Ejemplar MFI 772.Calvadosia campanulata

1 ejemplar de Stauromedusa, del que de momento ignoro la especie concreta de adscripción ( ), que es de esta familia de medusas FIJO, NO sé si es E.N., y no vi más. Muy probablemente sea del género Calvadosia y posiblemente de la especie Calvadosia cruxmelitensis. De menos de 1 centímetro de alto, esta estauromedusa es verdosa, con grandes puntos blancos, sobre todo a lo largo de las caras internas de los brazos, aunque también tiene algunos sueltos en las membranas entre ellos. Las cabezuelas de los extremos de los brazos o tentáculos son castañas y en número de unas 20, o poco más o menos por cada brazo. Los brazos son algo (poco) pareados y sin verrugas ni anclajes en el borde de la membrana que une a los distintos brazos, membrana cuyos bordes tienen tendencia a plegarse y enrollarse hacia el lado de fuera. En cuanto a la umbrella y la columna, vistas por el lado de fuera, presentan algunas pequeñas e inconspicuas verrugas dispersas, del mismo color verdoso que el resto. Puede ser el tercer ejemplar que encuentro en mi colección de este tipo de medusas, y será el primero que documente por completo con medios digitales de fotos y vídeo. Encontré a este ejemplar al examinar a bordo de la AUREA, dentro de la tina con agua de mar de tapa amarilla que llevo en ella, a varias matas de algas de la especie Sargassum muticum, que crecían a unos 2,5 metros de profundidad, a unos 100 metros de la orilla al este del extremo este de la Playa de Temperán, y que había arrancado del fondo con esa finalidad de examinarlas a través de una lupa cuentahilos (de numismática) que forma parte del material de investigación de la barca. Durante el resto del día tuve buen cuidado en mantenerlo a la sombra y en cambiarle regularmente el agua de mar del frasco por otra fresca. Al llegar a nuestra casa de Vigo estibé a los especímenes en la nevera, en sus frascos de recolección con agua de mar y, tras un rato descansando y mirando libros para intentar aproximar la determinación de cuanto había cogido, me fui a dormir. Al día siguiente, domingo 9 de junio de 2019, de mañana, me dispuse a documentar a mis ejemplares con medios digitales de foto y vídeo en el estudio de nuestra casa de Vigo, incluido éste. En concreto, a este ejemplar lo documenté iluminándolo con luz del día, pero sin luz del sol directa, por lo que utilicé como complemento la luz fluorescente de un flexo dispuesto al efecto. Todas las fotos y secuencias de vídeo (éstas todas filmadas en formato 4K) de este ejemplar las hice con la cámara OLYMPUS TG5 en sus opciones de macro y microfotografía. Para documentarlo, introduje a este ejemplar en una placa Petri con agua de mar, que apoyé sobre un cristal que, a su vez, hice reposar sobre dos columnas de cintas de vídeo VHS acostadas y distanciadas entre sí ambas columnas, de una cinta de vídeo de alto cada columna, a fin de difuminar el fondo, que consistía en un separador plástico, de color azul, de los de las carpetas. Así pues, durante esta única sesión le hice a este ejemplar 1 solo vídeo digital de la PELÍCULA DE VÍDEO DE BICHOS Nº 15/2019, dedicada por entero a los especímenes capturados este día (hecho con las opciones de macro y microfotografía normales de la cámara OLYMPUS TG5 y en la placa Petri), así como un total de 20 fotos digitales del CARRETE MD Nº 4/2019, todas ellas con la cámara de fotos OLYMPUS TG5 con las opciones de macro o microfotografía normales de dicha cámara y en la placa Petri con agua de mar (de la foto nº 041 a la foto nº 060 de dicho carrete). Una vez acabada esta sesión, congelé, para darle rápida muerte, a este ejemplar, hasta que por la tarde, antes de irme para Santiago, lo descongelé y, tras lavarlo en agua dulce, comprobé que esta estauromedusa permanecía bastante cerrada, así que forcé mecánicamente la apertura de los tentáculos de su umbrella con unas pinzas mientras la lavaba. A continuación la pasé a un frasco de transporte para el viaje, con Etanol Absoluto, para que se fijase, y una poca agua dulce residual. En ese proceso, como desprendiese parte de su tejido superficial, agité el frasco para desprenderle los jirones que se habían generado, con lo que la solución se enturbió en parte y se llenó de sustancias en suspensión. Días después, y tras un nuevo lavado en agua dulce para desprenderle la mayor parte de las excrecencias y jirones formados, lo lavé de nuevo con agua dulce, y lo pasé a su recipiente y solución de conservación definitivos. Así pues, finalmente, conservo en perfecto estado a este ejemplar, en Etanol Absoluto con una poca agua dulce residual, en un frasco de inyección guardado en.

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