Conjunto Histórico-Artístico de San Martín del Castañar

Conjunto Histórico-Artístico de San Martín del Castañar

Descripción

Situado en la Sierra de Francia, en el Parque Natural de Las Batuecas - Sierra de Francia, San Martín del Castañar es uno de los muchos Conjuntos Históricos que aparecen en esta zona de la provincia de Salamanca.

La estela romana que hay en la localidad, el más antiguo vestigio que aparece rematado por una luna creciente en su parte superior, reza Bolosea, hija de Brevio, vivió 70 años. Aquí yace. Séate la tierra leve. A su madre dedica este monumento el centurión Reburrus, hijo de Tapor.

Pasaron varios siglos desde que Reburrus mandara escribir ese epitafio hasta que volviera a aparecer una nueva referencia escrita del pueblo. Se trataba de una bula papal que mencionaba a un monasterio de Sancti Martini a Castanato, del que no se ha vuelto a tener noticia. Esta cita implica dos excepciones que van a marcar diferencias con el resto de pueblos serranos: que San Martín pertenecía a un señorío episcopal, en vez de al conde de Miranda, como los demás pueblos serranos, y que dependía del obispo de Salamanca, lo que supone un enclave de éste en la Diócesis de Ciudad Rodrigo al que pertenecen el resto.

Esta población primitiva se asentaba en el barrio del castillo, próximo a la fortaleza, para asegurar su protección, y a la iglesia dedicada S. Martín de Tours, lo que refleja, una vez más, la influencia francesa en la comarca. Otros, sin embargo, consideran que se debió a la popularidad de este santo en aquella época como símbolo de la lucha contra los cultos paganos como el que evocaba Reburrus, y cuya advocación aseguraría el triunfo contra el paganismo; aunque no del todo, pues el apelativo “el castañar” aludiría a antiguos cultos paganos al bosque o los árboles.

Sea como fuere, lo cierto es que la impronta religiosa ha dejado numerosas huellas en este bello pueblo: además de la iglesia (declarada Bien de Interés Cultural), cuenta con cuatro ermitas, un hospital de peregrinos que acudían a la Peña de Francia, el Monasterio de Gracia, actualmente en ruinas, que en su momento acogió entre otras reliquias una espina de la corona de Cristo, un trozo de la cruz, tres pedazos de la vara de Moisés, un pedacito de pan de la última cena, etc.

Jamás podría imaginar Reburrus la intensidad con la que después se percibirá la fuerza de la exuberante naturaleza y los cultos paganos asociados a ella que reflejaba su sencilla estela, para que fuera objeto de tanta atención religiosa cristiana. Pero hoy la estela se encuentra en el atrio de la iglesia, lo que nos habla del respeto y tolerancia de sus habitantes. Hoy, el pueblo, que surgió en las proximidades de las mejores tierras del término para su mejor control y aprovechamiento, ha crecido respetándolas. El pueblo creció manteniendo la arquitectura tradicional basada en la compleja técnica del entramado de origen mudéjar, lo que habla del cuidado y cultura de sus habitantes, que ha sido reconocida con la declaración de Conjunto Histórico Artístico.

Cuando el pueblo aumentó en población fue necesario ampliar la tierra laborable. Ello se hizo con un intenso trabajo y una mínima mecanización, dada la agreste topografía, por lo que la tierra no ha sido leve si no un duro trabajo. Y ello nos habla de gentes laboriosas y trabajadoras, pero también respetuosas porque han sabido conservar un entorno natural admirable, porque han sabido aplicar eso que ahora se llama desarrollo sostenible. Por ello no resulta extraño que el castillo, que fuera cárcel para herejes y presos del obispo durante siglos, sea pronto el centro de recepción de la Reserva de la Biosfera Sierras de Francia y Béjar, que no es más que el reconocimiento a nivel mundial, a través de la UNESCO, de esa fuerza que tiene la naturaleza en estas tierras, de su uso respetuoso, casi religioso, y de las ricas manifestaciones culturales que han surgido de la relación de sus habitantes con ella y que hoy perviven, tal como ejemplifica San Martín del Castañar, merecedor de una pausada visita para descubrir todos sus tesoros.

 

Conjunto urbano

Más que los edificios singulares, lo que distingue a San Martín del Castañar y causa principal de haber sido declarado Conjunto Histórico-Artístico (1982), es su arquitectura popular. La vivienda tradicional respondía a unas técnicas constructivas de origen mudéjar basadas en el empleo de materiales autóctonos: piedra, ladrillo, adobe y, sobre todo, madera, que era la que hacía posible la arquitectura entramada que caracteriza a la comarca serrana.

Las limitaciones de suelo obligó a un desarrollo en altura, con sucesivos voladizos que van estrechando la calles en altura, hasta llegar en ocasiones a tocarse los tejados, con objeto de resguardar los muros inferiores de las frecuentes lluvias.

Algunas viviendas presentan la fachada construida únicamente en piedra. Eran casas promovidas por familias hidalgas o por miembros del clero, únicos sectores sociales capaces de hacer frente al coste. El muro incorpora a menudo el escudo nobiliario familiar; elemento no sólo decorativo, sino también prueba de la condición de privilegio (económico y político) del linaje. Lo más frecuente es que los pisos superiores utilicen la técnica del entramado.

El Castillo

Fue construido en el siglo XV aunque parece probable la existencia de una fortaleza anterior. Dado su emplazamiento en un promontorio tan adecuado, su presencia sólo puede explicarse por una continuidad funcional.

Se desconoce su funcionalidad, y, si bien, en algunos documentos se menciona como palacio-fortaleza del obispo, está documentado que a partir del siglo XVI fue utilizado por el obispo como cárcel de los presos de las diversas villas sometidas a su jurisdicción. Actualmente es propiedad del Ayuntamiento.

Consta de dos torres: la vieja situada más al sur, de la que queda la parte inferior de sus cuatro muros; y la nueva, que conserva dos lienzos. Entre ambas había un cuerpo de habitaciones. La cerca parte de la torre vieja y rodea en espiral todas las estancias.

 

La Iglesia.

Es el resultado de épocas distintas. Comenzaría su construcción el siglo XIII, época de la que se conserva el cuerpo de naves con sus muros exteriores y la puerta septentrional.

En lo siglos siguientes se hicieron sucesivas reformas hasta el estado actual: en el siglo XVI, la puerta meridional gótica, la bóveda de crucería o la torre; en el XVIII la sacristía; en el XVIII la capilla mayor y el cimborrio, etc. En su interior guarda valiosas imágenes. Fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1981.

 

Monasterio de Nuestra Señora de Gracia

Fue mandado construir por el obispo Sancho López en 1430 para cedérselo a los franciscanos. Se fue ampliando sucesivamente con las donaciones recibidas hasta alcanzar en el siglo XVII su fisonomía definitiva. En el siglo XVI vivían 24 frailes y en el XVIII llegó a contar con 47. Fue saqueado durante la guerra con los franceses del siglo XIX. En 1837 debió ser abandonado iniciándose un periodo de ruina progresiva hasta la actualidad.

Poblado Visigodo de la Legoriza

La Legoriza es un campamento minero-metalúrgico de época visigoda, datado entre fines del siglo VI y comienzos del siglo VIII. Junto con las actividades mineras y metalúrgicas, se documentan trabajos de cantería, actividades agropecuarias (molienda, pastoreo), actividades textiles (tejido, curtido). Jugó un papel muy destacado en tiempos visigodos dado que el metal se convirtió en elemento estratégico en una época de guerras. Su exportación mereció la construcción expresa de una calzada.
Fuente y bibliografía:
Wikipedia

Fotografías de Conjunto Histórico-Artístico de San Martín del Castañar

Dispones de 58 fotografías de Conjunto Histórico-Artístico de San Martín del Castañar

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