Branchiostoma lanceolatum (2 de 3)

Descripción

Aporto hoy mi pequeña contribución para documentar el anfioxo, tan magistralmente explicado por Ricardo, y que apoyó sus comentarios en unas fotos francamente magníficas, como en él es costumbre. En mi caso, las fotos, bastante mediocres, corresponden a un ejemplar que localicé el 12 de diciembre de 2010, a unos 25-30 metros de profundidad, en un sustrato arenoso de la boca sur de la Ría de Vigo -la situación en el mapa es sólo aproximada-. A ese tipo de sustrato se le llama propiamente “arena de anfioxos” y se caracteriza por una granulación medio/gruesa, salpicada de restos de conchas. Las fotos que aporto son sólo de detalle, pues para una visión más general de este animal considero preferible contemplar alguna de las fotos que hizo Ricardo y que ilustran la ficha de esta especie. De la foto nº 1 que hoy subo, centrada en el extremo anterior de este animal, destaco la presencia de los cirros orales, dotados de pínnulas a ambos lados, la iridiscencia verdosa generada por las fibras helicoidales cruzadas de la dermis, así como la existencia de las bandas ciliares que conforman el órgano rotatorio (esa suerte de "hendiduras horizontales", dispuestas unas sobre otras, que se observan a la izquierda de la foto, en el flanco de la “cabeza”, justo tras/sobre la boca, más o menos a la misma altura a la que un tiburón tendría sus hendiduras branquiales). La foto nº 2 es un detalle del atrioporo, orificio situado en la zona ventral posterior del animal y a través del cual sale el agua absorvida por la boca, una vez filtradas sus sustancias nutritivas gracias al moco generado por el endostilo, en la faringe, y tras haber atravesado las hendiduras faríngeas. Finalmente, la foto nº 3 es un detalle de la cola del animal, con el ano situado en posición ventral, justo antes de la cola propiamente dicha (orientado hacia abajo en la foto, en el cuadrante inferior derecho de la misma). En dicha foto, además, se pueden observar los musculos en forma de “V”, llamados miotomos, que en número de unos 50/70 se disponen a lo largo de todo el cuerpo, a fin de suministrar a este animal el movimiento necesario para nadar o para enterrarse en el sustrato a gran velocidad (al parecer, pueden nadar hasta a 35 centímetros por segundo, si lo hacen hacia delante, y un poco más lento -25 centímetros por segundo- si nadan hacia atras). Perdonadme la “paliza”. Un saludo.

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