Ruínas del Monasterio de Santa María de Moreruela

Ruínas del Monasterio de Santa María de Moreruela

Localización

El monasterio se localiza en el límite occidental de la zamorana comarca de Tiedra de Campos, junto al río Esla. Se accede por la carretera N-630 que une Benavente con Zamora. Nada más rebasar el pueblo de Granja de Moreluela, cuya nombre denuncia su origen monástico, un indicador nos dirige a el a través de una carretera asfaltada en menos de 3 km. El pago se denomina finca de "La Guadaña".

Orígenes e historia del señorío monástico

Como sucede a tantos otros monasterios, sus orígenes son oscuros y las noticias cronísticas contradictorias. Se remontan a finales del siglo IX atribuyendo San Froilán (después obispo de León), su primera fundación, situándola en Moreluela de Suso o en Moreruela de Tábara. En el año 985, la comunidad se traslada al lugar actual donde existiría un monasterio llamado Santiago de Moreruela, próximo al camino de peregrinos, hasta que en el año 1143 Alfonso VII concede al noble Ponce de Cabra la villa largo tiempo desierta de Moreluela de Frades con un extenso término para que fuese entregada a los monjes benedictinos Sancho y Pedro con sus compñeros y en ella construyeran un monasterio.

Esta comunidad se vió pronto atraida por la reforma religiosa cisterciense de San Roberto y San Bernardo, afiliándose entre los años 1158 y 1162 al monasterio francés de Claraval, y cambindo la advocación de Santiago por la de Santa María.

La nueva comunidad inicia su expansión y colonización territorial que alcanzará su cima a finales del siglo XIII gracias inicialmente a las donaciones reales y a las de los nobles y campesinos, y después a su propia iniciativa económica mediante compras y trueques. Su dominio, centrado en torno al Esla y a su monasterio, se basó en la diversificación económica (agrícola, ganadera y de materias primas como la sal y el hierro) y territorial (campiñas cerealícolas y vinícolas de la Meseta, salinas de la Lampreana y prados y bosques y el hierro del NO zamorano y portugués), donde poseyó villas, heredades, molinos y aceñas y casas en las ciudades de Zamora, Toro, Bragança,... Aquella comunidad, integrada por unos 40 monjes, otros tantos conversos (equivalentes a los legos o hermanos actuales), y algunos siervos domésticos, se incorporó en el año 1494 a la nueva reforma de la Orden Cisterciense en España: la Congregación de la Regular Observancia de Castilla.

Superada la crisis de los siglos XIV y XV, recupera solo parte de su antiguo esplendor a partir de mediados del siglos XVI, que prosigue en el siglo XVIII con gran prosperidad. Sin embargo, el primer tercio del siglo XIX es una fase de crisis para el país y para todas las instituciones de regulares. Durante los años 1808 y 1809 la abadía fue ocupada alternativamente por las tropas francesas y nacionales durante la Guerra de la Independencia. Las necesidades financieras del estado animaron el proceso de sucesivas desamortizaciones y expulsiones de monjes, del año 1809 y 1820, que culminaron en la definitiva de 1835, cuando en el monasterio solo quedaban doce monjes y poco más de 400 ovejas.

El conjunto monástico

La iglesia

La iglesia reproduce el modelo de arquitectura románica adaptada a las necesidades de la liturgia y a alguna de las innovaciones constructivas del gótico (protogótico): tres naves, amplio crucero marcado en planta y cabecera con girola y siete capillas tangenciales, modelo cluniacense extendido en los monasterios cistercienses (Poblet, Veruel, Fitero y Monasterio de Santa María la Real de Gradefes, todos con un número menor de absidiolos).

Las obras del templo y de la mayor parte del claustro reglar se completaron en un periodo relativamente corto, entre 1162 y 1220. Se acometieron, como era habitual, a lo largo de varias fases constructivas, a cargo de canteros que dejaron constancia de su bien hacer en marcas grabadas en los sillares. En la primera fase, dividida en dos campañas, se realizó la cabecera y después se cerró casi todo el transepto; en la segunda etapa se acometieron los dos primeros tramos del templo y se extendió la obra por las oficinas orientales del claustro reglar, pero la mayoría de los espacios quedaron sin cubrir. En la fase siguiente, en la que se introdujeron la mampostería y el sillarejo, se concluyó el transepto, modificando el proyecto original, se amplió el templo otros tres tramos, se cubrió con bóvedas desde la sacristía hasta el locutorio y comenzó a construirse la sala de los monjes. Aquí se detuvo la obra durante un tiempo. Se retomó y concluyó en torno a la segunda década del siglo XIII, a cargo del magister operis Pedro Moro, añadiendo los cuatro últimos tramos de los pies, destinados al coro de conversos. A mediados del siglo XIII ya se estaba trabajando en el claustro de la hospedería, que se culmina a principios de la siguiente centuria.

La iglesia abacial es el ámbito más importante para la comunidad, y a él acuden siete veces cada jornada. Aunque hoy es un simple arquitectura desnuda, que conserva el suelo original de la época moderna, el monje Bernardo de Villalpando nos la describe en el siglo XVII con sepulcros y esculturas de yacentes en varios de sus ábsides, acogiendo restos de nobles castellanos y portugueses benefactores del monasterio. En sus numerosos altares se custodiaban abundantes y prestigiosas reliquias, entre las que destacaba la mitad del cuerpo de San Froilán, y se veneraban las imágenes de San Bernardo, Santiago o San Froilán.

Cada puerta abierta al templo tiene un significado y función especial. En el costado norte del crucero se abre la que conduce a la sacristía; a continuación, y en la parte alta, la puerta de maitines o de bajada del dormitorio de monjes a la iglesia (reformada en la época moderna con una escalera actual); la siguiente es la puerta de monjes, por donde exclusivamente accedían ellos al claustro después de los rezos de cada oficio; enfrente, y opuesta al lugar donde se desarrolla la vida cotidiana, la puerta de los muertos o de salida al camposanto de monjes. En la zona de los pies de la nave norte, y abierta al claustro, la puerta de conversos, y a su lado, una pequeña puerta de acceso a una torre; en el hastial, casi desaparecida, la puerta del pueblo o feligresía, hoy insinuada a través de la reja que protege la entrada.

El claustro medieval

Solo conserva de esta época el pabellón este casi en su totalidad y parte del septentrional, por lo que su planta cuadrada sería semejante a la que observamos actualmente, aunque las actuales basas que soportarían la galería de arcos del patio son de época moderna. En su costado oriental, al lado de la puerta de monjes, se abría una hornacina o armarium (un exiguo cuarto donde se guardaban los libros de rezo de los monjes para orar en voz alta por el claustro), transformado en arcosolio funerario para acoger los restos de nobles benefactores del cenobio, Juan Vela y Fernando Ponce de Cabrera, tal como muestra la cabra grabada en una de las dovelas. A continuación, se abre el acceso a la sacristía o vestiarium, cubierta con bóveda de cañón que sufrió una profunda reforma en época moderna.

A continuación, se espacia la segunda estancia más importante después de la iglesia, como lo indica su mayor relieve arquitectónico y la existencia de un manantial en su centro: la sala capitular. En ella se celebraba diariamente un capítulo de toda la comunidad presidido por el abad o el prior; se leen y comentan capítulos de la Regla, de ahí su nombre, se discuten cuestiones trascendentes sobre el dominio monástico o sobre la propia casa y se hacen confesiones públicas. Los conversos escuchaban desde las ventanas.

Del capítulo original solo se conservaban tres de sus nueve tramos, abovedados con ojivas que apoyan en repisas en los muros y en cuatro pilares cuadrangulares en el medio. Su fachada tuvo la organización habitual de tres vanos, que se corresponden con tres ventanas en el muro testero. El solado de ladrillo es de época moderna. Frecuentemente es el lugar escogido para el enterramiento de los abades y considerado de gran privilegio para los particulares, como el Pelagius Tabladelli de la inscripción de su muro norte o la casi ilegible de la fachada.

A su lado se sitúa la escalera de acceso al dormitorio de monjes, situado sobre el pabellón de monjes. Arriba se conservan varias dependencias de época moderna.

Más allá el locutorio, un nave estrecha cubierta con bóveda de cañón y paramentos restaurados. Aquí, el prior, después del servicio de prima, a las seis de la mañana en verano, distribuía el trabajo diario entre los monjes. Excepcionalmente, era el único sitio del claustro reglar donde los monjes podían hablar.

Al fondo del locutorio y accediendo a través de una puerta restaurada recientemente, se abre un hueco bajo la caja de la escalera, iluminado por una ventana. Se trata, posiblemente, de la prisión de monjes. Junto a el, el pasaje de tránsito entre el claustro reglar y la huerta, con la salida cegada desde antiguo.

Desde aquí, a través de una puerta rehecha, se accede a la sala de monjes. Es la sala de trabajo por excelencia; se copian los textos antiguos, se engrasan las botas y se rapan los monjes. Estas y otras actividades se realizarían en invierno al calor de los braseros. Es una dependencia rectangular dividida en dos naves por dos pilares cruciformes que apean sobre arcos formeros apuntados y transversales semicirculares; los seis tramos se cubren con bóvedas baídas de mampostería. Una puerta en ángulo NO la comunicaba con la huerta.

Del pabellón de conversos, situado al oeste, sólo persiste el muro de la fachada de la cilla, con un vano y una serie de lucillos funerarios, el pasaje y gran parte del refectorio de conversos, dividido en tres naves, como han desvelado las excavaciones arqueológicas.

Fotografías de Ruínas del Monasterio de Santa María de Moreruela

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Glosario de términos

Absidiolo
Abside mas pequeño que el principal y que se distribuye generalmente alrededor de la girola.
Altar
En el culto cristiano, especie de mesa consagrada donde el sacerdote celebra el sacrificio de la misa
Arco
Elemento sustentante, que descarga los empujes, desviándolos lateralmente, y que está destinado a franquear un espacio por medio de un trayecto generalmente curvo.
Arcosolio
Arco que, a manera de nicho, alberga un sepulcro generalmente incrustado en la pared. Su uso aparece en la época imperial romana
Basa
Pieza inferior de la columna que sirve de apoyo al resto
Cabecera
Testero de la iglesia o parte en que se halla el altar principal.
Capilla
Edificio contiguo a una iglesia o parte integrante de ella, con altar y advocación particular.
Cenobio
Sinonimo de monasterio. Casa o convento, ordinariamente fuera de poblado, donde viven en comunidad los monjes
Claustro
Galeria cubierta alrededor de un patio generalmente cuadrangular y separada de él por columnas o arquerias. Suele estar adyacente a la iglesia y formando parte de un complejo mayor (catedral, monasterio etc.). Su etimologia procede de claustrum = cerrado.
Coro
Parte de la iglesia donde se situan los monjes o sacerdotes para cantar el oficio divino. A lo largo de la historia de la arquitectura su ubicación dentro del templo ha sufrido diversas variaciones, si se sitúa en la nave central se aísla mediante un cerramiento
Crucero
Espacio en que se cruzan la nave central de una iglesia y la que la atraviesa.
Cubierta
En general, sistema de cierre de la parte superior de una construcción.
Dovela
Cada una de las piedras labradas en forma de cuña y que forman un arco.
Escalera
Construcción diseñada para comunicar varios espacios situados a diferentes alturas. Partes de una escalera
Girola
Pasillo que rodea por detrás el presbiterio o capilla mayor, prolongando las naves laterales. También se llama deambulatorio.
Hastial
Triangulo superior de un muro enmarcado por las vertientes del tejado.
Hornacina
Hueco coronado por un cuarto de esfera, generalmente practicado en un muro y destinado a recibir una estatua, jarrón, tumba u otro objeto decorativo.
Lego
En los conventos de religiosos, el que siendo profeso, no tiene opción a las sagradas órdenes. Se dedica a realizar actividades manuales en contraposición a los monjes de coro que dedican su actividad a la oración y a la vida contemplativa
Lucillo
Sarcofago de piedra, adosado al muro y colocado en un nicho cobijado por un arcosolio.
Monasterio
Conjunto de edificios donde se agrupan los monjes para vivir en comunidad. Voz proveniente del latín monasterium y este a su vez del griego monastérion
Monje
Persona que perteneciendo a una orden religiosa vive en comunidad en un monasterio. La voz proviene del occitano monge, que a su vez procede del latín monicus que a su vez procede del griego monachus.
Nave
Cada uno de los espacios en que se divide longitudinalmente una iglesia.
Paramento
Muro o pared
Pilar
Pilastra exenta, suele tener más consistencia que la columna.
Planta
Plano de la sección horizontal de un edificio.
Refectorio
Comedor común en un convento. Voz proveniente del latín refectorium de refectus, refección o alimento.
Sepulcro
Es la obra que se construye para dar sepultura a una persona, generalmente en piedra y elevada respecto del suelo
Sillar
Bloque de piedra labrado y asentado en hiladas, con forma, dotado de seis caras.
Sillarejo
Sillar tosco y pequeño.
Solado
Suelo o pavimento de los edificios
Testero
Pared de un edificio que se encuentra frente a la entrada principal. Tambien se le relaciona con el muro de la cabecera de la iglesia.
Transepto
Espacio transversal que aísla el ábside y el coro del espacio de la nave. Sobre él se eleva generalmente el centro arquitectónico o eje vertical mayor del conjunto, cubierto con bóveda y flanqueado de vanos.
Vano
Abertura o hueco abierto en un muro que realiza funciones de puerta, ventana, respiradero etc.
Venera
Motivo decorativo en forma de concha marina, similar a las conchas de peregrinos
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