochebuena.

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