Casares de Arbas

Casares de Arbas Casares de Arbas es un pueblo del municipio de Villamanín, en León, situado a 1320 m de altitud, en la carretera CV-103.

Un Casar era una edificación de la etapa hispano-romana de tipo agrícola y ganadero; por tanto, el pueblo de Casares tuvo su origen alrededor de una o varias alquerías, que aprovecharon desde la época de la romanización la buena calidad de su terreno de pastos y vega cultivable.

Hablar de Casares de Arbas es acercarse a un universo en ebullición. Lo es por la belleza de su entorno, dulce y bravío a la vez. Por una historia dilatada, con rasgos de nobleza aún presentes en sus muros. Por un incandescente folklore autóctono, de impensable vigor aún hoy en día, que cautivó a investigadores tan avezados como Miguel Manzano. Por la propia idiosincrasia de sus gentes, altivas, independientes, celosas de sus raíces y defensoras de todas sus singularidades.

Se achaca este apego por el terruño al ancestral aislamiento del valle, a la vez que su casi autosuficiencia en épocas pasadas. Fue pueblo muy poblado, de tradición merinera de Trashumancia, (440 habitantes en el año 1900). La lejanía de Arbas, y relativa autonomía, por su carácter de realengo, acentuó su espíritu autogestionario. En la época de la creación de los Ayuntamientos constitucionales (inicios del siglo XIX) fue cabeza de su propio municipio, y solo la gran mortandad de varones durante la guerra civil (1936-1939) dio inicio a su declive, agudizado por el cambio de los sistemas de vida.

En Casares hubo minas antiguas, en La Sieme y Focella, siendo éste último un poblamiento prerromano, de tipo castreño. Es memoria popular que Focella se despobló por un envenenamiento de todos sus habitantes.

De tan legendario pasado conserva al menos dos escudos heráldicos, (Uno de ellos descrito por Pío Cimadevilla) y la curiosa Casa del Gallo, porticada con arco de medio punto y un esotérico grabado del gallo, en la fachada.

Como muestra de su importancia ganadera, baste inventariar sus veceras en pleno siglo XX: Hubo hasta diez veceras de vacas, 1 de caballos, 1 de añojos o magüetos (terneros de más de un año), 1 de tarrales (terneros de menos de un año, que se apartaban para destetar y aprenderlos a pacer), 3 de ovejas, 1 de cabras y 1 de chivos, que se apartaban para destetar.

De todo este microcosmos pastoril, solo resta una importante cabaña de vacas de carne, cuidadas por ´pastores eléctricos´ y trashumantes a Extremadura. Se ha invertido, por tanto, el sentido de las rutas ancestrales.

El conocido Embalse de Casares y su último recrecimiento que hará acercarse el agua al cementerio del pueblo, anegando su vega baja y más productiva, merma, lógicamente, sus posibilidades como pueblo ganadero. Pero nada parece arredrar a los indómitos vecinos, que han puesto en los Tribunales el espinoso asunto del justiprecio.

En el centro del pueblo se alza el hermoso complejo de la ermita de San Roque y el viejo molino comunal. Son joyas pretéritas y actual área de esparcimiento. La ermita pasó hace unos años a propiedad particular, pero el pueblo intenta recuperarla, para ubicar en ella su Museo Etnográfico, que ahora está en la antigua y pequeña escuela de niñas.
Fuente y bibliografía:
Ayuntamiento de Villamanín.

Fotografías de Casares de Arbas

Dispones de 12 fotografías de Casares de Arbas

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