Arenas de Lutecia de París
Fueron construidas en el siglo I y se mantuvieron activas hasta la primera destrucción de Lutecia por los bárbaros a finales del siglo III. En el año 577 fueron reconstruidas por orden de Chilperico I. También fueron usadas como cementerio.
El texto más antiguo que hace referencia a la construcción se debe a un monje inglés llamado Alexandre Neckham (1157-1217) que las describió tras un viaje a París en el año 1180. Un acta de 1284 y un texto de Adrien de Valois (1675) también mencionan las Arenas.
Entre 1860 y 1869 la apertura de la calle Monge permitió a Théodore Vaquer dar con los primeros vestigios del monumento. En realidad los restos fueron descubiertos por la Compagnie générale des omnibus, empresa que deseaba crear en la zona un depósito para tranvías que ponía en peligro la conservación de las mismas. El 27 de julio de 1883, el escritor Victor Hugo dirigió una carta al Presidente del Consejo Municipal de París para defender las Arenas.
Escasos días después el Consejo adquiría los vestigios del anfiteatro modificando la ubicación del depósito previsto. Además las Arenas fueron catalogadas como monumento histórico. En 1916, fueron desmantelados el tranvía y sus instalaciones, lo que permitió al antropólogo Louis Capitan continuar con las excavaciones una vez concluida la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, no le fue posible completar la cavea debido a la construcción de algunos edificios en la zona.
Este anfiteatro con escena podía albergar hasta 17.000 espectadores. La escena del teatro tiene una longitud de casi 42 metros. Los combates entre gladiadores y entre hombres y animales se celebraban en una pista central elíptica de 52,50 por 46,8 metros.
Fotografías de Arenas de Lutecia de París
Dispones de 14 fotografías de Arenas de Lutecia de París
Glosario de términos
- Calle
- Franja vertical del ábside formado entre columnas o contrafuertes
- Monje
- Persona que perteneciendo a una orden religiosa vive en comunidad en un monasterio. La voz proviene del occitano monge, que a su vez procede del latín monicus que a su vez procede del griego monachus.