Eunice vittata (1 de 3)

Descripción

Estas fotos que subo hoy corresponden a tres ejemplares distintos de esta llamativa especie de poliquetos eunícidos, Eunice vittata, de la que aún no tenemos ficha abierta en la web, y que fueron recolectados en diferentes lugares, siempre en las costas del suroeste de Galicia, el 9 de agosto de 2012 (éste es el ejemplar de la foto 1), el 4 de agosto de 2015 y el 13 de abril de 2017. Por simplificar, diré que los dos primeros fueron izados a bordo en las redes de un pesquero del puerto de A Guarda, que faenaba a una milla de la costa de Oia, mientras que al tercero lo localicé en el interior de la Ría de Vigo, en fondo de fango. Por este motivo, la situación que daré en el mapa será, aproximadamente, la que corresponda al primero de los ejemplares (el de 2012, de la foto 1).

Encuentro de especial interés subir fotos de tres individuos diferentes (he localizado más, aparte de éstos, pero con que suba fotos de estos 3 ejemplares considero que es suficiente) para resaltar que, a pesar de las diferencias individuales, sobre todo referidas al tamaño, desarrollo, aspecto general de cada individuo -ausencia o deterioro de antenas y cirros, etcétera-, los tres ejemplares mantienen una serie de características comunes a la especie, de las que las más fáciles de comprobar, a efectos diagnósticos de determinación, son las siguientes (y, como referencia, seguiré la descripción del primero de los ejemplares, el de la foto número 1, del año 2012): Estos animales poseen un cuerpo ancho y fuerte en la parte media, pero que se ahusa significativamente en ambos extremos. El ejemplar del año 2012, en concreto, mide unos 5 centímetros de largo y cuenta con en torno a 88 segmentos tras el prostomio, que tiene una longitud más o menos equivalente a la del peristomio. El dorso del prostomio está teñido de un color rojizo similar al que presentan las bandas transversales de los segmentos, a las que luego me referiré, salvo en sus porciones distales anterior y posterior, que son blanquecinas. Bajo el extremo anterior del prostomio, que es bilobulado, existen dos palpos muy cortos y anchos, justo por delante de la boca. A través de la boca, estos animales protusionan con cierta frecuencia unas mandíbulas complejas, convexas y negras, de bordes densamente aserrados (imagen superior izquierda de la foto 3). La porción dorsal posterior del prostomio es liso, y de él surgen, tras unos pequeños pero bien visibles cirróforos anulares, las 5 antenas que poseen estos animales, en una misma línea transversal. La antena más larga es la central, mientras que las más cortas son las situadas a ambos extremos laterales. A diferencia de otras especies de este género presentes en nuestras aguas, como Eunice torquata, Eunice pennata o Eunice harassi, en esta especie la segmentación de las antenas y cirros tentaculares es absolutamente inconspicua, destacando por su aspecto liso así como por su color monocromo y claro. Además, en los laterales de la zona dorsal posterior del prostomio, un poco por debajo y a los lados de las dos antenas que flanquean a la antena central, existen dos grandes ojos negruzcos, muy conspicuos y de forma entre redondeada (por su parte ventral) y algo apuntada (por su parte más dorsal). Estos dos ojos a veces son parcialmente ocultados por un repliegue que hay en el borde anterior del peristomio, cuando el animal se contrae. En cuanto a la longitud relativa de las antenas, la larga antena central, de ser doblada hacia atrás, llegaría hasta el octavo o noveno segmento tras el prostomio, las dos antenas que la flanquean tienen una longitud que equivale, aproximadamente, a unos 4/5 o unos 5/6 de la longitud de dicha antena central, y, finalmente, las dos antenas más lateralizadas y alejadas de la central presentarían una longitud equivalente sólo a 1/3 o 1/4 de la longitud de la antena central.

El peristomio es manifiestamente más largo que los restantes segmentos. En el segundo segmento tras el prostomio, que es la mitad de largo que el peristomio y, además, también más corto que los segmentos que le siguen, existen dos cirros tentaculares de longitud variable, dependiendo de los individuos, pero siempre afilados, monocromos en tonos blanquecinos/claros, como las antenas, y de muy poco evidente articulación. Dichos cirros tentaculares llegan a tener una longitud que equivale aproximadamente a 1/3 de la de la antena central antes referida, pero son manifiestamente más estrechos (en torno a unas tres cuartas partes del ancho total de aquella).

La existencia de branquias rojizas a partir del tercer segmento setígero (quinto tras el prostomio) es otra característica de esta especie. Dichas branquias, que comienzan siendo monofilamentosas para acabar poseyendo hasta 14 filamentos por branquia, se sitúan sólo en la parte anterior del animal (hasta el segmento número 39 tras el prostomio en el ejemplar que describo, del año 2012, aunque en algún trabajo de la literatura científica se refiere que sólo se extienden hasta el segmento número 23 tras el prostomio), mientras que en la zona posterior los segmentos carecen de su correspondiente branquia. Esta ausencia de branquias en la zona posterior del animal ayuda a diferenciar a Eunice vittata de alguna otra especie parecida que poseee branquias también en la porción posterior de su cuerpo. Del aspecto de las branquias en su zona más desarrollada y del aspecto de la zona posterior del animal, carente ya de branquias, dan fe las imágenes superior derecha e inferior de la foto 3.

Al final del cuerpo, que se adelgaza de forma progresiva, se halla un estrecho pigidio del que parten dos largos, pero inconspicuos y finos cirros anales, que pueden observarse en la foto 1. La longitud de dichos cirros anales, orientados hacia atrás, es inferior a la distancia existente desde el pigidio hasta los cinco segmentos setígeros inmediatamente por delante del mismo.

Los parápodos con quetas, presentes desde el tercer segmento tras el prostomio, poseen unos muy largos y afilados cirros dorsales y unos cirros ventrales más cortos, ojivales. En medio de ambos, el lóbulo setígero, sensiblemente menor, incluso, que los cirros ventrales, tiene forma más o menos rectangular y borde superior romo y recto, y de él surgen las quetas o sedas, blanquecino/doradas y en número que calculo en torno a la veintena, más o menos. En cuanto a las acículas de este animal, no he sido capaz de observarlas con nitidez en ninguno de los ejemplares recolectados, por lo que deduzco que serán de color claro y, por tanto, inconspicuas entre los lóbulos parapodiales y los laterales del animal, que son de esas mismas tonalidades.

Quizás la característica que a simple vista resulte más llamativa de esta especie se refiera a la magnífica pauta cromática que exhibe en la cara dorsal de sus segmentos, que va cambiando desde la parte delantera hacia atrás, y así: en la región delantera destaca el peristomio, que, como antes ya apunté, posee un repliegue en su borde anterior, blanquecino y algo elevado o engrosado por encima de la superficie dorsal posterior del prostomio, que es el que puede tapar en parte a los ojos del animal cuando se contrae. Además, el peristomio presenta una pauta cromática dorsal formada por tres bandas transversales rojizas/anaranjadas sobre fondo blancuzco, siendo la última o posterior la más intensamente rojiza. En todos los restantes segmentos de la región anterior del cuerpo del animal, el número y aspecto de las bandas o franjas es esencialmente similar al del peristomio, aunque quizás varíe algo su número en el siguiente segmento (por ser el más estrecho), juntándose las dos franjas rojizas/anaranjadas anteriores hasta parecer casi una sola, e incluso es complicado determinar que exista un número fijo de ellas en todos los segmentos, dado que éstos suelen encabalgarse algo entre sí con los movimientos de contracción del animal al deambular, enmascarando con ello la presencia de algunas de las bandas más distales de los segmentos (las fronterizas con los segmentos inmediatamente por delante y por detrás). En todo caso, en esta parte anterior, el diseño de un par de franjas transversales rojizo/anaranjadas sobre fondo blanquecino, y otra franja transversal más intensamente rojiza en posición posterior e intersegmentaria, se repite en todos los segmentos.

De las franjas transversales cabría decir que siempre las franjas rojizas son las que se disponen sobre un fondo blanquecino, y no al revés, dado que los laterales y la cara ventral de este animal son blanquecinos. No obstante, la prolongación de las franjas rojizas hacia abajo, por ambos laterales de los segmentos, se da siempre, en mayor o menor medida, y parece ser algo mayor (bajan más) en las franjas situadas en las zonas anterior y posterior de cada segmento que en las franjas rojizas centrales. Esa bajada por los laterales observo que no supera la zona de inserción de los parápodos en los segmentos. La intensidad de las franjas rojizas se va atenuando cuanto más hacia atrás en el cuerpo, de manera que en los segmentos posteriores de esta región anterior se han hecho tan difusas que prácticamente han desaparecido por completo.

La región central del cuerpo de este animal carece de branquias, y se caracteriza, también, por presentar una coloración oscura, y por la ausencia, prácticamente absoluta, de cualquier otro tipo de ornamentación o diseño cromático dorsal.

Finalmente, la región posterior del cuerpo de este animal, que sigue careciendo de branquias, cambia sustancialmente su ornamentación, luciendo una nueva serie de trazos rojizos sobre un color de fondo que, en este caso, es más bien amarillento pálido. Los trazos rojizos referidos los describiría así: entre cada segmento y el que le sigue o precede (es decir, justo en la zona intersegmentaria) existe una raya rojiza transversal, bastante estrecha ya que sólo ocupa ese limitado espacio de sutura, fronterizo entre segmentos, y que no llega a los laterales del animal, limitándose a recorrer el centro del dorso del mismo (y ni siquiera por completo) desde un lado hacia el otro. Luego, en el dorso de cada segmento propiamente dicho existen dos líneas rojizas transversales, que dejan en el medio de ambas una franja central libre de rayas. Estas dos líneas rojizas son tan estrechas como la intersegmentaria antes referida, pero a diferencia de ella se prolongan bastante más allá del borde laterodorsal del segmento, bajando por los flancos y llegando a abarcar por ambos lados la base de los parápodos. Ambas rayas rojizas no son rectas, sino que presentan cierta curvatura, orientando ambas su parte convexa hacia el centro del segmento en que se hallan. Su parte cóncava la orientan hacia la parte delantera del segmento -la linea anterior- y hacia la parte trasera del segmento -la línea situada en posición posterior al centro del mismo-. El pigidio, en el extremo posterior, muestra una coloración algo más oscura que el resto de los segmentos de esta zona posterior del animal. Además de las rayas rojizas y del color de fondo general amarillento pálido, también destaco que, por transparencia, en esta zona posterior del animal se hace más patente la existencia de un cordón sanguíneo longitudinal que recorre su interior, y que aunque ya lo hace en las regiones anteriores del cuerpo, en ésta última es, como digo, más evidente. De la misma manera, en la base de los parápodos de esta región posterior se ven mejor los vasos sanguíneos que los irrigan.

En cualquier caso, es importante señalar que la variabilidad intraespecífica de esta especie puede ser importante, según ha demostrado algún trabajo reciente sobre individuos capturados en la Ría de Ferrol, aunque afecta más a cuestiones de desarrollo,como el tamaño o número de los segmentos (el crecimiento de estos animales se centra, primero, en el número de segmentos, luego en el largo de cada segmento y sólo después en su ancho), así como al aspecto de los apéndices y branquias (uni o birrámeas, por ejemplo), que a cuestiones relacionadas con su coloración, ya que, aparte de que los ejemplares más jóvenes pueden ser algo más claros o tener las franjas de color menos definidas (de esa variabilidad sirven de ejemplo las imágenes de las partes delanteras de los tres individuos citados al principio, que conforman la composición de la foto número 2), lo cierto es que la pauta cromática general que he descrito se repite con tozudez en todos ellos.

Espero que, a pesar de la longitud excesiva de este testamento, esta especie de eunícidos os haya resultado tan llamativa e interesante como a mí.

Un saludo.

Hábitat:
Submarino
Abundancia:
Un ejemplar de cada vez. Tres recolecciones.
Recolector:
Marcos Fernández Iglesias
Determinador:
Marcos Fernández Iglesias

Etiquetas

#invertebrados #naturaleza #fotografía

Datos de la fotografía

Autor: Marcos Fernández Iglesias

Fecha de realización: 09/08/2012

Fecha de publicación: 28/06/2018

Visitas: 2263

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Localización

España, Pontevedra, Oia, OIA (SANTA MARIA DE ), a una milla al oeste de la costa (42.00147,-8.90307)

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