Llamas del Mouro

Llamas del Mouro

Población

Llamas del Mouro es una localidad de la parroquia de San Martin de la Sierra, perteneciente al municipio de Cangas del Narcea. Situado a 22 km de la capital del concejo, Cangas del Narcea, este pequeño pueblo asturiano ha conseguido traspasar las fronteras internacionales con su original cerámica negra. En sus inmediaciones se encuentra el Palacio de los Sierra de Llamas del Mouro.

 

Cerámica negra de Llamas del Mouro

La tradición alfarera de este pequeño pueblo asturiano, que tuvo su periodo de esplendor en los años 30, es un legado de sabiduría que se ha ido transmitiendo de padres a hijos, en el mismo estado en que la recibieron, enriqueciéndola con el talento y la frescura de cada nueva generación. Llamas del Mouro es el único lugar occidente de Asturias donde se sigue elaborando la cerámica negra.

Hoy en día, los descendientes de Jesús Rodríguez Garrido, fallecido en 1992, son los únicos artesanos de Llamas del Mouro que mantienen viva la tradición de la Alfarería Negra. Esta singular cerámica asturiana es apreciada no sólo por la belleza de su exclusiva talla y su articular color, sino también por sus extraordinarias cualidades de resistencia y conservación de alimentos. El secreto de su elaboración consiste en una gran minuciosidad y destreza para la buena selección de los materiales; paciencia en cada espera del proceso y, sobre todo, llevar en la sangre el oficio de la familia Rodríguez, que pone el alma entera en el trabajo de cada pieza. La correcta elección del barro es fundamental. Se utilizan dos tipos de barro, el claro, que se deja reposar en agua, y el «colorao», que es necesario triturar con esmero antes de la mezcla. Una vez amasados, se configuran las pellas, bolas de barro de un tamaño adecuado para su posterior trabajo en el torno.

En el torno de pie se da forma a las piezas: las de siempre y las que propone el mercado actual. El modelo tradicional más apreciado es el cántaro o xarro del agua, que requiere de una mayor elaboración, por las cuatro veces que se debe trabajar en el torno. Otras de las muchas piezas que se realizan son la olla, la fedidera, recipiente para hacer mantequilla, el porrón, la escudiella, cuenco que se usaba para comer, el vedriu, barriles, queseras, caveros o jarra para el vino, pucheros, aceiteras...

Ceniceros, juegos de café, palmatorias... son ahora objeto de esta artesanía que recoge sus orígenes.

> Una vez moldeadas y ligeramente endurecidas al sol, se bruñen las piezas con una «piedra de mar», con la que también se dibujan los sencillos motivos decorativos característicos, a base de líneas paralelas o círculos. En ocasiones, se realizan incisiones con el punzón, para obtener los típicos punteados o rasgados. Una vez metidas las piezas en el horno, apiladas casi hasta la altura del único agujero central de la chimenea, se cubren con trozos de vasijas. Encima de ellas para integrarse en las nuevas tendencias de la alfarería se colocan los «tapines», trozos de tierra con hierba, con la hierba hacia afuera. A medida que se realiza la cocción, hay que tabasar, reponer los tapines que se van consumiendo. Se debe atizar el fuego con maestría, de forma que las llamas salgan por la única abertura del horno. La mezcla de las leñas también es muy importante. Se utilizan uces, raíces de piorno y otras leñas naturales de la zona, que, en general aporten muchas calorías como cepas secas de brezo o roble.

El admirado color negro final, de brillo espectacular, se consigue tapando el único agujero que queda en el horno, después de cerrarlo bien para que «no respire» y quede el fuego atrapado con las piezas, consiguiendo una atmósfera reductora. El humo ahogado en el horno, penetra por todos los poros del barro y se vuelve negro.
Fuente y bibliografía:
Cerámica Negra de Llamas del Mouro: http://www.ceramicanegraasturias.com/

Fotografías de Llamas del Mouro

Dispones de 8 fotografías de Llamas del Mouro

Top