Basílica de San Juan de Santianes

Basílica de San Juan de Santianes

Santianes de Pravia

La iglesia prerrománica de Santianes de Pravia, edificada al final del siglo VIII, es la más antigua que se conserva en Asturias. Fue erigida por iniciativa del rey Silo. Situada a orillas del río Nalón (Naelus), que Ptolomeo, historiador romano del siglo II, menciona y donde sitúa a Flavium Avia (Flavionavia), capital del antiguo pueblo de los Pésicos, que según la opinión de muchos historiadores se encontraba en la comarca de Pravia. Pravia fue capital del reino de Asturias entre los años 774, inicio del reinado de Silo, y 791, final del reinado de Vermudo I.

A finales del siglo VIII, en Santianes, construyeron los nuevos reyes Silo y Adosinda la iglesia cortesana de San Juan Evangelista y el palacio en las inmediaciones, posiblemente sobre una edificación anterior (no queda ningún vestigio de su ubicación).

Aquí tuvo lugar además el último gran debate cristológico de la Cristiandad occidental, la polémica de Beato de Liébana contra Elipanto de Toledo, defensor de la interpretación adopcionista de la divinidad de Cristo. La reina Adosinda era partidaria de la más estricta ortodoxia defendida por el Beato de Liébana.

Muerto el rey, su esposa, Adosinda, se ve obligada a abrazar la vida monástica, siguiendo una costumbre visigoda, recluyéndose en esta iglesia.

La iglesia permaneció intacta hasta el siglo XVI y durante los siglos XVII y XIX experimentó profundas transformaciones. Las obras de restauración dirigidas por J. Menéndez Pidal en la década de los 70 permiten ahora reconocer muchos elementos originales.

De esta iglesia, cuyo patrocinio constaba en un curioso acróstico, destruido en el siglo XVII, en el que se podía leer de miles de formas diferentes la frase "SILO PRINCEPS FECIT", y que pasó a ser un monasterio a la muerte de dicho monarca, existen referencias en las crónicas de la época de Alfonso III y también nos ha llegado una descripción de su estado a principios del siglo XVII, se supone que muy semejante al original. Posteriormente ha sufrido varias transformaciones, la primera en 1637, en la que se sustituyó toda la cabecera, y varias en el siglo XIX en las que se amplió el crucero y se sustituyó la fachada oeste. A principios del siglo XX quedaban en pie muy pocos restos de la construcción original, consistentes en algunos muros de mampostería y dos arcos de ladrillo a cada lado de la nave central, sobre pilares con basas e impostas decoradas con perfiles de filetes escalonados. En esa época fue estudiada por Fortunato Selgas, que propuso una posible estructura original, y entre los años 1975 y 1980 fue investigada y reconstruida bajo la dirección de José Menéndez Pidal.

El resultado actual, después de tantas transformaciones, nos presenta una iglesia de planta basilical de tres naves, la central de doble anchura que las laterales y separada de éstas por arquerías de tres arcos aparejados en ladrillo sobre pilares de sección cuadrada, con un transepto algo más ancho que las naves, dividido también en tres áreas separadas por grandes arcos de medio punto, los tres ábsides de planta rectangular que se construyeron en el siglo XVII, siendo el del sur algo más ancho que ese lado del nuevo transepto, y un pórtico a los pies, también dividido en tres partes, en el que la central fue utilizada como panteón real, y sobre él una tribuna. Pero si tenemos en cuenta la descripción del jesuita Luís Alfonso de Carvallo a principios del siglo XVII y la información obtenida en las excavaciones de finales del XX, no hay duda de que existen demasiados motivos para creer que hay grandes diferencias entre una reconstrucción, quizá excesivamente inspirada en las iglesias conocidas del periodo de Alfonso II, medio siglo posteriores, y su estructura original.

En efecto, mientras Carvallo nos describía una cabecera tripartita, pero con los ábsides semicirculares, en las excavaciones se encontró únicamente el central, que es efectivamente de tipo semicircular algo peraltado y cuya situación está marcada en el suelo del actual. También se ha comprobado que el transepto original era de la misma anchura que las naves, como continuación de éstas, de forma que su planta original más probable estaría formada por un rectángulo de casi 25m de largo por 13 de ancho, dividido en seis espacios, formados por las tres naves, la central de doble anchura que las laterales, y un crucero algo más estrecho que la nave mayor, también tripartito, más un ábside semicircular peraltado, como continuación de la nave central, y un pórtico, utilizado como mausoleo, de una anchura algo menor que la de la nave central. Por otro lado, toda la iglesia estaba cubierta con techumbre de madera excepto el ábside que, por los restos aparecidos en las últimas excavaciones, parece que se cubría con una bóveda de toba.

Otro tema a tener en cuenta es que toda la decoración encontrada, tanto la que existía en la iglesia a finales del S. XVIII, que hoy se encuentra en Cudillero de forma poco justificable, como gran parte de la aparecida en las últimas excavaciones, es de clara influencia visigoda. Tanto el altar, formado por una placa de piedra sobre un fuerte pilar octogonal, como los canceles, con decoración tallada a cincel de círculos secantes y cenefas con decoración vegetal, como los restos de una ventana formada por dos arcos de herradura enmarcados por una especie de alfiz y apoyados sobre columnas o las pequeñas ventanas en forma de herradura que aún se conservan en los muros laterales, nos hacen pensar que existen demasiados elementos visigodos para una iglesia que se ha reconstruido con un marcado espíritu de época posterior.

Pero aún más sorprendente es la existencia de una pila bautismal a los pies de la nave sur, que se encontró durante las últimas excavaciones de Menéndez Pidal. Se trata de un baptisterio de los llamados de inmersión, tallado en un bloque de arenisca de unos 60 cm de lado y 30 de profundidad que por su situación, en la zona más apartada de la iglesia y posiblemente con una entrada directa desde el exterior, parece corresponder a un rito cristiano muy anterior a la época de Silo que no permitía al neófito el acceso al culto hasta después de haber sido bautizado. También se debe destacar el hecho de que el suelo de la cabecera, las naves y el presbiterio esté a distintos niveles, conservándose una parte del original alrededor de la piscina bautismal y otra en el presbiterio, construido en Opus Signinum de color rojo con alternancia de guijarro negro, muy habitual en la arquitectura romana.

De acuerdo con todo lo anterior, y partiendo de la base de que tanto el acróstico de Silo ya mencionado como los códices de la época nos garantizan que esta iglesia fue construida por el rey Silo y su esposa Adosinda, es decir alrededor del año 780, nos encontramos una serie de elementos, que también se pueden considerar seguros, que la relacionan tanto con la arquitectura española anterior, como con el arte asturiano, sobre todo con el de los reinados de Alfonso II y Alfonso III:
  • El ábside semicircular peraltado, resulta muy semejante, no sólo por su forma sino también por la existencia de contrafuertes exteriores, al de la basílica de Veranes, distante menos de 50km de Pravia y considerada de los siglos V ó VI. Teniendo en cuenta que ambas están situadas en dos comunidades provinientes de la España romana que fueron habitadas en la época visigoda, resulta muy razonable plantearnos la posibilidad de que en el diseño inicial de Santianes hayan influido construcciones anteriores existentes en la zona, de las que Veranes es un buen ejemplo. Ábsides de este tipo se encuentran también en iglesias españolas anteriores como Son Bou en Menorca (S. V), Aljezares en Murcia (S. VI), o Recópolis en Guadalajara (S. VI).

  • La pila bautismal de inmersión, sistema que había dejado de utilizarse en España desde el siglo VI, recuerda a las existentes en iglesias de los siglos V y VI en la península, como San Pedro de Alcántara en Málaga (S. VI), Idanha a Velha en Portugal (S. VI) o Aljezares, y en algunas basílicas de Baleares, aunque en Santianes es de menor profundidad y no existen los siete escalones habituales en las mencionadas, tres de descenso, el central y tres de ascensión, según describe San Isidoro.

  • El tipo de suelo encontrado, de clara ascendencia romana o paleocristiana, no utilizado en el resto de la arquitectura asturiana conocida.

  • Toda la decoración encontrada, tanto en la iglesia en el siglo XIX como en las excavaciones posteriores, que forma un conjunto indudablemente de tipo visigodo.

  • Los restos de la nave central que se conservaron, que parece probado pertenecen a la construcción de dicho rey, son un claro antecedente de la arquitectura asturiana posterior, al menos en la estructura de sus naves, pero los pilares cuadrados no son nuevos en la arquitectura prerrománica española, con antecedentes de distintas épocas como los ya mencionados de Son Bou y Aljezares o San Pedro de la Nave en Zamora (S. VII). En cuanto a los arcos de medio punto en ladrillo, también eran habituales en la arquitectura romana en España, y posiblemente hubiera construcciones con este tipo de arco en el entorno próximo de Pravia, por ejemplo en Veranes, o en la misma Flavium Avia, ya que parece que el conjunto palacial de Silo se construyó sobre una antigua villa romana

  • El resto de lo que encontramos en ella, como la cabecera y el crucero actuales, la fachada occidental y su tribuna y todos los alzados de la iglesia, incluida su cobertura actual, son reconstrucciones posteriores, que podemos considerar más o menos acertadas pero cuya estructura original no está garantizada, por lo que no nos proporcionan información fiable sobre su estado original y posiblemente pueden estar generando una visión deformada del mismo.

Todo lo expuesto convierte a Santianes de Pravia en un eslabón fundamental a la hora de analizar los orígenes del arte asturiano, con los que tanto se ha especulado. Para ello es muy importante tener en cuenta tanto su época de construcción, pocos años después de que Carlomagno accediera al poder (771) y mucho antes de la existencia del imperio y del arte carolingios, como la incomunicación en esa época del reino asturiano, ya que hasta Silo su corte había estado encerrada entre las montañas en Cangas de Onís. Por otro lado la existencia del complicado acróstico, añadido al evidente nivel cultural del Beato de Liébana, que en ese mismo reinado estaba escribiendo sus "Comentarios al Apocalipsis" y manteniendo una discusión teológica de gran nivel con Elipando, obispo mozárabe de Toledo, nos permiten considerar que el reino asturiano no había permanecido ajeno a todo el desarrollo cultural romano y visigodo en la península. También se debe considerar que, según la Crónica de Sebastián, ya en tiempos de Alfonso I (739-757) se habían construido y restaurado numerosas iglesias, aunque de ellas no nos hayan llegado restos, por lo que parece indudable la continuidad de la cultura visigoda en los comienzos del arte asturiano que por el momento, a la espera de nuevos hallazgos, sólo podemos analizar en Santianes de Pravia y Veranes. Todo estas circunstancias del reino asturiano en la época de la construcción de la iglesia, nos llevan a considerar, que el elemento fundamental que aporta Santianes al arte asturiano posterior, consistente en la utilización de arcos de medio punto sobre pilares en la estructura de las naves, debe ser considerado como un salto atrás dentro de la tradición constructiva hispánica, en lugar de atribuirlo a posibles influencias externas.

Si partimos de esa base y tenemos en cuenta que, como hemos visto, gran cantidad de los restos que se conservan de la construcción original tienen claros antecedentes en monumentos de distintas fases del arte español anterior, llegamos a la conclusión de que nos encontramos ante un edificio que es el resultado de la fusión de múltiples elementos heterogéneos. En él se mezclan una planta que recuerda a las estructuras basilicales de tipo paleocristiano, con cabecera semicircular peraltada, tres naves de techo plano, pórtico y baptisterio con acceso independiente desde el exterior, con elementos tan dispares como los arcos de medio punto en ladrillo sobre pilares, semejantes a los utilizados en la arquitectura romana, un crucero de tipo visigodo, la decoración, también de tipo visigodo, que pudo ser reutilizada o desarrollada para la iglesia según técnicas y estilos que aún pervivían, o la utilización del pórtico como mausoleo real. Todo ello convierte a Santianes de Pravia en un claro ejemplo de la teoría que hemos expuesto en la introducción a este estudio de que la característica fundamental de todo el Arte Prerrománico Español excepto los reinados de Alfonso II y Alfonso III es su eclecticismo. En efecto, esta iglesia es ya un claro antecedente del arte asturiano posterior, pero se ha construido antes de que en tiempos de Alfonso II se normalizara el diseño de este tipo de edificios, por lo que en ella se utilizaron sin atenerse a ninguna norma prefijada, tanto en su estructura como en su decoración, distintos elementos ya existentes anteriormente y de ellos sólo uno, pero fundamental - las arquerías de medio punto sobre pilares cuadrados -, se mantuvo como una característica fija en todo el arte asturiano posterior excepto en el periodo ramirense.

Además, en este caso sería interesante tener también en cuenta la posibilidad de que lo que se considera una nueva construcción del rey Silo, pudiera haber sido la reconstrucción de una basílica ya existente de época paleocristiana. En efecto aunque, dentro de esa asimilación que proponemos para Santianes de diferentes elementos arquitectónicos anteriores, el tipo de construcción y el resto de las características comentadas son perfectamente aceptables en un edificio de la época del rey Silo, la existencia de una pila bautismal de inmersión es impensable a finales del siglo VIII. Si además tenemos en cuenta que nuestra iglesia se encuentra en lo que había sido una ciudad de origen romano que, como Veranes, se habría mantenido habitada hasta entonces y la estructura de su planta, tan semejante a los restos de la de Veranes, sería lógico pensar que en ella podría existir una basílica de época anterior sobre la que se habría construido el edificio de Silo, conservando gran parte de la forma de la planta y la pila bautismal. Pero mucho nos tememos, que después de tantas modificaciones como ha sufrido a lo largo de varios siglos va a ser muy difícil llegar a una conclusión definitiva tanto sobre este tema como sobre los alzados originales de esta iglesia.

Museo

Santianes de Pravia cuenta, desde la primera de 2007, con la antigua casa rectoral convertida en Museo del Prerrománico (véase ficha), proyectado para albergar y mostrar al público las importantes piezas halladas en las excavaciones de los años 70. Son piezas de gran valor dentro del arte asturiano y están expuestas por primera vez desde su recuperación en las excavaciones llevadas a cabo por José Menéndez Pidal en 1975.

El edificio de este museo, ubicado a escasos metros de la iglesia, es una sorprendente obra arquitéctonica en piedra y cristal de José Miguel Cimos, que emplea parte de la infraestructura de la antigua rectoral.

Bajo su gran techo acristalado, expone una decena de piezas que se distribuyen en varios espacios en las dos plantas del inmueble. El museo se completa con un audiovisual sobre la monarquía asturiana en Pravia (de 15 minutos de duración), una maqueta de la iglesia primitiva y un mural fotográfico con las iglesias prerrománicas de Asturias.

Piedra laberíncita

Esta pieza es un fragmento de la inscripción fundacional. Fue encontrada en la primera fase de las obras de restauración de 1975 al remover los escombros de la capilla mayor. Formaba parte de una composición laberíntica, escrita en bellas letras capitales romanas, propias de una iglesia cortesana destinada a panteón regio. Esta composición estaba dispuesta ingeniosamente, y permitía muchas lecturas de la frase básica: Silo princeps fecit, «EL PRINCIPE SILO LO HIZO» (LA IGLESIA), a partir de una S que hacía de eje central. Este tipo de laberintos o gráficos, conocidos también como «caligramas», habían sido utilizados desde antiguo en occidente. El de Pravia podría presentar antecedentes africanos, pero no tiene paralelos en la tradición hispano-visigoda.

Varios autores han ofrecido su versión de la inscripción según la disposición laberíntica original. La primera se debe a L. A. Carvallo (s. XVII). En el museo se reproduce, en piedra, la interpretación de F. Diego Santos que parece reflejar la primitiva disposición. Sus dimensiones, de acuerdo con el tamaño de las cuadrículas conservadas, coincidirían con la ordenada por el rey Silo.

Candelero

Este pequeño candelero fue hallado en las excavaciones realizadas por J. Menéndez Pidal. De bronce dorado a fuego, conserva una pátina de color verde y esmaltes. Está formado por dos piezas: base y cuerpo, unidas por un anclaje metálico. De estilo hispano-visigodo.

Lápida con palacio

Esta pieza representa un palacio noble, trazado a bisel y con mucho detalle: con tres plantas claramente diferenciadas, que podrían recordar al edificio ramirense de Santa María del Naranco, aunque las técnicas constructivas de ambos remiten a épocas diferentes. La fábrica ideal del maestro de Santianes recuerda la tradición hispano-visigoda, heredera del clasicismo tardorromano.

Se ha pensado en la posibilidad de que esta lápida de Santianes pudiera reproducir el palacio de Silo y Adosinda en esta localidad. La hipótesis es sugestiva pero imposible de confirmar. En cualquier caso, llama la atención el realismo de la misma. El autor debía de conocer el edificio que estaba grabando en la piedra, porque llega a incluir en él, en la parte inferior izquierda, el bajorrelieve de un árbol, como si estuviera viéndolo.

Fragmentos de un cancel

La ornamentación que vemos en estas piezas, halladas en las citadas excavaciones, recuerda a la conocida pieza litúrgica de Santa Cristina de Lena y a las dos placas de cancel de la misma iglesia de Santianes, depositadas en El Pito (Cudillero).

Algunos motivos decorativos tienen paralelos con los que pueden verse en varias iglesias prerrománicas astures, y no faltan autores, H. Schulunk y Arias Páramo, por ejemplo, que pretenden identificar antecedentes en ornamentaciones de iglesias hispano-visigodas.

Piedra con inscripción votiva

Debido al estado de conservación de la misma, una traducción del texto, en latín, es imposible. Había sido colocada en el arco triunfal, a la entrada de la capilla mayor, donde permaneció hasta el siglo XVIII. Antes de las restauraciones contemporáneas se encontraba adosada al muro de las naves laterales, concretamente en la norte, donde la pudo ver F. Selgas.

Dedicatoria fundacional

Fueron hallados varios fragmentos en las obras de restauración. Correspondían a un ventanal grande de tres arcos de herradura, con ajimeces y alfiz.

Estaba situado en la cabecera del ábside. Su cuidada ejecución pone de manifiesto la voluntad de excelencia que los fundadores pretendían dar a la iglesia palatina. El texto completo sería: «ESTA SANTA CASA SE MANTIENE FIRME EN HONOR DE SAN JUAN APÓSTOL Y EVANGELISTA».

Fuente y bibliografía:
Wikipedia

Fotografías de Basílica de San Juan de Santianes

Dispones de 19 fotografías de Basílica de San Juan de Santianes

Glosario de términos

Alfiz
De origen árabe, moldura que enmarca un arco de herradura. Se suele utilizar tanto en puertas como en ventanas.
Altar
En el culto cristiano, especie de mesa consagrada donde el sacerdote celebra el sacrificio de la misa
Arco
Elemento sustentante, que descarga los empujes, desviándolos lateralmente, y que está destinado a franquear un espacio por medio de un trayecto generalmente curvo.
Bajorrelieve
Relieve que sobresale del fondo menos de la mitad del bulto
Baptisterio
Edificio exento, generalmente de planta central, destinado al bautismo y generalmente próximo al templo
Basa
Pieza inferior de la columna que sirve de apoyo al resto
Basilica
Edificio de interior organizado en naves separadas por columnas o pilares, correspondiendo mayor altura y luminosidad a la central, para invocar el paso desde un mundo de tinieblas o pecado hacia la nueva vida. Esta proyección de visa al encuentro de Cristo Sol de Justicia, orienta las naves al Este, de donde procede el astro que todo lo ilumina.
Cabecera
Testero de la iglesia o parte en que se halla el altar principal.
Cancel
Reja o losa de piedra, generalmente baja, que en una iglesia separa el presbiterio de la nave.
Capilla
Edificio contiguo a una iglesia o parte integrante de ella, con altar y advocación particular.
Contrafuerte
Construcción destinada a contrarrestar el excesivo empuje sufrido por una pared.También llamada estribo.
Crucero
Espacio en que se cruzan la nave central de una iglesia y la que la atraviesa.
Cubierta
En general, sistema de cierre de la parte superior de una construcción.
Imposta
Hilada de piezas sobresaliente sobre la cual se levanta un arco o bóveda, que se coloca también para evitar que el agua discurra de forma continua por la fachada del edificio. También es un saliente con forma prismática a modo de capitel situado sobre una pilastra.
Mausoleo
Monumento funerario y sepulcro suntuoso
Monasterio
Conjunto de edificios donde se agrupan los monjes para vivir en comunidad. Voz proveniente del latín monasterium y este a su vez del griego monastérion
Nave
Cada uno de los espacios en que se divide longitudinalmente una iglesia.
Pilar
Pilastra exenta, suele tener más consistencia que la columna.
Planta
Plano de la sección horizontal de un edificio.
Presbiterio
Zona elevada del templo cristiano en torno al altar.
Transepto
Espacio transversal que aísla el ábside y el coro del espacio de la nave. Sobre él se eleva generalmente el centro arquitectónico o eje vertical mayor del conjunto, cubierto con bóveda y flanqueado de vanos.
Tribuna
Galeria sobre la nave lateral de un templo donde pueden alojarse los fieles
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