Mariscos de nuestras costas. Los moluscos

Los Moluscos constituyen uno de los grupos de Invertebrados más diverso y con mayor éxito evolutivo. Se encuentran en casi todos los ambientes: las grandes profundidades oceánicas, las zonas superficiales y de media profundidad de alta mar, las zonas litorales, las aguas continentales y los habitats terrestres.

Un rasgo distintivo es que presentan un cuerpo blando, sin segmentar, y casi siempre protegido por un caparazón de naturaleza calcárea, la concha, formado por una o dos piezas, que suele ser externo. Este caparazón es segregado por un repliegue dorsal del cuerpo, el manto o palio, que delimita una cavidad, la cavidad paleal, en la que se encuentra los órganos respiratorios (branquias o ctenidios) y donde desembocan el aparato digestivo y los órganos excretores y reproductores.

La parte ventral de la pared corporal suele estar transformada en un órgano musculoso, el pie, por lo general utilizado en la locomoción, aunque en ocasiones se encuentra transformado y es utilizado en otras funciones.

Tal como sucede con otros invertebrados marinos, como los Crustáceos, los Moluscos han sido desde los tiempos más remotos una fuente de alimento importante para la Humanidad, así como una fuente generadora de riqueza económica, primero como objeto de pesquerías en los bancos naturales y, luego, mediante la puesta a punto de sistemas de cultivo intensivo de aquellas especies que presentan una mayor demanda en el mercado.

Pero el interés de los moluscos para el ser humano no radica únicamente en su utilización como alimento, sino que también alcanza a otras utilidades: sus conchas se han empleado como herramientas, como moneda, como materia prima para la elaboración de adornos (brazaletes, botones, collares, anillos, pulseras), como objetos decorativos, como instrumentos musicales. También, los productos de secreción de ciertas glándulas de algunas especies han proporcionado tintes textiles, como la famosa "púrpura de Tiro" con la que se teñían los mantos imperiales romanos.

Así mismo, las llamativas conchas de muchas especies han sido, y son, el objetivo de numerosos coleccionistas, quienes llegan a pagar elevadas cantidades por las procedentes de especies raras o poco frecuentes, lo que ha dado lugar a anécdotas curiosas, como la de aquel coleccionista que poseyendo una concha que creía única, al aparecer en una subasta otra igual, la adquirió a un elevadísimo precio para, a continuación, hacerla añicos y seguir siendo el poseedor de una concha única en el mundo.

No obstante, un cierto número de especies de Moluscos pueden llegar a ocasionar serios perjuicios a las actividades y construcciones humanas. Se trata de especies que atacan y destruyen materiales utilizados en la construcción de obras civiles y embarcaciones: especies xilófagas, que perforan y destruyen la madera (cascos de barcos, postes y pontones de muelles, etc.), especies litófagas, que perforan las rocas y los materiales utilizados en la construcción de muelles y otras obras civiles.

A veces, las especies que originan el perjuicio son, en otros aspectos, especies de interés comercial (mejillones, ostras, etc.), pero que al fijarse sobre los cascos de los buques, en los emisarios de aguas residuales o de refrigeración de centrales térmicas o nucleares, formando junto con otras especies de invertebrados las comunidades conocidas como fouling, originan numerosos inconvenientes y problemas de mantenimiento de muy difícil solución, que generan pérdidas económicas muy cuantiosas.

Otras especies, en fin, actúan como vectores de transmisión de determinados parásitos, tanto del ser humano como de otros organismos, así como de ciertas toxinas, originando serios trastornos que pueden llegar a causar la muerte a las personas u organismos afectados. Con el fin de prevenir y evitar los riesgos sanitarios que esto supone, las Administraciones Públicas han establecido la obligatoriedad de que todos los moluscos destinados al consumo humano sean sometidos a una serie de procesos de descontaminación, la depuración, como etapa previa a su comercialización.