Descripción
Macho de cuerpo translúcido y piriforme, de entre 750 y 900 µm y un ancho de 700-900 µm en su parte posterior. Está muy poco esclerotizado, excepto sus patas, que por esto tienen color más oscuro. Sus quelíceros no tienen forma de cuchillo como en las hembras, sino que tienen forma de tubo y están adaptados para transferir los espermatozoides dentro de las hembras.
La hembra adulta es de mayor tamaño; el cuerpo es elipsoidal y de coloración pardo rojizo, mas ancho que largo, de 1100 µm de longitud y 1600 µm de anchura aproximadamente. La superficie dorsal está muy bien esclerotizada y densamente cubierta de pelos de longitud uniforme. Los márgenes laterales presentan pelos de mayor tamaño y con aspecto de espinas. Los quelíceros tienen forma de cuchillo y conforman una estructura particularmente adaptada para lacerar la cutícula de las abejas. Las patas terminan en ambulacros bien desarrollados, membranosos, con fuertes escleritos basales y sin uñas, perfectamente adaptados para adherirse a las abejas.
Los juveniles tienen una coloración menos acentuada.

Vizcaya, Sopelana, 15/09/2004.
Fotografía de Iñaki Rojo LegarraHábitat y ecología
Varroa destructor es un parásito externo de
Apis mellifera.
Una vez infestada una colonia de abejas se inicia el proceso reproductivo del ácaro. Una hembra de
Varroa destructor fecundada abandona la abeja portadora de cuya hemolinfa se ha estado alimentando y penetra en una de las celdas de cría de la colmena de aproximadamente 5-6 días, a punto de ser operculada; tiene especial predilección por las celdas de zánganos, pero puede hacerlo sobre cualquier casta de abeja. Dos días después de la operculación (unas 60 horas después de entrar en la celda), y al parecer solo después de haber succionado la hemolinfa de la larva, comienza la ovoposición; pone de 3 a 7 huevos con un intervalo de tiempo de 30 horas entre uno y otro. Los huevos dan lugar a ninfas a las 48 horas después de la puesta. Generalmente el primer huevo origina un macho y los demás hembras. Las ninfas comienzan a alimentarse de la hemolinfa de la cría y a los 3-4 días se convierten en adultos los machos o 5-6 en el caso de las hembras. El apareamiento de los ácaros se lleva a cabo en la celdilla antes de que la abeja abandone la celda. Los machos mueren por inanición, ya que se aparato bucal se convierte en un órgano eyaculador que les impide alimentarse; sólo las hembras abandonan la celda pegadas a la abeja cuando este emerge. La hembra de
Varroa tiene una espermateca en la cual almacena los espermatozoides del macho.
En las abejas adultas la hembra de
Varroa busca las zonas más blandas del cuerpo, las menos queratinizadas, que son las más fáciles e perforar para succionar la hemolinfa. Tras un tiempo alimentándose, la hembra deja a la abeja parasitada para ovopositar en una celdilla, cerrando el ciclo.
La hembra puede vivir un total de 2 a 8 meses en el interior de la colmena, dependiendo de las condiciones del tiempo.
El daño provocado por los ácaros a las abejas es de carácter físico y tóxico infeccioso. El físico lo produce por la succión de la hemolinfa, pero es quizás el tóxico infeccioso el que más daño causa a la abeja por la entrada de toxinas y la transmisión de microorganismos causantes de enfermedades, como el virus deformador de las alas. Una abeja infectada vive la mitad de tiempo que una sana.
Datos obtenidos de:
- 1 fotografías de la galerías de naturaleza.
- 0 poblaciones georreferenciadas en SINFLAC.
Distribución
Cosmopolita.
Varroa destructor fue descrita inicialmente a partir de ejemplares encontrados en la Isla de Java sobre
Apis cerana bajo el nombre de
Varroa jacobsoni. Estudios de ADN han demostrado que en realidad la especie que parasita la abeja asiática es
Varroa jacobsoni, nombre con el que originalmente fueron descritas estas especies, mientras que
Varroa destructor lo hace sobre
Apis mellifera.
En la década de 1960 se reportó por primera vez la infestación de colonias de
Apis mellifera y su dispersión al resto de Asia, Europa, norte de África y Oriente Medio se produjo de forma acelerada debido a la movilización de colmenas pobladas y la movilización natural de enjambres. Posteriormente se detectó en Sudámerica (debido a la importación de colonias japonesas por apicultores de Paraguay), Estados Unidos y Canadá. En México apareció en 1992.
Bibliografía y más información
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