Conjunto Prehistórico de Capocorb Vell

Conjunto Prehistórico de Capocorb Vell El poblado prehistórico de Capocorb Vell es uno de los más importantes de la isla de Mallorca y fue uno de los más extensos. Actualmente solo quedan cinco talayots (dos cuadrados y tres redondos) y 28 viviendas. El poblaco se extendía mucho más hacia el NE y fue estudiado por los arqueólogos L. Ch. Watelin y Albert Mayr, francés el primero y alemán el segundo, pero las primeras excavaciones arqueológicas fueron realizadas en la década de 1910 por Josep Colominas Roca, que lo estudió por cuenta del Instituto de Estudios Catalanes; dada su enorme importancia fue declarado Monumento Nacional en junio de 1931. Las últimas excavaciones se realizaron bajo la dirección de Bartolomé Font Obrador, cronista oficial de la ciudad de Llucmajor, en 1969, y se centraron en la vivienda 28, que está formada por cuatro habitáculos.

A la entrada al yacimiento aparece un gran talayot circular y los restos de las construcciones que estaban adosadas a él. Su puerta está orientada hacia el suroeste, de espaldas al resto de las construcciones y, aparentemente, violando la norma de que los talayotes de los poblados solían mirar hacia el interior de los mismos.

Detrás hay cuatro más, alineados de suroeste a nordeste. Los de los extremos son circulares, los dos de enmedio son cuadrados y, entre estos, hay una serie de habitaciones rectangulares. Las habitaciones mejor conservadas tienen antecámaras cuyas puertas no están alineadas, lo que ha sido interpretado como una medida defensiva para evitar la penetración de proyectiles, ya fueran flechas o balas de honda.

Los dos talayotes cuadrados tienen características poco típicas, pues fueron modificados en algún momento de su existencia. Sus portales de entrada fueron “elevados” para preservar la vista despejada hacia el sureste, al construir las habitaciones que tienen delante. En el más sudoccidental, la cámara superior tiene una pilastra central formada por tambores de piedra superpuestas, con una altura total de 2.15 m; era el sostén central de una cubierta formada por losas de piedra colocadas en disposición radial; a ras de suelo hay una abertura, entrada de una galería subterránea de unos 80 cm de ancho por una altura que oscila entre 70 y 150 cm que desciende suavemente e nespiral hasta una pequeña cámara techada en parte por troncos de acebuche, caso único en la prehistoria de Mallorca. En el más nororiental se aprecia, en su interior y al nivel del suelo, el portal original, cegado, que delata que las habitaciones de delante son posteriores. Además, su columna central fue modificada, convirtiéndola en un grueso muro que da a su cámara la forma de una U.

Además de los cinco talayotes mencionados, hay una amplia habitación que tuvo una perduración de más de un milenio, pues es uno de los edificios más antiguos del yacimiento. Está separada del resto de las construcciones, y su forma de herradura delata que, originalmente, pudo ser un santuario. Una serie de muretes añadidos posteriormente en su interior demuestran que su función cambió al de vivienda.

En un solar anexo, hay otras tres construcciones más o menos alineadas en la misma dirección que los cuatro talayotes mencionados: un túmulo, un talayot cuadrado bastante destruido y uno circular en buen estado de conservación. Viendo la separación que hay entre los distintos monumentos que forman esta especie de línea, se puede comprobar que hay espacio suficiente para otros posibles dos o tres monumentos, hoy desaparecidos.

La parte más interesante del poblado es la que se extiende entre los dos talayots cuadrados, donde pueden apreciarse una serie de viviendas primitivas, algunas con un pequeño corral delantero posiblemente destinado a aprisco, un lugar destinado a recoger el ganado.

La antiguedad de este poblado es de unos mil años antes de Cristo (Edad de Hierro), y es posible que siguiese siendo utilizado por los indígenas mallorquines hasta bien entrada la colonización romana de Mallorca. El poblado original debía estar entre el talayote situado cerca de la entrada actual (es el único que no está alineado con los demás) y las dos casas prediales que vemos a ambos lados de la carretera. En prospecciones de superficie se encontraron abundantes fragmentos de cerámica talayótica, que escasean al alejarse hacia las ruinas actuales. Como es habitual, las casas pudieron ser construidas aprovechando la abundancia de piedras que les brindaban las ruinas del poblado. Así, lo único que queda del poblado original es el talayote, cuyo portal estaría orientado hacia su interior. La desaparición del pobaldo original explica por qué lo que hoy se conoce como “poblado” no se parece a los poblados talayóticos típicos de Mallorca, que son de forma ovalada, con murallas de grandes lajas verticales, y no tienen talayotes cuadrados en su interior.
Fuente y bibliografía:
Wikipedia

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