Cuaderno del sábado 17 de julio de 2021
Sábado, 17-7-2021 (Con María, en AUREA)
En un día muy caluroso (sobre 30 ºC en el exterior) y con el cielo completamente despejado, sin nada de viento, con mar en calma total, con marea muerta, alta a las 10:09 horas, con 3,1 metros de profundidad, y baja a las 16:09 horas, con 1,2 metros de profundidad, con temperatura submarina de entre 16,3 ºC y 17,2 ºC y con visibilidad submarina relativamente mala, por bastante turbidez, a las 12:45 horas, aproximadamente, zarpamos de Marina Davila y pusimos rumbo hacia Punta Subrido.
De camino ya vimos por primera vez este día a un nutrido grupo familiar de arroaces, a la altura del polígono G o H de Cangas, en ruta lenta hacia Punta Subrido.
Al llegar nosotros a Punta Subrido, di un garbeo desde la punta hasta el Cabo Pequeño, más o menos, sin parar el motor, pues quería mostrarle a María cómo se acercarían hasta la barca y se posarían en el arco de luces, con el motor aún en marcha, bien Caragorda o bien Caraflaca, o bien ambas (mis amigas las gaviotas), pero no hubo suerte, ya que no se veía a ninguna gaviota en toda la zona.
Dado el excelente estado del mar, sin viento, decidí probar suerte y echar un vistazo a la Playa de Melide. Además, María, que no aguanta bien el mareo a bordo de la barca a motor parado, precisaba desembarcar para evitarse esas molestias, y el hecho de no conocer ella la Playa de Melide y tener ésta unas condiciones de tamaño, limpieza, etcétera óptimas, junto con el hecho de que, cosa rara allí, no había nada de oleaje en la orilla, hicieron que optásemos por esta alternativa, desembarcándola yo con su sombrilla, bolsa y pertrechos varios, y regresando a fondear la AUREA en un clarito de arena, muy poco al suroeste de la boya roja que señaliza el canal de acceso de embarcaciones, en la zona oeste de la playa.
Una vez fondeado (había sólo algún barquito más), a las 13:33 horas hice 2 fotos al paisaje exterior, para dejar constancia del lugar en que me hallaba, y en el momento de entrar al agua, a las 13:36 horas, tras haberme puesto el equipo de buceo (gafas, tubo, aletas, cinturón, navaja, guante izquierdo, red con 5 frascos, cámara de fotos submarina OLYMPUS TG5, boya señalizadora -que empleé llevándola a rastras conmigo- y ganapán de buceo), me senté en la borda e hice con la cámara de fotos submarina OLYMPUS TG5 otra foto más a mis aletas, ya dentro del agua, para documentar el momento de inicio de la buceada. Todas estas fotos, por no ser de bichos que me quede para mi colección, las conservaré como FOTOS MD NB (No de Bichos) en la carpeta correspondiente al día del evento.
Buceé hasta las 15:56 horas (2 horas y 20 minutos, exactamente), momento en el que, antes de subir a la AUREA, hice 1 foto submarina a las escaleras por las que lo haría, foto que, como las anteriores, por no ser de bichos que me quede para mi colección, la conservaré como FOTO MD NB (No de Bichos) en la carpeta correspondiente al día del evento.
Por cierto, que por un fallo a la hora de cambiar el horario en los ajustes de la cámara submarina OLYMPUS TG5, los archivos de todas estas fotos y de las demás hechas este día con esa cámara constan como hechas una hora antes de la real.
Durante la buceada hice varias fotos submarinas con la cámara OLYMPUS TG5 a algunos de los animales que acabé quedándome para mi colección (5 fotos a un precioso y gran ejemplar de Spurilla neapolitana, que encontré sacudiendo algas Sargassum muticum que arranqué del fondo, y que tenían muchas incrustaciones de tunicados coloniales y briozoos en sus tallos, otras 2 fotos a uno de los muchos ejemplares de Eurylepta cornuta u Oligocladus sanguinolentus, que vivían juntos en el bulbo de una pequeña laminaria, en una nutrida colonia, de la que me quedé con gran parte de sus componentes, y 6 fotos más y un breve vídeo submarino al ejemplar de Polycera faeroensis, sin duda mi mayor hallazgo de este día, que atrapé en una cata llevada a cabo con el ganapán de buceo en el techo de una profunda oquedad formada por la base de una roca, situada a unos 3 metros de profundidad, aproximadamente, techo sobre el que crecían varias esponjas naranjas y de otros colores (ignoro las especies), así como nutridas colonias de Salmacina incrustans). Todas estas fotos y el vídeo referido, por ser submarinos, los conservaré, como fotos MD NB (No de Bichos) y vídeo MDVCF NB (No de Bichos) en la carpeta correspondiente al día del evento, como las demás fotos (y vídeos) que hice (hicimos) este día, submarinas o en superficie, de animales o personas que no formarán parte de mi colección. Pero, además, en el caso de las fotos y el vídeo submarino de los ejemplares que sí me quedaré para mi colección, y que acabo de referir, obviamente, dichos archivos los duplicaré y conservaré como FOTOS MD (de Bichos) y VÍDEO MDVCF (de Bichos) en las carpetas correspondientes, formando parte el archivo de vídeo referido de la PELÍCULA DE VÍDEO DE BICHOS Nº 16/2021, correspondiente por entero a este evento recolector, y en la que integro, también, los vídeos hechos a posteriori, en nuestra casa de Vigo y al día siguiente, tanto a este ejemplar como a los demás que me quedé para mi colección y que no había llegado a filmar bajo el agua (incluidos aquellos que ni siquiera había descubierto aún durante mi buceada). Así mismo, las fotos submarinas hechas a los ejemplares que sí me quedé para mi colección, arriba citadas, junto con las demás fotos que les hice a ellos y a los restantes ejemplares que también me quedé para mi colección, pero que realicé cuando los localicé más tarde, ya en casa, examinando varios fragmentos de esponjas Cliona viridis en busca de ejemplares de Calamardum aletatae (búsqueda que resultó infructuosa a esos efectos, aunque no a otros, como digo) todas estas fotos digitales hechas durante esta sesión las guardo en el CARRETE MD Nº 3/2021.
Además, durante la buceada hice una foto submarina a un ejemplar de Flabellina pedata (antes Coryphella pedata), que liberé allí mismo. Y, finalmente, a las 15:56 horas hice una última foto submarina a las escaleras de la AUREA, ya citada, al acabar mi buceada. Ambas fotos, por no ser de bichos que me quede para mi colección, las conservaré como FOTOS MD NB (No de Bichos) en la carpeta correspondiente al día del evento.
Aparte de los ejemplares que cogí para mi colección, vi algunos otros interesantes que ya ni fotografié, siquiera, como algunos nudibranquios "azules" de especies bien conocidas (Hypselodoris villafranca, ahora denominados Felimare villafranca), varios Doriopsilla pelseneeri, bastantes Polycera quadrilineata, montones de esponjas de variadísimas formas y colores, Sabella spallanzanii, y un larguísimo etcétera).
En ese tiempo que duró la buceada, y que llevé a cabo a profundidades de hasta 3 metros, aproximadamente, estuve dedicándome en principio a arrancar algunas laminarias (Saccorhiza polyschides) y algas asesinas japonesas (Sargassum muticum) cuyos tallos estaban parcialmente recubiertos por briozoos y tunicados coloniales, entre otros animales, algas que sacudía fuertemente para que se desprendiese la fauna que pudiese estar viviendo sobre ellas. Con este método me hice con el primero de los ejemplares que cogí para mi colección (un nudibranquio de la especie Spurilla neapolitana, que estoy seguro de que pertenece esta especie). Como ya dije, bajo el agua le hice 5 fotos submarinas, mientras lo hacía reptar sobre una colonia de tunicados.
Durante más de la mitad del resto del tiempo de esta buceada me dediqué a explorar las rocas de la zona suroeste de la Playa de Melide, llegando aproximadamente hasta la altura del faro rojo, o poco antes, y concentrándome en los huecos y rocas extraplomadas, en las grietas y fisuras de las rocas, en las que introducía el ganapán de buceo, arrastrándolo por la superficie de sus paredes para obtener así algas, esponjas y otros soportes donde poder buscar especímenes (sobre todo de opistobranquios) no presentes aún en mi colección.
De entre esas catas, como dije, me hice con el segundo y más valioso de mis especímenes de esta jornada, por cuanto se trata de un ejemplar sin duda de su especie -Polycera faeroensis-, y que llevaba muchos años ambicionando obtener. Y ya desesperaba de conseguir alguno con mis buceadas en apnea, ya que todo lo que había leído de dicha especie recientemente hablaba de que se les encontraba a partir de los 20 metros de profundidad, y de ahí hacia abajo, es decir: inalcanzable para mis apneas. Excuso decir la alegría que me dio su hallazgo, que, además, identifiqué al instante.
Otra zona que me pareció especialmente espectacular fue el estrecho cañón submarino, muy cerca ya del límite al que llegué en mi excursión, que ya conocía del día que buceé por allí con Ada, este mismo año, y de cuyas profundidades extraje los varios fragmentos de esponjas Cliona viridis antes referidas, pues allí resultan abundantes.
Cuando regresaba hacia la barca, como quería hacerle algunas fotos submarinas y el vídeo al ejemplar de Polycera faeroensis, no fuese a ser que se me malograse antes de haberlo podido documentar, arranqué un fragmento de laminaria, con su bulbito basal incluido, y las fotos y el vídeo referidos se los hice sobre el tallo de esa alga. Pero, además, descubrí que el bulbito basal referido estaba habitado por una nutrida colonia de platelmintos turbelarios, bien de la especie Oligocladus sanguinolentus o bien de Eurylepta cornuta (aún no llego a distinguirlas correctamente), por lo que aproveché para quedarme con una buena representación de ellos para mi colección, eso sí, tras hacerle a uno de ellos 2 fotos submarinas.
Finalmente, di por acabada mi buceada, tras hacer la foto a las escaleras de la AUREA, subí a bordo, estibé mis cosas y especímenes (poniendo en los recipientes de plástico de boca ancha de 5,2 litros de capacidad a los fragmentos de esponjas Cliona viridis, devolviendo vivos al mar a los especímenes que no me quedaría para mi colección -por ejemplo, un Favorinus branchialis, al ejemplar de Coryphella pedata, ahora Flabellina pedata, antes citado, etcétera), comí frugalmente (apenas un poco de ensaladilla de cangrejo del COREN y una croqueta) y estuve descansando un rato, momento en que se me acercó a preguntarme por dónde atracaba el barco que iba a Cíes un chaval, José, que venía remando en una tabla de paddlesurf, y con el que estuve un buen rato de cháchara. Mientras charlábamos, vimos pasar hacia el oeste a un primer grupo familiar de arroaces.
Al acabar, como tenía cierta prisa en poner a salvo a mis preciados ejemplares, y aún tenía por delante todo el trabajo de desmenuzar y examinar los fragmentos de Cliona viridis (que me tuvieron liado hasta pasadas las 01:30 horas de la madrugada del domingo 18 de julio de 2021, o sea: de hoy), decidí recoger a María de la playa y regresar a puerto, navegando placenteramente todo el rato y sin mojarnos nada.
Nos hicimos 7 fotos/selfies ya en la barca, pero justo antes de zarpar, con el móvil de María que, por no ser de bichos que me quede para mi colección, las conservaré como FOTOS MD NB (No de Bichos) en la carpeta correspondiente al día del evento.
Luego, en el viaje de vuelta, y cumpliendo con el posible pronóstico que acababa de hacerle a María, encontramos otro grupo familiar de arroaces justo al final del Polígono de bateas H, es decir, en Punta Balea mismo. Acabaron mostrándose bastante activos, dando grandes saltos fuera del agua y todo, pero cuando María se decidió a filmarlos con su móvil no le dio tiempo ni a captar el último salto de uno de ellos, con lo que no conservó secuencia alguna de dicho encuentro. Típico...
Seguimos camino hacia Marina Davila, aunque antes de llegar hube de repostar en medio del mar, así que al llegar a puerto nos acercamos a la gasolinera y mientras rellenaba todos los depósitos, estuvimos de agradable charla con los dos Robertos marineros de Marina Davila, encantadores como son.
Tras llegar a mi plaza de amarre (estaba al lado el dueño del Nécora, pero por fortuna se limitó a saludarnos, sin más), amarré y entoldé la AUREA y nos fuimos a nuestra casa de Vigo, donde guardé a mis ejemplares en la nevera, en sus respectivos frascos de recolección con agua de mar y las tapas abiertas, estuve separando, como dije, a otros ejemplares que también me quedaría para mi colección y que extraje tras examinar por la noche los fragmentos de Cliona viridis (y separando a frascos aparte a todos los que liberaría al mar al día siguiente, fruto de ese examen), y mantuve a todos los ejemplares en la nevera hasta el día siguiente, hoy, domingo 18 de julio de 2021, en el que por la mañana, comencé estas anotaciones y hacia el mediodía llevé a cabo una sesión de fotos y vídeo digitales para documentar a dichos ejemplares recolectados el día anterior y que me quedaría.
Esta sesión la llevé a cabo básicamente con la luz del día (que amaneció cubierto de densa niebla), auxiliada por la luz artificial de un flexo fluorescente dispuesto al efecto, salvo las fotos y secuencias de vídeo hechas a través de la lupa trinocular rusa, para las cuales utilicé la propia luz incandescente de la lupa como fuente de iluminación.
Todas las fotos y secuencias de vídeo (éstas todas filmadas en formato 4K) de esta sesión las hice con la cámara OLYMPUS TG5, tanto con sus opciones de macro y microfotografía propias de la cámara y sin lupas interpuestas como a través de la lupa trinocular rusa.
Para la sesión, sumergí en agua de mar a los ejemplares, dentro de una placa Petri que apoyé sobre un cristal transparente que, a su vez, hice reposar sobre dos columnas de cintas de vídeo VHS acostadas y distanciadas entre sí ambas columnas, de la altura equivalente al grosor de una cinta de vídeo VHS acostada cada columna, a fin de difuminar el fondo, que consistía en una cartulina de color negro, para incrementar el contraste a la vez que difuminaba el fondo. En el caso de las fotos y secuencias de vídeo hechas a través de la lupa trinocular rusa, apoyé la placa Petri sobre la placa portaobjetos de la lupa, con lo que el fondo oscuro de las mismas es el propio de dicho soporte.
Todas las secuencias de vídeo hechas durante esta sesión pasaron a formar parte de la PELÍCULA DE VÍDEO DE BICHOS Nº 16/2021, correspondiente por entero a este evento recolector. Así mismo, todas las fotos digitales hechas durante esta sesión las guardo en el CARRETE MD Nº 3/2021.
Una vez documentados los ejemplares recolectados este día, los introduje en frascos más pequeños y adecuados con agua de mar (de Hero 6, uno por ejemplar/o grupo de una misma especie) y espolvoreé cristales de Mentol sobre el agua en el caso de los que contenían nudibranquios, metiéndolos en la nevera de nuestra casa de Vigo con las tapas de los frascos abiertas durante el resto del día, para que el anestésico fuese haciendo efecto. Los que contenían platelmintos los dejé solo en agua de mar, a la espera del momento de poder darles muerte al depositarlos con una cucharilla sobre un par de placas de agua de mar heladas que, previamente, había introducido aún líquidas, en sendas bandejitas de plástico en el congelador.
Por la noche de ese mismo día, domingo, 18 de julio de 2021, tras comprobar que los tres especímenes de nudibranquios se hallaban completamente anestesiados, retiré los cristales de Mentol de cada frasco, vacié gran parte del agua de mar y la sustituí por Etanol Absoluto, en una cantidad equivalente a la del agua de mar que contenía cada frasco, dándoles muerte y dejándolos fuera de la nevera con las tapas cerradas, para que los ejemplares se fuesen fijando durante la noche.
A la mañana siguiente (la del lunes, 19 de julio de 2021), tras darle a los tres ejemplares de nudibranquios un breve baño en agua destilada, los introduje en sus recipientes y soluciones fijadoras y conservadoras definitivas.
En cuanto a los ejemplares de platelmintos, en la misma mañana del lunes, 19 de julio de 2021, los saqué de la nevera y tras recogerlos lo más estirados que pude en una cucharilla, con una gota de agua de mar, los vertí con un rápido movimiento sobre la superficie de una de las dos placas de agua de mar que previamente había congelado, dentro de sendas cajas plásticas (una de ellas para cada especie), para darles rápida muerte, dejando que el frío actuase por sí sólo durante más de dos minutos en cada caso y añadiendo luego con cuidado sobre cada ejemplar, y más en la zona de alrededor inmediata a cada uno de ellos, gota a gota, un poco de Etanol Absoluto, para fijarlos. Una vez fijados, los retiré con cuidado y, tras darles un breve baño en agua destilada, los pasé a sus respectivos recipientes (dos en total: uno para cada especie) y solución conservadora definitiva.
Así pues, durante este sábado 17 de julio de 2021, para mi colección COGÍ:
- O/21/1 - 1 ejemplar de Spurilla neapolitana, que es de esta especie FIJO, ya NO es E.N. (al haber recolectado en años anteriores algunos pocos ejemplares de dicha especie, tanto en Punta Subrido como en el pantalán de la AUREA, en Marina Davila), y no vi más. En cualquier caso, éste es un ejemplar de buen tamaño (de en torno a 3 centímetros de largo), en perfecto estado y muy representativo de su especie, y es el primero que hallo en la Playa de Melide, por lo que, junto a la relativa escasez de la representación de esta especie en mi colección, opté por quedármelo en la misma. Posee todas las características que son propias de su especie, de las que destaca especialmente la presencia de largos ceratos gris/lila muy incurvados hacia el centro del cuerpo y moteados de blanco, así como lo alargado de dicho cuerpo, los largos y lisos tentáculos orales, los mazudos y profundamente lamelados rinóforos, el mosaico de manchas castañas, que como líneas arborescentes y quebradas decoran toda la superficie dorsal y lateral del animal sobre un fondo entre blanquecino y gris/rosáceo, o la ausencia de tentáculos propodiales, sustituidos por un velo oral redondeado. A este ejemplar lo hallé buceando entre las rocas de la zona suroeste de la Playa de Melide, a unos 3 metros de profundidad, aproximadamente, al arrancar algunas algas asesinas japonesas (Sargassum muticum) cuyos tallos, que estaban parcialmente recubiertos por briozoos y tunicados coloniales, entre otros animales, sacudí fuertemente para que se desprendiese la fauna que pudiese estar viviendo sobre ellas, saliendo despedido este ejemplar. Bajo el agua le hice 5 fotos submarinas a este ejemplar, mientras lo hacía reptar sobre una colonia de tunicados que crecía sobre el alga en la que lo hallé. Estas 5 fotos, por ser submarinas, las conservaré, como fotos MD NB (No de Bichos) en la carpeta correspondiente al día del evento, como las demás fotos (y vídeos) que hice (hicimos) este día, submarinas o en superficie, de animales o personas que no formarán parte de mi colección. Pero, además, al tratarse de un animal que sí ingresó en mi colección, estas 5 fotos submarinas que le hice a este ejemplar de Spurilla neapolitana durante mi buceada las duplicaré y conservaré como FOTOS MD (de Bichos) en la carpeta MD 3-21 que le corresponde, junto a las restantes fotos que le hice, ya en casa, al día siguiente, como parte integrante de mi colección. Durante el resto del día, mientras estuvimos en la AUREA, tuve buen cuidado de mantener a este ejemplar en un frasco independiente, con agua de mar que me encargué de renovar frecuentemente. Una vez en nuestra casa de Vigo, guardé este ejemplar en la nevera, en su frasco de recolección, con agua de mar y con la tapa abierta, para que pasase la noche en las mejores condiciones posibles. A la mañana siguiente (la del domingo, 18 de julio de 2021), además de iniciar estas anotaciones, en el estudio de nuestra casa de Vigo llevé a cabo una nueva sesión de fotos y vídeo digitales para documentar a los ejemplares recolectados el día anterior y que me quedaría para mi colección. Esta sesión la llevé a cabo básicamente con la luz artificial de un flexo fluorescente dispuesto al efecto, salvo las fotos y secuencias de vídeo hechas a través de la lupa trinocular rusa, para las cuales utilicé la propia luz incandescente de la lupa como fuente de iluminación. Todas las fotos y secuencias de vídeo (éstas todas filmadas en formato 4K) de esta sesión las hice con la cámara OLYMPUS TG5, tanto con sus opciones de macro y microfotografía propias de la cámara y sin lupas interpuestas como a través de la lupa trinocular rusa. Para la sesión, sumergí en agua de mar a los ejemplares, dentro de una placa Petri que apoyé sobre un cristal transparente que, a su vez, hice reposar sobre dos columnas de cintas de vídeo VHS acostadas y distanciadas entre sí ambas columnas, de la altura equivalente al grosor de una cinta de vídeo VHS acostada cada columna, a fin de difuminar el fondo, que consistía en una cartulina de color negro, para incrementar el contraste a la vez que difuminaba el fondo. En el caso de las fotos y secuencias de vídeo hechas a través de la lupa trinocular rusa, apoyé la placa Petri sobre la placa portaobjetos de la lupa, con lo que el fondo oscuro de las mismas es el propio de dicho soporte. En concreto, en lo que se refiere a este ejemplar, las 2 secuencias de vídeo que le hice durante esta sesión del domingo, 18 de julio de 2021 (ambas con las opciones macro normales de la cámara OLYMPUS TG5 y sin lupas interpuestas), pasaron a formar parte de la PELÍCULA DE VÍDEO DE BICHOS Nº 16/2021, correspondiente por entero a este evento recolector. Así mismo, las 15 fotos digitales hechas a este ejemplar durante esta sesión (todas ellas con las opciones macro normales de la cámara OLYMPUS TG5 y sin lupas interpuestas), unidas a las 5 fotos submarinas hechas al mismo durante mi buceada, ya antes referidas, suman un total de 20 fotos digitales que guardo en el CARRETE MD Nº 3/2021 (de la foto Nº 291 a la foto nº 310 de dicho carrete). Una vez documentado este ejemplar, lo introduje en un frasco independiente para él solo, más pequeño y adecuado (del tipo de Hero 6), sumergido en agua de mar, y espolvoreé cristales de Mentol sobre el agua del mismo, metiéndolo en la nevera de nuestra casa de Vigo con la tapa del frasco abierta durante el resto del día, para que el anestésico fuese haciendo efecto. Por la noche de ese mismo día, domingo, 18 de julio de 2021, tras comprobar que este espécimen de nudibranquio se hallaba completamente anestesiado, retiré los cristales de Mentol del frasco, vacié gran parte del agua de mar y la sustituí por Etanol Absoluto, en una cantidad equivalente a la del agua de mar que contenía aún el frasco, dándole muerte y dejándolo fuera de la nevera con la tapa cerrada, para que el ejemplar se fuese fijando durante la noche. A la mañana siguiente (la del lunes, 19 de julio de 2021), tras darle a este ejemplar de nudibranquio un breve baño en agua destilada, lo introduje en su recipiente y solución fijadora y conservadora definitiva. Así pues, finalmente, conservo en buen estado a este ejemplar, en Etanol Absoluto con escasa agua destilada residual, en un frasco de inyección.
- O/21/2 -1 ejemplar de Polycera faeroensis, que es de esta especie FIJO, es E.N. (y largo tiempo codiciada por mí), y no vi más. Éste es un ejemplar de buen tamaño (de en torno a 2,5 centímetros de largo), en perfecto estado y muy representativo de su especie, y es el primero que hallo en mi vida. Posee todas las características que son propias de su especie, de las que destaca especialmente el colora blanco/translúcido de su cuerpo, que permite ver a través de la piel sus vísceras y estructuras internas, color blanco que sólo es sustituido por un color amarillo intenso en la parte distal de los rinóforos, branquias, digitaciones del velo oral y de ambos lados del anillo branquial, así como en unas líneas longitudinales que enmarcan el final de la aguda cola. Los rinóforos están fuertmente lamelados en su mitad distal, las branquias, que rodean el ano, son unipinnadas y en número de unas 7. Pero, sin duda, la característica más diagnóstica de este ejemplar y de la especie a la que pertenece es la presencia de más de 8 digitaciones en el velo oral (en concreto, en mi ejemplar cuento 9 digitaciones, amén de alguna de ellas que parece ser doble y de alguna otra diminuta a ambos lados), rasgo que lo distingue perfectamente de la especie hermana Polycera quadrilineata, en la que, además de existir líneas cromáticas longitudinales a lo largo del cuerpo (como su nombre específico indica, y de las que carece Polycera faeroensis), en el velo oral sólo dispone de 4 o, a lo sumo, 6 digitaciones. El poro sexual se ve claramente en mi ejemplar, ubicado en el flanco delantero derecho. A pesar de que en varios comentarios que había leído recientemente se decía que nunca encontraban esta especie a menos de 20 metros de profundidad (comentarios que me desilusionaban, al quedar dicha cota muy por debajo de mis capacidades de buceo en apnea), lo cierto es que en varias ocasiones en que le pregunté por esta especie a Ricardo Roberto Fernández (RIKI), él me dijo que los solía encontrar con mucha frecuencia y a mucha menos profundidad. No obstante, yo ya desesperaba de hallar ningún ejemplar de esta especie en mis buceadas en apnea. Pero este día la fortuna me sonrió, y así, hallé a este ejemplar buceando entre las rocas de la zona suroeste de la Playa de Melide, mientras me dedicaba a explorar las rocas de la zona más al suroeste, próxima casi a la altura del faro rojo, o poco antes, y concentrándome en los huecos y rocas extraplomadas, en las grietas y fisuras, en las que introducía el ganapán de buceo, arrastrándolo por la superficie de sus paredes para obtener así algas, esponjas y otros soportes donde poder buscar especímenes (sobre todo de opistobranquios) no presentes aún en mi colección. Así, en una de esas catas con el ganapán de buceo, raspando todo el techo de una profunda oquedad formada por la base de una roca, situada a unos 3 metros de profundidad, aproximadamente, techo sobre el que crecían varias esponjas naranjas y de otros colores (ignoro las especies), así como nutridas colonias de Salmacina incrustans, me hice con este ejemplar, que al momento reconocí como perteneciente a su especie, lo que me llenó de alegría, lógicamente. A pesar de repetir el raspado del techo de la oquedad un par de ocasiones más, por ver si aparecía algún otro ejemplar de la misma especie, el resultado fue negativo, por lo que estibé convenientemente a mi flamante ejemplar en un frasco de recolección independiente para él solo y continué mi buceada. No obstante, cuando regresaba hacia la barca, como quería hacerle algunas fotos submarinas y al menos un vídeo submarino a este ejemplar de Polycera faeroensis, no fuese a ser que se me malograse antes de haberlo podido documentar, arranqué un fragmento de laminaria, con su bulbito basal incluido, y le hice sobre el tallo de dicha alga, con la cámara de fotos OLYMPUS TG5, 6 fotos submarinas y un vídeo submarino. Estas 6 fotos y el vídeo referido, por ser submarinos, los conservaré, como fotos MD NB (No de Bichos) y vídeo MDVCF NB (No de Bichos) en la carpeta correspondiente al día del evento. Pero, además, por tratarse de un animal que sí me quedé para mi colección, obviamente, dichos archivos los duplicaré y conservaré como FOTOS MD (de Bichos) y VÍDEO MDVCF (de Bichos) en las carpetas correspondientes, formando parte el archivo de vídeo referido de la PELÍCULA DE VÍDEO DE BICHOS Nº 16/2021, correspondiente por entero a este evento recolector, e incluyendo las 6 fotos submarinas hechas a este ejemplar, junto con las demás fotos que le hice a él y a los restantes ejemplares que también me quedé para mi colección (submarinas o no, como las que realicé ya en casa) en el CARRETE MD Nº 3/2021. En cuanto al bulbito basal del alga laminaria que arranqué para documentar sobre ella a mi ejemplar de Polycera faeroensis con vídeo y fotos submarinas, resultó estar habitado por una nutrida colonia de platelmintos turbelarios, bien de la especie Oligocladus sanguinolentus o bien de Eurylepta cornuta -aún no llego a distinguirlas correctamente-, de los que me quedé con una buena representación de ellos para mi colección. Durante el resto del día, mientras estuvimos en la AUREA, tuve buen cuidado de mantener a este ejemplar en un frasco independiente, con agua de mar que me encargué de renovar frecuentemente. Una vez en nuestra casa de Vigo, guardé este ejemplar en la nevera, en su frasco de recolección, con agua de mar y con la tapa abierta, para que pasase la noche en las mejores condiciones posibles. A la mañana siguiente (la del domingo, 18 de julio de 2021), además de iniciar estas anotaciones, en el estudio de nuestra casa de Vigo llevé a cabo una nueva sesión de fotos y vídeo digitales para documentar a los ejemplares recolectados el día anterior y que me quedaría para mi colección. Esta sesión la llevé a cabo básicamente con la luz artificial de un flexo fluorescente dispuesto al efecto, salvo las fotos y secuencias de vídeo hechas a través de la lupa trinocular rusa, para las cuales utilicé la propia luz incandescente de la lupa como fuente de iluminación. Todas las fotos y secuencias de vídeo (éstas todas filmadas en formato 4K) de esta sesión las hice con la cámara OLYMPUS TG5, tanto con sus opciones de macro y microfotografía propias de la cámara y sin lupas interpuestas como a través de la lupa trinocular rusa. Para la sesión, sumergí en agua de mar a los ejemplares, dentro de una placa Petri que apoyé sobre un cristal transparente que, a su vez, hice reposar sobre dos columnas de cintas de vídeo VHS acostadas y distanciadas entre sí ambas columnas, de la altura equivalente al grosor de una cinta de vídeo VHS acostada cada columna, a fin de difuminar el fondo, que consistía en una cartulina de color negro, para incrementar el contraste a la vez que difuminaba el fondo. En el caso de las fotos y secuencias de vídeo hechas a través de la lupa trinocular rusa, apoyé la placa Petri sobre la placa portaobjetos de la lupa, con lo que el fondo oscuro de las mismas es el propio de dicho soporte. En concreto, en lo que se refiere a este ejemplar, las 3 secuencias de vídeo que le hice durante esta sesión del domingo, 18 de julio de 2021 (todas ellas con las opciones macro normales de la cámara OLYMPUS TG5 y sin lupas interpuestas), junto con la secuencia de vídeo submarina hecha al mismo durante mi buceada, ya antes referida, suman un total de 4 secuencias de vídeo, que pasan a formar parte de la PELÍCULA DE VÍDEO DE BICHOS Nº 16/2021, correspondiente por entero a este evento recolector. Así mismo, las 44 fotos digitales hechas a este ejemplar durante esta sesión del domingo, 18 de julio de 2021 (todas ellas con las opciones macro normales de la cámara OLYMPUS TG5 y sin lupas interpuestas), unidas a las 6 fotos submarinas hechas al mismo durante mi buceada, ya antes referidas, suman un total de 50 fotos digitales que guardo en el CARRETE MD Nº 3/2021 (de la foto Nº 311 a la foto nº 360 de dicho carrete). Una vez documentado este ejemplar, lo introduje en un frasco independiente para él solo, más pequeño y adecuado (del tipo de Hero 6), sumergido en agua de mar, y espolvoreé cristales de Mentol sobre el agua del mismo, metiéndolo en la nevera de nuestra casa de Vigo con la tapa del frasco abierta durante el resto del día, para que el anestésico fuese haciendo efecto. Por la noche de ese mismo día, domingo, 18 de julio de 2021, tras comprobar que este espécimen de nudibranquio se hallaba completamente anestesiado, retiré los cristales de Mentol del frasco, vacié gran parte del agua de mar y la sustituí por Etanol Absoluto, en una cantidad equivalente a la del agua de mar que contenía aún el frasco, dándole muerte y dejándolo fuera de la nevera con la tapa cerrada, para que el ejemplar se fuese fijando durante la noche. A la mañana siguiente (la del lunes, 19 de julio de 2021), tras darle a este ejemplar de nudibranquio un breve baño en agua destilada, lo introduje en su recipiente y solución fijadora y conservadora definitiva. Así pues, finalmente, conservo en buen estado a este ejemplar, en Etanol Absoluto con escasa agua destilada residual, en un frasco de inyección, guardado en .
- O/21/3 -10 ejemplares de platelmintos turbelarios, sin duda de una de estas dos especies: Oligocladus sanguinolentus o Eurylepta cornuta ( ), dado que, por sus grandes similitudes externas, aún no me veo capaz de discernir de cuál de las dos especies se trata, aunque comienzo a inclinarme más por la primera (Oligocladus sanguinolentus). En cualquier caso, los 10 ejemplares son de una misma especie, son de una estas dos especies citadas FIJO, NO son E.N., y creo que vi más, pero que por su pequeño tamaño dejé marchar libres. En cuanto a los rasgos que son propios de estos ejemplares, destaco su forma ampliamente ovalada, bastante ancha, que se adelgaza algo cuando reptan activamente, sus largos tentáculos frontales, en el borde anterior, con forma triangular que se adelgaza mucho hacia la punta, el extremo anterior del borde frontal del animal, que acaba en una punta triangular de base ancha, a cuyos lados surgen los tentáculos referidos, la presencia de multitud de ocelos negros justo en la base de los tentáculos, pero principalmente en su cara interna, es decir, la orientada hacia el centro del cuerpo, y no hacia afuera, la presencia de un denso grupo de ojos cerebrales negros, que se extienden en un área longitudinal que va, aproximadamente, desde el extremo posterior de la base de los tentáculos frontales y llega hasta la zona cerebral, un característico diseño cromático general en vista dorsal, que sobre el fondo blanquecino del cuerpo, destaca como un entramado arborescente de color rojo sangre, correspondiente a las derivaciones de sus órganos internos (glándula digestiva, etcétera). Dicho entramado arborescente remata por delante en tres terminaciones que se dirigen, las dos laterales, hacia la base de cada uno de los tentáculos frontales, y la central a una zona intermedia entre ellos. A ambos lados de la zona central longitudinal de dicho entramado arborescente rojizo (que destaca por su anchura y lo marcada que resulta) existen bastantes zonas de un color blanco intenso, opaco, con forma más o menos redondeada. La cara ventral de estos animales resulta ser mucho más blanquecina, y aunque aún es posible adivinar en parte a través de ella la existencia del entramado rojizo visceral, sin embargo la presencia de los ocelos resulta prácticamente inconspicua. El tamaño de estos ejemplares varía bastante entre ellos (desde algunos que superan el centímetro o centímetro y medio, hasta otros que apenas cuentan con unos pocos milímetros de largo). Todos ellos se hallaban en perfecto estado cuando los hallé. Encontré a estos animales un poco por casualidad, ya que cuando regresaba hacia la barca, como quería hacerle algunas fotos submarinas y un vídeo submarino al ejemplar de Polycera faeroensis referido en el párrafo precedente, no fuese a ser que se me malograse antes de haberlo podido documentar, arranqué un fragmento de laminaria, con su bulbito basal incluido, y le hice las fotos y el vídeo referidos sobre el tallo de esa alga. Pero, además, descubrí que el bulbito basal de dicha alga estaba habitado por una nutrida colonia de platelmintos turbelarios (al menos 9 de estos ejemplares a los que me refiero en este párrafo), por lo que aproveché para quedarme con una buena representación de ellos para mi colección (los 9 referidos), eso sí, tras hacerle a uno de ellos 2 fotos submarinas que, por ser submarinas, las conservaré, como fotos MD NB (No de Bichos) en la carpeta correspondiente al día del evento. Pero, además, por tratarse de un animal que sí me quedé para mi colección, obviamente, dichas 2 fotos submarinas de uno de estos ejemplares de platelmintos las dupliqué y conservaré como FOTOS MD (de Bichos) incluyéndolas, junto con las demás fotos que le hice a él y a los restantes ejemplares de su misma especie o de las demás que también me quedé para mi colección (submarinas o no, como las que realicé ya en casa) en el CARRETE MD Nº 3/2021. El décimo y último de los ejemplares de estos platelmintos lo localicé, ya en casa, reptando sobre uno de los fragmentos de esponja de la especie Cliona viridis que había desprendido con el ganapán de buceo de la pared rocosa en donde crecía, al fondo de un estrecho cañón submarino, en la zona más al suroeste a donde llegué durante mi buceada, cerca ya del faro rojo que delimita al oeste la Playa de Melide y el Cabo Home propiamente dicho. Esos fragmentos de esponja los había arrancado para buscar en ellos algún ejemplar de Calamardum aletatae, búsqueda que resultó negativa, pero me permitió hacerme con algunos otros ejemplares de otras especies para mi colección, como este décimo y último ejemplar de platelminto de una de las dos especies arriba referidas (Oligocladus sanguinolentus o Eurylepta cornuta). En cuanto comprobé que este último ejemplar pertenecía a la misma especie que los otros 9, hallados en el bulbo de laminaria, lo junté con ellos y los documenté, traté y procesé juntos a los 10. Durante el resto del día, mientras estuvimos en la AUREA, tuve buen cuidado de mantener a estos ejemplares en un frasco independiente, con agua de mar que me encargué de renovar frecuentemente. Una vez en nuestra casa de Vigo, guardé estos ejemplares en la nevera, en su frasco de recolección, con agua de mar y con la tapa abierta, para que pasasen la noche en las mejores condiciones posibles. A la mañana siguiente (la del domingo, 18 de julio de 2021), además de iniciar estas anotaciones, en el estudio de nuestra casa de Vigo llevé a cabo una nueva sesión de fotos y vídeo digitales para documentar a los ejemplares recolectados el día anterior y que me quedaría para mi colección. Esta sesión la llevé a cabo básicamente con la luz artificial de un flexo fluorescente dispuesto al efecto, salvo las fotos y secuencias de vídeo hechas a través de la lupa trinocular rusa, para las cuales utilicé la propia luz incandescente de la lupa como fuente de iluminación. Todas las fotos y secuencias de vídeo (éstas todas filmadas en formato 4K) de esta sesión las hice con la cámara OLYMPUS TG5, tanto con sus opciones de macro y microfotografía propias de la cámara y sin lupas interpuestas como a través de la lupa trinocular rusa. Para la sesión, sumergí en agua de mar a los ejemplares, dentro de una placa Petri que apoyé sobre un cristal transparente que, a su vez, hice reposar sobre dos columnas de cintas de vídeo VHS acostadas y distanciadas entre sí ambas columnas, de la altura equivalente al grosor de una cinta de vídeo VHS acostada cada columna, a fin de difuminar el fondo, que consistía en una cartulina de color negro, para incrementar el contraste a la vez que difuminaba el fondo. En el caso de las fotos y secuencias de vídeo hechas a través de la lupa trinocular rusa, apoyé la placa Petri sobre la placa portaobjetos de la lupa, con lo que el fondo oscuro de las mismas es el propio de dicho soporte. En concreto, en lo que se refiere a estos 10 ejemplares, las 2 secuencias de vídeo que les hice durante esta sesión del domingo, 18 de julio de 2021 (todas ellas con las opciones macro normales de la cámara OLYMPUS TG5 y sin lupas interpuestas) pasan a formar parte de la PELÍCULA DE VÍDEO DE BICHOS Nº 16/2021, correspondiente por entero a este evento recolector. Así mismo, las 28 fotos digitales hechas a estos 10 ejemplares durante esta sesión del domingo, 18 de julio de 2021 (todas ellas con las opciones macro normales de la cámara OLYMPUS TG5 y sin lupas interpuestas), unidas a las 2 fotos submarinas hechas a uno de ellos durante mi buceada, ya antes referidas, suman un total de 30 fotos digitales que guardo en el CARRETE MD Nº 3/2021 (de la foto Nº 361 a la foto nº 390 de dicho carrete). Una vez documentados estos ejemplares, los introduje en un frasco independiente para ellos solos, sumergidos en agua de mar, metiéndolo en la nevera de nuestra casa de Vigo con la tapa del frasco abierta hasta la mañana del lunes, 19 de julio de 2021, en que los saqué de la nevera y, tras recogerlos uno a uno lo más estirados que pude en una cucharilla, con una gota de agua de mar, los vertí con un rápido movimiento sobre la superficie de una de las dos placas de agua de mar que previamente había congelado, dentro de sendas cajas plásticas, para darles rápida muerte, dejando que el frío actuase por sí sólo durante más de dos minutos en cada caso y añadiendo luego con cuidado sobre cada ejemplar, y más en la zona de alrededor inmediata a cada uno de ellos, gota a gota, un poco de Etanol Absoluto, para fijarlos. Una vez fijados, los retiré con cuidado y, tras darles un breve baño en agua destilada, los pasé a su respectivo recipiente y solución conservadora definitiva. Así pues, finalmente, conservo en buen estado a estos ejemplares, en Etanol Absoluto con escasa agua destilada residual, en un frasco de inyección, guardado en .
- O/21/4 -1 ejemplar de Janolus hyalinus, que es de esta especie FIJO, ya NO es E.N. (al haber recolectado el sábado, 15 de julio de 2017 -es decir: exactamente cuatro años menos dos días antes-, a un único ejemplar anterior, en Punta Subrido), y no vi más. En cualquier caso, éste es un ejemplar tan diminuto como aquel primero de 2017, pero del que no albergo duda alguna en cuanto a su determinación específica, puesto que posee todos los rasgos que son propios de su especie. Pronto despejé mis posibles dudas iniciales de que no perteneciese a otra especie distinta de Janolus hyalinus, a la que pertenece, dado su parecido algo más que superficial con Proctonotus mucroniferus. Dada mi experiencia con el ejemplar anterior, de 2017, enseguida comprobé la presencia en este nuevo ejemplar del principal rasgo distintivo entre ambas especies, es decir: la existencia de una carúncula entre las bases de los rinóforos de la que carece Proctonotus mucroniferus, pero que resulta evidente en Janolus hyalinus. Para asegurarme de la existencia de ese rasgo, dado el exiguo tamaño de mi ejemplar, lo examiné a través de la lupa rusa y así salí por completo de dudas: mi flamante (aunque muy pequeño) ejemplar era un Janolus hyalinus, FIJO. En cuanto al resto de los rasgos anatómicos de mi ejemplar, todos ellos me reafirman en lo correcto de su determinación específica, ya que, si bien es de muy pequeño tamaño (muy discreto, de en torno a medio centímetro de longitud total), reúne todas las principales características propias de esta especie, como son el aspecto general del cuerpo (ancho por delante y estrechándose gradualmente cuanto más hacia atrás), el dorso densamente poblado de ceratos digitiformes y granulados, con aspecto levemente aplanado y con la punta afilándose hasta una pequeña verruga distal blanquecina (al igual que las demás verrugas ceratales, existentes sobre todo en la mitad distal de cada cerato), que ofrecen un perfil disruptivo, la disposición de los ceratos (que rodean todo el borde corporal en varias filas, siendo los mayores los situados más hacia el centro del dorso y más pequeños los de las filas inferiores, más lateralizadas), la existencia de un borde labial bastante proyectado hacia adelante, dotado de diminutos tentáculos orales, la coloración más bien críptica, en tonos crema/ocráceos, pero con referencia especial al aspecto oscuro de la glándula digestiva que se ve, como una discreta raya longitudinal algo ocre/amarillenta, en el interior de la mayor parte de los grandes ceratos, excepto en los del extremo anterior del animal, aunque sin llegar a ocupar en ningún caso más de la mitad proximal de la altura de dichos ceratos, las salpicaduras de motas blancas y algunas castañas, distribuidas por todo el cuerpo, la presencia de otra mancha, mayor y también de color blanco, en el centro del dorso tras los rinóforos, los rinóforos (lamelados distalmente y con una carúncula arrugada, de una tonalidad castaño claro/crema, que los separa en sus bases), los ojos (negros, grandes y situados claramente por detrás de los rinóforos), la posición de las branquias y el ano (en la parte posterior del noto, pinnadas) o la existencia de una cola que sobresale claramente tras el noto. Encontré a este ejemplar de nudibranquio, ya en casa, reptando sobre uno de los fragmentos de esponja de la especie Cliona viridis que había desprendido con el ganapán de buceo de la pared rocosa en donde crecía, al fondo de un estrecho cañón submarino, en la zona más al suroeste a donde llegué durante mi buceada, cerca ya del faro rojo que delimita al oeste la Playa de Melide y el Cabo Home propiamente dicho. Esos fragmentos de esponja los había arrancado para buscar en ellos algún ejemplar de Calamardum aletatae, búsqueda que resultó negativa, pero me permitió hacerme con algunos otros ejemplares de otras especies para mi colección, como este ejemplar de Janolus hyalinus. Una vez localizado en nuestra casa de Vigo, durante la noche del día de su captura (la del sábado, 17 de julio de 2021, a la del domingo, 18 de julio de 2021), guardé este ejemplar en la nevera, en su frasco de recolección, con agua de mar y con la tapa abierta, para que pasase la noche en las mejores condiciones posibles. A la mañana siguiente (la del domingo, 18 de julio de 2021), además de iniciar estas anotaciones, en el estudio de nuestra casa de Vigo llevé a cabo una sesión de fotos y vídeo digitales para documentar a los ejemplares recolectados el día anterior y que me quedaría para mi colección. Esta sesión la llevé a cabo básicamente con la luz artificial de un flexo fluorescente dispuesto al efecto, salvo las fotos y secuencias de vídeo hechas a través de la lupa trinocular rusa, para las cuales utilicé la propia luz incandescente de la lupa como fuente de iluminación. Todas las fotos y secuencias de vídeo (éstas todas filmadas en formato 4K) de esta sesión las hice con la cámara OLYMPUS TG5, tanto con sus opciones de macro y microfotografía propias de la cámara y sin lupas interpuestas como a través de la lupa trinocular rusa. Para la sesión, sumergí en agua de mar a los ejemplares, dentro de una placa Petri que apoyé sobre un cristal transparente que, a su vez, hice reposar sobre dos columnas de cintas de vídeo VHS acostadas y distanciadas entre sí ambas columnas, de la altura equivalente al grosor de una cinta de vídeo VHS acostada cada columna, a fin de difuminar el fondo, que consistía en una cartulina de color negro, para incrementar el contraste a la vez que difuminaba el fondo. En el caso de las fotos y secuencias de vídeo hechas a través de la lupa trinocular rusa, apoyé la placa Petri sobre la placa portaobjetos de la lupa, con lo que el fondo oscuro de las mismas es el propio de dicho soporte. En concreto, en lo que se refiere a este ejemplar, las 3 secuencias de vídeo que le hice durante esta sesión del domingo, 18 de julio de 2021 (dos de ellas con las opciones macro normales de la cámara OLYMPUS TG5 y sin lupas interpuestas y la tercera a través de la lupa trinocular rusa interpuesta), pasaron a formar parte de la PELÍCULA DE VÍDEO DE BICHOS Nº 16/2021, correspondiente por entero a este evento recolector. Así mismo, las 30 fotos digitales hechas a este ejemplar durante esta sesión (22 de ellas con las opciones macro normales de la cámara OLYMPUS TG5 y sin lupas interpuestas y las 8 fotos restantes a través de la lupa trinocular rusa interpuesta), las guardo en el CARRETE MD Nº 3/2021 (de la foto Nº 391 a la foto nº 420 de dicho carrete). Una vez documentado este ejemplar, lo introduje en un frasco independiente para él solo, más pequeño y adecuado (del tipo de Hero 6), sumergido en agua de mar, y espolvoreé cristales de Mentol sobre el agua del mismo, metiéndolo en la nevera de nuestra casa de Vigo con la tapa del frasco abierta durante el resto del día, para que el anestésico fuese haciendo efecto. Por la noche de ese mismo día, domingo, 18 de julio de 2021, tras comprobar que este espécimen de nudibranquio se hallaba completamente anestesiado, retiré los cristales de Mentol del frasco, vacié gran parte del agua de mar y la sustituí por Etanol Absoluto, en una cantidad equivalente a la del agua de mar que contenía aún el frasco, dándole muerte y dejándolo fuera de la nevera con la tapa cerrada, para que el ejemplar se fuese fijando durante la noche. A la mañana siguiente (la del lunes, 19 de julio de 2021), tras darle a este ejemplar de nudibranquio un breve baño en agua destilada, lo introduje en su recipiente y solución fijadora y conservadora definitiva. Así pues, finalmente, conservo en buen estado a este ejemplar, en Etanol Absoluto con escasa agua destilada residual, en un frasco de inyección, guardado en .
- O/21/5 -1 ejemplar de platelminto, perteneciente a una especie aún pendiente de ser determinada por mí ( ), que es de este tipo de animales FIJO, hasta donde puedo suponer CREO que es E.N., y no vi más. En cualquier caso, de no ser especie nueva para mi colección, ignoro a día de hoy a qué especie podría pertenecer, dadas las características diferenciales que presenta, y así: de muy pequeño tamaño (en torno a algo menos de medio centímetro de largo), este animal es aplanado, algo alargado, ovalado y ahusado, con ambos extremos más estrechos que la parte media, de superficie aparentemente lisa, y es de color general intensamente blanco, si bien se adivina un más o menos estrecho ribete amarillento/dorado, bastante fragmentado y discontinuo, que recorre el borde perimetral del animal. También es evidente la existencia de unas pocas y difusas marcas redondeadas grisáceo/negruzcas a ambos lados de la línea longitudinal media, dispuestas en sentido longitudinal pero de forma un tanto alterna, a veces. Pero, quizás, la característica más señalable de este animal es la existencia de un par de tentáculos cerebrales, bajos y redondeados, como pequeños domos, que se sitúan bastante separados el uno del otro dejando en medio de ambos la masa cerebral, de color grisáceo. Estos tentáculos cerebrales poseen en sus bases una pequeña concentración de negros ocelos, con alguno más grande, especialmente marcado y oscuro, que se suman a la pequeña nube de ocelos cerebrales situados sobre la masa gris referida del cerebro. En cualquier caso, el número total de ocelos existentes, tanto en las bases de los tentáculos cerebrales como sobre el mismo cerebro, es muy escaso, no pasando de un par de decenas, a lo sumo. No detecto la presencia de otros ocelos en el cuerpo, ni siquiera en el borde frontal, salvo que se trate de alguno suelto y absolutamente disperso. Encontré a este ejemplar de platelminto, ya en casa, reptando sobre uno de los fragmentos de esponja de la especie Cliona viridis que había desprendido con el ganapán de buceo de la pared rocosa en donde crecía, al fondo de un estrecho cañón submarino, en la zona más al suroeste a donde llegué durante mi buceada, cerca ya del faro rojo que delimita al oeste la Playa de Melide y el Cabo Home propiamente dicho. Esos fragmentos de esponja los había arrancado para buscar en ellos algún ejemplar de Calamardum aletatae, búsqueda que resultó negativa, pero me permitió hacerme con algunos otros ejemplares de otras especies para mi colección, como este ejemplar de platelminto. Una vez localizado en nuestra casa de Vigo, durante la noche del día de su captura (la del sábado, 17 de julio de 2021, a la del domingo, 18 de julio de 2021), guardé este ejemplar en la nevera, en su frasco de recolección, con agua de mar y con la tapa abierta, para que pasase la noche en las mejores condiciones posibles. A la mañana siguiente (la del domingo, 18 de julio de 2021), además de iniciar estas anotaciones, en el estudio de nuestra casa de Vigo llevé a cabo una sesión de fotos y vídeo digitales para documentar a los ejemplares recolectados el día anterior y que me quedaría para mi colección. Esta sesión la llevé a cabo básicamente con la luz artificial de un flexo fluorescente dispuesto al efecto, salvo las fotos y secuencias de vídeo hechas a través de la lupa trinocular rusa, para las cuales utilicé la propia luz incandescente de la lupa como fuente de iluminación. Todas las fotos y secuencias de vídeo (éstas todas filmadas en formato 4K) de esta sesión las hice con la cámara OLYMPUS TG5, tanto con sus opciones de macro y microfotografía propias de la cámara y sin lupas interpuestas como a través de la lupa trinocular rusa. Para la sesión, sumergí en agua de mar a los ejemplares, dentro de una placa Petri que apoyé sobre un cristal transparente que, a su vez, hice reposar sobre dos columnas de cintas de vídeo VHS acostadas y distanciadas entre sí ambas columnas, de la altura equivalente al grosor de una cinta de vídeo VHS acostada cada columna, a fin de difuminar el fondo, que consistía en una cartulina de color negro, para incrementar el contraste a la vez que difuminaba el fondo. En el caso de las fotos y secuencias de vídeo hechas a través de la lupa trinocular rusa, apoyé la placa Petri sobre la placa portaobjetos de la lupa, con lo que el fondo oscuro de las mismas es el propio de dicho soporte. En concreto, en lo que se refiere a este ejemplar, las 3 secuencias de vídeo que le hice durante esta sesión del domingo, 18 de julio de 2021 (una de ellas con las opciones macro normales de la cámara OLYMPUS TG5 y sin lupas interpuestas y las otras dos a través de la lupa trinocular rusa interpuesta), pasaron a formar parte de la PELÍCULA DE VÍDEO DE BICHOS Nº 16/2021, correspondiente por entero a este evento recolector. Así mismo, las 10 fotos digitales hechas a este ejemplar durante esta sesión (8 de ellas con las opciones macro normales de la cámara OLYMPUS TG5 y sin lupas interpuestas y las 2 fotos restantes a través de la lupa trinocular rusa interpuesta), las guardo en el CARRETE MD Nº 3/2021 (de la foto Nº 421 a la foto nº 430 de dicho carrete). Una vez documentado este ejemplar, lo introduje en un frasco independiente para él solo, sumergido en agua de mar, metiéndolo en la nevera de nuestra casa de Vigo con la tapa del frasco abierta hasta la mañana del lunes, 19 de julio de 2021, en que lo saqué de la nevera y, tras recogerlo lo más estirado que pude en una cucharilla, con una gota de agua de mar, lo vertí con un rápido movimiento sobre la superficie de una de las dos placas de agua de mar que previamente había congelado, dentro de sendas cajas plásticas, para darle rápida muerte, dejando que el frío actuase por sí sólo durante más de dos minutos y añadiendo luego con cuidado sobre este ejemplar, y más en la zona de alrededor inmediata al mismo, gota a gota, un poco de Etanol Absoluto, para fijarlo. Una vez fijado, lo retiré con cuidado y, tras darle un breve baño en agua destilada, lo pasé a su respectivo recipiente y solución conservadora definitiva. Así pues, finalmente, conservo en buen estado a este ejemplar, en Etanol Absoluto con escasa agua destilada residual, en un frasco de inyección, guardado en .