Hoploplana elisabelloi (2 de 3)

Descripción

Sintiéndolo mucho, os voy a tener que aburrir un poco con uno de mis habituales rollos, porque hoy le toca a una especie de turbelario con la que tengo una vinculación muy especial, de manera que la publicación de estas fotos suponen casi, casi, una primicia. Me explicaré:

Las tres fotos que subo hoy corresponden a dos ejemplares de Hoploplana elisabelloi, especie muy recientemente descubierta y descrita por el equipo dirigido por Carolina Noreña Jansen, que publicó su descripción en la revista ZOOTAXA el pasado 3 de noviembre de 2015. Además, esa publicación supuso la primera cita del género Hoploplana en aguas del Atlántico norte europeo, ya que hasta ahora sólo era conocido en aguas del Océano Pacífico y del Atlantico Oeste.

El nombre específico está dedicado a Isabel Bello, bióloga marina gallega prematura y desgraciadamente fallecida.

Según se narra en el artículo que describe la especie, el material examinado fueron tres únicos especímenes, capturados todos ellos en la Ría de Arousa (Galicia), en fechas 8 de octubre de 2011, 21 de diciembre de 2012 y 25 de agosto de 2013.

Pues bien, como ya me ha sucedido en anteriores ocasiones con otras especies, un servidor ya había encontrado un ejemplar de esta especie con anterioridad, concretamente el 12 de octubre de 2007 (nada menos que cuatro años antes que el primer ejemplar examinado por el equipo que describió la especie), buceando en la zona de Punta Subrido, en la orilla norte de la zona externa de la Ría de Vigo, a unos 2,5 metros de profundidad. A ese ejemplar corresponde la foto nº 2 de las 3 que subo hoy, que fue hecha en mi casa.

Fueron pasando los años sin que fuese capaz de determinar a qué especie pertenecía mi ejemplar, a pesar de todos mis intentos en ese sentido, ¡y no me extraña, tratándose de un ejemplar perteneciente a una especie aún no descubierta para la ciencia!, aunque mis conjeturas me llevaban a sospechar que debía tratarse de alguna especie del género Hoploplana, como así fue, en efecto.

Aquel primer ejemplar lo encontré sobre una colonia del briozoo Membranipora membranacea que crecía sobre el fronde de una gran laminaria de la especie Saccorhiza polyschides, y con la cual (con la colonia de briozoos) este platelminto se confundía de forma evidente, pues la configuración y colorido de su camuflaje es perfecto a esos efectos. Es casi como un clon del nudibranquio Corambe testudinaria, que habita sobre las mismas colonias de briozoos y en la misma zona, además, y de la cual ya he subido fotos a asturnatura.com en anteriores ocasiones (a mí esta similitud entre el platelminto y el nudibranquio me parece un clarísimo ejemplo de convergencia evolutiva, e invito a quien quiera comprobarlo a que compare las fotos de ese nudibranquio y de estos platelmintos).

Ya desde un principio consideré la posibilidad de que pudiera tratarse de una especie del género Hoploplana. De hecho, sólo el presentar una superficie dorsal lisa y carente de papilas me hizo desechar que pudiera tratarse de Hoploplana californica, especie con la que, por lo demás, y según entiendo, guarda una indudable semejanza. No obstante, después de hablarlo con Fernando Ángel Fernández Álvarez (nuestro FAFA), él me indicó que la única especie de este género que le constaba que hubiese sido citada en España (en Cataluña, en concreto) era H. villosa, y dicha especie también presenta papilas muy evidentes en el dorso, lo que me llevó a un callejón sin salida. Pero fue, precisamente, FAFA quien me puso en contacto con Carolina Noreña, una auténtica eminencia en nuestros turbelarios y persona extremadamente afable y cordial. Gracias a ella pude, al fin, llegar a saber que mi ejemplar correspondía a esa nueva especie, pendiente aún, por aquel entonces, de ser publicada su descripción.

Pues bien, el pasado 20 de septiembre, exactamente en la misma zona en donde había hallado a mi primer ejemplar en 2007, encontré un segundo ejemplar, que es al que corresponden las fotos nº 1 y 3 que subo hoy, hechas ambas bajo el agua en el lugar de su hallazgo, en torno a 3 metros de profundidad.

Como podréis ver, ambos ejemplares son muy similares, ambos vivían sobre colonias de Membranipora membranacea que crecían, a su vez, sobre grandes laminarias de la especie Saccorhiza polyschides, en un auténtico alarde de mimetismo con los briozoos referidos gracias al diseño cromático que lucen estos turbelarios, y en ambos casos las laminarias sobre las que vivían los ejemplares de las fotos crecían a escasa profundidad.

Para no cansaros más, sólo añadiré que la existencia de unos largos tentáculos nucales en estos animales, tubulares, estrechos, algo cónicos y de bordes lisos, rodeados en su base por un apretado anillo de negros ojos, constituye otro de los rasgos distintivos de esta especie. Se pueden apreciar bastante bien dichos tentáculos en la zona derecha de la foto nº 3, aunque si tenéis mucho interés, los próximos días puedo subir algunas otras fotos con mayor detalle de los mismos. Por su parte, los escasos ojos cerebrales que poseen resultan sumamente inconspicuos. Esta especie carece por completo de ojos frontales y de ojos marginales. Como ya adelanté, el hecho de que el dorso del animal sea liso, y no cubierto de papilas, ayuda a distinguir a esta especie de otras especies del género Hoploplana.

Finalmente, aprovecho para agradecer de todo corazón a Fafa y a Carolina Noreña su ayuda desinteresada y entusiasta en la determinación de estos especímenes de mis fotos, que además constituir la primera referencia temporal a esta especie en el caso del ejemplar de 2007, protagonista de la foto nº 2, suponen, hasta donde sé, las únicas referencias de esta especie fuera de las aguas de la Ría de Arousa, aunque la novedad se limite a referirla para la cercana Ría de Vigo (lógicamente, la mención al ejemplar del año 2007 no puede ser una cita oficial de la especie, por la sencilla razón, antes expresada, de que la misma aún no había sido descrita al tiempo de su hallazgo. Algún día...;D)

¡Perdonad el testamento! :P

Un saludo.

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